la IZQUIERDA por AFUERA del FA

y la PROPUESTA táctica de quienes NO abandonan PRINCIPIOS



Gonzalo Abella





Estimados amigos:



Que comuna o el PT no hayan superado los 300 y pico de votos no invalida por sí una propuesta táctica; que el 26 de marzo haya sacado (estando solo) en las internas del 2004 unos 5000 votos y que hoy con sus aliados de Asamblea Popular obtenga apenas 4000 tampoco es una señal de por sí de que su estrategia sea equivocada.
La coyuntura es extraordinariamente más complicada para delinear una estrategia de izquierda. Ante todo cabría preguntarse:
1) ¿dificulta esta opción electoral el trabajo organizativo hacia los terrenos principales de confrontación o lo facilita?
2) ¿genera ilusiones institucionales en un pueblo cuya conciencia política ya las ha superado?
3) considerando que desde luego la votación en blanco es una señal alentadora ¿es expresión de un pueblo organizado para la resistencia a un programa antipopular, se está ya preparado para ocupar masivamente las tierras improductivas, para frenar los monocultivos y las transnacionales?
Cómo usar o no la legalidad burguesa depende en cada caso de una opción táctica, no es un tema de principios. En Chile hoy yo votaría en blanco; hay allí un fuerte movimiento mapuche, existe el FPMR y las alternativas electorales sólo sirven para distorsionar las claras confrontaciones que ya están planteadas en la resistencia ciudadana y la movilización popular.
En el Uruguay sólo puedo hablar de la experiencia de la AP, porque participé en ella. Debemos ser en todo el país unos 500 militantes, de los cuales 200 (quizás los más constantes, estadísticamente hablando) son del 26 de marzo.
Tenemos distintos niveles de adhesión al proyecto porque muchos estamos vacunados y no queremos hacer de ningún instrumento un fin en sí mismo. Pero el trabajo organizativo para la distribución de listas, propaganda y supervisión de circuitos electorales ya creó una red que tiende hilos invisibles desde Bella Unión a Rocha.
Aprendimos mucho.
Soy particularmente desafecto a la lucha electoral. Sólo pasar cerca del Palacio Legislativo me produce náuseas y valoro altamente a los compañeros que están dispuestos a candidatearse (yo no lo haré porque no me siento Santa Teresa de Jesús).
Pero esta mínima experiencia me ha dado nuevos elementos de diagnóstico, nuevos vínculos y ha enriquecido mi lenguaje. Los núcleos de estudio político de la Asamblea Popular, algunos de los cuales coordino, son un semillero interesante de intercambios y una señal esperanzadora de la nueva avidez de un sector (aún muy pequeño, es cierto) de la juventud.
Compruebo con asombro el desconocimiento absoluto de las mayorías acerca de lo que ocurre si no lo dice la TV. Directores de canales de TV del interior, periodistas de Montevideo y (por supuesto) LA MAYORÍA DE los funcionarios públicos convocados a actuar en el acto electoral ignoraban que existiera una izquierda por fuera del FA (esta última afirmación valdría la pena releerla; puedo ilustrarla con ejemplos muy pintorescos).
El simple hecho de que los votos de Asamblea Popular, fueran más que los del Partido Independiente desconcertó a más de uno.
¿Y ahora qué? Vienen tiempos muy difíciles.
Aunque gane el FA, todo será difícil, porque quien abandona principios termina reprimiendo.
Debemos prepararnos para las medidas prontas de seguridad, la represión selectiva al estilo Honduras; prepararnos para que no se acalle nuestra voz, y para eso debemos tomar ciertas precauciones desde ya. Las redes informales que vamos creando son un buen río navegable.






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