Jueves 22 • Octubre • 2015
Galones
Durante un encuentro con la prensa, militares elogiaron la gestión del ministro Eleuterio Fernández Huidobro.
Un estratega. Un hombre con “cabeza militar”. O, lisa y
llanamente, “el mejor ministro de Defensa de 1985 para acá”. Así ven
varios oficiales del Ejército a Eleuterio Fernández Huidobro. Ni Azucena
Berruti ni José Bayardi ni Luis Rosadilla. El actual inquilino de la
vieja casona de la avenida 8 de Octubre 2628 es señalado como el hombre
que mejor entendió la mecánica y los reiterados reclamos presupuestales
de los militares desde la reapertura democrática. Así lo sostuvieron
varios generales y coroneles consultados por la diaria. Pero no
sólo ellos. A su modo, esta idea también cala en el actual comandante
en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos. Desde su llegada a la jefatura
de la fuerza, Manini estableció una relación de mutua confianza con
Huidobro. Tanto que en una de sus conversaciones privadas el ministro
llegó a explicarle al detalle la Batalla de Stalingrado entre el
Ejército rojo y la Wehrmacht de la Alemania nazi, la decisiva “operación
Azul” y la importancia de la logística de abastecimiento para pasar a
la ofensiva en enfrentamientos armados. El talante nacionalista de
Manini (un integrante de la logia Tenientes de Artigas, con todo lo que
ello implica, desde la exaltación de los valores nacionalistas como
expresión de un fuerte antiimperialismo, pasando por la obsesión con la
protección de los recursos naturales hasta una permanente invocación de
la figura del prócer) y cierta coincidencia con algunos rasgos del
pensamiento tupamaro crearon un clima de convivencia ideal entre
Fernández Huidobro y los militares. Así lo explica Manini a la diaria:
-Él piensa con mente abierta y entiende básicamente los problemas que nosotros le llevamos.
-¿Puede ser una especie de camarada? Muchas veces se habló acerca de la peripecia de tupamaros y militares y hasta de un parentesco en ciertas concepciones.
-No lo definiría como camarada, sino como una persona muy inteligente, dispuesta a entendernos y contribuir a las soluciones.
-¿Es Fernández Huidobro, como dicen varios militares, el mejor ministro de Defensa de la posdictadura?
-No es bueno comparar, porque puedo llegar a lastimar a anteriores ministros. Yo lo único que puedo decir es que el señor ministro es una persona que se interesa por entender los problemas que le son llevados y, como los entiende, contribuye a la solución de los problemas.
Manini Ríos no es cualquier comandante. El jefe del Ejército fue observador en el conflicto armado en Mozambique primero y en Irán después (durante la guerra con Irak). Ocurrió mucho antes de que fuera ascendido a general. Esa experiencia le proporciona cierta visión del mundo que, unida a un talante antiimperialista, lo acerca a algunas concepciones geopolíticas defendidas por Fernández Huidobro. Los aproxima, además, una mirada crítica de la política de Estados Unidos respecto de Estado Islámico y de Irak. Y la voluntad de dar vuelta la página de la dictadura sin profundizar en las responsabilidades de un Ejército que -sostienen- no es el mismo que el de 1973. Pero esto sólo explica en parte el predicamento de Fernández Huidobro sobre los militares. Todo otro capítulo debería dedicarse al ejercicio del mando: Fernández Huidobro ejerce cierto paternalismo con los militares de abajo (los subalternos le dicen “Eleuterio”), el personal superior lo llama “señor ministro”), el campechano estilo de camarada con sus contemporáneos, y el código militar con casi todo el mundo. Cuando aún no saben qué ocurrirá con la propuesta de recortar la mitad de las vacantes que se generen en este período de gobierno, los militares de todos los grados y escalones apuestan sus fichas al ministro de Defensa como quizá nunca antes lo hicieron bajo un gobierno del Frente Amplio.
Números, disparen, fuego
En el contexto de un ajuste general de los presupuestos del Estado, lo cierto es que llueven los reclamos a Fernández Huidobro para mantener las prerrogativas de unas Fuerzas Armadas que se ven amenazadas por los anuncios de recortes. Hace pocas semanas, el ministro pidió a los comandantes de las fuerzas que tuvieran cuidado a la hora de hacer declaraciones. Erigido en ejemplo, dijo que empezaría por él mismo.
En el convite anual con que el Comando del Ejército agasaja a la prensa, Manini Ríos eligió palabras cautas para retratar una incertidumbre grande que se instaló en la cúpula del Ejército a partir del posible recorte de la mitad de las vacantes. De ahí que ayer hablara de “un mínimo crítico” que, de reducirse, afectaría “el normal cumplimiento de la misión” del Ejército. Los periodistas insistieron, pero Manini no se movió demasiado de ese corsé. “No quiero abrir juicios. No me corresponde”, dijo. Sólo después reconoció que “un cambio de criterio lógicamente empeoraría la situación”. Pero en todo momento aclaró: “Serán los parlamentarios los que decidirán si corresponde o no hacerlo”. Una vez eligió la primera persona del singular. Fue para documentar su parquedad y, en su propia justificación, reiterar argumentos: “Yo varias veces he hablado de las actividades que hacemos, de la carga horaria que desarrollan nuestros hombres, de la situación económica en la que están. Lo he hablado, lo he dicho hasta el cansancio. No corresponde ni conviene que yo agregue nada”. Fernández Huidobro, que concibió el recorte de vacantes propuesto por el Ministerio de Economía y Finanzas como la única alternativa para aumentar los salarios más sumergidos de la tropa, dijo a la diaria: “Hubiésemos preferido otra cosa”.
Además de los ajustes presupuestales, Manini enfrenta otro problema en la interna del Ejército: la reducción de cupos para militares en las misiones de paz, como resultado de la menor presencia en Haití luego de que el gobierno resolviera una baja paulatina de la cantidad de efectivos en ese país y la retirada definitiva el año próximo. Para muchos soldados -e incluso para la propia organización- las operaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son claves para engrosar el bolsillo. El anuncio de Tabaré Vázquez en Nueva York sobre el envío de una nueva misión a República Centroafricana alimentó nuevas expectativas, pero el número uno del Ejército advirtió que por el momento no hay un “ofrecimiento concreto”. Aclaración, por si las moscas, en el comando de la calle Garibaldi: “El lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU se debe, en gran medida, a la forma en que las Fuerzas Armadas han cumplido con las misiones de paz en estos últimos años”.
.-Él piensa con mente abierta y entiende básicamente los problemas que nosotros le llevamos.
-¿Puede ser una especie de camarada? Muchas veces se habló acerca de la peripecia de tupamaros y militares y hasta de un parentesco en ciertas concepciones.
-No lo definiría como camarada, sino como una persona muy inteligente, dispuesta a entendernos y contribuir a las soluciones.
-¿Es Fernández Huidobro, como dicen varios militares, el mejor ministro de Defensa de la posdictadura?
-No es bueno comparar, porque puedo llegar a lastimar a anteriores ministros. Yo lo único que puedo decir es que el señor ministro es una persona que se interesa por entender los problemas que le son llevados y, como los entiende, contribuye a la solución de los problemas.
Manini Ríos no es cualquier comandante. El jefe del Ejército fue observador en el conflicto armado en Mozambique primero y en Irán después (durante la guerra con Irak). Ocurrió mucho antes de que fuera ascendido a general. Esa experiencia le proporciona cierta visión del mundo que, unida a un talante antiimperialista, lo acerca a algunas concepciones geopolíticas defendidas por Fernández Huidobro. Los aproxima, además, una mirada crítica de la política de Estados Unidos respecto de Estado Islámico y de Irak. Y la voluntad de dar vuelta la página de la dictadura sin profundizar en las responsabilidades de un Ejército que -sostienen- no es el mismo que el de 1973. Pero esto sólo explica en parte el predicamento de Fernández Huidobro sobre los militares. Todo otro capítulo debería dedicarse al ejercicio del mando: Fernández Huidobro ejerce cierto paternalismo con los militares de abajo (los subalternos le dicen “Eleuterio”), el personal superior lo llama “señor ministro”), el campechano estilo de camarada con sus contemporáneos, y el código militar con casi todo el mundo. Cuando aún no saben qué ocurrirá con la propuesta de recortar la mitad de las vacantes que se generen en este período de gobierno, los militares de todos los grados y escalones apuestan sus fichas al ministro de Defensa como quizá nunca antes lo hicieron bajo un gobierno del Frente Amplio.
Números, disparen, fuego
En el contexto de un ajuste general de los presupuestos del Estado, lo cierto es que llueven los reclamos a Fernández Huidobro para mantener las prerrogativas de unas Fuerzas Armadas que se ven amenazadas por los anuncios de recortes. Hace pocas semanas, el ministro pidió a los comandantes de las fuerzas que tuvieran cuidado a la hora de hacer declaraciones. Erigido en ejemplo, dijo que empezaría por él mismo.
En el convite anual con que el Comando del Ejército agasaja a la prensa, Manini Ríos eligió palabras cautas para retratar una incertidumbre grande que se instaló en la cúpula del Ejército a partir del posible recorte de la mitad de las vacantes. De ahí que ayer hablara de “un mínimo crítico” que, de reducirse, afectaría “el normal cumplimiento de la misión” del Ejército. Los periodistas insistieron, pero Manini no se movió demasiado de ese corsé. “No quiero abrir juicios. No me corresponde”, dijo. Sólo después reconoció que “un cambio de criterio lógicamente empeoraría la situación”. Pero en todo momento aclaró: “Serán los parlamentarios los que decidirán si corresponde o no hacerlo”. Una vez eligió la primera persona del singular. Fue para documentar su parquedad y, en su propia justificación, reiterar argumentos: “Yo varias veces he hablado de las actividades que hacemos, de la carga horaria que desarrollan nuestros hombres, de la situación económica en la que están. Lo he hablado, lo he dicho hasta el cansancio. No corresponde ni conviene que yo agregue nada”. Fernández Huidobro, que concibió el recorte de vacantes propuesto por el Ministerio de Economía y Finanzas como la única alternativa para aumentar los salarios más sumergidos de la tropa, dijo a la diaria: “Hubiésemos preferido otra cosa”.
Además de los ajustes presupuestales, Manini enfrenta otro problema en la interna del Ejército: la reducción de cupos para militares en las misiones de paz, como resultado de la menor presencia en Haití luego de que el gobierno resolviera una baja paulatina de la cantidad de efectivos en ese país y la retirada definitiva el año próximo. Para muchos soldados -e incluso para la propia organización- las operaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) son claves para engrosar el bolsillo. El anuncio de Tabaré Vázquez en Nueva York sobre el envío de una nueva misión a República Centroafricana alimentó nuevas expectativas, pero el número uno del Ejército advirtió que por el momento no hay un “ofrecimiento concreto”. Aclaración, por si las moscas, en el comando de la calle Garibaldi: “El lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU se debe, en gran medida, a la forma en que las Fuerzas Armadas han cumplido con las misiones de paz en estos últimos años”.
Dentro de la izquierda, el malestar con Fernández
Huidobro se explica por sus últimas declaraciones en el Día del Ejército , donde señaló que en el Frente Amplio así
como en otras organizaciones sociales "estigmatizan" a los militares.
Durante el acto, el comandante en jefe Guido Manini Ríos reclamó "no
denostar" al Ejército "por los prejuicios del pasado".
Ayer, en el Frente Amplio se escucharon fuertes
cuestionamientos hacia Fernández Huidobro. Algunos entienden que debería
dar un paso al costado, porque no representa "el sentir" de la
izquierda en los temas de derechos humanos.
"No es estigmatización ministro, es memoria. Es
recuerdo del pasado, es volver a pasar por el corazón toda la historia,
todo el tiempo, para que no se olvide. Sólo queremos verdad y justicia.
Sin dejar de reconocer los avances, no llegan aún, ni la una ni la
otra", opinó la senadora Constanza Moreira (Casa Grande) en su página
web.
un pacto de hace años ?
ResponderEliminar...Huidobro trabaja, MILITA (R) 25 horas al día .....se me pierde el ideólogo entre los militares y si no es militar ....con quien milita ( militar puede ser un acto esprcifico para un momento especifio. Huidobro quienes son tus compañeros de ruta ?