viernes, 11 de noviembre de 2011

Carneraje liso y llano


repudiables krumiros ejerciendo
el tristísimo sacerdocio de los lameculo de alma

Gabriel Carbajales, 11/11/11

Escucho atentamente por radio a una de las dirigentes de la federación de funcionarios de la salud pública uruguaya, y, la verdad, me da cierto “miedito”, como dicen los gurises, además, francamente, de bastante “asquito”, por lo que mis oídos reciben de boca de esta señora del movimiento sindical hinchada de arrogancia más esperable de una dirigente de algún gremio patronal que de uno de asalariados…
Se está refiriendo a los funcionarios de las emergencias públicas sancionados por haber faltado con aviso a sus respectivos lugares de trabajo, en medio de una serie de medidas con las que se reivindica una adecuación salarial para ellos en particular, que no estuvo contemplada en el último convenio suscrito entre la federación y el ministerio de salud pública, luego del reciente y rarísimo conflicto ocurrido casi en simultaneidad con la realización del 11° Congreso del PIT-CNT.
La primera dama de la federación se expresa como tal; como si fuese la primera dama de un gobierno infalible y omnipotente que nunca se equivoca y que cree poder ser juez y parte así como así, sin más discusión y sin que el “pichaje” pueda creerse habilitado para impugnar sus actos…
Trata de desautorizar sindicalmente a los demandantes por su inorganicidad desobediente del sacro “poder sindical”, intenta descalificarlos moralmente, se refiere a ellos muy socarronamente, tratando de mostrarlos públicamente como una manga de irresponsables únicamente preocupados por su mezquina intención de recibir un salario mínimamente digno, y, encima, los caracteriza como “asesinos” por haber dejado su lugar de trabajo a sabiendas de que no existen suplentes para cubrirlos, presencia que, precisamente, está entre los reclamos más sentidos de los ahora sancionados.
Claro, como, según esta buena dama, ser funcionario de la salud pública es ser poco menos que sacerdote del bien público para el que es un pecado imperdonable dejar sin atención a los usuarios del servicio, se nos aclara que no hubo mayores riesgos, ya que a los inexistentes suplentes los sustituyeron con paradigmático “sentido del deber”, otros sorpresivos suplentes “siempre listos”: nada menos que algunos integrantes de la dirección de la federación --según afirma la damisela--, luego de haberse mantenido una amable y armónica entrevista con las autoridades ministeriales correspondientes, “profundamente conmovidas por la situación” (al igual que los krumiros de nuevo tipo, sensiblemente responsables de sus obligaciones ciudadanas).
Lo escuchado, por ahora, no dá para más, ni para menos, tampoco. Sencillamente, patético, vergonzoso, inmoral, carente del más mínimo respeto por los que viven del sudor de su frente y no del favoritismo con que suelen ser retribuidos los incondicionales del poder de turno.

Solamente cabe agregar un comentario: ninguna de las expresiones súperhumanitarias de esta auténtica sacerdotisa del “nuevo uruguay”, ni siquiera las más casi razonables –ni siquiera la de que estas medidas reivindicativas implicarían el riesgo de exponerse a más privatización del servicio de salud pública-, pueden ocultar la severa animosidad, la bronca lisa y llana, el odio nada proletario hacia otros proletarios, provocado por el sencillo e inducido hecho –inducido desde la mayoría de los dirigentes-- de haberse cuestionado “el principio de autoridad” del buró sindicalero dominante, ese supuesto “principio” que es también el pretexto para promover el alejamiento de los sindicatos y de la central sindical, de todo aquel que se atreva a discrepar y a ser consecuente con otros principios que son en realidad los principios más elementales del sindicalismo, tanto en el área pública como en la privada:
EL SINDICATO EXISTE PARA DEFENDER A LOS TRABAJADORES, A TODOS LOS TRABAJADORES, LUZCAN O NO GALONES DIRIGENTILES, TENGAN LAS AFINIDADES POLÍTICO-IDEOLÓGICAS QUE TENGAN Y HAYAN VOTADO LO QUE HAYAN VOTADO EN LAS INTERNAS SINDICALES O LAS ELECCIONES NACIONALES.

Para terminar: inmediatamente después de la entrevista a la señora inflada del burocratismo obediente del “nuevo Uruguay”, el informativista lee los dos extremos de la “escala salarial” dentro del ejército “oriental”: $ 28.000 (veintiocho mil pesos, casi 1.500 dólares) para un alférez –que viene a ser el aprendiz o la primera categoría “laboral” dentro de la estructura militar verde, el “peón”, digamos— y $78.000 (setenta y ocho mil pesos, unos 3.500 dólares) para un general, que es ese tipo con cara de maduro y de fuerte carácter, lleno de chirimbolos de hojalata que pretenden ser símbolos “nacionales” de la "autoridá", algo así como el gerente mayor de la principal empresa proveedora del mejor terrorismo de Estado profesional en este mundo burgués apequeñoburguesado y desclasado, regido por el tontísimo y ya inservible “principio de autoridad”.
Un enfermero de puerta o de emergencia de la salud pública uruguaya, no agarra en la mano, con mucha suerte, ni $ 14.000 (catorce mil pesos; unos 700 dólares mensuales, que quedan en la mitad si tenés que pagar alquiler por un tugurio de mierda en la periferia ciudadana carente de servicios)…
Pero también puede agarrar, por las condiciones sanitarias en que trabaja, una buena infección o algo más serio, en el ejercicio de su sagrado sacerdocio de túnica blanca y oscura relación entre deberes y derechos que, según todas las evidencias, de aquí en más sería responsablemente regulada por la flamante y revolucionaria asociación entre los nuevos magnates del aparato sindical y los nuevos macanudos de culo chato del aparato estatal.

Así que ya lo sabemos: si muere alguien más en alguna emergencia de paro aunque haya carneraje “con conciencia de clase” ejerciendo el sacerdocio del bien público, ¡pena de muerte para los enfermeros asesinos que se atrevieron a desafiar todos los poderes, incluido el de una mediocre aristocracia sindicalera, la crema “proletaria” que aguarda y hace méritos en la tragicómica cola de la alcahuetería organizada, desesperada por el carguito “de confianza” muy bien ganado, por cierto!!!.
No queda otra: ¡hay que sumar el “miedito” y el “asquito”, y convertirlos en un soberano y gigantesco repudio a los farsantes, alcahuetes y buchones de chupete abierto, berreando a troche y mote, como lo que miserablemente son: carneraje amarillo de la peor calaña!!!.

 La dirección del gremio de Salud Pública calificó la actitud de los enfermeros que no fueron a trabajar como un "asesinato".

Los funcionarios se defendieron y advirtieron que hace tiempo vienen denunciando la falta de recursos.

Asse suspendió por siete días a los enfermeros de las emergencias públicas que faltaron masivamente ayer.

El organismo y la Federación de Funcionarios de Salud Pública enviaron trabajadores de otras dependencias para cubrir los turnos

El País viernes 11 noviembre 2011
Emergencias en conflicto y quiebre en gremio de salud

Sanciones. Suspendieron a funcionarios por faltazo masivo
FEDERICO CASTILLO

Los funcionarios de las emergencias de los hospitales públicos se declararon en conflicto, pero el sindicato de Salud Pública no los apoya y se desató una guerra interna entre trabajadores. Ayer, hubo sanciones por "faltazo" masivo.

"Falta con aviso en bloque que afectó gravemente el servicio", así definieron las autoridades de los hospitales a la ausencia generalizada de los funcionarios de las emergencias de los hospitales públicos de Montevideo que se registró en los primeros días de la semana.

Entre el lunes y martes hubo una especie de "faltazo" masivo del personal no médico de las emergencias. Estos trabajadores están desde hace varios meses en preconflicto para denunciar carencias materiales y de recursos humanos, además de condiciones de infraestructura perjudiciales para los pacientes.

Hace unas semanas, se había logrado instalar una mesa de negociación con el Ministerio de Trabajo y la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), pero los trabajadores no advertían avances ni eco a sus reclamos.

Por eso, y sin que sea una medida gremial, los enfermeros y nurses comenzaron a ausentarse de los servicios de emergencia en forma coordinada. El martes, faltaron unos cuatro funcionarios en el Hospital Español. El miércoles, no fueron a trabajar otros cuatro al Maciel y unos siete al Pasteur.

Esta medida tuvo sanciones como consecuencia. Ayer, se les notificó que habría siete días de suspensión para quienes faltaron. La respuesta de las autoridades fue respaldada por la propia Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP) que le soltó la mano a los trabajadores que decidieron faltar y se desentendió de sus reivindicaciones. Esto encendió la mecha para que se desate un conflicto que estaba latente.

Los funcionarios de las emergencias cuestionan dos puntos: que se les haya impuesto una sanción que entienden "injustificada" (argumentan que anunciaron con 24 horas de anticipación y que no corresponde suspensión si se falta con aviso) y que la propia FFSP haya "actuado como patrón" y cubriera las ausencias en el servicio con personal que "no está calificado" para la tarea.

"La FFSP tomó la responsabilidad, que la tiene que tomar ASSE como patrón, de venir a brindar los servicios contratando gente amarilla para ocupar puestos de trabajos de otra personas, que no sabemos si estaban capacitados o no", comentó uno de los funcionarios de la emergencia del Maciel.

La presidenta de la FFSP, Beatriz Fajián, dijo a El País que el sindicato decidió llevar a su "propia guardia gremial solidaria". Apelaron, con la anuencia de las direcciones de los hospitales y de ASSE a un contingente de funcionarios que están en una lista de suplentes.

Fajián desestimó los cuestionamientos sobre la idoneidad de los trabajadores que usaron para reemplazar los ausentes.

"Lo que tienen que tener es humanidad y caridad. Si yo estoy capacitado, pero te dejo tirado... prefiero que me atienda uno que no esté capacitado y no me deje tirado", graficó.

Presiones. Raquel Parodi, enfermera del Maciel y una de las voceras de los funcionarios, dijo que detrás de todo esto se oculta un escenario de "presiones" para que no se denuncie la situación de las emergencias. Dijo que estas presiones vienen tanto de la FFSP como desde el directorio de ASSE, en particular del representante de los trabajadores, Alfredo Silva.
"Seguimos trabajando en las mismas condiciones, con pacientes atados a las camas porque no hay barandas y se caen, con enchufes rotos. Tenemos que tratar de sacar adelante un servicio que se cae a pedazos y ocultando por el temor a perder el empleo. Nos están haciendo cómplices de omisión", dijo.

Incidentes. Lo cierto es que la consecuencia directa de todo esto es un quiebre en el gremio de la Salud pública. El sindicato, que encabezó las negociaciones con ASSE y el Ministerio de Trabajo, ahora les retiró el apoyo a sus pares de la Emergencia. Tanto así que ayer hubo un enfrentamiento entre funcionarios en el Maciel. Dirigentes de la FFSP retiraron cartelería. Hubo amenazas e insultos y hasta se radicó una denuncia en la seccional policial 1a. de Ciudad Vieja.

El País Digital

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