Mujica insistió en liberar a ancianos presos
El presidente tuvo un intercambio de ideas con militantes de izquierda. Dijo que no es “verdugo de ancianos” y que si tuviera potestad no los tendría en prisión.
El presidente de la República, José Mujica, respondió a cuestionamientos de militantes de izquierda, quienes discreparon con el primer mandatario por la política de derechos humanos que lleva adelante su gobierno.
En especial, durante el intercambio, el presidente Mujica reiteró una opinión que ya había generado mucha polémica: que está a favor de la liberación de ancianos que están cumpliendo pena en prisión, aún cuando estos sean violadores de los derechos humanos.
El 23 de agosto de 2009, durante una visita a Santiago de Chile, Mujica dijo: "A mí no me interesa la gente presa, me interesa la verdad. Porque la verdad es la forma superior de castigo para los que son responsables de los atropellos. Ya han pasado muchos años desde los hechos y detesto tener ancianos presos".
Ayer, durante un encuentro con militantes de izquierda en Porto Alegre, el presidente mantuvo un intercambio con los asistentes en el que ratificó esta idea.
“Quiero que los orientales se encuentren, que no se tengan que odiar; quiero que las generaciones que vengan aprendan de nuestros propios errores, y que cometan los suyos, pero no los nuestros”, dijo el presidente. Siguiendo ese razonamiento, dijo que respetaba a todos los uruguayos “sean blancos, colorados, verdes, amarillos, los que están acá (en Porto Alegre), los que están allá (en Uruguay), los que me votan y los que me putean”, dijo Mujica.
En ese momento, un asistente cortó la disertación del presidente. “Se puede interrumpir, sí señor”, dijo Mujica: “yo no doblo el pescuezo”, subrayó.
El militante de izquierda preguntó: “¿van a seguir detenidos los delincuentes, independiente de que sean viejitos de más de setenta años?”.
Y el presidente le respondió: “de mi parte no tengo fuerza para disponer lo contrario, pero yo discrepo. Si pudiera, no tendría preso a hombres de 80 años para arriba, pero yo no soy dueño del país”. “Eso lo sabemos” -interrumpió nuevamente el asistente- a lo que Mujica respondió: “Pero digo lo que pienso; yo no soy verdugo de ancianos”.
Más temprano, durante su disertación, el primer mandatario había señalado que en la vida es necesario tener prioridades. Y en tono reflexivo señaló: “Mi prioridad son los nietos que no voy a tener. No puedo vivir angustiado, solo mirando para atrás. Mi angustia son los que van a venir. Porque el mundo del pasado no lo puedo arreglar. Si acaso puedo ayudar a que el mundo del mañana sea un poco mejor”, dijo.
10 de noviembre de 2011
Dijo que no tiene intención de ser un “verdugo de ancianos”
Mujica no quiere presos a militares de 80 años
El presidente José Mujica reiteró desde Brasil su posición contraria a que los militares presos mayores de 80 años se encuentren en la cárcel. Frente a reclamos de militantes de izquierda, insistió en que él no es un “verdugo de ancianos”. |
Mujica, junto al canciller Luis Almagro, dio una charla sobre derechos humanos que fue cuestionada por militantes uruguayos de izquierda que se encuentran radicados en Brasil. Su postura, que se conoce desde la campaña electoral de 2009, es compartida también por su esposa, la senadora del Movimiento de Participación Popular (MPP) Lucía Topolansky. Sin embargo, pese a la convicción que ambos tienen sobre que los militares retirados mayores de 80 años no deberían estar en la cárcel, ni el gobierno ni la fuerza política trabajan en un proyecto de ley para revertir la situación. El secretario de Presidencia, Alberto Breccia, confirmó a Ultimas Noticias que el Poder Ejecutivo no trabaja en ese sentido y varios legisladores del MPP aseguraron lo mismo, pese a que los máximos referentes del sector estén a favor de la medida.
La posible excarcelación de militares genera el rechazo de los grupos de izquierda y organizaciones de derechos humanos que han insistido en que los delitos de la dictadura deben ser juzgados y los militares presos.
“Quiero que los orientales se encuentren, que no se tengan que odiar. Quiero que las generaciones que vengan aprendan de nuestros propios errores, y que cometan los suyos, pero no los nuestros”, explicó Mujica ante un auditorio de más de cien personas. En ese sentido, puso énfasis en que él respetaba a todos los uruguayos, “sean blancos, colorados, verdes, amarillos, los que están acá (en Brasil) y los que están allá (en Uruguay)”. Por otra parte, el presidente insistió en que se debe trabajar con la mirada hacia el futuro. “Mi angustia son los que van a venir”, afirmó.
“Porque el mundo del pasado no lo puedo arreglar. Si acaso puedo ayudar a que el mundo del mañana sea un poco mejor”, sentenció.
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