Lilian
Celiberti, Universindo Rodríguez y sus dos hijos, Francesca y Camilo
Casariego (en ese momento de 8 y 3 años) fueron secuestrados en 1978 por
el coronel Eduardo Ferro, los militares Glauco Yanone, José Bassani y
Carlos Rossel, y el jefe del Departamento de Ordem Política e Social
(DOPS), Pedro Seelig.
Ayer, por fin, procesaron a Ferro.
Ayer, Fran y Camilo se abrazaron frente a la SCJ.
Foto: Pablo Denis.
Sr. secuestrador
Me dirijo a vos secuestrador, para aclarar un par de cosas: la primera, es que por más que vos creas que sos víctima de los comunistas, te aclaro, que vos sos un genocida: "persona que aniquila en forma sistemática e intencional a un grupo social...." por ende, espero que nadie en este país u en otros, te defienda, como se dice en la jerga "quemás".
Yo que fui unas de tus víctimas, tengo esa firme esperanza.
Seguramente no me recuerdes, seguro recordarás más fácilmente el operativo que nos involucra "zapato roto", pero yo sí recuerdo perfectamente la primera vez que tus "camaradas" interrumpieron mi juego, me cambiaron la vida, rompieron lo más sagrado que tiene un niño, su niñez y me alejaron de la seguridad de mi madre.
Recuerdo bien ese mediodía en el cual yo de 7 años junto a mi hermanita de 3 años, hacíamos lo de siempre, jugar en la puerta de nuestra casa en Porto Alegre, Brasil. Al ver llegar a mamita salí corriendo a abrazarla, como hacíamos, y hacen todos los niños de esa edad, pero el abrazo fue interrumpido por una cantidad de "camaradas". Aún hoy, escucho los golpes que le dieron al Yano al hacernos entrar a todos en el apartamento.
Nos llevaron primero a una comisaría en Porto Alegre, luego en una camioneta llena de soldados armados hasta los dientes, nos trajeron a Uruguay, pasamos la frontera y nos separaste de nuestra madre, te la llevaste a Brasil y nos encerraron a mi con 7 años y a mi hermanita de 3 solos en una habitación vacía, me golpearon cuando a la mañana siguiente quise abrir la ventana para escaparme de ese infierno.
No les tembló el pulso cuando nos envolvían en alfombras para trasladarnos, ni les hubiera temblado al matarnos o regalarnos si el secuestro hubiera salido como querían y se los hubieran ordenado. Nos mantuvieron encerrados 18 largos días, para mi eternos. Soldado fuertes y valientes, nosotros 2 niños asustados, fue una pelea desigual pero te enorgulleces de eso, por eso ahora andas mendigando no se sabe bien que.
Saliste de tu madriguera haciéndote la víctima, mandas audios a tus camaradas, no sabemos bien con que fin, haciéndote el pobre perseguido político.
Lo segundo que te quiero aclarar, es que acá te estábamos esperando tus víctimas, no solo los comunistas, también los que no lo somos, y te queremos ver encerrado, preso que es donde mereces estar, porque en definitiva, lo único que sos verdaderamente es eso, un genocida, un criminal.
Camilo Casariego
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