Enviado por Gunnel M Lindblom
Silenciosamente se acerca el comienzo de operaciones de la megaplanta de celulosa establecida por Suecia en su enclave de Uruguay.
La
magnitud monumental de la fábrica anuncia, sin que nadie lo diga, que
está diseñada no solo para abastecerse de materia prima oriental, sino
que en su misma concepción está la intención de proveerse por via
fluvial de materia prima de la Mesopotamia Argentina.
En
Entre Ríos los aserraderos tienen garantizada la provisión de materia
prima por la Ley 9.759 que prohíbe la salida de rollizos aserrables sin
elaborar de la provincia. Gracias a esta prudente disposición, los
mas de 200 aserraderos que operan en la costa del Río Uruguay continúan
generando miles de puestos de trabajo y recursos fiscales, mientras que
de un número similar que existía en Paysandú (ROU) solo quedan un
puñado porque la mayoría han quebrado por el monopolio de la materia
prima de UPM-BOTNIA, a pesar de la promesa específica que la empresa
hiciera al respecto, como veremos mas abajo.
En
Corrientes, la mayor productora de materia prima forestal del país, los
proyectos celulósicos vienen demorados por los conflictos provocados
por la instalación de la pastera de Fray Bentos (ROU), aunque con la
inminente puesta en marcha de la planta de celulosa sueca STORA ENSO en
Uruguay esto puede cambiar.
En
Misiones había hasta hace poco, mas de 900 establecimientos que
procesaban la madera, papeleras, aserraderos, laminadora, fábricas de
tableros, carpinterías de obras, remanufactura (machimbres, molduras,
tableros alistonados y finger joint) producción de envases, fábrica de
muebles y partes, impregnadoras, pero la rápida monopolización de las
empresas celulósicas de los montes implantados esta dejando
aceleradamente fuera de competencia a pequeños aserraderos que ya no
encuentran proveedores de materia prima.
En
esta provincia ha comenzado a operar el mismo modelo que ha asfixiado
la industria de aserrío en Uruguay: el acaparamiento monopólico de toda
la materia prima disponible por las plantas de celulosa.
En
la actualidad, muchos los aserraderos ubicados en el centro/sur de
Misiones se proveen de rollizos provenientes de Corrientes, a pesar del
costo de los fletes, porque las enormes empresas papeleras, dueñas de
los montes implantados en aquella provincia, ya no les venden mas.
Incluso
varios de ellos se están trasladando y radicando principalmente en la
localidad correntina de Virasoro, o piensan hacerlo en el corto plazo.
Esta
realidad se verá significativamente agravada en breve si no se toman
medidas para evitar que una vez que comience a operar la planta de
celulosa de Stora Enso en Conchillas (ROU) arrase a través del
transporte fluvial con los rollizos disponibles, cualquiera sea su
diámetro y calidad como ocurrió en Uruguay, donde UPM-BOTNIA monopolizó
toda la materia prima regional provocando la pérdida de no menos de
6.000 puestos de trabajo directos e indirectos, tal lo informado por
gremios y empresarios madereros de Paysandú.
En
Uruguay, las celulósicas nórdicas, ofrecen a los propietarios de
bosques implantados que no han podido adquirir, cifras que triplican el
valor de los rollizos que los industriales pueden pagar con destino
aserradero[1] U$S 64.- TM, contra U$S 20.-/TM, para dejarlos sin materia prima y provocar su desaparición.
Hace una década, cuando BOTNIA seducía a los orientales para su instalación en ese país mentía:…”La
entrada al mercado de la planta de celulosa, no causará competencia en
la adquisición de materia prima, para la industria mecánica de
transformación de madera”[2]
Esta sola referencia comprobable por cualquiera consultando el INFORME AMBIENTAL-RESUMEN, BOTNIA,
que la empresa distribuyó profusamente antes de instalarse, y está en
la web consignada al pie, basta para conocer la calidad moral de estas
empresas neocoloniales y la de los políticos cómplices que las apañan.
Si
las autoridades de nuestro país no intervienen, la entrada en
funcionamiento de STORA ENSO en Uruguay, con una demanda inicial de 5
millones de M3 de rollizos/año, que en corto tiempo aumentará a 6/7
millones, tendrá un efecto catastrófico sobre la economía regional de la
Mesopotamia Argentina.
El desafío no es darle cualquier destino a la oferta forestal, el desafío es incorporarle valor agregado.
Si
solo se venden los rollizos sin elaborar estaríamos rifando nuestra
ventaja, de tener la región del planeta donde mas rápido crecen los
pinos y la segunda donde mas rápido crecen los eucaliptos y regalándose a
otros, en este caso las empresas celulósicas nórdicas que harían con
nuestro recurso lo que hacen en Uruguay, donde se llevan miles de
millones de dólares al año sin aportar prácticamente nada a la economía
local.
http://www.eldiaonline.com/se-avecina-un-nuevo-conflicto-economico/
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Los empleados de Monsanto no comen transgénicos
El personal de Monsanto no come transgénicos pero el resto de la sociedad está sometida a consumir organismos genéticamente modificados sin consentimiento informado mediante etiquetado, o advertencias sobre las pruebas científicas que que demuestran el peligro de su insuficiencia orgánica y que producen esterilidad y cáncer.
Fuente: CBC News.-Tomado de una nota de Diego Ignacio Mur(bwn)-
Mientras Monsanto financia la difusión de sus productos en la población de países subdesarrollados, cuyas tierras son ricas en recursos naturales, la corporación prohibió los transgénicos en sus propios comedores corporativos.
Esto fue denunciado y se sabe desde 1999. Monsanto proclama en el Tercer Mundo que sus alimentos combatirán el hambre y que son inofensivos, aunque nunca pudo probarse la efectividad alimentaria ni seguridad de los trasngénicos, más bien todo lo contrario. ¿Entonces? ¿Por qué prohíbe su propia comida en las oficinas de la corporación?
La provisión externa de Monsanto en Estados Unidos, dirigida por el proveedor Sutcliffe Catering, envió una notificación explicando que “hemos aceptado la decisión de eliminar, en cuanto sea factible, la soja y el maíz transgénicos de todos los productos alimenticios servidos en el comedor de Monsanto”, y agrega: “Tomamos los pasos anteriores para asegurarnos que usted, el cliente (Monsanto), puede sentirse confiado con la comida que servimos”. Fuente: Independent.co.uk
Y al tiempo que Monsanto lucha contra la salud y la libertad invirtiendo millones de dólares en campañas contra el etiquetado de transgénicos para que el público pueda elegir lo que come.
“Creemos en la elección”, dijo Monsanto, asegurando que la empresa no serviría en sus comedores alimentos transgénicos dando a su personal la oportunidad de “elegir”. Una opción que no está disponible para los consumidores del resto del planeta, que son obligados sistemáticamente a comprar basura genéticamente modificada de Monsanto. Y mientras la corporación se adueña del mercado de semillas presionando a los productores agrícolas.
Un portavoz de Monsanto admitió la prohibición pero salió enseguida a dar excusas: Tony Coombes dijo que la única razón para suministrar alimentos libres de transgénicos en los comedores y cafeterías internas de Monsanto es porque la empresa “cree en la elección”. Coombes dijo que en otros lugares los empleados de Monsanto están encantados por comer alimentos transgénicos porque son “rociados con menos productos químicos”.
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