sábado, 24 de agosto de 2013

Al grito de carneros

Se fueron los ocupantes del Vilardebó y entraron los que no hicieron paro. Los insultaron al grito de "carneros". AFUSEC en primera linea protestandoles a los trabajadores que no ocuparon pero se llevaran los beneficios de la lucha!!! Como en el MTOP corporaciones obtienen beneficio sin realizar paro ni ninguna medida gremial, estando con esas acciones en contra la unidad de todos los demás trabajadores organizados del Ministerio y todavía con la complicidad de la Administración PINTADO.




 
"¡Se escucha, arriba los que luchan!", gritaban los funcionarios al abandonar el hospital. Julio Barcelos.


Federico Castillo
"Cuando empiecen a llegar los que no ocuparon, pregúntenles qué se siente ser un carnero", reclamó una funcionaria del Hospital Vilardebó a un grupo de periodistas. Los ocupantes ya habían resuelto la retirada después de 17 días al mando del centro de salud psiquiátrico y ahora todos los dardos apuntaban a sus compañeros que no habían adherido a la medida de ocupar.
Cuando el equipo de dirección del hospital ingresó finalmente a la institución y retomó el control, los funcionarios retiraron del frente del edificio un cartel que decía "Ocupado" y lo sustituyeron por otro con la leyenda "Bienvenidos carneros del Vilardebó".
"Vamos a ver si tienen los huevos para venir", comentaban algunos; otros repetían, extasiados como barrabravas, consignas futboleras del estilo "¡el que no salta es un carnero!".
A cada trabajador que iba llegando a retomar su puesto tras la ocupación, le hicieron sentir el rigor.
Los ocupantes armaron una especie de cortejo por el que debían pasar los retornantes. Y mientras transitaban por esa pasarela rumbo a la puerta, iban escuchando toda clase de gritos hostiles y aplausos irónicos. "Si esto no es un carnero, los carneros dónde están", les cantaban.
El secretario general de la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP), Pablo Cabrera, le quitó dramatismo a la situación.
"Son cosas que suceden siempre en el movimiento sindical. Cada uno, democráticamente, decide qué es lo que entiende correcto. Pero el colectivo cuando define y lucha, consigue cosas para el colectivo. Y hay gente que después accede a derechos sin haber hecho nada, y eso muchas veces duele y por eso la expresión de los compañeros", explicó.
En el Vilardebó trabajan alrededor de 600 funcionarios; 140 de ellos no adhirieron a la ocupación. Uno de los enfermeros del centro psiquiátrico reconoció a El País que el clima quedará tenso por unos cuantos días.
"Va a estar bravo, yo comparto la sala con uno de los que no vinieron a ocupar, y la verdad es que ahora no quiero ni hablarle", admitió. De todas formas, calculó que "en unos dos o tres meses los que hoy no se saludan y ni se miran ya van a estar tomando un mate juntos de nuevo".

Telegramas.

Unas horas antes de que la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE) resolviera presionar a los funcionarios ocupantes con el envío de telegramas colacionados intimándolos a presentarse a trabajar bajo amenaza de sanciones y sumarios, el gremio se mantenía bien firme en su intención de seguir ocupando hasta las últimas consecuencias. Pero la presión de los cedulones fue determinante para que depusieran las medidas de fuerza.
"Intimar a los trabajadores de presentarse en sus lugares de trabajo incidió en la desocupación. Son momentos muy sensibles", reconoció Cabrera.
"No podemos permitir que la gente pierda su trabajo", agregó el dirigente sindical.
Sin embargo aclaró que durante la ocupación hubo "mucha responsabilidad" por parte de los trabajadores.
"Hemos trabajado en los servicios esenciales con o sin decreto".
Cuando finalmente abandonaron el Vilardebó, tras más de dos semanas de ocupación, y el centro de salud de Ciudad del Plata (San José), que estuvo bajo su control por cinco días, Cabrera avisó que el conflicto en la Salud Pública "aún no se termina".
Hoy habrá un plenario nacional de delegados del sindicato en el que se discutirá la propuesta del gobierno y se resolverá si se pone fin al conflicto. Los funcionarios tienen gatillada una huelga a partir del martes 27. Pero con las desocupaciones y una mesa de negociación ya instalada con el gobierno, la idea de mantener la lucha parece irse apagando.
El lunes, con el escenario ya definido, la dirigencia del gremio se reunirá en la Dirección Nacional de Trabajo (Dinatra) para empezar a negociar.
Cabrera se mantuvo hermético con respecto a la propuesta que recibieron de parte de las autoridades. Sí adelantó que reconocen avances, pero no precisó cifras.
"No podemos hablar de números. El gobierno habló de que nos va a dar más recursos, pero no de números puntuales. Lo vamos a discutir el lunes", insistió.
La plataforma de este conflicto, que se inició a principios de agosto, incluye un aumento salarial -pretenden un sueldo mínimo inicial de $ 26.000, el doble de lo que se paga hoy-, el ingreso de unos 2.000 nuevos funcionarios y el cumplimiento de un convenio firmado el año pasado con ASSE.
Cabrera ha declarado que acaso el mayor logro que deje este conflicto es la promesa de las autoridades de incorporar más personal.











23.08.2013

¿Qué beneficio sacan los trabajadores de lo que pasó?
Seguir trabajando en destercerizar servicios; mejorar la categoría y el salario de los cocineros; también trabajar el tema vacantes; y aún no tenemos los montos para el reclamo salarial. Vamos a discutirlo en una mesa de diálogo a partir del lunes.
Pero lo principal de la plataforma era lo salarial.
No.
En la plataforma que entregaron al Ministerio de Trabajo está en el segundo renglón, luego de que se cumpla con el convenio 2012.
Se ponen ítems. Siempre hay un renglón primero y uno segundo. No significa que los primeros sean prioritarios. Nosotros hablamos de condiciones de trabajo en tres partes: recursos humanos, infraestructura y salario.
¿Y tuvieron que ocupar y llegar a este nivel de tensión con el gobierno por condiciones de trabajo? Lo que el gobierno no podía cumplir era lo salarial...
Sí, pero por ejemplo, no visualizamos ingreso de personal, que es un punto clave.
¿Y ahora sí?
No, tenemos que sentarnos a negociar. No hay generación genuina de 500 vacantes. Será parte de la discusión cómo lo hacemos. Es tan importante como el salario.
La propuesta del gobierno incluye redistribuir 30 millones de pesos previstos para un fondo de suplencias.
Lo que discutimos fue algo muy preliminar vinculado al acercamiento primario que dio el Poder Ejecutivo. Se dijo que se iban a reorientar partidas que había que estudiar la misma interna y cómo desde adentro se manejaban los recursos que pudiera haber. No son solo 30 millones. Hay muchas más posibilidades, siempre y cuando se pueda discutir durante el proceso de negociación que todos pensamos que se puede dar a partir del lunes.
¿El gobierno les dio la señal de que habría más de 30 millones para repartir?
Bueno, siempre hemos tenido la posibilidad de investigar y mirar hacia dentro con los recursos que normalmente no se usan. Decir que hay solo 30 millones es flechar hacia un lugar que nosotros no sabemos porque el propio gobierno no sabe.
Lo planteado hasta ahora por el gobierno, ¿los satisface?
No. Pero ocupando logramos que nos ofrecieran un espacio. Obviamente, con la intimación que estaba planteada, la gente decidió desocupar.
Pero le dijeron que sí a la propuesta.
Le dijimos que sí a que no podemos aceptar la presión de los telegramas. Está en juego el laburo de la gente. No es que felizmente decidimos que nos vamos. Es que hay una presión.
En definitiva, se cede a la presión del gobierno…
¿Y qué te parece? Si te dicen que si no venís a laburar, te echan, es muy difícil.
O sea que el elemento de presión del gobierno fue más fuerte que la medida de ocupar.
Y sí. En ese sentido, sí.
Los dirigentes del PI-CNT se mostraron más cercanos al gobierno que a ustedes en la intervención, ¿cómo lo evalúan?
Ese tipo de evaluaciones se van a dar después. Hoy todavía no estamos en condiciones de valorar si hubo apoyo. El movimiento sindical estuvo, porque desde el primer día hubo sindicatos y organizaciones en la vuelta manifestándose solidariamente.
¿Pero a nivel de la cúpula?
Esa evaluación quedará para después. Hoy estoy intentando salir de una primera etapa del conflicto y tengo la cabeza acá.
¿Cómo siguen ahora?
Mañana tenemos un plenario en el que discutiremos todo esto y evaluaremos cómo seguimos.
¿Qué puede llegar a pasar? ¿Ocupaciones puede volver a haber?
No, ocupaciones no. Pero la huelga sigue en pie.
¿Por qué? La huelga es una medida fuerte…
Sí, pero no es una ocupación. Entonces es una medida que se puede llevar adelante. La esencialidad no debería caber porque en los paros se garantizan los servicios esenciales. En realidad también los garantizamos en las ocupaciones, pero la diferencia es que están las autoridades adentro.


¡LA PAGARÁN!

No es una amenaza. Es un pronóstico. La pagarán todos los oficialistas, el Frente Amplio y Mujica a quién no le importa nada de esto ya que su objetivo es el bronce y no el volver a ser Presidente. Es que no se puede burlarse de la gente eternamente, hablar en cada período preelectoral de los intereses del pueblo trabajador y después darles la espalda una vez obtenido el voto de estos trabajadores y los sillones, cargos, puestos, prebendas y beneficios varios por poco trabajo, menos resultados, con un muy buen sueldo (el mismo que perciben 17 maestros) y sin riesgo alguno más que algún desplante verbal de un colega opositor. No están obligados ni siquiera a cumplir con las obligaciones contraídas. Si ponemos el caso de cualquier funcionario o trabajador que al iniciarse en un empleo ha asumido compromisos, responsabilidades y aceptado las condiciones, los legisladores, ministros, Presidente y Vice y los políticos en general no están comprendidos por tales reglas elementales. Antes de obtener su puesto de trabajo se presentan a la ciudadanía que es la que con sus sufragios los "contrata" y le proponen o prometen una cierta cantidad de cosas. Reciben el voto y después lo conocido "si te he visto no me acuerdo". Tampoco rinden cuentas y menos aún explican los motivos de tal incumplimiento. Siempre responden con vaguedades, generalidades y la más de la veces mentiras. Es decir que el tal "contrato" se rompe, se viola, y esto se lo hace con total impunidad.

Por ejemplo la brutal violación de las promesas de "progreso" para los trabajadores, las promesas de una vida digna, qué -como todos saben- comienza con percibir una remuneración por el trabajo realizado que permita alimentación, vivienda, vestimenta, transporte, etc, para el trabajador y su familia. Sencillamente para el caso de los trabajadores del estado la violación de lo prometido y la ruptura del "contrato" es descarada y descarnada. Las razones aducidas, de supuesta alta política y aún más elevados conocimientos económicos, geopolíticos y demás confusionismo tirado encima del trabajador, sencillamente no va al grano y no explica la verdad. LA VERDAD ES QUE EL GOBIERNO QUE LLEGA A SER TAL POR LOS VOTOS DE LOS TRABAJADORES A LOS QUE SE LES HA PROMETIDO PROGRESISMO, POR DETRÁS DEL TELÓN ELECTORAL SE HA COMPROMETIDO A LLEVAR ADELANTE UNA POLÍTICA NEOLIBERAL ACORDE A LAS EXIGENCIAS DEL FMI. No se le explica a la gente que quién decide sobre sueldos, salarios, aumentos y demás no es ni el consejo de ministros, ni el Presidente ni tampoco el ridículo e inoperante "equipo económico" "en las sombras" que ha utilizado el Presidente en su pelea interna por intereses de aparato. La verdad que deberían de decirla y ponerla en los cartelones y banderas antes de las elecciones es que quién decide sobre la economía nacional es el FMI ante el cual el gobierno autoproclamado progresista sumisamente acepta y aplica sus recetas. Han aturdido a la gente con griterío supuestamente "popular" de un Presidente que sabe muy bien qué es el FMI quién decide el sueldo de los maestros y trabajadores estatales. 
Pasa por la moledora de comisiones y falsos debates pero la verdad es esa: EL FMI DECIDE. Es decir que han mentido antes y ahora.

Cumplen con el macabro plan imperial (de un imperio en quiebra económica en su propia madriguera, los EEUU, hecho que se oculta inundando el mundo con papeles verdes sin valor real y que les sirven para manejar las economías lacayas aún cuando todos saben que todo es falso) plan que para su aplicación requiere el control total, la tan mentada "globalización" que no es más que el sometimiento de las economías nacionales a los intereses de la mafia que controla al imperio. No dicen la verdad y en cambio se valen de los supuestos dichos "campechanos" de un Presidente que se presta a la farsa. Medio que promete, "hasta donde dé la frazada", medio que se hace el solidario "sabemos que no alcanza", adobándolo con divisionismo "si les damos lo que piden otros más necesitados se quedarán con menos" o sencillamente responde con amenazas cuando esto no es suficiente. Han entregado la soberanía nacional y deberían de decirlo abiertamente. Al no hacerlo reconocen el carácter mentiroso de sus planteos. Deberían haber dicho: lo tenemos prohibido, los verdaderos amos no aceptan que les demos más, aún cuando hasta el propio Mujica ha reconocido que los ingresos de los trabajadores no son suficientes. No lo han hecho y en cambio prestros han acudido a las medidas represivas, alegando -tal cual es el estilo imperial-, que están "amenazados". Deberían de reconocer la verdad en el próximo carnaval electoral que ya está en marcha y decir que los trabajadores NUNCA van a tener sueldos y salarios de acuerdo al costo de la vida y que cubran la canasta familiar.


No lo han dicho, no lo dicen ahora y menos lo harán cuando los sillones estén en juego. Carnaval macabro de mentiras y promesas incumplidas, de uso de la buena voluntad de los trabajadores para con sus votos el "progresismo" recoja las migajas de poder a las que pueden acceder. Es dable preguntarse por qué razón no se habla claro. Por qué motivo mienten desde discursos con la voz engolada o la agitación demagógica. Si estuvieran convencidos de qué es mejor para el trabajador le podrían decir que ni se piensen en tener salarios dignos, que los amos del sistema a los que se han plegado ellos exige bajos salarios, inestabilidad en el empleo, socavamiento deliberado y planificado de la educación, la salud pública y demás prestaciones sociales. Qué bajo el cuento del "ahorrar" contrabandea la privatización de las prestaciones públicas. El estado no somos todos, la patria tampoco, deberían de decir y defender en las tribunas antes de las elecciones lo que después harán desde el gobierno. Son concientes de que la política és y será antipopular, remendada con limosnas tal cual lo hacen en la ciudadela imperial. 


Los capitalistas de todo el mundo saben que no pueden acorralar a millones cortándoles toda posibilidad de sobrevivir. Saben que ello será preanuncio de levantamientos sociales. Remiendan, tal cual lo hace el imperio y en toda Europa, con limitados recursos mínimos para que no haya una hambruna generalizada que genere explosiones. Van dosificando la masacre social pero, eso sí, de manera implacable. En donde hay "resquicios" le tiran unos mendrugos a los trabajadores, una vez que han sido aceptados por el FMI, al tiempo que le garantizan el saqueo más brutal que se haya visto en beneficio de las multinacionales depredadoras. La gente, el votante, el trabajador se creen las promesas de Mujica por ejemplo, agitado como "uno de los nuestros" para más tarde darse cuenta que todo ha sido mentira. Que el contrato social asumido por el Estado se viola y violará implacablemente en desmedro de los intereses del pueblo trabajador. Qué cuando reacciona enfrenta insultos, amenazas, sanciones y represión. 


Pero...el pueblo trabajador tiene conciencia tanto de sus necesidades como de sus derechos y aún sin comprender todo el palabrerío del juego de la mosqueta cupular, comprende, con el sueldo en la mano, que no le alcanza. Recurre entonces al instrumento agitado, promovido, sostenido y alabado por la propaganda electoral "progresista" o sea: los sindicatos, organismos naturales de los trabajadores para su autodefensa. Y en consecuencia recurre a paros, huelgas, ocupaciones y manifestaciones, formas de lucha qué están grabadas a fuego en la memoria colectiva ya desde los inicios del movimiento sindical, pasando por la resistencia a la dictadura y demás gobiernos de la derecha. El trabajador no ha obtenido un solo derecho sin lucha. Ni siquiera el más elemental: el derecho de sindicalizarse. Cada paso, cada conquista, ha implicado lucha, sufrimientos, derrotas, muertos y mártires, apaleos y cárcel, militarizaciones y cuarteleo, torturas y desaparecidos. El trabajador no ha recibido nada gratis, ningún mesías le ha dado nada.


Tampoco lo han hecho estos modernos mesías montados en la tradición de lucha sindical y popular. Al contrario. Los trabajadores han respirado confiados en "los nuestros", en "el Pepe tal cuál és" y han bajado la guardia, por un período. Y cuando "nuestro" gobierno se asentó y negoció aceptando las condiciones impuestas por el imperio y dió comienzo a la aplicación de esas recetas que -lo repetimos- pasan por una salvaje e implacable expropiación al pueblo trabajador, ahí comienza a reaccionar y percibir, que una vez más como lo dijo Artigas "solo podemos confiar en nosotros mismos". 


Sucedió que en la repartija de los huesos del festín del supuesto "poder" se ha tejido desde la cúpula un tupido entramado burocrático que actúa de garante del cumplimiento de las promesas al FMI, a las patronales y a los inversores (es decir los piratas saqueadores) y que como tumor maligno se ha ido comiendo lo poco que quedaba de estructura democrática y de base en el FA, continuando por los partidos y espacios que lo componen que han degustado las "mieles del poder" como bien ha definido Fidel ante los corruptos con cargos gubernamentales, para terminar asentándose en muchos aparatos sindicales con lo cual se cierra el círculo. Mujica es acérrimo enemigo de los sindicatos de los que desconfía ya que son instrumentos que no puede controlar con tres dizque dichos populacheros, ya que los sindicatos expresan INTERESES DE CLASE que están opuestos y seguirán opuestos a los intereses qué Mujica busca reconfortar tratando de colocarse de árbitro de la lucha de clase, del choque de los intereses de clase en presencia, y cuando no alcanza se coloca de fiscal y represor también. La derecha saluda desde sus medios "la mano dura" del gobierno y lo dicen con todas las letras. Y pensar que Mujica tiene el atrevimiento de acusadar a los trabajadores de hacerle "el juego a la derecha". 


No se ha visto ninguna esencialidad, empleo de soldadesca, de cuerpos represivos de elíte que emplean munición letal, contra ningún capitalista, patrón, "inversor" y menos claro contra intereses de la multinacionales. Los palos y la represión, los insultos y el destrato, las mentiras y las promesas incumplidas, esas son para los trabajadores. La "astucia" de Mujica en las conspiraciones internistas entre aparatos y aparatitos, burócratas y carreristas, no han sido suficientes: ha tenido que mostrar el verdadero rostro de lo que significa el progresismo servil al imperio. Más aún sus cálculos de control por arriba han caído estrepitosamente ya que en la actualidad viene creciendo una corriente muy significativa y representativa en el seno de los sindicatos que va acorralando al oficialismo sindical que dormía la siesta adormecidos por las mieles del poder.

"Es una papa hacerle huelgas al gobierno progresista" dijo hace un tiempo atrás un irrespetuoso y provocador Mujica que nunca en su vida, perteneció a un sindicato, ni estuvo en Asamblea o huelga alguna. La miró de afuera. Y se la creyó porque es muy de creerse a él mismo. Hoy en día cuando el oficialismo apenas va ganando reuniones sindicales de alto nivel, Mujica tiene que recurrir al arsenal represivo similar al del pachequismo para amedrentar asambleas. Todos se preguntan si éste enemigo acérrimo de los sindicatos logrará sus propósitos. Tal como el Ave Fénix, las organizaciones de los trabajadores, qué una y otra vez han resurgido de entre sus aparentes cenizas, ya le están dando un respuesta a esta interrogante. 
Mujica ha logrado enfrentarse con colectivos de primera importancia en lo sindical, con gremios con gran inserción social, con sindicatos de larga tradición de lucha e historial. Es un imposible que logre triunfar.

Los sindicatos han surgido, crecido, sobrevivido, se han reorganizado, una y otra vez, los sindicatos se renuevan ellos mismos en el transcurso de la lucha porque son los colectivos de los trabajadores su base real y viva. La historia de los sindicatos esta pautada por retrocesos, avances, derrotas y triunfos, pero sus banderas siempre están en alto, porque las bases siempre dicen la verdad, no ocultan intenciones ni le mienten a la gente, a diferencia de la politiquería servil al imperio y a las patronales de la qué ha dado muestras el progresismo. La pagarán deciamos, si por cierto, de dos maneras: la una por la concientización qué el gobierno Mujica ha generado entre los trabajadores que se han ido fortaleciendo bajo el ya bien conocido "los hechos nos unen", y por el otro con lo que será el voto castigo, que aunque no vayan a ser cientos de miles, alcanzará para hacerle saber a la burocracia y demás politiqueros y arribistas que son repudiados, que nadie les cree la agitación del fantasma de la derecha cuando son ellos los que están llevando adelante los planes neoliberales de la derecha qué -dicho sea de paso-, por lo mismo se ha quedado momentaneamente sin asunto. La pagarán por la falta de respeto a los que trabajan, a los que mueven y sostienen el país. Y la pagarán porque a través de  todos estos conflictos la gente viene esclareciéndose. Y es solo el comienzo. 


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