La fundación Friedrich-Ebert-Stiftung en Uruguay (FESUR) publicó el informe «Élites sin destino», que en su versión para nuestro país fue redactada por el periodista especializado en economía Mathías da Silva. Con la frase «en Uruguay no hay ricos, hay riquitos», Silva describió algunas de las características de las clases altas, desde la subestimación de su riqueza, perfil público sin ostentación, negocios dentro de sus círculos de élite y linaje familiar. Pero la información compaginada indica que 2.500 personas son dueñas de, al menos, el 14 % de la riqueza. De este grupo, unas 120 personas cuentan con un patrimonio superior a los 30 millones de dólares, es decir, son ultrarricos.
Viven en zonas costeras, su herencia frena la movilidad social
descendente, hay una presencia testimonial de mujeres en puestos de
poder, no tienen compromiso político activo, ganan mensualmente unas 35
veces el salario mínimo que proviene cada vez más del capital financiero
y menos de las rentas agropecuarias. Estas son las principales
conclusiones sobre los ricos en nuestro país, publicado en noviembre por
FES-Uruguay.
Pero la información compaginada indica que 2.500 personas son dueñas de, al menos, el 14 % de la riqueza. De este grupo, unas 120 personas cuentan con un patrimonio superior a los 30 millones de dólares, es decir, son ultraricos.
El origen de la riqueza en la producción agroexportadora dio paso a la fortuna generada con activos financieros, explicó Da Silva. Además, señala que la herencia es un factor fuerte para evitar la movilidad social hacia abajo. Por otro lado, indica que los ingresos salariales también permitieron que algunos alcancen este lugar seleccionado, en especial los profesionales médicos.
Se mueven en pequeños grupos sociales, en verano se van a su segunda casa en Punta del Este, replican actividades sociales típicas de esta clase alta (juegan al golf, coleccionan autos clásicos, pasaron de residir en la costa a mudarse a barrios privados). En lo político, tienen contactos pero prefieren mantenerse al margen y no militan de forma activa.
Perciben al mes unos 15.000 dólares, 35 veces el salario mínimo nacional. Si a la población se la divide por centiles, la diferencia entre el centil 99 y el 100 radica en la fuente de ingresos, en especial, las rentas de capital financiero, como bonos, títulos públicos locales, rendimientos de depósitos en el exterior, etcétera.
Este viraje en los ingresos nació en los años 70 del siglo pasado y se aceleró en los años 80, con las reformas impulsadas por el entonces ministro de la dictadura, Alejandro Vegh Villegas, indica el reporte. La intermediación financiera, la administración de capitales y la provisión de servicios profesionales, son las actividades que corresponden a este sector.
"Las élites han estado bajo la lupa con los impuestos a la riqueza y los grandes capitales"
Las élites económicas de Uruguay. Informe de J Núñez Tomas.
Hay un informe de Mathias Da Silva, llamado "El sello uruguayo, tradición y cambios lentos"
"Uruguay se conformó en torno al sector agroexportador, como riqueza hacia el mundo. Eso hace un siglo atrás conformó las grandes empresas del país. En los 70 hubo ingresos de capitales extranjeros, que compraron esos negocios".
"Cuando empiezan los negocios grandes uruguayos a venderse al exterior, estas familias tienen activos para poder invertir y eso les generó un tipo de ingreso que es muy diferente al de la población uruguaya"
La pregunta de Kortyszsof a Lacalle Pou en conferencia de prensa en 2020. "Hablamos acerca de gravar el capital. Si lo hacemos es amputar a los que van a hacer fuerza en la salida de la crisis".
Miguel Serna, doctor en Ciencias Políticas: "Las políticas distributivas tienen que ver con actores políticos, económicos y sociales. En esa negociación se avanza más o menos"
"Incluso las élites en este tipo de negociaciones pueden llegar a tener poder de veto"
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