Los torturados 1976 Oswaldo Guayasamín: Edad de la ira
por Verónica Engler
Desde 1972 hasta 1985 vivimos
años muy duros. Mi abuela luchó continuamente por mantener vivos a sus hijos,
para eso apeló a cuanto pudo, buscando despertar empatía y misericordia en sus
interlocutores. No era fácil en una dictadura en la que el aparato represivo
actuaba con certeza quirúrgica, asesinando, torturando, secuestrando y
desapareciendo gente. En las condiciones
de reclusión que muchos y muchas compañeras se encontraban, una esperanza en
forma de un lápiz, un libro, una medicina, o la posibilidad de ver el sol, eran
fundamentales para sobrevivir a los maltratos y el aislamiento al que eran
sometidos. Cualquier militar que tuviera la más mínima voluntad de aflojar un
poco la soga que los estaba ahorcando, para dar un respiro a los reclusos que
se encontraban sumergidos en un infierno, era un aliento. Así, a pesar de lo
que tuvo que vivir, aprendió a agradecer las pequeñas “aperturas” de ese
calvario que daba vueltas como una noria y volvía siempre al principio; a la
impotencia, el dolor, la desesperación más profunda. Aprendió a suplicar y
aceptar cualquier migaja que le diera un poco más de tiempo a sus hijos. Los
más “buenos” eran quienes, manteniendo las duras condiciones de aislamiento y
precariedad no lo atormentaban hasta la locura y a eso se aferraba Catalina.
Desde muy pequeños nos encontramos girando en esta calesita de desvaríos,
sufrimos el pesar de nuestros mayores y la angustia de no poder hacer nada, los
atropello y la interminable ausencia que se nos imponía. Fuimos dolorosamente
conscientes de la miseria humana y crecimos palpándola, fuimos allanados muchas
veces, manoseados y destratados en las visitas, después de largos viajes
tuvimos que esperar a la intemperie sin importar el clima, para ver media hora
a mi padre, arriesgando siempre que se suspendiera la visita, encontrándolo
muchas veces en muy malas condiciones. La relación que durante esos trece años
pudimos construir, estuvo marcada de horror y desesperación, de militares y
reglas arbitrarias, de censura, de locura y rayana a la muerte.
Hoy se quiere impedir que
busquemos la Verdad y exijamos Justicia, hoy pretenden tacharnos de radicales a
viejos y a jóvenes por manifestar exigiendo lo que nos corresponde.
La presión que sentimos es
continua señores ministros y cada ladrillo que ustedes ponen en la muralla de
la impunidad, está hecho con nuestras lágrimas y nuestro dolor. Un fiscal
quiere procesar a un grupo de compañeras y compañeros de forma arbitraria y
mintiendo. Este fiscal que se muestra duro e intransigente frente quienes de
una u otra manera sufrimos el atropello del terrorismo de estado, entiende
demasiado bien que esto afecta a todos los que luchamos por Verdad y Justicia,
sin embargo, se olvida convenientemente del papel de los que reprimieron y del
espanto al que fueron y son sometidas las víctimas de esa represión. Por qué no
aplica la misma dureza para juzgar a quienes fueron capaces de cometer una
barbarie perpetuada durante más de una década?, una barbarie que se extiende
más allá de ese tiempo en los casos de desaparecidos?. ¿No se pregunta Zubía o
los Ministros cuan grande es la presión que sienten los familiares de los y las
compañeras que aún no aparecieron?. No les importa, porque fueron actores mudos
en época de dictadura y hoy pretenden encubrir y tapar lo que se hizo y
dejarnos en claro de que aún pueden reprimir y encarcelar, infiltrar marchas, fotografiar
personas y hasta torturar. No debemos permitirlo, por eso voy a seguir
difundiendo cartas que muestren el sentir de horror e impotencia que padecimos
y que nos quieren volver a hacer padecer, por eso es importante que esto
trascienda las fronteras de nuestro país y que sea denunciado a nivel
internacional. Está clarísimo que este es un caso de persecución política aunque
lo intenten poner en otra órbita. Aunque dirijan el aparato represivo hacia los
uruguayos que exigimos justicia, no conseguirán amedrentarnos. Si algo aprendí
de mi familia y de muchas y muchos compañeros expresos, madres, hijos y
familiares, es a no ser indiferente y a no rendirme.
Por Verdad y Justicia
Veronika Engler
22/09/2013
.
Montevideo Marzo 30/978
Comandante de la División de
Ejército No 2
General Juan José Méndez
De mi consideración:
El domingo 26 de marzo tuve
visita con mi hijo preso en el cuartel de Trinidad. Era el día de la
celebración de la resurrección de Cristo. Después de años de no leer, ni
escribir me pidió no solo libros, sino pinturas para volver a pintar. General,
un pedido que nace de lo más profundo de mi corazón. De este mi corazón
arrugado por tanto dolor; mi hijo quiere volver a la vida, por Dios le suplico
que llegue cuanto pide. Cartulinas, témperas, lápices, ajedrez.
Lo lamentable es que dibujó
para mi un Cristo y no me lo entregaron alegando que no se autorizaba entregar
dibujos, quisiera que Usted lo vea.
General, recuerdo que en
nuestra entrevista dijo Usted que cuando se desplazaba en su coche, percibía
que su hijo Juanjo (así lo llamó) se sentía orgulloso de Ud.
Donde está morando su hijo eso
no le puede llenar de orgullo, sí puede estar seguro que su hijo le aprobará y
estará más cerca de Usted si ayuda a un ser humano. A un ser que hace seis
larguísimos años que está preso; y en total soledad más de cuatro. Uno de los
más tremendos castigos inflingidos a seres racionales.
General Méndez, le escribí
anteriormente, no sé si U. recibió mi carta.
Con todo el respeto que Ud. Me
merece
Lo saluda muy atte.
Katia G. de Engler
Montevideo Junio 2/980
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Comandante de la División de
Ejército 3
General Boscan Hontou
De mi consideración:
Muchos han sido los mortales a
quienes me he dirigido en estos largos y tremendos ocho años que me ha tocado
vivir.
Usted es uno más General
Hontou, y puedo asegurarle que jamás fui defraudada.
Se trata de mi hijo Henry
Engler, preso en el Batallón de Ingenieros 3 donde ha sido trasladado hace poco
tiempo. Durante más de cuatro años mi hijo nunca pidió nada, además estuvo muy
enfermo. Yo era la que le hablaba de Dios y le instaba a que leyera la Biblia,
y así lo hizo, y como en un milagro resolvió profesar la religión de Jesucristo
de los Santos de los Últimos Días (mormones)
Ahora pide ser bautizado; y
está abocado a un trabajo religioso y necesita material, el cual no está
autorizado en un papel que me hicieron firmar.
Pide un Atlas y un libro de
Historia donde dice de cómo se inició la religión, en que parte y cuando. Le
ruego encarecidamente si fuera posible de autorización para que le sea
entregado ese material. Es un trabajo muy importante para él, aunque siempre lo
conserve consigo. En cuanto al bautismo pienso tener la posibilidad y el gusto
de hablar personalmente con Usted.
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Paysandú Julio 14/980
Sr. Comandante del Batallón
Ingenieros 3
Tte. Coronel Gamou
De mi consideración:
Espero no molestarlo con estas
líneas, hoy me siento muy mal, aprieta mi corazón hasta ahogarlo una tremenda
angustia. Llegó mi nuera, fue a hacerle la visita al esposo (Henry Engler)
correspondiente al día Domingo 13. Llegó llorando, no solo lo trajeron esposado
sino también encapuchado, le quitaron la capucha delante de ella, Sr.
Comandante por qué?. Han transcurrido ocho larguísimos y penosos años. En cada
traslado, es volver al principio; mi hijo estuvo muy enfermo, tanto que creí no
viviría, entonces en mi impotencia y desesperación escribí al General Zubía
rogándole se tomaran las medidas pertinentes para su recuperación; y él así lo
hizo. Guardo para ese militar mi profundo respeto. Cuando mi hijo estuvo tan
mal en el Cuartel de Colonia fui a la Iglesia, y frente a la imagen de Cristo
juré prenderme fuego en la plaza Libertad si él moría y así lo haré. Por eso
hoy le escribo y le digo, mi hijo no es por rebeldía que no come la comida del
cuartel, es porque su organismo no tolera otra cosa que leche en polvo y galleta
que es lo que le hemos llevado durante seis años y ahora no sé por qué razón en
ese Batallón no se lo permiten y ha vuelto a enfermar.
Comandante Gamou me he tuteado
con la muerte, se me extirpó un cáncer hace un tiempo; pero mientras quede en
mi fuerzas, hasta mi último aliento será por mis hijos. Son mi sangre, mi
carne, mi vida, y si Usted es padre me comprenderá.
Lo saludo con mi más alta
consideración.
Catalina G. de Engler
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Carta a un cura, no dice el
nombre del destinatario
Padre:
Dicen que las palabras que
nacen del corazón de una madre gritan, viven, por eso con el corazón apretado
de angustia y desesperación, le escribo. La razón de mi vida fueron y serán mis
hijos. Tengo a mi hijo detenido hace 12 años por problemas políticos; llamado
Henry Engler No 795 actualmente preso en el Penal de Libertad (es uno de los
llamados rehenes).
Durante once años fue llevado
a distintos cuarteles del interior. Trinidad, Colonia, Durazno, Paso de los
Toros. Los rotaban cada 6 u 8 meses. Cada traslado era volver a empezar; ¿dónde
lo habrán llevado?, cuándo será la visita? Fue tan infrahumano el trato que se
le dio, y tan total la soledad, que mi hijo se desequilibró mentalmente. Yo en
mi desesperación e impotencia hice cuanto pude, hablé con infinidad de
militares y entonces fue trasladado a San José Batallón No 6. Allí entró
pesando 58 kilos (mi hijo mide 1.83). Allí mi hijo en todo momento fue tratado
con corrección y humanidad, aunque estuvo en una celda con luz artificial, tenía
recreo y le permitieron hacer ejercicio y recuperó 12 kilos, y lo más
extraordinario su lucidez total. Dios hizo ese milagro. Él era estudiante de 6to año de medicina
Padre, el día 16 de Mayo le hice la visita en el Penal. No puedo describir con
palabras lo que fue esa visita, estaba alterado, y me dijo que no podía más:
que estaba recluido hace casi dos meses, en una celda de castigo, la peor
(llamada comúnmente isla), las dimensiones de esa celda son reducidísimas y un frío pavoroso se siente,
pues son tremendamente húmedas. El recreo es un patio cerrado con dos soldados
y órdenes de mirar solo para adelante. Me dijo; Madre: Once años estuve
enterrado en vida, en lugares que no se pueden describir, a veces por falta de
agua me he tomado mis orines. No puedo más. No puedo más. Mi conducta fue
intachable, jamás me revelé ni falté el respeto a ningún guardia. Recibí
enormes palizas gratuitas solo porque estaba desequilibrado. Madre por Dios, no
quiero vivir así. Pide que me saquen de este infierno, pues voy camino a las
tinieblas nuevamente, de solo pensarlo me aterra. Quiero pagar mi condena, así
sean 50 años, pero en dignidad. Solo voy a esperar 15 días y si no me sacan de
aquí, no comeré ni beberé más, prefiero morir con dignidad, a vivir de rodillas
y pasar por lo que pasé. Padre: mi corazón se detuvo. Fueron tan largos y
pesados estos años, y he recorrido tantas carreteras!, he padecido soles,
lluvias, horas frente a los cuarteles esperando las visitas.
Durante dos años tuve mis tres
hijos presos, y mi esposo cuatro años en cama con un cáncer pulmonar. Falleció
hace 7 años, mi salud me falla a veces, pues se me extirpó un cáncer hace unos
años, y muy a menudo mis piernas me pegan una mala jugada, se me aflojan y me
caigo.
Pero como sé que mi Señor no
me abandona, me levanto y sigo. Sé que él
(…) las rodillas vacilantes, levanta a los caídos, solo por creer en
Dios sigo viva.
Padre, le escribo y quiero que
sepa, que si mi hijo muere o vuelve a desequilibrarse, yo juré frente a la
imagen de Cristo en Colonia cuando mi hijo estuvo tan mal, prenderme fuego en
la Plaza Libertad. Y lo haré, vaya si lo haré.
En nombre de nuestro señor
Jesucristo haga algo para que lo saquen de esa horrenda y espantosa situación y
que cumpla su condena, la que sea con dignidad, él no pide otra cosa. Me rogó
que si fuera posible lo trasladen junto a otro rehén, que tiene cáncer y su
nombre es Wasen Alaniz, así madre podemos hablar, y yo lo cuido, me dijo.
Desde ya mi agradecimiento
eterno.
Con la más alta consideración
lo saluda
Catalina G. de Engler
HAY QUE SACAR LA CABEZA Y VER LO QUE GEOPOLÍTICAMENTE ESTA SUCEDIENDO EN AMÉRICA LATINA Y EL MUNDO, YA QUEDO DEMOSTRADO QUE EN EL CASO DE URUGUAY UN POPULISTA , COMO EL FRENTE AMPLIO NO SIRVIÓ PARA UN CARAJO DE NADA PARA SOLUCIONAR LOS ´PROBLEMAS DE MARGINALIDAD Y VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS,POR EL CONTRARIO . LES TIRO UN SALVAVIDAS A LAS CLASES DOMINANTES Y A LOS MILICOS, SU APARATO ARMADO.
ResponderEliminarQUIZÁS TENGAMOS QUE MEDITAR Y REFLECCIONAR , COMO ENCARAREMOS LA LUCHA REVOLUCIONARIA DE ACÁ EN MAS.
YA QUE LAS FF.AA SIGUEN MONTANDO OPERETAS DE INTELIGENCIA Y FICHANDO COMPAÑEROS, Y TODO EL ARCO DE LOS APARATOS REPRESIVOS,SIGUEN INFILTRANDO Y MARCANDO COMPAÑEROS, Y PINCHANDO TELÉFONOS.
EN ESE ASPECTO ESTAN UN PASO DELANTE NUESTRO QUE TODAVIA NOS SEGUIMOS PELEANDO POR EL LIDERAZGO POPULAR,HASTA LOS QUE HOY SE DISFRAZAN DE IZQUIERDA Y ANDAN ARRASTRÁNDOSE PARA UNA FOTO O UN CARGO EN EL GOBIERNO.
CHICOS............HAY COMPAÑEROS QUE DIERON SU VIDA POR NOSOTROS.....¿NO SE SI SABEN ,Y FUERON MILITANTES JUNTO A QUIENES HOY MIRAN PARA OTRO LADO LA MISERIA Y EL HAMBRE POR EL CUAL LUCHARON EN ALGÚN MOMENTO,?
DIGO: ¿ QUIEN ES MAS TRAIDOR EL QUE CANTO PORQUE LO QUEBRARON EN LA TORTURA ,O EL QUE HOY TRANZO CON LAS CLASES DOMINANTES POR GUITA Y UN BUEN PASAR?