Fue citado por el homicidio de Luis Batalla en 1972 y lo requería el fiscal Capaldo en Italia
El coronel Pedro Mato fugó a Brasil para no declarar en la causa de
muerte por torturas de Luis Batalla en 1972 que indaga la Jueza Penal de
9º Turno, Dra. Blanca Rieiro Fernández.
El coronel (r) Pedro Antonio Mato Narbondo fugó de Uruguay y
estaría prófugo en territorio de Brasil para eludir una citación del
Juzgado Penal de 9º turno, a cargo de la jueza Blanca Rieiro Fernández,
quien ordenó su conducción al juzgado en el marco de la indagatoria
sobre la muerte por torturas el 25 de mayo de 1972 del militante
democristiano Luis Batalla.
POR ROGER RODRIGUEZ
(Especial para @gesor)
Mato
Narbondo, quien habría quedado bajo requisitoria internacional de
Interpol, también era solicitado judicialmente por el fiscal italiano
Giancarlo Capaldo en el marco de la causa que el Tribunal de Roma lleva
contra la coordinación represiva que las dictaduras del cono sur
llamaron “Plan Cóndor” y en cuyo marco fueron desaparecidos 13
italouruguayos.
El militar vivía en la ciudad de Rivera, donde
estaba radicado con su actual esposa Juliana De Sarro, pero un tiempo
atrás comenzó por mudarse al otro lado del límite fronterizo en la
ciudad de Santana do Livramento, donde la policía uruguaya no tiene
jurisdicción. La Navidad, Mato la pasó en una casa con parrillero
uruguayo del lado brasileño.
Los preparativos de su definitiva
huida hacia Brasil fueron planificados por años. El militar volvió a su
natal frontera al pasar a retiro en 1984. Constituyó domicilio en
Fernando Segarra 434 y en Leandro Gómez 678 y lo emplearon en la Zona
Franca de Rivera. Desde 2004 manejaba el coche matrícula brasileña
IBV4589, que un par de veces fue multado.
En su página facebook,
De Sarro colocó una postal con la frase: “La distancia sirve para
entender lo que pasó, aceptar lo que dolió y aprender de lo que no
funcionó”. Activista del Foro Libertad y Concordia surgido en 2011 en
defensa de los militares presos por crímenes de lesa humanidad, Juliana
muestra en su muro fotos de viajes con Mato en Brasil.
El militar prófugo esta casado con Juliana De Sarro, quien descalificó
en 1986 el testimonio de la enfermera Haydeé Trías a quien Mato confesó
asesinar a Zelmar Michelini en 1976.
ZELMAR Y TOBA
De Sarro, protagonizó en 1985 un
recordable incidente por el que terminaron clausurando las actuaciones
de la Comisión Investigadora sobre la muerte de Zelmar Michelini y
Héctor “Toba” Gutiérrez Ruiz, cuando se filtró al diario El País el
testimonio secreto de la enfermera Haydeé Trías, a quien Mato confesó
asesinar a ambos políticos en Buenos Aires en 1976.
Según la
versión que Trías ha mantenido, Mato tuvo un ataque de depresión y su
“amiga” Juliana de Sarro le pidió que le proporcionara algún
tranquilizante, pero cuando Trías fue a asistir al militar en un “bulín”
que el coronel Manuel Cordero tenían en la calle Garibaldi, Mato se
confesó y le mostró una placa que le habían dado en reconocimiento a su
acción.
Cuando fue llamada a declarar en la Comisión, De Sarro
desmintió a la enfermera a quien acusó de desequilibrada. Pese a
presiones (amenazas y sufrió atentados) Trías mantuvo sus dichos, pero
la infidencia que publicó su testimonio en la sección “El duende de la
Trastienda” que escribía Daniel Herrera Lussich, hizo cerrar la
investigación.
Haydeé había conocido a Juliana a los 12 años,
cuando estaba internada en el Consejo del Niño. Le ayudó a salir e
incluso fue madrina de su hija. Juliana frecuentaba bares y a un grupo
de militares que conoció en el bar “El Lido”, donde recalaba el coronel
Cordero, quien vivía con el procesado coronel Gilberto Vázquez en el
apartamento de Garibaldi 2931.
FISCAL CAPALDO
Luego de diez años de indagatorias
del fiscal Giancarlo Capaldo, el Tribunal de Roma inició en octubre la
causa sobre el Plan Cóndor que implica a 35 militares latinoamericanos
(17 uruguayos) en violaciones a los derechos humanos y en la
desaparición forzada de 23 ciudadanos italodescendientes, 13 de ellos
nacidos en Uruguay.
La justicia internacional italiana ordenó la
detención y captura de varios militares. Entre ellos, este año, en la
primera etapa del proceso serían juzgados, aún en ausencia, los
uruguayos Pedro Mato, Iván Paulós y Ricardo Chávez. Asimismo, en agosto
último fue detenido el coronel Antranig Ohanessian, que también estaba
requerido por Roma.
La juicio implica al dictador Gregorio
Alvarez, el ex canciller Juan Carlos Blanco, los represores Ricardo
Arab, José Gavazzo, Juan Larcebeau, Luis Maurente, Ricardo Medina,
Ernesto Ramas, José Sande, Jorge Silveira, Ernesto Soca y Gilberto
Vázquez. También incluía a los fallecidos Juan Bordaberry y Carlos
Calcagno y al prófugo Jorge Tróccoli.
Las víctimas uruguayas son:
Daniel Banfi (ejecutado en Buenos Aires, 1974), Gerardo Gatti, María
Emilia Islas, Bernardo Arnone y Juan Pablo Recagno (Pozo Orletti, 1976),
Andrés Bellizzi (Pozo Altético, 1977), Ileana García, Yolanda Casco,
Edmundo Dossetti, Julio D'Elía, Héctor Giordano, Raúl Borelli y Raúl
Gámbaro (Pozos Olimpo y Banfield, 1977).
Egresado de la Escuela de las Américas, miembro del SID y la OCOA, el
militar estaba radicado en Rivera y se había pasado inicialmente a
Livramento para eludir la justicia.
CASO BATALLA
Luis Carlos Batalla Piedrabuena murió
por torturas en el Batallón de Infantería Nº 10 de Treinta y Tres, el 25
de mayo de 1972, durante el gobierno constitucional de Juan María
Bordaberry. Era trabajador de la construcción, militante del PDC, estaba
casado y tenía dos hijas. Los detuvieron el 21 y cuatro días después
devolvieron su cuerpo a la familia.
El caso fue indagado por
parlamentarios y produjo un escándalo político. Batalla era hijo del
subcomisario departamental. Los militares se negaron a dar
explicaciones. Intervino el juzgado local y una autopsia confirmó que
murió por “rotura de hígado”. El ministro de Defensa, general Enrique
Magnani fue convocado al parlamento y renunció el 19 de julio.
El
caso Luis Batalla confirmó que en Uruguay las fuerzas conjuntas estaban
utilizando sistemáticamente la tortura. El golpe de Estado impidió
continuar las indagaciones. La Ley de Caducidad archivó el expediente
114/86 denunciado a la salida de la dictadura ante Penal 9º turno. En
julio de 2013 una gestión del Observatorio Luz Ibarburu reabrió la
causa.
En la unidad militar olimareña se encontraba Pedro “el
Burro” Mato, 31 años, titulado en contrainsurgencia en la Escuela de las
Américas (SOA) en 1970 y con grado de capitán en el Servicio de
Información y Defensa (SID) desde 1971. Citado por la jueza Riero
Fernández (sustituta de Gabriela Merialdo), el militar no se presentó y
fugó a Brasil.
http://www.agesor.com.uy/noticia.php?id=8680
lunes, 30 de diciembre de 2013
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