“Seis años después de que la economía mundial emergiera de la recesión más amplia y profunda desde la posguerra, la vuelta a una expansión robusta y sincronizada sigue siendo incierta”, ese es el panorama que presentó el director del Departamento de Investigación del Fondo Monetario Internacional (FMI), Maurice Obstfeld, en Lima, donde se desarrolla la reunión anual del FMI y el Banco Mundial.
El organismo divulgó el informe Perspectivas Económicas Mundiales (WEO por sus siglas en inglés) donde señaló que “el crecimiento mundial disminuyó en el primer semestre de 2015 como consecuencia del ahondamiento de la desaceleración de los mercados emergentes y del debilitamiento de la recuperación de economías avanzadas. En este momento, está proyectado en 3,1% para 2015 en su conjunto, cifra ligeramente inferior a la de 2014 y 0,2 puntos porcentuales por debajo de los pronósticos de la actualización de julio de 2015”.
Para la economía uruguaya, el FMI bajó la proyección de crecimiento de 2,8% a 2,5% para este año según divulgado hace minutos.
Para 2016, la estimación del FMI es de un crecimiento de 2,2% frente al 2,9% que proyectaba en abril.
A su vez, elevó la proyección de inflación para este año de 7,9% a 8,4% y para 2016 de 7,5% a 8,1%.
Respecto a la situación de Brasil Obstfeld indicó que el Fondo proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) de la mayor economía de América del Sur, caiga 3% este año y 1% el próximo, “pese a que en los dos años se estima crecimiento negativo, hay una mejora” en 2016.
Según el Fondo, “las perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes varían mucho según el país y la región, pero en términos generales las perspectivas se están ensombreciendo, y las proyecciones apuntan a una contracción del crecimiento por quinto año consecutivo. Esto refleja una combinación de factores: debilitamiento del crecimiento de los países exportadores de petróleo; desaceleración de China, con menor dependencia de la inversión focalizada en la importación; etapa de ajuste tras los auges de la inversión y el crédito; y perspectivas menos favorables para los países exportadores de otras materias primas, incluidos los de América Latina, tras las caídas de precios de otras materias primas, así como las tensiones geopolíticas y los conflictos internos en una serie de países”.
De hecho, para América Latina, el FMI rebajó la proyección de un crecimiento del de PIB de 0,5% que estimaba en la actualización de julio a una caída de 0,3% del PIB. Para 2016, estima que la economía regional crezca 0,8% (frente al 1,7% de julio).
“Los flujos de capital destinados a los mercados emergentes se han desacelerado en los últimos trimestres, y el despegue de la tasa de política monetaria estadounidense —actualmente en el límite inferior cero— probablemente conlleve cierto deterioro de las condiciones financieras externas”, indicó el informe.
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GRUPO DE DIARIOS AMÉRICA04 oct 2015
Luego de 46 años, esta reunión tendrá lugar en
un país de América Latina y, antes de su llegada, en entrevista
exclusiva para el Grupo de Diarios América (GDA), analizó la situación
de varios países de la región y, además, explicó las medidas que el FMI
está tomando para evitar los golpes de los ciclos económicos.
Lagarde dijo que "la región ha experimentado cambios
radicales desde que nos reunimos en Brasil en 1967, y las reuniones
brindarán una excelente oportunidad para hacer un balance de dónde se
encuentran los países y hacia dónde quieren dirigirse. ¡Y el FMI también
ha cambiado! Nos hemos convertido en una institución mucho más abierta y
transparente, al igual que nuestras reuniones. Esperamos la presencia
de más de 13.000 participantes, y llevaremos a cabo varios seminarios en
los que abordaremos cuestiones que van desde los precios de las
materias primas hasta la desigualdad, con presentadores provenientes de
muy diversos ámbitos".
Durante la próxima semana, ministros de Economía,
presidentes de bancos centrales y otras autoridades de 188 países
estarán en Lima para discutir hacia dónde va la economía mundial.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista con Lagarde.
—Si existe una regularidad empírica en la historia
de la economía mundial, es que las crisis financieras globales se
repiten en el tiempo. Si la historia sirve algo de guía, cada 10 o 20
años hay una crisis de este tipo. ¿Dónde cree el FMI que podrían
aparecer estas nuevas fuentes de riesgo, difíciles de identificar para
los reguladores?
—El trabajo que realizamos junto con los reguladores
nacionales e internacionales consiste en señalar las lagunas, las
vulnerabilidades y los riesgos, a fin de reducir la probabilidad de que
se produzcan esas crisis. Estamos en mejores condiciones que hace cinco
años, por ejemplo, para dotar de más capacidad de resistencia a nuestros
sistemas financieros a nivel mundial. Las autoridades de todo el mundo
han logrado avances significativos en el establecimiento de requisitos
de capital y liquidez más estrictos, la aplicación de recargos de
capital a los megabancos internacionales, así como la adopción de normas
claras en materia de supervisión y resolución.
Pero obviamente para anticiparnos a la próxima
crisis, es necesario avanzar aún más en otros aspectos importantes. Por
ejemplo, el modelo de "bancos gigantes" que son demasiado grandes para
quebrar sigue siendo una cuestión problemática. Persiste el problema de
la opacidad de los balances; la banca paralela sigue siendo un sector
que parece concentrar el riesgo. También necesitamos una regulación y
una implementación internacional más congruentes, incluso en áreas
críticas como la resolución bancaria. Ya se ven países que se están
moviendo en distintas direcciones en algunos ámbitos, por ejemplo, en la
forma de calcular el riesgo de los activos y de restringir los excesos
de la banca.
—¿Qué está monitoreando el FMI, y qué medidas
preventivas se están planeando? Las tasas en EE.UU. están en 0% desde
2008, y en Europa y Japón es altamente probablemente que existen tasas
negativas por varios años más. Esto obliga a los inversores a salir a
buscar riesgo para poder obtener retornos.
—Como señalé, para anticiparnos a posibles problemas
tenemos que seguir avanzando en lo que se refiere a la transparencia en
el sector financiero, mejorando la regulación a nivel local, regional y
mundial, y, sobre todo, tenemos que seguir trabajando en forma conjunta
para alcanzar la meta de un sector de servicios financieros sólido y
resistente y que sea capaz de respaldar a la economía real de forma
eficaz.
—¿Cuál será el impacto de la baja de precios de
las materias primas para las economías productoras (como los países de
Sudamérica) y por cuánto tiempo se prolongará, según su proyección, esta
fase?
—Según nuestras proyecciones, los precios mundiales
de las materias primas son débiles y permanecerán por debajo de los
máximos registrados en 2011 por el futuro previsible. Desde luego, los
precios más bajos de las materias primas implican continuos desafíos
para los exportadores netos de materias primas de América del Sur, que
se verán reflejados, entre otros aspectos, en ingresos nacionales más
bajos, disminución de la inversión y empeoramiento de los saldos
fiscales. Además, como se prevé que los precios de las materias primas
permanezcan en niveles bajos por el futuro previsible, junto con un
deterioro de las perspectivas de inversión, el potencial productivo de
la región también se ha contraído.
Para restablecer el crecimiento y diversificar sus
economías, los países de América del Sur deberían emprender reformas de
gran alcance. Me refiero a dos cuestiones en concreto: la brecha de
infraestructura en la región sigue siendo significativa, y es necesario
mejorar el capital humano. Esto implica mejorar las redes de transporte y
comunicación, mejorar el saneamiento y el abastecimiento de agua, hacer
más eficaz y competitivo el sistema educativo, y mejorar el suministro
de servicios de salud. Esto no será posible si no se incrementa el nivel
de inversión en infraestructura y ahorro en los países de América
Latina, algo que no puede hacerse de la noche a la mañana. De todos
modos, una economía más resistente, productiva y diversificada es sin
duda un objetivo en el que vale la pena invertir.
—En Uruguay se acaba de conocer que en el segundo
trimestre, el Producto Interno Bruto (PIB) mostró una caída, ¿Uruguay
va a sufrir una desaceleración peor a la esperada? ¿Cómo pueden salir
adelante?
—En Uruguay, la actividad económica fue más débil de
lo previsto en el segundo trimestre debido a factores en su mayoría
temporales, como una reducción de la producción hidroeléctrica provocada
por la sequía. Pero observamos asimismo una desaceleración más general
en la región, que afecta también a Uruguay. Por este motivo, el FMI, al
igual que otros, ha revisado a la baja los pronósticos de crecimiento
para este año y el próximo. Pero aun así, no prevemos una recesión o ni
siquiera una desaceleración prolongada en Uruguay. Confiamos en la
capacidad de las autoridades uruguayas para adoptar las medidas
adecuadas para preservar la estabilidad económica y financiera, que ha
sido la piedra angular de la satisfactoria evolución económica de
Uruguay a lo largo de la última década, y para ejecutar reformas
cruciales a fin de respaldar el crecimiento en el largo plazo.
—Brasil perdió el grado inversor y tiene enormes
dificultades políticas para aprobar en el Congreso un plan de ajuste
fiscal para 2016. ¿Es Brasil una decepción? ¿Qué tan grave es la
situación de Brasil? ¿Cuán preocupante es la posibilidad de destitución o
renuncia de la presidenta Dilma Rousseff (por su impacto sobre la
situación económica) y qué efectos secundarios puede tener la crisis
brasileña en América Latina?
—¡Son muchas preguntas en una! A ver si puedo
abordarlas una a una. En primer lugar, está claro que Brasil se enfrenta
a graves dificultades económicas. Se prevé que la economía se contraiga
notablemente este año debido a la caída de la inversión y el consumo, y
es probable que permanezca en territorio negativo en 2016 (publicaremos
nuestros pronósticos revisados el 6 de octubre). Además, la crisis
política causada por la investigación en curso de Petrobras ha creado
incertidumbre, lo que a su vez ha tenido un impacto en la confianza de
los consumidores y las empresas. Por lo tanto, sin duda el país
atraviesa momentos difíciles, y esto ya se está traduciendo en un
aumento de las tasas de desempleo y el deterioro de las condiciones
crediticias.
Para mejorar la situación y recuperar la confianza,
la inversión y en definitiva el crecimiento, es esencial restablecer la
sostenibilidad fiscal y fortalecer los marcos de política
macroeconómica. La posición fiscal de Brasil se beneficiaría en gran
medida de la adopción de un enfoque robusto, estratégico y ambicioso,
centrado en aliviar las presiones crónicas y estructurales de gasto.
Esto ayudaría sin duda a traer la tendencia de la relación deuda/PIB en
niveles sostenibles y a estimular la confianza. En este sentido, damos
la bienvenida a los esfuerzos realizados por las autoridades por
registrar nuevamente un superávit de las cuentas fiscales en 2016, lo
que constituye un paso en la dirección correcta. Estas medidas, sumadas a
un esfuerzo continuo para implementar reformas estructurales orientadas
a aumentar la productividad y la competitividad, son esenciales para
asegurar un crecimiento duradero y preservar los extraordinarios avances
logrados por Brasil en la lucha contra la pobreza y la desigualdad en
las últimas décadas.
Brasil sigue siendo la economía más grande de la
región y un importante mercado emergente. Por tanto, lo que ocurre en
Brasil afecta a sus vecinos, a la región y a otras regiones. Esperamos
que las autoridades brasileñas tomen las medidas necesarias para
garantizar que Brasil pueda seguir siendo el motor de crecimiento
regional que ha sido hasta ahora.
>>> Vender la patria y el bienestar de los uruguayos
El uso de las reservas que efectúa el Banco Central (BCU) para evitar
la subida del dólar también se refleja en la emisión y el circulante de
letras de regulación monetaria (LRM) del sector público, que ha
disminuido fuertemente en los últimos meses.
En agosto las emisiones de LRM totalizaron US$261 millones, menos de la mitad de lo que se había operado en julio pasado cuando el monto había sido de US$544 millones. Las operaciones del mes también fueron sensiblemente menores a lo ocurrido un año, atrás cuando el monto había sido de US$ 419 millones, según los últimos datos publicados por el BCU.
También cayó de forma significativa el circulante de LRM que en agosto fue de US$ 5.753 millones, mientras que un mes antes había sido de US$7.267 millones. Esa caída también se observa en el comparativo interanual respecto a agosto, donde la disminución del circulante de LRM fue de 41%, desde US$ 9.754 millones.
La autoridad monetaria está utilizando su colchón de reservas para que el tipo de cambio no se dispare vendiendo divisas en el mercado. De hecho ayer realizó ventas por US$ 72,5 millones en el mercado spot. No solo fue la más alta en lo que va del año, sino que fue por casi la totalidad de la operativa global, que fue de US$ 76,1 millones. Pese a eso el dólar volvió a subir; esta vez 0,1% y en promedio cotizó a $28,85.
Esa política también tiene como contrapartida un menor endeudamiento, porque el Central tiene que colocar menos letras para regular el circulante de dinero en el mercado. Las autoridades de gobierno han expresado en más de una oportunidad que el BCU va a seguir interviniendo en el mercado "siempre que sea necesario". Se entiende que la reducción de reservas se está haciendo de forma "ordenada" y "moderada". Al mismo tiempo se considera que no representa un riesgo porque en paralelo a ese "desarme" se está bajando el endeudamiento y por ende reduciendo riesgos.
En agosto las emisiones de LRM totalizaron US$261 millones, menos de la mitad de lo que se había operado en julio pasado cuando el monto había sido de US$544 millones. Las operaciones del mes también fueron sensiblemente menores a lo ocurrido un año, atrás cuando el monto había sido de US$ 419 millones, según los últimos datos publicados por el BCU.
También cayó de forma significativa el circulante de LRM que en agosto fue de US$ 5.753 millones, mientras que un mes antes había sido de US$7.267 millones. Esa caída también se observa en el comparativo interanual respecto a agosto, donde la disminución del circulante de LRM fue de 41%, desde US$ 9.754 millones.
La autoridad monetaria está utilizando su colchón de reservas para que el tipo de cambio no se dispare vendiendo divisas en el mercado. De hecho ayer realizó ventas por US$ 72,5 millones en el mercado spot. No solo fue la más alta en lo que va del año, sino que fue por casi la totalidad de la operativa global, que fue de US$ 76,1 millones. Pese a eso el dólar volvió a subir; esta vez 0,1% y en promedio cotizó a $28,85.
Esa política también tiene como contrapartida un menor endeudamiento, porque el Central tiene que colocar menos letras para regular el circulante de dinero en el mercado. Las autoridades de gobierno han expresado en más de una oportunidad que el BCU va a seguir interviniendo en el mercado "siempre que sea necesario". Se entiende que la reducción de reservas se está haciendo de forma "ordenada" y "moderada". Al mismo tiempo se considera que no representa un riesgo porque en paralelo a ese "desarme" se está bajando el endeudamiento y por ende reduciendo riesgos.
!!!!!
ResponderEliminarThe secret corporate takeover of trade agreements
The US and the world are engaged in a great debate about new trade agreements. Such pacts used to be called free-trade agreements; in fact, they were managed trade agreements, tailored to corporate interests, largely in the US and the EU. Today, such deals are more often referred to as partnerships, as in the Trans-Pacific Partnership (TPP).
http://www.theguardian.com/business/2015/may/13/the-secret-corporate-takeover-of-trade-agreements
!!!!
This Happened In September: The UN Launched “The Global Goals” – A Blueprint For A United World
ResponderEliminarhttp://www.activistpost.com/2015/09/un-launches-global-goals-blueprint.html