miércoles, 8 de abril de 2020

Faltas de la ley




>>> Cuarentena sin casa





>>> Ley de faltas

La legislación actual aborda el espacio público “desde una perspectiva de castigo y prohibición”, afirma Ni Todo Está Perdido. 

“La calle no es un lugar para vivir ni para morir”, es la máxima de Ni Todo Está Perdido (Nitep), el primer colectivo conformado por personas en situación de calle en Uruguay. En línea con su idea de cabecera, este grupo, que actualmente tiene cerca de 40 integrantes, está redactando un proyecto de ley sobre espacios públicos, vivienda y situación de calle, con el fin de modificar la Ley de Faltas. Esta ley, señala la organización, “aborda el espacio público desde una perspectiva de castigo y prohibición y no de derechos y garantías”.



>>>  La violencia y represión no cesa con la emergencia sanitaria

El pasado viernes (20 de marzo) el Titular del MIDES, Pablo Bartol anunció una serie de medidas para a paliar la crisis otorgando partidas, canastas de alimentos para usuarias y usuarios y refugios 24hs para más de 85 personas mayores de 65 años a partir del lunes. Todo esto fue informado en conferencia de prensa que fue cubierta por numerosos medios.

Este anuncio sumado a la necesidad que viven miles de personas, hicieron que el lunes siguiente decenas de personas estuvieran en la puerta principal del MIDES, la cual por orden del ministro fue cerrada, lo que llevó a que las usuarias e usuarios, fueran a la puerta donde entra y sale el personal. Generando una situación de violencia entre el personal de seguridad y quienes exigían ser atendidas. Lo cierto que pese a los anuncios, no había ninguna de las medidas instrumentadas, ni órdenes de que las y los funcionarios recabaran información ni otorgaran las prestaciones anunciadas.

La tensión fue tal que ese mismo lunes el propio Ministro fue quien pidió a las personas, que dejen sus datos y que “su equipo” analizaría los casos. Pero quedó suspendida la atención personal a las usuarias y usuarios.

El miércoles la escena se repitió, desde las 7 de la mañana se empezó a ver gente frente al MIDES, después de horas y ya con presencia policial, bajo la orden de recabar datos de las personas. En la mañana de ayer (viernes 27 de marzo) y ante la nueva falta de respuesta, otra vez un conjunto de personas se reunieron frente al edificio central del Mides cortando la calle en señal de protesta. Esta vez no bajó el Ministro Bartol, se envió a la policía para dispersarles.

La violencia es ya intolerable, anunciar medidas sin planificación previa, cerrar las puertas cuando decenas de personas piden ayuda, exponer a trabajadores a enfrentar a usuarias y usuarios que tenían alta expectativa por los dichos del propio Ministro y después de una semana sin ejecutar los anuncios, se les expone a la violencia y prepotencia policial.



>>> La violencia policial continúa



Ayer (martes 7 de abril) cerca del mediodía en pleno centro de Montevideo, en la intersección de las calles Cuareim y Colonia, dos patrulleros (uno de ellos Matrícula SMI 1157) intervinieron cuando vieron que algunas personas estaban en la vía pública, en un espacio utilizado para dormir. Se sabe que lamentablemente cada vez son más las personas que no pueden “quedarse en casa“ pues no tienen acceso al derecho a la vivienda.

Nosotras/os integrantes del Ni Todo Está Perdido (organización integrada por personas en situación de calle y quienes buscan soluciones a estas situaciones), al ver que uno de los efectivos golpea contra el piso la cara de una de las personas que vivían allí, apoyando su rodilla y todo el peso de su cuerpo encima del joven, no permanecimos indiferentes. Las personas agredidas las conocemos pues les llevamos comida habitualmente.

Ante eso los efectivos le gritan a una de nuestras compañeras que se vaya, pero otro responde que la vayan a buscar y la detengan. Rápidamente nuestra compañera es reducida por dos efectivos varones, arrojado su celular al suelo, tirada al piso, torciendo sus brazos y sin explicación alguna, infringiendo dolor innecesariamente pues nunca hubo resistencia, como tampoco se resistió el chico por el cual intervinimos.

A nuestra compañera la golpearon, metieron en un patrullero a los empujones, allí adentro los agentes policiales le dijeron “a Uds. hay que pegarle un tiro como a esos pichis”. En la vulnerabilidad que se encuentra una persona sola, esposada, dentro de una patrulla sin que nadie sepa dónde va, esas palabras no pueden ser interpretadas de otra manera que no sea una amenaza contra la vida de la persona detenida.

Al decirles que iba sin cinturón y que iban a gran velocidad le dijeron “una menos”. Reafirmando la amenaza.

Luego la llevaron “a la policlínica” utilizada por el Ministerio del Interior para constatar lesiones. Denunciamos también el actuar cómplice de quien dijo ser médica, que nunca registró las marcas que tenía en muñecas y brazos, y solicitó que se desnudara. Además de que en todo momento careció de empatía con quien estaba detenida, siendo un eslabón más de la represión y detención ilegal.

Posteriormente fue llevada a la seccional policial de la zona dónde fue detenida, finalmente y gracias a la intervención de profesionales que apoyan a nuestros colectivos, logramos que nuestra compañera fuera liberada.

Además debemos denunciar la rotura del celular de la detenida, cuando se encontraba filmando.

Desde NITEP y Colectivos Contra la Represión, denunciamos y repudiamos públicamente estos hechos, como medio de romper con la impunidad que operan las fuerzas de seguridad, haciendo un llamamiento a las autoridades judiciales competentes a investigar los hechos. Todo quedó registrado en las cámaras que tiene el Ministerio del Interior, las mismas que usan para el control social, hoy tienen registrada la violencia institucional contra las personas. Una vez más lo que se castigó fue la solidaridad, el no ser indiferente ante la violencia policial. No todas las personas pueden quedarse en sus casas y no por eso deben ser golpeadas y humilladas. Mucho menos reprimir a quienes no estamos disputas/os a ser indiferentes. No más represión, no más violencia policial.

Contagiemos solidaridad y respeto a los derechos de todas y todos.











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