ALIANZA DEL PACÍFICO-ACUERDO DE ASOCIACIÓN TRANSPACÍFICO
AUTOR: William Yohai
7 de diciembre de 2013
Hace unos días una persona nos preguntó acerca de la Alianza del Pacífico.
El tema apareció en la superficie cuando se hizo público que el
vicepresidente Danilo Astori había concurrido a una reunión de esa
asociación en Chile representando a Uruguay como observador.
Creo que nadie tenía idea, en Uruguay al menos, de que se trataba el
asunto. Por supuesto para todos quienes conocemos las tendencias
ideológicas del contador Astori, un neoliberal de tomo y lomo, y
constatamos además que dicha “Alianza” era integrada por Chile, México,
Colombia y Peru, no nos hizo falta estudiar más el asunto para concluir
que estábamos ante otro de los múltiples mecanismos mediante los cuales
el capital trasnacional busca dominar absolutamente no sólo nuestras
economías, sino todas nuestras sociedades. Y es que los países miembros
integran, sin duda, lo más neoliberal y pro imperialista que existe hoy
en América Latina.
Como países observadores acompañamos, además
de Paraguay, a algunos tan distantes y distintos como China, Estados
Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelanda. También lo son países que
integran la Unión Europea, como Francia, Reino Unido, Alemania, etc.
Los objetivos de todos estos acuerdos, sin excepciones, son:
a)liberalizar el comercio demoliendo las barreras arancelarias y no
arancelarias al mismo, siempre de acuerdo a los intereses de las grandes
empresas trasnacionales (ETN). b)liberalizar el acceso a los mercados
de capital dentro de los distintos países, c) derribar cualquier traba
al desarrollo del capital, desmonopolizar y privatizar los servicios
públicos, destruir los mecanismos de protección nacional para pequeñas y
medianas empresas nacionales, d) eliminar controles de precios o
impuestos destinados a proteger el consumo de los sectores desposeídos,
e) establecer la libre competencia para la contratación de mano de obra
obligando a los trabajadores a competir con aquellos países o regiones
con menores salarios f) liberar las restricciones para la aplicación de
patentes y propiedad intelectual, especialmente en rubros como
medicamentos software, cine, televisión, etc. g) reducir o eliminar la
participación de tribunales nacionales en la resolución de conflictos
entre empresas inversoras extranjeras y los respectivos estados, h)
defender a ultranza los derechos a la propiedad privada de los medios de
producción.
Se trata, en suma, de abrir los países al capital y
facilitar al máximo su desarrollo, reduciendo a un mínimo las
posibilidades de los gobiernos nacionales.
El fundamento de
todo esto es simple: mal que bien los gobiernos nacionales están sujetos
a alguna forma de influencia por parte de los pueblos. Que a su vez
están integrados, en su inmensa mayoría por quienes son explotados por
el capital.
Si bien el capitalismo moderno ha afinado en grado
sumo los mecanismos de dominación existe siempre la posibilidad de que
los pueblos logren influir sobre, e incluso eventualmente controlar,
algunos gobiernos.
La máxima seguridad para el capital radica,
entonces, en reducir al máximo las potestades de estos gobiernos
potencialmente influenciables por los explotados.
Este es, en suma, el objetivo final de todo esto.
Pero el título del trabajo refiere a otra “asociación” que tiene en su
nombre la palabra “Pacífico”. Se trata del “Acuerdo de Asociación
Transpacífico”.
Aquí estamos frente al mismo perro con distinto collar. Bueno, hasta el collar es bien parecido.
Veamos:
“El proceso de negociación del Acuerdo de Asociación Transpacífico
(TPP) tiene por objeto la creación de una plataforma para una potencial
integración económica en la región del Asia-Pacífico. Los países
participantes en las negociaciones del TPP se proponen diseñar un
acuerdo inclusivo y de alta calidad que siente las bases para el
crecimiento económico, el desarrollo y la generación de empleo de los
países miembros, y que a su vez se convierta en el fundamento para un
futuro Acuerdo de Libre Comercio del Asia-Pacífico (FTAAP, por sus
siglas en inglés).
El proceso de negociación del TPP es una
iniciativa desarrollada por los países miembros que actualmente forman
parte del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica, a
saber: Brunei Darussalam, Chile, Nueva Zelandia y Singapur. Este
tratado, también conocido como P4, fue suscrito en el año 2005 y está en
vigencia desde el 2006.
El P4 es un acuerdo abierto que
contempla la posibilidad de la adhesión de terceros países con el objeto
de promover la creación de una alianza estratégica mayor para la
liberalización del comercio en la región. En particular, el artículo
20.6 del Acuerdo establece que otras economías del APEC u otros Estados
pueden adherirse al Acuerdo en los términos que acuerden las partes. En
este sentido, el 04 de febrero de 2008, la Oficina del Representante
Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) anunció
que los Estados Unidos participarían en las negociaciones sobre
inversión y servicios financieros programadas en marzo siguiente entre
Singapur, Chile, Nueva Zelanda y Brunei.
El 22 de setiembre de
2008, los países del P4 y los Estados Unidos anunciaron el lanzamiento
de negociaciones para la participación de este último, en el Acuerdo
Estratégico Transpacífico de Asociación Económica.
Posteriormente, Australia, Perú y Viet Nam formalizaron su interés de
adherir a las negociaciones del acuerdo comprehensivo, es decir, del
Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), durante la Cumbre de Lideres
del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) de noviembre de
2008 en Lima, Perú.
Aproximadamente un año más tarde, el 14 de
noviembre de 2009, el presidente de los Estados Unidos de América
anunció que colaboraría con el grupo inicial de los siete países del
TPP, con el fin de formar un acuerdo regional de “membresía amplia y los
más altos estándares que representa la eficacia de un acuerdo del siglo
XXI”.
La primera ronda de negociaciones del Acuerdo de
Asociación Transpacífico (TPP) se realizó entre Chile, Brunei, Nueva
Zelanda, Singapur conjuntamente con Estados Unidos, Perú, Australia y
Viet Nam, del 15 al 19 de marzo de 2010, en Melbourne, Australia.
La segunda ronda de negociaciones se llevó a cabo en San Francisco,
Estados Unidos el 14 de junio de 2010. Adicionalmente, se realizó una
minirronda de negociaciones en Lima, Perú, el 20-21 de agosto.
Los países que integran el proceso del TPP se dieron cita en Brunei,
Darussalam, del 04 al 10 de octubre de 2010 para celebrar la tercera
ronda de negociaciones del TPP. Un total de 24 grupos negociadores se
reunieron para abordar un amplio rango de temas comprendidos en el
acuerdo. En esta misma ocasión, Malasia presentó formalmente su
solicitud de integrase a las negociaciones en curso. Los ocho países
participantes en el proceso aceptaron por unanimidad el ingreso de
Malasia el 5 de octubre, permitiendo de este modo su participación
efectiva como noveno miembro del proceso de negociaciones del TPP. La
cuarta ronda de negociaciones se realizó del 6 al 10 de diciembre de
2010, en Auckland, Nueva Zelanda. La quinta ronda tuvo lugar en Santiago
de Chile del 14 al 18 de febrero de 2011. La sexta ronda se realizó en
Singapur del 28 de marzo al 1º de abril. La séptima ronda se realizó en
Ho Chi Minh, Viet Nam, del 20 al 24 de junio de 2011 y la octava ronda
de negociaciones en Chicago, Estados Unidos, del 09 al 15 de setiembre
de 2011. La novena ronda de negociaciones comenzó en Lima, Perú, el 20
de octubre de 2011. El 12 de noviembre de 2011, en Honolulu, Estados
Unidos, los países miembros del TPP anunciaron la culminación de los
lineamientos generales del acuerdo. Canadá, Japón y México manifestaron
su interés de participar en el TPP...”
Y sigue el relato de la
historia de esta asociación. Llama la atención de que 3 (Chile, que fue
fundador del proceso negociador, Peru y México) de los integrantes de la
Asociación del Pacífico los son a su vez del Acuerdo de Asociación
Transpacífico. Y que varios de los países que integran como observadores
la “Asociación” sean a su vez parte del “Acuerdo”. A su vez, estos
países: Chile Peru y México tienen respectivos acuerdos de libre
comercio con Estados Unidos.
Tal vez la gran excepción sea
China. No tanto por una razón que podríamos llamar “administrativa” ya
que ésta figura como observadora en la “Asociación” pero no forma parte
del “Acuerdo”, sino por una de fondo. Éste último tiene, en su genética
constitutiva una marcada intención “anti China”. En efecto, lo integran
países como Vietnam, Australia y Nueva Zelanda que, si bien efectúan
considerables flujos comerciales con China, se muestran hostiles a ésta
en el plano geo-político-estratégico. Y se inclinan en principio a
unirse con Estados Unidos.
El acuerdo trans Pacífico tiene una
característica bien especial: los temas que se negocian son secretos. En
efecto, como se puede leer con más detalle en1: “lo que sí sabemos es
que consiste en alrededor de 29 capítulos o áreas de negociación.
Algunos de ellos tienen anexos que se relacionan con bienes específicos
como productos farmaceúticos, vino o alcoholes. Es sorprendente que no
existe una lista disponible en forma pública de los capítulos y anexos.
Que incluye no sólo temas tradicionales del comercio, tales como
movimiento de bienes y servicios, sino muchas áreas de política que
previamente eran asunto de manejo doméstico en vez de negociaciones
internacionales. Toca muchos puntos con una dimensión de interés
público, como patentes sobre medicamentos y otros productos, propiedad
intelectual y la internet.
Pero el público no tiene acceso a su
texto y muy pocas posibilidades de influir. La mayor parte de lo que
conocemos sobre el asunto proviene de la filtración de documentos, el
más reciente un borrador consolidado del capítulo sobre propiedad
intelectual filtrado por Wikileaks el 13 de noviembre.
Los
documentos muestran profundas diferencias entre los países negociadores
con Estados Unidos impulsando provisiones que en muchas áreas no
interesan a otros países.
El grueso del texto del acuerdo ha
sido negociado en 19 rondas formales. La última tuvo lugar en Brunei en
agosto. Los países signatarios involucrados han firmado un acuerdo para
mantener el texto secreto hasta que el mismo sea firmado. Y mantendrán
los documentos de la negociación secretos hasta 4 años después que el
acuerdo haya sido firmado o que las negociaciones hayan sido
abandonadas.”
Reiteramos: el acuerdo de asociación transpacífico no es lo mismo que la asociación del Pacífico.
Y sin embargo la comunidad de naciones que lo integran, los temas que
ambos tratan y, por sobre todas las cosas, la filosofía que subyace a
ambos llevan a pensar que estamos ante un proyecto de grandes
dimensiones con dos patas apenas diferentes.
Volviendo a
nuestro país la condición de observador que ha adquirido de la
asociación del Pacífico, tema que, hasta donde sabemos no ha sido
discutido en el Parlamento ni en ningún otro ámbito público es, cuando
menos, sorprendente.
Si bien hay diferencias, aunque más no sea
de matices, entre las proclividades de política internacional del
presidente Mujica y sus seguidores inmediatos y las del vicepresidente y
los suyos, el hecho de que el candidato casi seguro del partido de
gobierno, el doctor Vázquez, sea un impulsor del tratado de libre
comercio con Estados Unidos y que haya firmado rápidamente uno de
protección de inversiones con aquel país después de asumir la
presidencia, nos inducen a pensar que el Uruguay está más cerca del
Pacífico de lo que los mapas indican.
No podemos sino temer que
el país se acerca lenta pero seguramente a un camino de profundización
de las políticas neoliberales incluyendo la privatización de las
empresas públicas que se lleva adelante hoy en forma solapada.
La forma en que se está negociando el acuerdo de asociación
transpacífico nos recuerda los métodos secretos que se usan para
negociar contratos de inversión trascendentales como el celebrado con
Montes del Plata, la empresa GDF-SUEZ para la regasificadora y el que se
está finiquitando con Zamin Ferrous acerca del proyecto Aratirí.
Los uruguayos haríamos bien en dejar de lado, aunque sea algunas horas,
nuestras preocupaciones alrededor de las fiestas findeañeras y el
mundial de fútbol para preocuparnos, pero sobre todo ocuparnos, de estos
asuntos.
Cuando todo esto se haya materializado y sus
consecuencias sobre el nivel de vida se hagan evidentes revertir estos
proceso será mucho más difícil.
1) http://www.sbs.com.au/news/article/2013/12/06/what-you-need-know-about-trans-pacific-partnership
domingo, 8 de diciembre de 2013
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