>>>Tremendo!!! Hicieron ejercicios bombardeando un país inestable.
¿La misión simulada?
Liberar a un país que se ha vuelto inestable, con graves problemas de gobernabilidad y violaciones a las libertades fundamentales.
Ese es el principal objetivo de Ejercicio Salitre 2014, una muestra de despliegue conjunto donde más de 40 aviones de combate simulan el ataque a un país con las características antes mencionadas.
En su tercera versión, Chile es el país anfitrión de la operación que también cuenta con fuerzas aéreas de Argentina, Brasil, Uruguay y EE.UU.
Aviones de combate, de transporte, helicópteros y más de 800 aviadores del cono sur americano están presentes en esta experiencia que busca fortalecer lazos con ejércitos vecinos y aprender sobre nuevas estrategias de combate.
La Presidenta de la República, Michelle Bachelet, visitó ayer viernes las instalaciones y compartió durante cuatro horas con las tripulaciones nacionales y extranjeras.
Ejercicio Salitre 2014 se realizará hasta el próximo 17 de octubre en la Base Aérea de Cerro Moreno, Antofagasta.
La
participación de la Fuerza Aérea uruguaya en ejercicios militares
conjuntos ( desde el 6 de octubre) -para el adiestramiento en guerras
de imposición de la paz- genera decisiones de hecho en políticas que no
han sido discutidas ni abordadas en los ámbitos donde deberían
defenderse los principios de no intervención.
En realidad, el escenario de esta “guerra” es esa zona árida, la más árida del planeta, que comparten Chile, Argentina, Bolivia y Perú, y que concentra riquezas mineras diversas: petróleo, cobre, estaño, hierro, oro, plata, boro, litio, nitrato de sodio y sales de potasio. Aviones de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Estados Unidos surcaron ese espacio desde el 6 de octubre, precisamente en vísperas de las elecciones en Bolivia, un país donde los indígenas no son minoría precisamente, y que por ello consagraron por tercera vez a un presidente indígena que devolvió el control de las riquezas al Estado, enfrentó a las trasnacionales y expulsó a un embajador de Estados Unidos por demás indiscreto (como Julissa pero sin su simpatía).
>>> El país que se ha vuelto inestable
Ejercicios militares en plena campaña electoral boliviana
CRUZANDO LA CORDILLERA.
Los tres aviones uruguayos despegaron desde la base de Santa Bernardina el 4 de octubre y por primera vez cruzaron la cordillera de los Andes. La participación uruguaya en Salitre tuvo escasa trascendencia pública –si la tuvo– y por cierto no hubo, previamente, una discusión sobre las implicancias del ejercicio multilateral y sus fundamentos. De haberse producido, algunos dirigentes blancos –que días atrás rechazaron airados las intromisiones de la embajadora estadounidense Julissa Reynoso en la campaña electoral con sus advertencias a propósito de los prisioneros de Guantánamo que llegarían al país– podrían haber amplificado su antimperialismo, en esta suerte de enroque de los tradicionales papeles izquierda-derecha
La participación uruguaya en Salitre 2014 está en el mismo rango de sintonía que la participación de Uruguay en las fuerzas de ocupación en Haití bajo la bandera de la Onu, y de ese proyecto mantenido en secreto que hereda “relaciones carnales” con Estados Unidos. Los objetivos del ejercicio conjunto son por demás sugerentes: se trata de adquirir experiencia en la participación multilateral en guerras de “baja intensidad”, un eufemismo que en el pasado se aplicó para las operaciones de contrainsurgencia. Salitre, además, da por sentado la aplicación de la fuerza militar en conflictos de terceros países; y la necesidad de instalar fuerzas multilaterales.
Casi todos estos presupuestos son objetivos acariciados desde antaño por el Comando Sur. La presencia militar estadounidense ha adquirido nuevas formas últimamente, en especial mediante el recurso de la rotación sistemática en lapsos breves –disimulando la presencia permanente y eludiendo los controles– y el despliegue de “ayuda humanitaria” que facilita el conocimiento directo de los escenarios. Y también ha adquirido nuevas formas la implantación de bases militares: se ha reiterado la instalación puntual de bases que, en función de un despliegue material (aviones, barcos) son operadas sin necesidad de ubicación territorial. Un ejemplo de ello fue el informe que el general Víctor Licandro elevó a la Mesa Política del Frente Amplio a raíz de la visita del presidente George Bush, sosteniendo que durante 36 horas operó en Uruguay una base militar desplegada desde Colonia hasta Rocha. - ver articulo completo de Brecha de hoy, " la Nomenclatura de la Imposicion de la Paz" compartido en esta pagina. Samuel Blixen
En realidad, el escenario de esta “guerra” es esa zona árida, la más árida del planeta, que comparten Chile, Argentina, Bolivia y Perú, y que concentra riquezas mineras diversas: petróleo, cobre, estaño, hierro, oro, plata, boro, litio, nitrato de sodio y sales de potasio. Aviones de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Estados Unidos surcaron ese espacio desde el 6 de octubre, precisamente en vísperas de las elecciones en Bolivia, un país donde los indígenas no son minoría precisamente, y que por ello consagraron por tercera vez a un presidente indígena que devolvió el control de las riquezas al Estado, enfrentó a las trasnacionales y expulsó a un embajador de Estados Unidos por demás indiscreto (como Julissa pero sin su simpatía).
>>> El país que se ha vuelto inestable
Ejercicios militares en plena campaña electoral boliviana
CRUZANDO LA CORDILLERA.
Los tres aviones uruguayos despegaron desde la base de Santa Bernardina el 4 de octubre y por primera vez cruzaron la cordillera de los Andes. La participación uruguaya en Salitre tuvo escasa trascendencia pública –si la tuvo– y por cierto no hubo, previamente, una discusión sobre las implicancias del ejercicio multilateral y sus fundamentos. De haberse producido, algunos dirigentes blancos –que días atrás rechazaron airados las intromisiones de la embajadora estadounidense Julissa Reynoso en la campaña electoral con sus advertencias a propósito de los prisioneros de Guantánamo que llegarían al país– podrían haber amplificado su antimperialismo, en esta suerte de enroque de los tradicionales papeles izquierda-derecha
La participación uruguaya en Salitre 2014 está en el mismo rango de sintonía que la participación de Uruguay en las fuerzas de ocupación en Haití bajo la bandera de la Onu, y de ese proyecto mantenido en secreto que hereda “relaciones carnales” con Estados Unidos. Los objetivos del ejercicio conjunto son por demás sugerentes: se trata de adquirir experiencia en la participación multilateral en guerras de “baja intensidad”, un eufemismo que en el pasado se aplicó para las operaciones de contrainsurgencia. Salitre, además, da por sentado la aplicación de la fuerza militar en conflictos de terceros países; y la necesidad de instalar fuerzas multilaterales.
Casi todos estos presupuestos son objetivos acariciados desde antaño por el Comando Sur. La presencia militar estadounidense ha adquirido nuevas formas últimamente, en especial mediante el recurso de la rotación sistemática en lapsos breves –disimulando la presencia permanente y eludiendo los controles– y el despliegue de “ayuda humanitaria” que facilita el conocimiento directo de los escenarios. Y también ha adquirido nuevas formas la implantación de bases militares: se ha reiterado la instalación puntual de bases que, en función de un despliegue material (aviones, barcos) son operadas sin necesidad de ubicación territorial. Un ejemplo de ello fue el informe que el general Víctor Licandro elevó a la Mesa Política del Frente Amplio a raíz de la visita del presidente George Bush, sosteniendo que durante 36 horas operó en Uruguay una base militar desplegada desde Colonia hasta Rocha. - ver articulo completo de Brecha de hoy, " la Nomenclatura de la Imposicion de la Paz" compartido en esta pagina. Samuel Blixen
>>>El país de las maravillas
TAMBIEN PARTICIPAN ARGENTINA, BRASIL, ESTADOS UNIDOS Y EL ANFITRION —CHILE—
Sobre las 08.50 horas de la fría y ventosa
mañana del sábado, contingente del Escuadrón Aéreo n.º 2 viajó para
participar del ejercicio combinado internacional denominado Salitre, que
se extenderá desde el 6 hasta el 17 de octubre en Antofagasta (Chile).
Carlos Maggi | 08/10/2014
El epicentro de este ejercicio combinado multinacional será la 5.a Brigada Aérea, con asiento en la ciudad de Antofagasta, en la República de Chile. Contempla la participación, con medios humanos y aéreos, de las fuerzas aéreas de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Chile y Uruguay. También participarán, pero en calidad de observadores, las fuerzas aéreas de Alemania, Australia, Canadá, Colombia, Francia, Ecuador, México y Perú.
Se trata de la primera vez que nuestra fuerza aérea participará con medios reales, y desplegó para ello 3 aeronaves A-37B Dragonfly, FAU 279, 282 y 285, pertenecientes al Escuadrón Aéreo n.º2 (Caza), y 29 efectivos, quienes trrabajaran en el apoyo logístico, una aeronave C- 130 Hércules, FAU 591 del Escuadrón Aéreo n.º3 (Transporte).
Gran experiencia
El contingente compatriota concurrió a cargo del comandante de la Brigada Aérea número II coronel (Av.) Daniel Méndez, quien, minutos antes de embarcar, destacó la importancia de este tipo de ejercicios, tanto en la formación profesional de las tripulaciones, como así también para estrechar los lazos de amistad y cooperación con otras fuerzas aéreas.
«Se trata de una experiencia enriquecedora, desde el punto de vista personal y profesional, estrechar los lazos de amistad con las otras fuerzas aéreas de la región», destacó, agregando que siempre es importante mantener los contactos con gente de otras fuerzas aéreas amigas, «donde podemos levantar un teléfono y tenemos una pronta respuesta siempre, y desde el punto de vista profesional para aplicar la doctrina y las enseñanzas impartidas aquí en la fuerza y que han tenido buen éxito a través de los ejercicios anteriores Cruzex.»
«La buena actuación que ha tenido la Fuerza Aérea Uruguaya [FAU] en este tipo de ejercicios anteriores, en Brasil, permitió que fuera invitada en esta oportunidad para este ejercicio», agregó.
Fuerza de coalición
En relación a las características del Salitre en comparación con el Cruzex, en el que también tomó parte activa nuestra fuerza aérea, indicó que básicamente se trata de ejercicios de similares características.
«La formación de una fuerza de coalición en respaldo a un país por un decreto de Naciones Unidas, ese es el contexto en el cual se realiza este ejercicio. Se hace bajo la doctrina OTAN, de hecho participa Estados Unidos como país fuera del cono sur y luego los países del cono sur: Chile, Argentina, Brasil y Uruguay con medios aéreos y después muchos países de América y Europa como observadores, pero sin medios aéreos» se explicó.
Las aeronaves de la FAU partieron desde la Brigada Aérea número II, siguiendo como ruta Resistencia y Jujuy en la República Argentina, Calama en Chile, y así arribar a la 5.a Brigada Aérea con asiento en Antofagasta.
Publicado por El Acontecer Diario
Y cuando se discutió el permiso para que la fuerza aerea participara?
Constitucion : SECCION V
DEL PODER LEGISLATIVO
CAPITULO I
Artículo 85.- A la Asamblea General compete:
12) Negar o conceder la salida de fuerzas nacionales fuera de la República, señalando, para este caso, el tiempo de su regreso a ella.
- gentileza de Jose Luis Perera Lopez)
Brecha 16 octubre 2014.
La nomenclatura de la imposición de la paz
por Samuel Blixen
Aviones chile. Foto: Fuerza Aérea Budi es un pequeño país entre dos vecinos más poderosos, Ranco y Rupanco. Todos tienen fronteras comunes. Budi tiene “problemas de gobernabilidad”, que Rupanco atribuye a los ulmos, una minoría étnica que exhibe “escaso desarrollo y prosperidad”. Ello justifica que Rupanco impulse “acciones de hostigamiento” contra esa minoría. Seriamente preocupada por los ulmos, la Onu aprueba una resolución para el “restablecimiento de la paz”, una paz, claro, que se impondrá mediante acciones de guerra de las fuerzas aéreas de cinco países coaligados, que operarán en bases instaladas en Ranco.
No alarmarse: los ulmos no son charrúas, Budi no es Uruguay, y Ranco y Rupanco nada tienen que ver con los vecinos (el lector podrá atribuir los papeles a gusto). En realidad, el escenario de esta “guerra” es esa zona árida, la más árida del planeta, que comparten Chile, Argentina, Bolivia y Perú, y que concentra riquezas mineras diversas: petróleo, cobre, estaño, hierro, oro, plata, boro, litio, nitrato de sodio y sales de potasio. Aviones de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Estados Unidos surcaron ese espacio desde el 6 de octubre, precisamente en vísperas de las elecciones en Bolivia, un país donde los indígenas no son minoría precisamente, y que por ello consagraron por tercera vez a un presidente indígena que devolvió el control de las riquezas al Estado, enfrentó a las trasnacionales y expulsó a un embajador de Estados Unidos por demás indiscreto (como Julissa pero sin su simpatía).
Los ejercicios combinados Salitre 2014 en su tercera edición (la primera en que participa Uruguay) se desplegaron desde la base aérea chilena Cerro Moreno, Antofagasta, donde se situaron los aviones del “ejército azul”, la fuerza multilateral de intervención; y desde Iquique para los aviones del “agresor”, el “ejército rojo” (¡cuándo no!). Los “buenos” cuentan con seis aparatos MDD A-4 AR Fighting Hawk, proporcionados por Argentina; cuatro cazas F-5EM y un KC130 Hércules, de Brasil; seis cazas F-16C y un reabastecedor KC-135, de Estados Unidos; tres reactores Cessna A-37B Dragonfly, de la Fuerza Aérea Uruguaya; y seis aparatos F-16 AM, seis F-15 C/D, seis F-5E Tigre III, un Boeing KC-135, helicópteros 1 UH-60 y dos Bell 412, de Chile. Los “malos” cuentan con seis F-16AM, dos F-16C/D, y dos helicópteros Bell 412, además de aeronaves de apoyo, todos proporcionados por la Fuerza Aérea de Chile (Fach).
Tal despliegue pretende dar entrenamiento a tripulantes y personal técnico, además de “poner a prueba los sistemas de mando y control, logísticos, de personal, en un escenario y situación muy reales”, logrando “la interoperatividad de las fuerzas utilizando un mismo idioma, que en este caso es el inglés”. Salitre 2014 permitirá “estandarizar procedimientos bajo las directrices de la Otan y evaluar las capacidades de las distintas fuerzas aéreas para integrar coaliciones bajo procedimientos comunes y evaluar su capacidad de actuar en situaciones de guerra en operaciones aéreas”.
Las operaciones se ejecutan según los lineamientos de Common Air Operations (Comao), donde los cinco países simulan “acciones armadas de baja intensidad en medio de una confrontación bélica por las agresiones armadas de un país a otro y con la intervención de una coalición para restablecer la paz”. Según el director de Salitre 2014, general de aviación Maximiliano Larraechea Loeser, el objetivo es “hacer más efectivo, más eficiente el accionar. Lo más importante es entrenar de la mejor forma para actuar en un ambiente de coalición con estándares internacionales y bajo el mandato de las Naciones Unidas”.
CRUZANDO LA CORDILLERA.
Los tres aviones uruguayos despegaron desde la base de Santa Bernardina el 4 de octubre y por primera vez cruzaron la cordillera de los Andes. La participación uruguaya en Salitre tuvo escasa trascendencia pública –si la tuvo– y por cierto no hubo, previamente, una discusión sobre las implicancias del ejercicio multilateral y sus fundamentos. De haberse producido, algunos dirigentes blancos –que días atrás rechazaron airados las intromisiones de la embajadora estadounidense Julissa Reynoso en la campaña electoral con sus advertencias a propósito de los prisioneros de Guantánamo que llegarían al país– podrían haber amplificado su antimperialismo, en esta suerte de enroque de los tradicionales papeles izquierda-derecha.
Las relaciones de los dirigentes blancos con la embajada de Estados Unidos comenzaron a sufrir alteraciones cuando, intempestivamente, un funcionario diplomático le entregara al senador Luis Alberto Lacalle (que tramitaba la visa) una copia de un acuerdo firmado por el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, y el jefe del Comando Sur, general Douglas M Fraser. Los senadores blancos de la Comisión de Defensa revelaron la existencia del documento, que desde entonces quedó encajonado por la bancada frenteamplista, que desconocía los detalles del acuerdo. El convenio de asistencia recíproca para la adquisición de suministros y prestación de servicios incluía, insólitamente, la decisión de operar (y para ello construir) una base militar.
La participación uruguaya en Salitre 2014 está en el mismo rango de sintonía que la participación de Uruguay en las fuerzas de ocupación en Haití bajo la bandera de la Onu, y de ese proyecto mantenido en secreto que hereda “relaciones carnales” con Estados Unidos. Los objetivos del ejercicio conjunto son por demás sugerentes: se trata de adquirir experiencia en la participación multilateral en guerras de “baja intensidad”, un eufemismo que en el pasado se aplicó para las operaciones de contrainsurgencia. Salitre, además, da por sentado la aplicación de la fuerza militar en conflictos de terceros países; y la necesidad de instalar fuerzas multilaterales.
Casi todos estos presupuestos son objetivos acariciados desde antaño por el Comando Sur. La presencia militar estadounidense ha adquirido nuevas formas últimamente, en especial mediante el recurso de la rotación sistemática en lapsos breves –disimulando la presencia permanente y eludiendo los controles– y el despliegue de “ayuda humanitaria” que facilita el conocimiento directo de los escenarios. Y también ha adquirido nuevas formas la implantación de bases militares: se ha reiterado la instalación puntual de bases que, en función de un despliegue material (aviones, barcos) son operadas sin necesidad de ubicación territorial. Un ejemplo de ello fue el informe que el general Víctor Licandro elevó a la Mesa Política del Frente Amplio a raíz de la visita del presidente George Bush, sosteniendo que durante 36 horas operó en Uruguay una base militar desplegada desde Colonia hasta Rocha.
Las invocaciones de Salitre a la autorización y monitoreo por parte de las Naciones Unidas y la Otan a las operaciones militares conjuntas en guerras “autorizadas” no dan mayores seguridades desde que la Otan ha resultado ser mano ejecutora del Pentágono en las últimas “guerras preventivas” y por su parte la Onu ha convalidado todos los desmanes, desde Afganistán para acá.
Hay una implícita decisión política en la participación uruguaya en Salitre, decisión referida a la integración de ejércitos conjuntos y a la generalización de la “imposición de la paz” por medio de la guerra. Nada de esto ha sido discutido, ni en el Parlamento ni en las estructuras del partido de gobierno. Como en muchas otras cosas, el Ministerio de Defensa despliega total autonomía.
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Y cuando se discutió el permiso para que la fuerza aerea participara?
Constitucion : SECCION V
DEL PODER LEGISLATIVO
CAPITULO I
Artículo 85.- A la Asamblea General compete:
12) Negar o conceder la salida de fuerzas nacionales fuera de la República, señalando, para este caso, el tiempo de su regreso a ella.
- gentileza de Jose Luis Perera Lopez)
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Brecha 16 octubre 2014.
La nomenclatura de la imposición de la paz
por Samuel Blixen
Aviones chile. Foto: Fuerza Aérea Budi es un pequeño país entre dos vecinos más poderosos, Ranco y Rupanco. Todos tienen fronteras comunes. Budi tiene “problemas de gobernabilidad”, que Rupanco atribuye a los ulmos, una minoría étnica que exhibe “escaso desarrollo y prosperidad”. Ello justifica que Rupanco impulse “acciones de hostigamiento” contra esa minoría. Seriamente preocupada por los ulmos, la Onu aprueba una resolución para el “restablecimiento de la paz”, una paz, claro, que se impondrá mediante acciones de guerra de las fuerzas aéreas de cinco países coaligados, que operarán en bases instaladas en Ranco.
No alarmarse: los ulmos no son charrúas, Budi no es Uruguay, y Ranco y Rupanco nada tienen que ver con los vecinos (el lector podrá atribuir los papeles a gusto). En realidad, el escenario de esta “guerra” es esa zona árida, la más árida del planeta, que comparten Chile, Argentina, Bolivia y Perú, y que concentra riquezas mineras diversas: petróleo, cobre, estaño, hierro, oro, plata, boro, litio, nitrato de sodio y sales de potasio. Aviones de Chile, Argentina, Brasil, Uruguay y Estados Unidos surcaron ese espacio desde el 6 de octubre, precisamente en vísperas de las elecciones en Bolivia, un país donde los indígenas no son minoría precisamente, y que por ello consagraron por tercera vez a un presidente indígena que devolvió el control de las riquezas al Estado, enfrentó a las trasnacionales y expulsó a un embajador de Estados Unidos por demás indiscreto (como Julissa pero sin su simpatía).
Los ejercicios combinados Salitre 2014 en su tercera edición (la primera en que participa Uruguay) se desplegaron desde la base aérea chilena Cerro Moreno, Antofagasta, donde se situaron los aviones del “ejército azul”, la fuerza multilateral de intervención; y desde Iquique para los aviones del “agresor”, el “ejército rojo” (¡cuándo no!). Los “buenos” cuentan con seis aparatos MDD A-4 AR Fighting Hawk, proporcionados por Argentina; cuatro cazas F-5EM y un KC130 Hércules, de Brasil; seis cazas F-16C y un reabastecedor KC-135, de Estados Unidos; tres reactores Cessna A-37B Dragonfly, de la Fuerza Aérea Uruguaya; y seis aparatos F-16 AM, seis F-15 C/D, seis F-5E Tigre III, un Boeing KC-135, helicópteros 1 UH-60 y dos Bell 412, de Chile. Los “malos” cuentan con seis F-16AM, dos F-16C/D, y dos helicópteros Bell 412, además de aeronaves de apoyo, todos proporcionados por la Fuerza Aérea de Chile (Fach).
Tal despliegue pretende dar entrenamiento a tripulantes y personal técnico, además de “poner a prueba los sistemas de mando y control, logísticos, de personal, en un escenario y situación muy reales”, logrando “la interoperatividad de las fuerzas utilizando un mismo idioma, que en este caso es el inglés”. Salitre 2014 permitirá “estandarizar procedimientos bajo las directrices de la Otan y evaluar las capacidades de las distintas fuerzas aéreas para integrar coaliciones bajo procedimientos comunes y evaluar su capacidad de actuar en situaciones de guerra en operaciones aéreas”.
Las operaciones se ejecutan según los lineamientos de Common Air Operations (Comao), donde los cinco países simulan “acciones armadas de baja intensidad en medio de una confrontación bélica por las agresiones armadas de un país a otro y con la intervención de una coalición para restablecer la paz”. Según el director de Salitre 2014, general de aviación Maximiliano Larraechea Loeser, el objetivo es “hacer más efectivo, más eficiente el accionar. Lo más importante es entrenar de la mejor forma para actuar en un ambiente de coalición con estándares internacionales y bajo el mandato de las Naciones Unidas”.
CRUZANDO LA CORDILLERA.
Los tres aviones uruguayos despegaron desde la base de Santa Bernardina el 4 de octubre y por primera vez cruzaron la cordillera de los Andes. La participación uruguaya en Salitre tuvo escasa trascendencia pública –si la tuvo– y por cierto no hubo, previamente, una discusión sobre las implicancias del ejercicio multilateral y sus fundamentos. De haberse producido, algunos dirigentes blancos –que días atrás rechazaron airados las intromisiones de la embajadora estadounidense Julissa Reynoso en la campaña electoral con sus advertencias a propósito de los prisioneros de Guantánamo que llegarían al país– podrían haber amplificado su antimperialismo, en esta suerte de enroque de los tradicionales papeles izquierda-derecha.
Las relaciones de los dirigentes blancos con la embajada de Estados Unidos comenzaron a sufrir alteraciones cuando, intempestivamente, un funcionario diplomático le entregara al senador Luis Alberto Lacalle (que tramitaba la visa) una copia de un acuerdo firmado por el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, y el jefe del Comando Sur, general Douglas M Fraser. Los senadores blancos de la Comisión de Defensa revelaron la existencia del documento, que desde entonces quedó encajonado por la bancada frenteamplista, que desconocía los detalles del acuerdo. El convenio de asistencia recíproca para la adquisición de suministros y prestación de servicios incluía, insólitamente, la decisión de operar (y para ello construir) una base militar.
La participación uruguaya en Salitre 2014 está en el mismo rango de sintonía que la participación de Uruguay en las fuerzas de ocupación en Haití bajo la bandera de la Onu, y de ese proyecto mantenido en secreto que hereda “relaciones carnales” con Estados Unidos. Los objetivos del ejercicio conjunto son por demás sugerentes: se trata de adquirir experiencia en la participación multilateral en guerras de “baja intensidad”, un eufemismo que en el pasado se aplicó para las operaciones de contrainsurgencia. Salitre, además, da por sentado la aplicación de la fuerza militar en conflictos de terceros países; y la necesidad de instalar fuerzas multilaterales.
Casi todos estos presupuestos son objetivos acariciados desde antaño por el Comando Sur. La presencia militar estadounidense ha adquirido nuevas formas últimamente, en especial mediante el recurso de la rotación sistemática en lapsos breves –disimulando la presencia permanente y eludiendo los controles– y el despliegue de “ayuda humanitaria” que facilita el conocimiento directo de los escenarios. Y también ha adquirido nuevas formas la implantación de bases militares: se ha reiterado la instalación puntual de bases que, en función de un despliegue material (aviones, barcos) son operadas sin necesidad de ubicación territorial. Un ejemplo de ello fue el informe que el general Víctor Licandro elevó a la Mesa Política del Frente Amplio a raíz de la visita del presidente George Bush, sosteniendo que durante 36 horas operó en Uruguay una base militar desplegada desde Colonia hasta Rocha.
Las invocaciones de Salitre a la autorización y monitoreo por parte de las Naciones Unidas y la Otan a las operaciones militares conjuntas en guerras “autorizadas” no dan mayores seguridades desde que la Otan ha resultado ser mano ejecutora del Pentágono en las últimas “guerras preventivas” y por su parte la Onu ha convalidado todos los desmanes, desde Afganistán para acá.
Hay una implícita decisión política en la participación uruguaya en Salitre, decisión referida a la integración de ejércitos conjuntos y a la generalización de la “imposición de la paz” por medio de la guerra. Nada de esto ha sido discutido, ni en el Parlamento ni en las estructuras del partido de gobierno. Como en muchas otras cosas, el Ministerio de Defensa despliega total autonomía.
Allí se construirá el puerto de aguas profundas y preocupa la aparición de ocupantes. “Atrás de cada oriental hay un vivo”, afirmó Mujica.
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El presidente José Mujica anunció este viernes que la zona del balneario El Palenque, en Rocha, será militarizada ante la continua aparición de ocupantes. “Vamos a tener que poner un destacamento militar allí para aminorar los líos jurídicos que vamos a tener después”, afirmó.
Señaló que esto se realizará mediante un decreto y que ya hay problemas en la zona a causa de estas ocupaciones de terrenos. “Atrás de cada oriental hay un vivo. Aprovechando la oportunidad que me brinda Radio Sport me coloco acá, porque después para sacarme...”, ironizó Mujica.
Se realizará la custodia de la costa y cerrarán la zona que ocupará el puerto de aguas profundas, agregó el mandatario. De todos modos, acotó, que habrá que dejar un pasaje porque “no se le puede prohibir a la gente ir por la costa”.
Mujica evitar el abuso. “Las costas de Rocha han sido caminos del abuso permanentemente. La expropian, la privatizan y después chillan”, afirmó.
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A ver, soy yo la mal pensada, que no sabe leer, o esta proponiendo que la zona del puerto de Aguas profundas sea zona militar? Eufemismo por " base"?
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