por Daymán Cabrera.
Montevideo, 5 de dicimbre de 2013
Por primera vez una mujer llega a la presidencia en Uruguay.
Constanza Moreira obtuvo una mayoría aplastante en la reciente justa electoral donde el ex-presidente Tabaré Vázquez resultó derrotado por un margen del 30 por ciento.
Sobrevino el inesesperado triunfo luego de soportar la afrenta pública del Ministro del Interior Bonomi y otros jerarcas de gobierno, incluida la Primera Dama, durante la campaña electoral, donde acusaron a la recién electa presidente del Uruguay Constanza Moreira, como inexperimentada en asuntos de gobierno.
Recientemente la Primera Dama sostuvo ante Sonia Breccia, periodista del canal oficial, que el origen de la oposición y crítica interna dentro de la orgánica política, es una misteriosa enfermedad contraída por los presos políticos en la cárcel de Libertad. Dicho sea de paso el poder como en este caso, arregla las entrevistas a demanda de presidencia con programas de dudosa objetividad, y se desarrollan según libreto del proponente, a los efectos de responder al instante los comentarios suscitados por la pareja presidencial.
La politóloga Constanza Moreira en estos momentos enfrenta una oleada de versiones noticiosas que buscan desprestigiarla. Los antiguos compañeros de partido y bancada la expulsaron de hecho al no apoyar su candidatura en la reciente elección.
Autoproclamados convivencialistas los compañeros de ruta, en cuanto acoger bajo su ala a todo político rentable para sus propósitos electorales, la han dejado de la mano de dios con el mejor suceso e inesperadamente sentada en el sillón presidencial.
Arremeten ahora contra sus antiguos aliados en actitud poco convivencialista. La doctrina convivencialista desarrollada por la pareja presidencial apunta a forzar por todos los medios a entrar en el brete a toda manifestación o sospecha de indisciplina como en el reciente episodio de Santa Catalina donde murió un joven inocente. El émulo ministro Bonomi que expone denodadamente dicha teoría en cuanta oportunidad se presenta, no ha tenido todavía la satisfacción de ver corroborada en la práctica dicha concepción totalitaria.
La doctrina convivencialista muy promocionada en esos ambientes, que aspira a tener un carácter inclusivo en lo social pero excluyente en lo político, siguiendo la máxima de su lider inspirador, cual es aliarse con todo tipo de ofidio siempre que obedezca, produce los resultados opuestos.
Aumenta el número de encarcelados y procesados y los disturbios barriales o futbolísticos están a la orden del día, y los muertos en tiroteos, junto con los llamados ajustes de cuenta entre comerciantes de estupefacientes, salpican con sangre una semana tras otra.
Sin dudas esta tesitura aventa cualquier propósito de reunión social y mejora, ya que los efectos de la deserción estatal del cuidado de sus conciudadanos, que dio origen a esta situación insuperable en términos voluntaristas, antes que superar la crisis, consolida la situación y la antagoniza, no obtiene otra cosa que despolitizar la vida diaria de los uruguayos, único contraveneno al consumismo desenfrenado, para llevar a los compatriotas al fácil redil de la escuela pública e impúdica.
Daymán Cabrera. Montevideo, 5 de dicimbre de 2013.
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