sábado, 28 de noviembre de 2020

Puñal bajo el poncho

 


 Por Esteban Perez

El concepto de nacionalismo es un traje con el que se visten diferentes e incluso antagónicas concepciones. Hay nacionalismo religioso, nacionalismo imperialista, nacionalismo socialista, nacionalismo patriotero y entre otros más se destaca el nacional socialismo, fuente en la que abrevaron Franco, Hitler y Mussolini por nombrar tres de los más destacados a nivel mundial y en el ámbito criollo podemos encontrar por ejemplo a Herrera, el expresidente Lacalle y tampoco es ajena la cúpula golpista uruguaya, aunque se disfrazaron con el poncho “peruanista”, o la secta denominada “Tenientes de Artigas” como si su prontuario hubiese sido similar a “Clemencia para los vencidos” o la frase dirigida al pueblo en armas de aquel: “Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana” o “la tierra para quien la trabaja”.
Por lo tanto no nos toma de sorpresa el coqueteo del Partido Militar (Cabildo Abierto) con un proyecto de ley nacida en el Frente Amplio que pretende contener de alguna forma la extranjerización de la tierra, pese a que durante sus 15 años de gobierno fue cuando más se aceleró olvidándose  “La Reforma Agraria” bandera de la izquierda uruguaya.
Tampoco se nos pasa por alto que en la cúpula del Partido Militar, habitan oligarcas que ven limitadas sus posibilidades de expandir sus propiedades porque se topan con la cada vez mayor cantidad de hectáreas en manos extranjeras, vía soja y forestación principalmente.
Así como hay contradicciones no antagónicas en el seno del pueblo, también las hay en la burguesía nacional que de hecho dirige y domina el país desde los orígenes del Uruguay.
A mi entender no se percibe la formidable jugada de ajedrez  del estratega que está detrás de Cabildo Abierto.
En la proyección más benigna de dicha estrategia está el obtener electoralmente la Presidencia de la República. Está comenzando a mover la ficha de “ni de izquierda ni de derecha: nacionalistas”: una réplica de aquel sargento alemán llamado  Hitler  que en sus inicios se desmarcó de la clase política y fagocitó tanto pueblo de derecha como de izquierda  con un discurso dirigido hacia los empresarios y hacia los trabajadores.
Manini mira con codicia los votos populistas de cierto sector del Frente Amplio que le fue funcional para iniciar su carrera y le tiró un salvavidas en el culebrón de los fueros. Él supo utilizar la ingenuidad y debilidad ideológica  de dicho sector y ahora aspira a chuparles lo que pueda de sus votos.
También en nuestros vecinos, tenemos algunos ejemplos similares como el Peronismo, a causa del cual el movimiento popular argentino aún hoy está pagando carísimo la confusión generada por el populismo del Gral. Perón (no pretendo ofender a quienes honestamente creen en el peronismo). Él también bebió de la exaltación del nacionalismo generando un movimiento que chupó por derecha e izquierda, pero que en su último gobierno fue impulsor y gestor de la Triple A, que persiguió a la izquierda de adentro y fuera de sus filas perpetrando un horrendo genocidio de miles de hermanos argentinos e incluso, muy inteligentemente, utilizó la guerrilla montera en su campaña para retornar a su país y es así que recordamos la consigna en las calles porteñas: “Perón, Evita, la patria socialista“. Este es todo un tema complejo que bien vale la pena profundizar.
La tibieza tardía del proyecto de ley para limitar la extranjerización de la tierra tiene un mérito y es que puede ser un disparador para volver a poner en el centro de la discusión el tema de la tierra; volver a tomar conciencia que la tierra es de todos los uruguayos, es la esencia del país y es, por lo tanto y así debemos considerarla, un bien social.
Quizás deberíamos refrescar el Reglamento de Tierras de Don José… 




0 comentarios:

Publicar un comentario

No ponga reclame, será borrado