martes, 5 de noviembre de 2013

Policía asesinó otro joven en Santa Catalina

La policía fusiló un joven en Santa Catalina (supuestamente por haber robado un almacen, cosa desmentida por vecinxs) Tras varios abusos policiales denunciados y hasta afirmados por el ministro Bonomi. HOY LA POLICIA FUSILA UN JOVEN. En este momento vecinxs de la zona están cortando la calle y quemando gomas. BASTA DE ABUSO!!! CALLE VICTOR HUGO A LA ENTRADA


Testimonio de zabalza - joven ejecutado en santa catalina

.
Lo mataron mal por la espalda .

Para falsimedia son ladrones y delincuentes 

04/11/2013


Dos ladrones muertos en un día y disturbios en Santa Catalina
 

Uno fue abatido tras robar un auto y en la noche, tras intento de rapiña, murió el segundo en Santa Catalina. Protesta de vecinos generó serios disturbios en la zona.

En el primero de los casos, el robo del auto se realizó el fin de semana en el Pinar, en la rambla costanera y Tuyutí. Los delincuentes mantuvieron cautivo a su propietario varias horas, hasta que lo dejaron libre y se llevaron el vehículo, además de una computadora y la billetera del hombre.
Este lunes la Policía de Canelones vio el auto, lo identificó como robado y comenzó una persecución con tiroteo. En el intercambio de disparos murió el conductor, un joven de 20 años. El auto terminó con un vuelco en la ruta 101, a la altura del kilómetro 31, frente a la Escuela de la Fuerza Aérea. Las iniciales del joven fallecido son N. A. M. R.
INTENTO DE RAPIÑA Y DELINCUENTE MUERTO EN SANTA CATALINA. En horas de la noche, dos jóvenes intentaron robar un almacén del barrio y al darse a la fuga se produjo una persecución y tiroteo con la Policía.
Según confirmaron a Subrayado desde Jefatura de Policía de Montevideo, uno de ellos falleció a raíz de los disparos. Su compañero, de 17 años, fue detenido.
Los vecinos del lugar, molestos por la muerte del joven, se concentraron en una esquina de la calle Santa Catalina y generaron disturbios. La Policía se hizo presente en el lugar y también un grupo de choque llegó hasta allí para intentar restablecer el orden.
Según informaron a Subrayado algunos vecinos, los manifestantes prendieron fuego un ómnibus. Afirman que el joven muerto nada tenía que ver con la rapiña y que la Policía le disparó porque no se quiso detener en su moto cuando se lo indicaron.
Bomberos se trasladó hasta allí, pero se mantiene alejado, ya que no están dadas las condiciones de seguridad para poder intervenir.


En Santa Catalina robaron un almacén y la policía mató a un pibe q pasaba por ahí y no tenía nada que ver.



La policía mató a un botija de 16 años en Santa Catalina. Que le tiraron un tiro en la pierna y luego lo remataron. 



La policía asesinó esta noche a un joven en Santa Catalina, de inmediato los vecinos salieron a protestar en repudio a la represion


Vecinos de Santa Catalina hicieron piquetes, acusando a la Policía por la muerte del joven 

Tres piquetes con quema de llantas, ramas, troncos, muebles, colchones, contenedores y maderas obtenidas en construcciones de la zona fueron armados por vecinos que culpaban a la Policía de matar a un joven por error, supuestamente. 
Un oficial escuchó a los vecinos con los que dialogó para pedir que se dejara pasar a realizar una investigación de los hechos.
Impotencia me da, desde donde estoy a 3 cuadras, solo veo fuego gente , mierdas y mula luces de patrulleros. DISPAROS Y COMPAÑEROS GRITANDO.



Los efectivos policiales llegaron a efectuar disparos al aire, pero los vecinos se mantuvieron tras los piquetes, dos por Víctor Hugo y otro más en continuación Burdeos, donde la gente intentaba aislar la zona y evitar el ingreso de las unidades.

Uno de los jerarcas intentó negociar con los vecinos, intentando convencerlos de permitir el ingreso de la Policía Técnica para reconstruir lo ocurrido. Varios vecinos lo rodeaban y gritaban: “Justicia, justicia”.

Además, el efectivo informaba a los vecinos que el principal de la Guardia Republicana, Robert Iroa, iba a ingresar a la zona.

Varios patrulleros, camionetas, van de la Policía y camiones camuflados de la Unidad de Operativos Especiales (Unoe) trasladaron a los efectivos con armas cortas y largas, escudos transparentes, cascos.

“Si llegan a tirar piedras, vamos a empezar a los cohetazos”, gritó un policía que se bajó de un patrullero para hacerse paso en el piquete de continuación Burdeos y Victor Hugo, donde varias mujeres pedían a los muchachos que se llevara adelante la protesta en forma pacífica, ya que si se llegaban a tirar piedras se retiraban.

No es la primera vez
 

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Tres piquetes con quema de llantas, ramas, troncos, muebles, colchones, contenedores y maderas obtenidas en construcciones de la zona fueron armados por vecinos que culpaban a la Policía de matar a un joven por error, supuestamente.
Los efectivos policiales llegaron a efectuar disparos al aire, pero los vecinos se mantuvieron tras los piquetes, dos por Víctor Hugo y otro más en continuación Burdeos, donde la gente intentaba aislar la zona y evitar el ingreso de las unidades.
Uno de los jerarcas intentó negociar con los vecinos, intentando convencerlos de permitir el ingreso de la Policía Técnica para reconstruir lo ocurrido. Varios vecinos lo rodeaban y gritaban: “Justicia, justicia”.
Además, el efectivo informaba a los vecinos que el principal de la Guardia Republicana, Robert Iroa, iba a ingresar a la zona.
Varios patrulleros, camionetas, van de la Policía y camiones camuflados de la Unidad de Operativos Especiales (Unoe) trasladaron a los efectivos con armas cortas y largas, escudos transparentes, cascos.
“Si llegan a tirar piedras, vamos a empezar a los cohetazos”, gritó un policía que se bajó de un patrullero para hacerse paso en el piquete de continuación Burdeos y Victor Hugo, donde varias mujeres pedían a los muchachos que se llevara adelante la protesta en forma pacífica, ya que si se llegaban a tirar piedras se retiraban.
En el piquete realizado en Rubén Darío y Víctor Hugo, los jóvenes encendían las motos y hacían ruidos con caños de escape, en repuesta desafiante a los efectivos que dispararon algunos tiros al aire.
Previamente, por versiones de los vecinos, hubo un par de ómnibus apedreados en la zona. Uno fue un 124 que contaba con una guarda femenina, al cual se le llegó a prender fuego, apagado por un vecino con un bomberito.
Los ómnibus acortaron el servicio, llegando a bajo de Valencia.
Según pudo averiguar Unoticias, los incidentes ocurrieron tras el robo a una comerciante conocida en la zona por el apodo de Perica.
La gente del barrio de zona oeste de Montevideo sostiene la versión que los efectivos llegaron cuando los ladrones -que fueron sindicados como de fuera de Santa Catalina e incluso, de barrio Casabó- se habían fugado.
Durante el procedimiento, pasaron dos muchachos en moto. Se les dio voz de alto que desoyeron, tras lo cual se les disparó. Siempre según la versión recogida entre los vecinos, uno de los jóvenes falleció y el otro resultó herido.
Sin embargo, los vecinos sostienen que el joven fallecido era un trabajador sin antecedentes penales, que trabajaba en una barraca con el padre a pocas cuadras donde fue presuntamente ultimado.
Las medidas de protesta se organizaron de inmediato. Se trata de una zona en la cual hay muchas obras -instalación de una regasificadora, sexta línea de bombeo de la OSE, Plan de Saneamientos IV, cluster marítimo, construcción de locales de liceo y UTU.
En consecuencia, algunos jóvenes obtuvieron maderas de las obras, además de cortar árboles con sierras eléctricas para hacer piquetes con fuego.
Uno de los vecinos, Fabricio, sostuvo: “No eran del barrio los que robaron. Salieron del almacén, corriendo, hay testigos. La policía llegó, no se si estaba cerca”.
“Unos muchachos que sí son del barrio estaban cerca, Chino, Sergio y Marcelo; la policía descargó siete disparos contra el más chico, que era Sergio. Al hermano, lo agarraron y se lo llevaron”.
“Se equivocaron. Eso habrá que investigarlo, las autoridades verán”, acotó Fabricio, quien hace veinte años que vive en el barrio, asegurando que “los botijas no estaban en ninguna mala”, sino que estaban en sus motos y supuso que no oyeron la voz de alto por el ruido de los motores.
“Prácticamente, vaciaron un cargador contra el mas chico, que era Sergio”, agregó y recalcó que no estaban armados.
Fabricio descontó que la gente del barrio se movilizará y realizará reclamos a las autoridades, destacando que no es el primera vez que ocurren supuestos desbordes policiales en la zona, especialmente contra jóvenes.
“Hubo problemas por agresiones y detenciones aparentemente injustas. Algo hay que hacer por el barrio porque siempre pasa lo mismo”.
Fuente UNoticias

Santa Catalina está de luto

 por Veronika Engler



En noviembre del año pasado el Ministerio del interior declaraba que iban a entrar a los barrios con la Policía Comunitaria ya que ellos “tiene un perfil de trabajo distinto al del funcionario policial común. Tiene un proceso de selección diferente, trabaja en el terreno, busca generar confianza en los vecinos, tiene un perfil de comunicación, interactúa en el barrio para resolver problemas, y sabe escuchar”, explicaban.



También lanzó una campaña de afiches que, según ellos, buscaba promover la integración social e invitaba a reflexionar sobre la estigmatización que cae en los barrios más afectados por la delincuencia. Estos afiches, con imágenes de sonrientes policías, rezaban: ”En el Borro hay muchos jóvenes que estudian, no los borres, yo los defiendo”; ”En el 40 semanas hay mucha gente que trabaja todos los días, yo los defiendo”; En el Marconi hay mucha gente que marca tarjeta, yo los defiendo; ”En Paso de la Arena hay muchos jóvenes que no se dan la papa, yo los defiendo”



Hoy asesinaron a un muchacho trabajador, querido, conocido por muchos en el barrio, un joven que tenía toda una vida de aciertos y equivocaciones por delante. Hoy, lunes 4 de noviembre el barrio de Santa Catalina vuelve a sufrir el atropello y la bestialidad policial. Constatamos con dolor que esas simpáticas sonrisas y frases quedaron colgadas en los afiches de Bonomi. Aquí no los defienden, los asesinan. El adolescente Sergio Lemos es brutalmente acribillado por el simple hecho, o la mala estrella de pasar por el lugar donde se había cometido una rapiña. Al grito de alto se asusta y no detiene inmediatamente la moto que conducía, es baleado en una pierna y posteriormente le pegan varios tiros más por la espalda. Cae muerto en una cuneta antes de llegar a la esquina y aunque un delito no justifica una muerte, la triste verdad es que el chico ni siquiera tenía algo que ver con el robo a la almacen.



Los habitantes del barrio están indignados, con una mezcla de dolor e impotencia explican que la policía golpeó a otros jóvenes que se acercaron a intentar auxiliar a su amigo. Como una bolsa de papas, el cuerpo de Sergio, el hijo del Chino, es arrojado a la camioneta junto a su moto. Con la voz quebrada, los vecinos cuentan que el joven era un gurí tranquilo, que trabajaba y que no se metía con nadie, una familia querida y respetada. Quienes están allí, son dolorosamente conscientes de que podía haberles tocado a cualquiera de ellos. No se pueden defender del atropello policial, de la impunidad que continuamente les recuerda que viven en un barrio estigmatizado a pesar de los bonitos afiches y los discursos de los políticos que mienten. Se escuchan muchos comentarios sobre el comportamiento de la policía en el barrio, sobre la arbitrariedad con la que se comportan. También se comenta sobre el maltrato que reciben cuando son conducidos a jefatura por tener pinta de “pichis”, lo que los convierte indefectiblemente en sospechosos.



Es tarde, pero en la plaza hay también niños y niñas, madres y padres. El común denominador es el comentario de “no puede ser, no pueden hacer esto”. Bronca, frustración, duele hasta la médula; hoy es el hijo del Chino, mañana puede ser uno de los míos piensan.



Prenden fuego algunas llantas, llega un camión de bomberos que estaciona por la calle Victor Hugo, a varios metros de donde nos encontramos reunidos los vecinos. Algunos gurises quieren tirar piedras, es duro el dolor cuando se ata en la garganta como una soga que ahorca, cuando se instala como una bola de fuego en la boca del estomago. La mayoría los persuade de que mantengan la calma. Llegan varios autos de la policía que paran también a prudente distancia, se queman más cosas, se corea pidiendo justicia… si, justicia, esa palabra que al entender de muchos de nosotros ha perdido sentido ahogada en el mar de impunidad reinante.



La oportuna llegada de la prensa aplaca un poco los ánimos, es importante que esto se sepa, que se escuche este pedido de justicia, los milicos no arremeten mientras hay cámaras, saben que están en falta, ¿pero son conscientes de que se convirtieron una vez más en asesinos del pueblo?



Ayer me sentí orgullosa de vivir en Santa Catalina, de compartir la indignación de un pueblo dolido y de la valentía que demostraron al expresarlo.Sin embargo, siento vergüenza de que algunos se titulen de izquierda, de que se mientan defensores de los derechos de los desprotegidos y vulnerados mientras en realidad los atropellan y vejan, los hacinan en vergonzosas cárceles, los torturan y convierten en un número de un expediente... Los “daños colaterales” que está provocando la política de represión del ministro del interior, nos duelen a muchos y nos está costando caro en vidas, vidas que importan.



Si la policía no se hacía presente en fantástico despliegue de poder represivo, los vecinos se dispersaban antes, pero al verlos bajar de los vehículos, munidos de cascos, chalecos y escudos, apenas un par de horas después de haber asesinado a un botija, se encendió la rabia y se avivó el dolor. ¿Acaso piensan los “superiores” que mueven a estos títeres armados, que el pueblo no tiene derecho a estar indignado, a sentirse vulnerado y jodido hasta el cansancio y a manifestarlo?, ¿acaso se olvida Bonomi and company de la lucha de los Tupamaros?, esa historia que los llevó al gobierno. Padecen una amnesia de acomodo político, olvidan los tiempos en los que parecía que por sus venas corría la sangre que hierve de indignación frente a la injusticia: “La sangre de Tupac, la sangre de Amaru, la sangre que grita, libérate hermano...”

Veronika Engler

Telenoche



3 comentarios:

  1. por la manera que entraron a ese barrio puede ser que se trate de policia envolvida con trafico //esta gente es violenta y es protegida por el poder //buscan siempre los barrios mas pobres para vender armas y drogas a personas infiltradas alli //generalmente plantan gente en el medio de los trabajadores //matan para mostrar quien manda //y muere generalmente el que esta distraido y no tiene nada que ver con la historia //

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  2. como dice la cancion:
    Gatillo fácil por vocación
    pena de muerte si delinquir
    enfrentamientos que no existen
    defenza propia que no convence.

    Cuidáte si andás por la calle
    la yuta te puede cazar
    armas plantadas para para endosar
    al infeliz que cuadre fusilar......

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    1. Lo que se siente y que no se admite, es que la justicia no existe. No hay justicia porque no se puede reparar el pasado. No necesitamos policía, ni gobierno, ni ganarnos la vida con esfuerzo. El policia se estaba ganando la vida. Hay violencia que se cree justificable, pero es absurda y no tiene sentido.

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