Criminales de Lesa Humanidad
08.10.2010
La Justicia procesó con prisión por el delito de homicidio político a dos oficiales retirados de la Fuerza Aérea por el caso de la muerte de Ubagesner Chávez Sosa.
Era golpeado salvajemente hasta que sólo se oyó el silencio
El capitán aviador José Araújo Umpiérrez al retirarse del juzgado de la calle Misiones luego de ser notificado de un pedido de extradición recibido desde Argentina. (archivo, noviembre de 2006) Foto: Fernando Morán
la diaria 24.08.2010
5 años después del hallazgo de los restos de Ubagesner Chaves Sosa, y 34 después de su muerte, la justicia indaga el asesinato.
La viuda de Ubagésner Chaves Sosa, Isidora Musco, recorrerá la Base Aérea Boiso Lanza en la que ambos permanecieron detenidos en 1976 en el marco de un diligenciamiento de prueba solicitado por la jueza Mariana Mota y la fiscal Ana María Tellechea, que también estarán presentes hoy en el lugar. También están citados a realizar el reconocimiento testigos que estuvieron recluidos junto con el militante del Partido Comunista. Chaves Sosa fue capturado el 28 de mayo de aquel año sobre las 17.00 y trasladado a esa unidad militar, en la que murió sometido a apremios físicos durante el interrogatorio en la noche del 1º al 2 de junio. La defensa está notificada de la instancia a cumplirse en Boiso Lanza y puede participar como en cualquier otro diligenciamiento de prueba, según informaron a la diaria fuentes del caso.
La jornada de hoy complementa la cumplida ayer en el juzgado de la calle Misiones y 25 de Mayo, donde declararon en calidad de indagados los presuntos torturadores, entre ellos el ex aviador José Uruguay Araújo Umpiérrez -quien en 1976 ocupaba el cargo de subdirector del Servicio de Información de Defensa y es señalado como coordinador del segundo vuelo- y los entonces tenientes Enrique Rivero y Alejandro López. Los nombres de éstos y otros siete militares de la Fuerza Aérea Uruguaya -algunos de los cuales comparecieron la semana pasada- fueron aportados en 2008 por el ex preso político Guillermo Gómez, quien los ubicó como los que actuaban en Boiso Lanza en momentos en los que se produjo el homicidio de Chaves Sosa.
Araújo Umpierrez también fue vinculado a la desaparición y muerte de María Claudia García, y estuvo detenido administrativamente hasta 2008 ante un pedido de extradición llegado desde Argentina por esa causa, pero la Justicia uruguaya no la concedió porque la investigación había sido reabierta en nuestro país.
Los restos del militante comunista fueron hallados el 29 de noviembre de 2005 en una chacra de Pando e identificados dos meses después luego de que los resultados de los análisis de ADN de un laboratorio cordobés coincidieran con los que había practicado la Policía Técnica de nuestro país. Se trató de la primera identificación de un desaparecido durante la dictadura, lo cual fue posible a partir de datos proporcionados por un informe oficial de la Fuerza Aérea. El sepelio se realizó en el cementerio del Buceo el 14 de marzo de 2006 en el marco de un paro general parcial convocado por el PIT-CNT, en homenaje al militante.
En julio de 2008 sus familiares radicaron una denuncia penal por la desaparición forzada, torturas y homicidio de Chaves Sosa, y casi tres meses después el Poder Ejecutivo excluyó el caso de la Ley de Caducidad. Ayer, en la puerta del juzgado y mientras transcurrían los interrogatorios, se concentraron en reclamo de justicia los integrantes del consejo directivo de la Unión Nacional de Trabajadores del Metal y Ramas Afines (Untmra), organización a la que pertenecía Chaves Sosa.
Los asesinos de Ubagesner Cháves Sosa identificados
Teledoce
La Justicia decidirá la responsabilidad penal de seis oficiales de la Fuerza Aérea en la muerte del dirigente sindical Ubagesner Cháves Sosa.
Los restos de Cháves Sosa fueron hallados en la administración pasada en una chacra de Pando.
Los militares Araújo Umpiérrez, Alejandro López y Enrique Rivero fueron citados a declarar en relación a este caso.
Uno de los testigos, Gerardo Barrios, aseguró a Telemundo que él vio cómo asesinaban a Cháves Sosa.
La lógica de la tortura

Ellos demuestran su miseria humana
Ver ademas:
Testimonio del asesinato de Ubagesner Chaves Sosa
La República
Jueves, 31 de julio, 2008
Ex preso político. Guillermo Gómez declaró ante la Justicia la semana pasada.
La Justicia recibió el jueves 24 de junio el testimonio de un ex preso político que identificó a diez oficiales de la Fuerza Aérea como responsables de la represión en la base aérea de Boiso Lanza. Además, el testigo aseguró ante la Justicia que el comandante en jefe de la FAU, Enrique Bonelli, estaba en Boiso Lanza cuando falleció Ubagesner Chaves Sosa.
                         
La Justicia recibió el jueves 24 de junio el testimonio de un ex preso político que identificó a diez oficiales de la Fuerza Aérea como responsables de la represión en la base aérea de Boiso Lanza. Además, el testigo aseguró ante la Justicia que el comandante en jefe de la FAU, Enrique Bonelli, estaba en Boiso Lanza cuando falleció Ubagesner Chaves Sosa.
El  ex preso político Guillermo Gómez identificó ante la Justicia a diez  oficiales de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) que accionaban en la base  aérea de Boiso Lanza cuando en mayo de 1976 se produjo la detención, el  sometimiento a torturas y finalmente la desaparición forzada del  militante comunista Ubagesner Chaves Sosa.
El  testigo declaró ante la jueza penal de 7º Turno, Graciela Gatti, y la  fiscal Ana María Tellechea, que Boiso Lanza era un centro de operaciones  del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) y del  S2, y que al frente de esa unidad estaba el capitán (r) Uruguay Araújo  Umpiérrez.
El listado de  torturadores de Boiso Lanza que recibió la Justicia incluye a los  tenientes Enrique Rivero, Alejandro López, "Ventarrón" Urban, "Indio"  Fresia y Cáceres, los capitanes Cabrera, "Gaviota" Delgado, Pinatelli y  Uruguay Araújo Umpiérrez, y dos soldados apodados "Trascabatos".
El  testigo aseguró además ante la jueza que el actual comandante en jefe  de la FAU, Enrique Bonelli, integraba la oficialidad de Boiso Lanza  cuando se produjo la desaparición de Chaves Sosa, "aunque no puedo  asegurar que estuviera en la máquina".
La historia
El  17 de febrero de 1976 Guillermo Gómez fue detenido en su domicilio por  las Fuerzas Conjuntas, en un operativo liderado por Araújo Umpiérrez, y  trasladado a la base aérea de Boiso Lanza, donde "inmediatamente me llevaron a 'la perrera', que era donde se torturaba".
"Recién  acababa de acostarme, cuando tocaron la puerta y dijeron que eran  miembros de las Fuerzas Conjuntas. Abro la puerta y se metieron para  adentro, todos de civil, y quien comandaba ese procedimiento era Uruguay  Araújo Umpiérrez. De ahí me trasladan directamente a Boiso Lanza",  relató Gómez a LA REPUBLICA.
"Dentro  de Boiso Lanza identifiqué a varios oficiales que estuvieron en mi  detención como al teniente Fresia, que le decían 'el Indio', al teniente  Urbán, que le decían 'Ventarrón', y a un capitán Cabrera. Después  identifiqué a Araújo Umpiérrez", continuó el testigo.
La particularidad era que Araújo Umpiérrez "no  era capitán y tenía más mando que Cabrera. Los milicos nos decían que  Araújo Umpiérrez era el jefe del S2 de Boiso Lanza, es decir del  servicio de inteligencia. La OCOA operaba en la base aérea", explicó Gómez.
El  ex preso político estuvo "en la máquina" (la tortura) de Boiso Lanza  hasta fines de noviembre de 1976, cuando lo trasladan al Penal de  Libertad. Durante su detención en la base aérea devino la muerte del  militante comunista Chaves Sosa, reaparecido el 29 de noviembre de 2006  en una chacra de la ciudad de Pando. "Una  mañana me avisan que traían a un compañero y me acerco para ver por la  ventana (del calabozo). Veo que traían a un compañero de arrastro y en  muy mal estado. Lo llevaban a las catacumbas. Ahí identifico que se  trataba de Chaves, incluso otro compañero también lo identificó", dijo Gómez.
"A  la mañana siguiente, a Chaves lo traen cuatro o cinco personas, entre  ellas el teniente Enrique Rivero y Araújo Umpiérrez. Fue la última vez  que lo vimos. A los dos días un soldado nos dice: '-Falleció uno de los  de ustedes'. No teníamos certeza de que era Chaves pero lo imaginamos  por las condiciones en que lo llevaron. Un compañero, que sí había  estado con él, nos informó que habían matado a Chaves", recordó Gómez. "A  Chaves lo conocí en el 70 durante mi militancia en la UJC, en el  Seccional 22, que cubría el Cerrito de la Victoria, Barrio Marconi y El  Municipal. El era miembro del Partido y con su ejemplo militante había  reclutado a muchos compañeros. Por eso lo reconocí", aseveró. "La  opinión de todos los compañeros es que Boiso Lanza era un comando élite  de oficiales que dependían directamente de Araújo Umpiérrez, del S2, y  eso se constata porque nunca vimos otros oficiales, como en otras  unidades donde compañeros vieron oficiales que no estuvieron en 'la  máquina'", señaló Gómez.
El actual comandante en jefe de la FAU, Enrique Bonelli, "era  uno de estos oficiales. No lo estoy acusando de haber estado en 'la  máquina' pero lo vi en Boiso Lanza. Por eso le pedí a la Justicia que se  cotejen los legajos de Araújo Umpiérrez y Bonelli para saber si estaban  o no en Boiso Lanza" cuando murió Chaves Sosa, expresó el testigo.
"A  Bonelli lo identifiqué (como oficial de Boiso Lanza) cuando (el  presidente) Tabaré (Vázquez) lo designó como comandante. Fue como una  luz en el bocho. Pensé que tenía bloqueadas esas cosas en mi memoria,  pero lo vi y lo registré", continuó Gómez. La identificación de  todos los oficiales se produjo a través de los comentarios de los  soldados de Boiso Lanza, quienes los nombraban cuando llegaban a los  calabozos para "interrogar" a los prisioneros, así como por el  testimonio de dos integrantes del Movimiento de Liberación  Nacional-Tupamaros, que habían sido soldados de esa unidad militar,  explicó..


Como dice un poema de Benedetti: un torturador no se redime suicidandose/ pero algo és algo.
ResponderEliminarLo mismo para el encarcelamiento de estos monstruos. Hay que aprovechar cualquier agujerito en la impunidad y seguir informando a la población sobre estas condenas.
Sobretodo para prevenir un posible decreto de prisión domiciliaria dictado por los impresentables ratón y pepe, eso aún esta en una nebulosa y no hay que permitirselo.
Estoy convencido, la justicia no tiene marcha atrás, lenta si pero irreversible. "uno a uno, no va a quedar ninguno" suelto por lo menos.