Las palabras, quizás y muy parcialmente, nos podrían unir, pero LOS HECHOS nos dividen
Nuevos documentos del MPP, nuevas proclamas, nuevamente el reflotar de la liberación nacional y el socialismo, no dejan de ser -a ésta altura del gobierno de Mujica-, un listado de buenas intenciones sin ningún sustento concreto en la práctica cotidiana.
La concentración de la actividad del MPP en torno a ser parte del gobierno y apoyar acríticamente su gestión, actos y dichos, INCONDICIONALMENTE, hace que éstas proclamas se transformen en letra muerta. La realidad del MPP hoy en día es que en la práctica es una parte fundamental del partido de gobierno. Lo que nos lleva a que todo lo que haga y diga el gobierno es lo mismo que la práctica concreta del MPP que lo sostiene y defiende de manera incondicional.
Para el movimiento popular y sindical el MPP es un partido francamente oficialista, quizás el más oficialista de todos, hecho que lo pone en contradicción con los vastos y etéreos objetivos que se proclaman como los de carácter estratégico. No se puede estar hablando simultanéamente del problema de la tenencia de la tierra y EN LOS HECHOS darle la espalda a los reclamos de UTAA o no condenar la apropiación de la tierra de Don Ney. No se puede agitar la recuperación de los establecimientos industriales y su pasaje a manos de los trabajadores para instrumentar su funcionamiento autogestionado cuando EN LOS HECHOS se está apoyando la política antisindical y divisionista promovida desde el gobierno con claros fines de debilitamiento del rol de los trabajadores organizados. No se puede hablar contra el neoliberalismo cuando se está apoyando EN LOS HECHOS en plan NEOLIBERAL para la educación a través del llamado acuerdo político con la derecha. No se puede pretender que se le crea al MPP su intencionalidad de apuntalar una mayor participación de los trabajadores cuando EN LOS HECHOS se sostiene la política gubernamental de que el problema en la educación son los trabajadores. Nadie le puede creer al MPP que pretende un cambio de la situación actual, cuando EN LOS HECHOS no se condena, y contrariamente, EN LOS HECHOS se apoya la escalada represiva contra las movilizaciones sindicales cuya expresión mas contundente ha sido la brutal represión a padres, alumnos y profesores en el Liceo 70.
El MPP mediante su PARTICIPACIÓN ACTIVA en el gobierno y su silencio, o declarado apoyo a todo un rosario de medidas, actos y dichos de claro corte antipopular y anti sindical no ha hecho más que quemar una parte importante de su credibilidad política como alternativa de izquierda radical en el FA. Para la gente el MPP es, EN LOS HECHOS, el partido más importante en el gobierno, con sus ministros, con su presidente históricamente MPP, con la actividad de todos los jerarcas que son del MPP en las instancias estatales, con sus legisladores, etc. Es decir que lo que haga el gobierno que atente contra los intereses de los trabajadores - que el MPP dice que pretende colocar en el primer plano - le va a pasar factura al MPP, en primer lugar.
Como ya está sucediendo, ya que se interpreta que el MPP ha tenido y tiene un DOBLE DISCURSO y que EN LOS HECHOS el MPP pretende estar sentado en dos sillas a la vez. EN LOS HECHOS ésto se ha demostrado como un imposible y lo que queda, EN CONCRETO, es la línea oficialista aplicada a rajatabla ya sea haciendo silencio ante evidentes atropellos o ya sea mediante el apoyo activo a medidas que atentan contra el movimiento popular y los sindicatos.
Queda por verse si el MPP logra convencer a la gente de que esto sería para después de las próximas elecciones. Todo indica que éste supuesto "giro a la izquierda" en el papel y las proclamas, y contrapuesto a LA PRÁCTICA DIARIA desde el gobierno, tiene objetivos más modestos: pretender presentarse como el ala izquierda - una vez más - ante las elecciones internas del FA cuyo único efecto concreto será por un lado medir la participación frentista y por lo tanto su estado de ánimo y por el otro verificar cúal es la actual correlación de fuerzas internas en el mismo FA. Factor éste que en cierta forma dará pie a eventuales reacomodamientos en el gobierno y demás estructuras de la administración estatal, el cuoteo en otras palabras.
Parece tardío el despertar del "gigante estúpido" en definición de Julio Marenales que tiene porque saberlo como que es un importante dirigente emepepista. Todo indica que no hay un programa claro para EN LOS HECHOS pasar a actuar como una falange de izquierda en el FA que presione por cambios reales EN LOS HECHOS.
Colectivo del Blog Noticias Uruguayas
MPP plantea "incentivar" pasaje de fábricas a manos de obreros
Autogestión. Dice que repercute en una mejor distribución de la riquezaVALERIA GIL
El MPP plantea el incentivo a trabajadores para que se "adueñen de los
medios de producción". Según se afirma en un documento del último
congreso del sector, la autogestión "es la vanguardia".
En un documento que resume el VIII Congreso del Movimiento de Participación Popular (MPP) y que fue discutido en un campamento realizado los días 3 y 4 de marzo en Ñandubay (Canelones), el sector plantea su visión acerca de la economía, la producción y el progresismo.
En el documento al que accedió El País, se realiza una autocrítica hacia el sistema netamente estatizador; al tiempo que se propone un nuevo modelo productivo basado en la autogestión de los trabajadores.
Para el MPP, "las fábricas recuperadas son vistas como nuevos patrones en la medida que son los dueños de los medios de producción. Para nosotros son la vanguardia, el germen de lo nuevo", aseguran.Dentro de lo que consideran una nueva estructura productiva alternativa a la "hegemonía capitalista", los emepepistas plantean la estatización de aquellas industrias estratégicas que "no pueden ser conducidas únicamente con los recursos que cuentan los trabajadores". En este grupo, citan como ejemplo lo realizado por el gobierno en ALUR.
Además, el sector mayoritario dentro del Frente Amplio entiende que es necesario el "apoyo e incentivo a todas las iniciativas autogestionarias donde los trabajadores se adueñan de los medios de producción". También se manifiestan a favor del resurgimiento de rubros nuevos por parte de las fuerzas políticas y organizaciones sociales, "donde los trabajadores desde el pique llevan el proceso productivo en forma solidaria". Como complemento a esa política productiva, proponen el apoyo a la agricultura familiar tanto en la compra, como en la producción, o en la comercialización de los productos agropecuarios.
De cara a lo que entiende debe ser una nueva forma de gestión del sistema productivo, el MPP plantea la necesidad de alcanzar acuerdos entre los sectores empresariales, de trabajadores y de organizaciones sociales. Según explican: "estamos en un sistema de globalización que incentiva un proceso de concentración y extranjerización, en particular de los recursos naturales y de aquellos procesos de transformación y comercialización que los vinculan con la demanda externa; que requieren de nuevas formas de regulación y de control".
El MPP ata el proceso autogestionario focalizado en trabajadores a una distribución más equitativa de la riqueza, objetivo que según relatan persigue la izquierda en el país.
A eso agregan que este nuevo sistema no puede ser llevado adelante por los empresarios locales. "En Uruguay no hay un empresariado fuerte, ni una burguesía nacional que tenga la fuerza y la capacidad suficiente como para ponerse al frente de un proceso de desarrollo nacional", relatan.
Según explican, los partidos tradicionales se han alejado del empresariado local. "No tienen proyecto nacional y dejaron de representar a los sectores empresariales que necesitan del desarrollo del país soberano para que sus empresas, industriales, comerciales y agropecuarias, mantengan las posibilidades de crecimiento que han tenido en los últimos años".
Para llenar el vacío que dejaron los blancos y colorados durante sus gobiernos, el MPP considera que el Frente Amplio debe trabajar en conjunto con las organizaciones sociales. Si no se avanza, "la derecha se apropiará del concepto mismo del cambio, como lo hizo ya el neoliberalismo", indican.
Los emepepistas sostienen que en la actualidad "no se habla demasiado del liberalismo nacional y el socialismo", así como tampoco se plantea la dicotomía entre los conceptos de "reforma" y "revolución". El sector considera que simplemente se menciona la búsqueda de alternativas, lugar común para planteos procedentes tanto del "progresismo" como de "la doctrina neoliberal y conservadora", afirman.
Más adelante, vuelven sobre el concepto que engloba la "liberación nacional" y sostienen que puede haber diferentes interpretaciones según se hable de luchas anticolonialistas, antiimperialistas o contra regímenes autoritarios. Sin embargo, dicen que el denominador común es la autodeterminación para alcanzar una sociedad socialista.
"No somos solamente progresistas, somos de izquierda: no aceptamos este sistema tal cual es y trabajamos para cambiarlo, dentro del marco democrático vigente. Procurando la aceleración de los cambios al máximo posible en estos grandes temas: trabajo, salud, educación, eliminación de la pobreza, distribución de la riqueza y justicia social", concluyen.
El MPP expresa que hay fuerzas dentro de la coalición de izquierda que no van más allá de "ejercer un buen gobierno, serio y honesto". Sin embargo, agrega que "todos los sectores son absolutamente necesarios para seguir avanzando hacia el programa histórico del FA".
A nivel interno, el MPP se plantea la necesidad de fortalecer el relacionamiento del Frente Amplio con el gobierno. Así como la mejora de la coordinación del sector con los grupos que componen la alianza electoral denominada Espacio 609.
A su vez, se propone el desarrollo de las políticas sociales dentro del sector. Apuntando al fortalecimiento de la organización de los trabajadores (frente sindical), de los jóvenes y de las organizaciones barriales y zonales.
En el segundo gobierno del Frente Amplio, el MPP se plantea como objetivo la superación de las restricciones que plantea la provisión de energía, la base logística e infraestructura.
Dentro de los "eslabones débiles" de la gestión sitúan a la vivienda y el ferrocarril. Pero también al sistema de salud.
Los emepepistas también reconocen que en el pasado "se elaboró una visión muy optimista del Mercosur y del proceso de integración regional con mayoría de gobiernos progresistas".
El MPP entiende que no se ha podido detener el proceso de extranjerización de la tierra y por eso considera que se deben proponer medidas para limitar la concentración de la propiedad.
En materia tributaria, el sector insiste con el incremento del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) del 25% al 30%.
Afirman que se requiere la reestructura del poder estatal sobre el sector minero, para controlar la actividad que se desarrolle.
En un documento que resume el VIII Congreso del Movimiento de Participación Popular (MPP) y que fue discutido en un campamento realizado los días 3 y 4 de marzo en Ñandubay (Canelones), el sector plantea su visión acerca de la economía, la producción y el progresismo.
En el documento al que accedió El País, se realiza una autocrítica hacia el sistema netamente estatizador; al tiempo que se propone un nuevo modelo productivo basado en la autogestión de los trabajadores.
Para el MPP, "las fábricas recuperadas son vistas como nuevos patrones en la medida que son los dueños de los medios de producción. Para nosotros son la vanguardia, el germen de lo nuevo", aseguran.Dentro de lo que consideran una nueva estructura productiva alternativa a la "hegemonía capitalista", los emepepistas plantean la estatización de aquellas industrias estratégicas que "no pueden ser conducidas únicamente con los recursos que cuentan los trabajadores". En este grupo, citan como ejemplo lo realizado por el gobierno en ALUR.
Además, el sector mayoritario dentro del Frente Amplio entiende que es necesario el "apoyo e incentivo a todas las iniciativas autogestionarias donde los trabajadores se adueñan de los medios de producción". También se manifiestan a favor del resurgimiento de rubros nuevos por parte de las fuerzas políticas y organizaciones sociales, "donde los trabajadores desde el pique llevan el proceso productivo en forma solidaria". Como complemento a esa política productiva, proponen el apoyo a la agricultura familiar tanto en la compra, como en la producción, o en la comercialización de los productos agropecuarios.
De cara a lo que entiende debe ser una nueva forma de gestión del sistema productivo, el MPP plantea la necesidad de alcanzar acuerdos entre los sectores empresariales, de trabajadores y de organizaciones sociales. Según explican: "estamos en un sistema de globalización que incentiva un proceso de concentración y extranjerización, en particular de los recursos naturales y de aquellos procesos de transformación y comercialización que los vinculan con la demanda externa; que requieren de nuevas formas de regulación y de control".
El MPP ata el proceso autogestionario focalizado en trabajadores a una distribución más equitativa de la riqueza, objetivo que según relatan persigue la izquierda en el país.
A eso agregan que este nuevo sistema no puede ser llevado adelante por los empresarios locales. "En Uruguay no hay un empresariado fuerte, ni una burguesía nacional que tenga la fuerza y la capacidad suficiente como para ponerse al frente de un proceso de desarrollo nacional", relatan.
Según explican, los partidos tradicionales se han alejado del empresariado local. "No tienen proyecto nacional y dejaron de representar a los sectores empresariales que necesitan del desarrollo del país soberano para que sus empresas, industriales, comerciales y agropecuarias, mantengan las posibilidades de crecimiento que han tenido en los últimos años".
Para llenar el vacío que dejaron los blancos y colorados durante sus gobiernos, el MPP considera que el Frente Amplio debe trabajar en conjunto con las organizaciones sociales. Si no se avanza, "la derecha se apropiará del concepto mismo del cambio, como lo hizo ya el neoliberalismo", indican.
Hacia la "liberación nacional"
El Movimiento de Participación Popular (MPP) se diferencia de otros sectores dentro del Frente Amplio por su búsqueda de la "liberación nacional", un paso más allá del progresismo. Así queda registrado en el documento producto de su último Congreso, al que accedió El País.Los emepepistas sostienen que en la actualidad "no se habla demasiado del liberalismo nacional y el socialismo", así como tampoco se plantea la dicotomía entre los conceptos de "reforma" y "revolución". El sector considera que simplemente se menciona la búsqueda de alternativas, lugar común para planteos procedentes tanto del "progresismo" como de "la doctrina neoliberal y conservadora", afirman.
Más adelante, vuelven sobre el concepto que engloba la "liberación nacional" y sostienen que puede haber diferentes interpretaciones según se hable de luchas anticolonialistas, antiimperialistas o contra regímenes autoritarios. Sin embargo, dicen que el denominador común es la autodeterminación para alcanzar una sociedad socialista.
"No somos solamente progresistas, somos de izquierda: no aceptamos este sistema tal cual es y trabajamos para cambiarlo, dentro del marco democrático vigente. Procurando la aceleración de los cambios al máximo posible en estos grandes temas: trabajo, salud, educación, eliminación de la pobreza, distribución de la riqueza y justicia social", concluyen.
GOBIERNO Y FRENTE AMPLIO
Desde el sector mayoritario dentro del Frente Amplio, se afirma que el gobierno del presidente José Mujica tiene una alta aprobación, en un momento en que "no está poniendo arriba de la mesa su programa histórico de largo plazo", sino que "está tratando de instalar un modelo nacional de desarrollo".El MPP expresa que hay fuerzas dentro de la coalición de izquierda que no van más allá de "ejercer un buen gobierno, serio y honesto". Sin embargo, agrega que "todos los sectores son absolutamente necesarios para seguir avanzando hacia el programa histórico del FA".
A nivel interno, el MPP se plantea la necesidad de fortalecer el relacionamiento del Frente Amplio con el gobierno. Así como la mejora de la coordinación del sector con los grupos que componen la alianza electoral denominada Espacio 609.
A su vez, se propone el desarrollo de las políticas sociales dentro del sector. Apuntando al fortalecimiento de la organización de los trabajadores (frente sindical), de los jóvenes y de las organizaciones barriales y zonales.
En el segundo gobierno del Frente Amplio, el MPP se plantea como objetivo la superación de las restricciones que plantea la provisión de energía, la base logística e infraestructura.
Dentro de los "eslabones débiles" de la gestión sitúan a la vivienda y el ferrocarril. Pero también al sistema de salud.
Los emepepistas también reconocen que en el pasado "se elaboró una visión muy optimista del Mercosur y del proceso de integración regional con mayoría de gobiernos progresistas".
El MPP entiende que no se ha podido detener el proceso de extranjerización de la tierra y por eso considera que se deben proponer medidas para limitar la concentración de la propiedad.
En materia tributaria, el sector insiste con el incremento del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) del 25% al 30%.
Afirman que se requiere la reestructura del poder estatal sobre el sector minero, para controlar la actividad que se desarrolle.
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