11 mayo 2021
1. Los pobres son pobres por falta de iniciativa.
Sea por su propia naturaleza o por la ausencia de voluntad superadora, los pobres no son culpa del sistema.
Su carestía es su condición.
El sistema y sus reglas nada tienen que ver con el flagelo del desempleo, con la angustia del techo precario o la desesperación de no llegar a fin de mes.
No le echemos la culpa a la política económica de la haraganería de los pobres.
Hasta aquí una parte del credo esencial de los adeptos del mercado.
Ese que tanta predilección tiene en filas del gobierno y que a diario sale a desfilar por las editoriales de sus grandes medios, para buscar más adeptos entre los propios perjudicados.
2. La presunción de haraganería que se oculta detrás de esa farsa discursiva de los de arriba, es la cuna en la que se mece el rechazo y cuando no, el odio, hacia las políticas redistributivas e incluso a las esmirriadas transferencias monetarias para apoyar a las familias más pobres del país.
Así las cosas, la pandemia y la ideología de la desigualdad natural, son los caballitos de batalla para justificar los estragos de la política económica del gobierno.
Si esta ideología se escucha sin pensar o pensando cómo nos entrenaron a pensar, todas las explicaciones te van a cerrar perfecto; excepto las cuentas a fin de mes.
Por eso, es importante apagar el ruido y atreverse a dialogar con la realidad misma. A escuchar lo que ésta tiene para decirnos.
Sin intérpretes ni traductores.
Porque lo único natural en este sistema no es la desigualdad, sino la desinformación.
3. En los últimos meses el precio internacional de los granos, incluido la soja, llegaron a niveles casi record. Precios que arañan el esplendor de los commodities entre 2012 y 2014.
¿Qué significa esto?
Que el agronegocio está de fiesta porque no solo tiene precios elevadísimos para vender sus productos, sino que van a conseguir mucho mas pesos por cada dólar, gracias a la devaluación que el mismo gobierno acompaño desde el principio de su gestión.
En resumen, la van a juntar en carretilla.
Mientras este festival de precios ocurre, el agronegocio está terminando de hacer la cosecha.
Por eso y no por otra razón el gobierno viene aguantando el precio de los combustibles; para no aumentar el costo de los fletes que llevan la soja hacia el puerto y así darles otra manito a sus socios malla oro.
Los ricos son ricos gracias al Estado!!
El costo de esta operación que beneficia al agronegocio supera los 30 millones de dólares por mes. Es decir, que en un solo mes la transferencia al agronegocio va a superar lo que en 6 meses va a gastar el gobierno para implementar los 15000 “jornales solidarios” para una pequeña parte de los trabajadores sin empleo.
Si así como lo estás leyendo,
La desigualdad no es natural. El Estado no es neutro.
A pensar con cabeza propia.
A sentir el dolor ajeno como propio.
A luchar, hasta que la dignidad se haga costumbre!!
Sergio Sommaruga
Excelente,Sommaruga.Sus aportes siempre son claros y , lamentablemente,ciertos.
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