lunes, 28 de noviembre de 2011

Sin honores y vergüenzas




Lebel aseguró que la corrupción en la Armada existe desde hace años








Lunes 28 de noviembre de 2011 |

CUESTION DE HONOR. FUE DENUNCIADA POR MILITARES DE LA PROPIA UNIDAD; JEFES ESTARIAN INVOLUCRADOS

Descubren maniobra en batallón con fondos del Censo Agropecuario

Un grupo de militares del Ejército denunció en su propia unidad una maniobra de presunta estafa con fondos provenientes del Censo Agropecuario, según la cual se hizo figurar más personal y vehículos que los utilizados.
Escrito por: MARCELO FALCA
Lunes 28 de noviembre de 2011 |La irregularidad fue detectada en el Batallón “Rincón” de Infantería Mecanizada Nº 9 con asiento en la ciudad de Fray Bentos.
El censo comenzó en forma simultánea en todo el país el pasado 15 de agosto y contó, en esta edición con la participación de unos 640 efectivos del Ejército provenientes de unidades de todo el país, a los que se les pagó un viático por su desempeño como empadronadores, supervisores zonales y departamentales, así como al personal militar de apoyo logístico, bajo las órdenes de operarios de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. En la actividad -que concluiría por estos días-, está previsto que se visiten en total unos 60 mil establecimientos agropecuarios en todo el país. El costo del censo fue estimado en unos U$S 3 millones.

La denuncia

El Batallón “Rincón” Nº 9 de Fray Bentos es una de las unidades que contribuyó con personal (alrededor de 18 efectivos) y vehículos y que, al 2 de noviembre, llevaba relevados un total de 776 de establecimientos (un 71% del total del área asignada), según el parte remitido por el oficial a cargo del Censo Agropecuario, capitán Cléber Techera.
Militares del propio cuerpo de tropa descubrieron que sus nombres figuraban en las planillas del personal afectado a las tareas de censo, sin haber sido convocados y acompañados por firmas falsificadas.
Los damnificados, entre los cuales hay un suboficial, pusieron al tanto de estos hechos a las autoridades del cuartel. Sin embargo, con asombro y perplejidad, se enteraron que habían sido éstas las que habían dado la orden de adulterar los reportes. Las irregularidades también abarcarían a otros rubros, como vales de combustibles y vehículos utilizados en el traslado del personal militar hacia los establecimientos a censar. En este caso, en la planilla de progresos diarios del censo agropecuario se declara una cantidad de vehículos superior al que realmente se empleó. LA REPÚBLICA tuvo acceso a toda la documentación con el membrete del batallón, copias de listados con las firmas adulteradas, así como los nombres del personal damnificado y el monto de lo que, mes a mes, reportaba el ilícito, todo lo cual está a disposición de las autoridades competentes.
También accedió al testimonio -de seis carillas- de uno de los denunciantes, cuyo nombre se mantiene por el momento en reserva, quien está dispuesto a declarar, llegado el caso, “por mi honor y por mi país, para que no se vuelva a repetir en mi unidad ni en todo el Ejército”. Fue este uniformado quien tomó la decisión de denunciar la maniobra, primero, como correspondía, a través del conducto natural del mando.
En respuesta, el denunciante recibió “amenazas y presiones” de sus superiores, todo lo cual también relató en un informe que remitió a LA REPÚBLICA (véase recuadro).

"De comunista, no"


“Mire, mi sargento, si sigue de comunista, le voy a arrancar la cabeza a tipasos (sanciones); de comunista acá dentro, no”, le advirtió el capitán C.T. al denunciante, palabras más, palabras menos. El mencionado capitán figura como oficial a cargo ante el Censo Agropecuario en la unidad y este diálogo, según el testimonio, ocurrió en el despacho del oficial el pasado 22 de noviembre a la hora 9.30. Este había sido el segundo contacto que el denunciante había mantenido con el oficial por este tema. El primer encuentro había tenido lugar el 19 de octubre a la hora 10. El propio capitán le había hecho saber “en tono agresivo” que figuraba en la lista del personal que trabajaba en el Censo Agropecuario 2011 con 14 días en el mes de setiembre y octubre y que tenía ganada la suma de $5.900 en tickets alimentación. Sin embargo, le aseguró que “no los iba a cobrar ya que el mayor J.R. (2º jefe del Batallón) había firmado por mí” en las taloneras y recibos correspondientes y “se los había quedado para él”. Agregó que fue el propio C.T. quien le exhibió la documentación con las firmas adulteradas. El oficial también le dijo que él había puesto su nombre así como el de otros cuatro militares más en las planillas, sin sus conocimientos, “por orden del señor segundo jefe y del jefe del Batallón”. También le confió que la maniobra abarcaba a los vales de combustible. Sorprendido ante esta revelación, le espetó al capitán que pondría al descubierto la maniobra, sobre lo cual el capitán le advirtió que “no hable nada si quiere conservar su grado y su trabajo”.

El viernes 21 de octubre, a la hora 10, el denunciante procedió a poner en conocimiento de lo ocurrido al 2º jefe. En respuesta, solo recibió “silencio y una sonrisa”. El martes 22 de noviembre a la hora 10, concurrió al despacho del propio jefe del Batallón, a quien le relató lo ocurrido, así como la amenaza recibida. “Mire mi sargento, acá yo soy el jefe, y sé todo lo que entra y sale y todo lo que se hace y se deja de hacer es por orden mía” le advirtió. Confirmó que él había dado la orden de que se pusiera más personal en el Censo Agropecuario, que el personal no iba a trabajar. También indicó que maniobras como esa se estaban realizando en unidades militares de otros departamentos.
En un segundo encuentro, ese mismo día, pero a la hora 13.30, el comandante le informó que tomó cartas en el asunto por la amenaza y que “mañana a primera hora a esa gente que figuraba de más se le iba a pagar”. El denunciante se mantuvo firme y le respondió que “no iba a firmar y a cobrar nada que no le correspondiera ya que no había trabajado”. La respuesta fue: “Si usted no firma, otro sargento lo hará y cobrará los tickets”. Al otro día, el jefe de la unidad convocó a una reunión a la hora 10 en el casino de oficiales de la unidad, a la plana mayor del Batallón y al personal que figuraba en las planillas.
Les hizo saber que él tenía conocimiento de la situación, al igual que el 2º jefe, que el oficial a cargo del censo y otro sargento y reiteró que el objetivo no había sido perjudicarlos a ellos sino “sacar más plata al Ministerio y al Estado”. “Pero como ustedes se enteraron les vamos a pagar y que esto no salga de esta reunión”, agregó. El denunciante respondió que todo el personal del Batallón está enterado y le reiteró que él no firmará ni cobrará dinero alguno porque no había trabajado y exigió que se lo borre de la lista. El jefe de la unidad preguntó entonces al sargento presente si quería firmar por él y llevarse los tickets, lo que efectivamente hizo. El resto de los presentes, a excepción del denunciante, también firmó, luego que el comandante se los ordenó.



Los últimos incidentes alertaron a legisladores nacionalistas

Conducta de cascos azules
uruguayos preocupa a los blancos

Los últimos dos incidentes que involucraron militares uruguayos en misiones de paz generaron alerta en filas de la oposición, que teme que el comportamiento afecte la imagen de Uruguay.

La conducta de militares en el exterior y la imagen que estos puedan dejar del país en las misiones de paz de la Organización de Naciones Unidas genera preocupación en algunas figuras de la oposición.

El senador de Alianza Nacional Jorge Larrañaga dijo a Ultimas Noticias que los militares deben ser conscientes de la responsabilidad que tienen al representar a Uruguay en las misiones. El senador explicó que Uruguay históricamente ha tenido una muy buena conducta, pero los últimos hechos que han involucrado a militares en el exterior generan una alerta. "Los militares que representan a nuestro país en misiones de paz tienen que cuidar la imagen del país y su comportamiento personal y eso es esencial y con eso no se pide ni se reclama nada que no corresponda", enfatizó.

En el mismo sentido, el diputado nacionalista Javier García (Alianza Nacional), que preside la comisión de Defensa de la Cámara de Representantes, dijo a Ultimas Noticias que este tipo de incidentes, como el del presunto abuso de marinos a un lugareño en Haití o el último en el Congo donde un observador uruguayo agredió a una diplomática estadounidense, le "preocupan" y considera que "no son gratis porque producen una afectación, más cuando son dos hechos que han tenido gran impacto mediático".

García explicó que de todas maneras el trabajo de los más de 30.000 militares uruguayos que han participado en misiones de paz no se debería ver afectado. "El trabajo no se empaña con cuatro o cinco que hacen este tipo de cosas. Pero está claro que es necesario trabajar más para prevenir ese tipo de situaciones", enfatizó.

El diputado manifestó que este tema estuvo presente en su charla con el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, donde le dijo que se debe "trabajar en el entrenamiento funcional de los militares reforzando este tipo de aspectos, porque al ministerio le consta que este tipo de situaciones puede afectar la intachable imagen de los militares". Y agregó: "No podemos dejar que un puñado de militares dañen a todos los demás".

Tal como informó Ultimas Noticias en su edición del sábado 26, las autoridades castrenses resolvieron rotar las tropas uruguayas en Haití para evitar la relación entre los cascos azules y los habitantes locales. Desde la Secretaría de Estado consideran que este pudo haber sido uno de los factores que incidieron en el comportamiento de los marinos uruguayos en Port Salut.

La denuncia por agresión física de una diplomática estadounidense contra un observador militar en el Congo los primeros días de noviembre fue el quinto escándalo en el que militares uruguayos se ven involucrados durante su participación en misiones de paz de ONU.

Hasta el momento hubo dos casos de violación en el Congo que terminaron con la sanción y el encarcelamiento de los militares involucrados. Años atrás se registró un caso de vandalismo contra una iglesia en el mismo país y en setiembre de 2011 hubo una denuncia contra cinco marinos por abusar de un joven haitiano.

El episodio, que contaba como prueba con un video grabado por uno de los marinos que se difundió en forma pública, reavivó el debate sobre la permanencia de cascos azules uruguayos en misiones de la ONU. Si bien algunos sectores del Frente Amplio (FA) y organizaciones sociales insistieron en retirar las tropas, el gobierno ratificó su permanencia en el marco del acuerdo con el organismo internacional.

De todos los casos denunciados hasta el momento, este es el primero donde el militar implicado es un observador que no forma parte del contingente de militares uruguayos sino que depende en forma directa de la ONU.




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