Autoridades del Programa Nacional de Discapacidad (Pronadis) del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) anunciaron este lunes el retorno del programa de rehabilitación para personas con discapacidad visual al Instituto Tiburcio Cachón, donde actualmente funciona el primer centro educativo de atención a jóvenes con pluridiscapacidad de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). En 2016, las autoridades anteriores del Mides trasladaron el centro Cachón al Instituto Nacional de Ciegos General Artigas, ubicado en Camino Maldonado y Libia, lo cual generó protestas de los usuarios, que ocuparon el establecimiento durante 71 días.

“En Pronadis hemos dicho que nada acerca de las personas con discapacidad sin las personas con discapacidad. Una vez que escuchamos a las personas ciegas y con baja visión hablar acerca de lo importante que era este centro emblemático, entendimos que no podíamos mover a las personas de un lado al otro sin un objetivo claro”, afirmó la directora de Pronadis, Gabriela Bazzano, luego de recorrer las instalaciones junto con el ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol. La jerarca manifestó la intención de conjugar la función primaria del centro con el programa de ANEP que se está desarrollando en la actualidad. “Nunca se nos ocurrió mover lo que estaba instalado desde hace un año, sino que decidimos integrarlo a la rehabilitación de las personas ciegas y con baja visión. Por eso estamos aquí ahora, para aunar esfuerzos y hacer de este centro un centro de primer nivel que reciba a todas las personas que lo necesiten”, aseguró.

El titular del Mides anunció que se invertirá en equipamiento y funcionarios para trabajar en esta nueva etapa del centro, que calificó de “un homenaje a la resistencia”. “Yo viví la ocupación como un ciudadano más, a través de los medios de comunicación, y siempre me generó una gran curiosidad saber cuál era el secreto, por qué se ocupaba un lugar de rehabilitación durante tanto tiempo”, manifestó. La medida de las anteriores autoridades fue tomada sin consultar a los usuarios del centro, que plantearon su rechazo desde el momento en que supieron de la situación. Entre sus argumentos habían señalado la actual ubicación del centro, que queda en Brazo Oriental, cerca de General Flores, Bulevar Batlle y Ordóñez, San Martín y Luis Alberto de Herrera, todas vías que lo vuelven muy accesible.

También se hizo presente en el evento de este lunes la senadora nacionalista Gloria Rodríguez, quien lideró la interpelación por este asunto a la ex ministra de Desarrollo Social Marina Arismendi, en 2016. “Lo que aprendí de las personas ciegas nadie se lo puede imaginar. Los conocí cuando estaban en el Palacio Legislativo buscando ese apoyo porque sentían que los iban a sacar de este centro, que en 2016 estaba cumpliendo 54 años y que fue ejemplo a nivel de América Latina. Acá se entra con mucha incertidumbre para rehabilitarse y poder asumir esa nueva realidad que es vivir en la oscuridad, y acá se conocen amigos, compañeros, equipos maravillosos de técnicos. Y muchos salen, retornan a sus trabajos y a sus estudios”, reflexionó la legisladora.

“Escucharon lo que tenían que escuchar”

La secretaria de la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU), Florencia Spinosa, celebró la reapertura del Tiburcio Chacón, un centro por el que ella misma transitó hace casi 20 años. “Lo que hoy recibimos a través de la nueva directora de Pronadis son oídos y sensibilidad real”, consideró. Las autoridades del Mides “escucharon lo que tenían que escuchar”, dijo, en referencia a los reclamos de los usuarios y ex usuarios del Chacón, los cuales, a su entender, “sorprendieron mucho porque los ciegos son una población que la sociedad ve como vulnerable: hay una configuración de la imagen del ciego que da lástima, ¡imaginate si un grupo de ciegos va a cortar una calle u ocupar un local!”, reflexionó.

No obstante, Spinosa llamó la atención sobre el proceso que comienza ahora: “El evento que se hizo hoy fue el puntapié inicial de un proceso largo de reconstrucción, de lo que en su momento fue una rehabilitación inicial y se perdió, no sólo por haber cambiado de lugar físico, sino también por la pérdida de los lineamientos”, observó. Spinosa sostuvo que con las autoridades anteriores “hubo diálogo, pero el colectivo no se sintió escuchado”, lo cual se reflejó en el traslado al Instituto Artigas, un contexto “completamente diferente” al del establecimiento de Brazo Oriental. “El centro de [la calle Juan José] Quesada tiene un contexto seguro, de sonidos apropiados, con tránsito apropiado y en un contexto de naturaleza, rodeado de verde”, indicó.

Por otra parte, la dirigente resaltó que es necesario reacondicionar las instalaciones del centro y aggiornar los lineamientos de rehabilitación, fortalecer el equipo técnico, “volver a buscar docentes y reconfigurar la rehabilitación, escuchando a todas las partes”. Spinosa también llamó a atender el debe que tienen las autoridades con la atención de las personas ciegas y con baja visión que residen en el interior del país: “Todos tenemos derecho a una rehabilitación digna para salir a defendernos en la vida, como cualquier otra persona”, concluyó.