El reclamo, la vivencia y el festejo de las mujeres asalariadas rurales al desnudo
“Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.
Eduardo Galeano.
Si bien es compleja la realidad que vive la mujer rural asalariada, aún es más para aquellas que viven en el norte de nuestro país. Con motivo de la conmemoración del Día de la Mujer Asalariada Rural se realizó un encuentro en la sede de AUTE en el cual participaron representantes de distintos sectores rurales y de realidades de lo más diversas. Mujeres de rostros curtidos y jóvenes jefas de familia con pequeños niños en brazos llegaron a la capital de distintas partes del Uruguay y tuvieron la posibilidad de manifestar la situación que viven en ese país profundo y muchas veces ignorado. Una de las panelistas, claramente proveniente del norte, llegó a decir: "Las mujeres rurales asalariadas nos estamos muriendo de hambre".
A medida que se iban escuchando las exposiciones de quienes presidían el encuentro un sentimiento de solidaridad y fraternidad fue colmando el salón que estaba repleto de trabajadores de ambos sexos. La emoción invadía por momentos a los presentes al escuchar la vida sacrificada y la situación laboral que padecen muchos trabajadores/as del campo. Tan distinta es esa realidad que alguna de las panelistas mirando a una de sus compañeras de Artigas llegó a decir "nosotras muchas veces nos quejamos de llenas". En el marco de este clima de reconocimiento de una realidad para nada difundida un representante de la Agrupación UTE (AUTE) culminó las intervenciones sosteniendo que "la solidaridad tiene que ser ética y un compromiso, por lo que debe dejar de ser sólo una palabra en un discurso". (aplausos)
Entre las dirigentes asalariadas rurales que hicieron uso de la palabra estaban: Jessica Díaz, militante del Sindicato de Trabajadores/as Hortículas (STH, trabajadoras de Green Frozen); Susana Uhat, militante del Sindicato Único de Trabajadores/as de Tambos y Afines (Sutta); Susan Troche, militante de STH y de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artígas (UTAA); María Flores, militante del Sutta y de la Unión Nacional de Asalariados Trabajadores rurales y Afines (Unatra); Teresa de los Santos, militante de la Organización Sindical de Obreros Rurales (Osdor); y militantes del sindicato de trabajadores/as de la frutilla de Toledo.
María Flores en su exposición señaló que: "Aquí estamos presentes las mujeres trabajadoras rurales. Hemos venido viajando largo rato de Bella Unión, Paysandú, Young, Durazno, Florida y Canelones. Tendríamos tanto para decir de nuestro día a día… Y, si de verdades se trata… El maquillaje es el cansancio muchas veces. Aprendimos a hacernos fuertes, sensibles, somos mamás, amigas, esposas y militantes. Sabemos venir a negociar. Por eso no me ignores, es una asamblea, yo valgo!!!
No tomes mis ideas y cuando yo no esté las hagas tuyas. Soy una madrugada fría, arrear vacas, y seguir. Soy una lágrima, una sonrisa, soy una soñadora buscando y creando un futuro mejor para mis hijos y nietos. Que la tan escuchada palabra solidaridad no sea un discurso pintado, (que) sea realidad. Soy lápiz escribiendo y firmando un convenio, un consejo sabio y llegar a casa cansada, con orgullo, firmar un carnet o corregir un deber. Eso soy!!! Mujer rural!!!".
Desalojo y desocupación
La representante del establecimiento Green Frozen de Bella Unión, empresa de congelado, leyó un material que había escrito el miércoles 14 del corriente: "estamos en una situación muy complicada donde ya no tenemos alternativas y mañana jueves (ayer jueves) debemos salir de la fábrica, con la angustia de abandonar lo que era un pedazo de cada uno de los ex trabajadoras y trabajadores. Estamos con el corazón en la mano sin saber qué rumbo continuar. Lo que sí es seguro, es que estamos vivos , estamos de pie y eso ni el argentino (dueño de la empresa) ni el gobierno nos va a detener, porque por más que caigamos nos seguiremos levantando como sea.Así soñamos, no queremos ver a nuestros hijos sin un plato de comida. Queremos trabajar porque podemos, porque creemos que es posible recuperar todo lo que nos quitaron. Podremos perder la batalla, pero no la guerra. Somos fieles a nuestros principios y por eso no nos vamos a rendir jamás!!!", prolongados aplausos.Por su parte Susan Troche, también trabajadora de Green Frozen de Bella Unión, le recordó a el Portal del PIT-CNT que hace un año el propietario les comunica que no podía seguir con la empresa y los 150 trabajadores son enviados a un seguro de paro especial. "Nosotros no queremos un seguro de paro, lo que queremos es trabajar. Por esta razón en febrero resolvimos ocupar la planta ante la inseguridad laboral que se nos planteaba. Se debe recordad que somos muchas mujeres trabajando y la mayoría es jefa de hogar con tres o cuatro hijos a cargo. El jueves pasado fuimos desalojados y ahora comienza otra lucha".
Agregó Troche que hoy en la planta industrial hay 380.000 kilos de productos congelados y durante la ocupación se mantuvo el nivel de frío que se necesita. "En este momento el propietario le debe a UTE $4.305.000 por la planta y por el campo debe $2.000.000. Lo insólito es que en el Día Mundial de la Alimentación si le cortan la luz a la planta se van a pudrir los 380.000 kilos de frutas y verduras congeladas. No sería justo que eso sucediera", subrayó.
Hoy los trabajadores reclaman que se les pague todo lo que se les debe ya que la continuidad de la empresa cada día se ve más lejos. Esto significa que se tendrá que ir a buscar otro trabajo en un departamento que casi no lo hay. A lo que se le suma que el 80% es mujer y que la mayoría ya supera los 45 años de edad, dijo con preocupación Troche.
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