lunes, 9 de abril de 2012

Contra el capitalismo obsceno

POR LA VOZ DE MUMIA ABU JAMAL
 REVISTA DE INFORMACIÓN Y ANÁLISIS
AÑO 12 - Nº 567 / Lunes 9 de Abril de 2012
Producción: Andrés Capelán
Coordinación: Carlos Casares
COMCOSUR / COMUNICACIÓN PARTICIPATIVA DESDE EL CONO SUR


HOY:
1) LA CAÍDA DEL OTRO MURO
2) CONTRA EL CAPITALISMO OBSCENO
3) TUAREG E ISLAMISTAS SE IMPONEN EN MALÍ
4) MALÍ, CRÓNICA DE UNA RECOLONIZACIÓN PROGRAMADA
5) BIRMANIA: LA LEGISLADORA SUU KYI
6) LOS RODEOS Y EXTRAVÍOS DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA
7) ELECCIONES EN FRANCIA
8) INDIGNADOS DE TODOS LOS PAÍSES…
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Leer: Marta Harnecker - CINCO REFLEXIONES SOBRE EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
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“El mundo no necesita alternativas de desarrollo sino alternativas al desarrollo.
El mundo no precisa aprovechar “mejor” el capitalismo, sino transformarlo.”
. Renée Ramírez Gallegos
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1) LA CAÍDA DEL OTRO MURO
Los BRICS y la caída de otro muro
Cuando los emergentes diseñan el nuevo mundo
Raúl Zibechi (Alai)
El sistema creado en Bretton Woods hace siete décadas está a punto de colapsar. No se trata de un hundimiento abrupto sino de la lenta erosión de su legitimidad y de la capacidad para dirigir los asuntos globales. En su lugar viene pugnando por nacer un nuevo orden cuyos cimientos comenzó a construir la IV Cumbre de los BRICS en Nueva Delhi.

Vivimos un parteaguas, asegura el historiador Paul Kennedy. “Mientras ocurre, son muy pocos los contemporáneos que se dan cuenta de que han entrado en una nueva era”, escribió en un articulo titulado, precisamente, “¿Hemos entrado en una nueva era?” (El País, 3 de noviembre de 2011). El historiador prefiere no abordar los cambios bruscos como las grandes guerras, sino “la lenta acumulación de fuerzas transformadoras, en su mayor parte invisibles, casi siempre impredecibles, que, tarde o temprano, acaban convirtiendo una época en otra distinta”.

En su análisis destaca cuatro “fuerzas transformadoras”. La primera es la erosión constante del dólar que pasó de representar el 85 por ciento de las divisas internacionales para situarse en el entorno del 60 por ciento. Caminamos hacia un mundo en el que habrá sólo tres grandes divisas de reserva: el dólar, el euro y el yuan. La segunda es la parálisis del proyecto europeo. La tercera es el ascenso de Asia que supone el fin de “500 años de historia” hegemonizada por Occidente. La cuarta es la decrepitud de las Naciones Unidas.

La mirada larga del historiador podría ser complementada con el tiempo corto del análisis estratégico como el que esboza el Laboratorio Europeo de Anticipación Política (leap) en el análisis de las tendencias globales del último año: “En marzo de 2011 todavía estábamos en el mundo unipolar post 1989. En marzo de 2012 ya estamos en el mundo multipolar post crisis que vacila entre confrontaciones y colaboraciones” (Geab No. 63, 17 de marzo de 2012). En suma, estamos parados sobre una coyuntura de cambios profundos que dejarán su impronta en el mundo del siglo 21.

La IV Cumbre del BRICS realizada el 28 y 29 de marzo en Nueva Delhi, es uno de los núcleos del cambio ya que encarna una de las más potentes fuerzas transformadoras que refiere Kennedy. Los jefes de Estado Dilma Rousseff (Brasil), Dmitri Medvedev (Rusia), Hu Jintao (China) y Jacob Zuma (Sudáfrica) y el primer ministro Manmohan Singh (India) decidieron comenzar a trabajar para crear un banco de desarrollo de los cinco países que es un reflejo del peso adquirido por el grupo en la economía mundial pero también una reacción ante la negativa de los Estados Unidos y la Unión Europea de soltar el control del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.

Los cinco emergentes, a los que pueden sumarse en un futuro Turquía, Indonesia e Irán, buscan transformar a sus países en alternativa a las instituciones mundiales dominadas por países occidentales y transformar su creciente poder económico en influencia política y diplomática. La creación de un “banco del BRICS” permite a los países contar con recursos para obras de infraestructura y contar con instrumentos de crédito para afrontar crisis financieras como las que afronta Europa.

El Yuan despliega sus alas

En los últimos meses el yuan ha sido aceptado por varios países como moneda para intercambio bilateral en sustitución del dólar. En diciembre China y Japón acordaron eliminar gradualmente el dólar en los pagos mutuos para utilizar las monedas nacionales (yen y yuan) en el comercio bilateral. Más importante aún, Japón decidió comprar bonos chinos nominados en yuanes. Ambas decisiones, tomadas en diciembre de 2011, tienden a acelerar la conformación de una zona de libre comercio asiática en la que participarán nada menos que la segunda y la tercera economías del mundo, además de Corea del Sur.

Acuerdos similares de intercambio en monedas locales estableció China con Rusia y Bielorrusia, pero ahora también con Australia, un país que al igual que Japón se considera en la zona de influencia de Estados Unidos. Los bancos centrales de Australia y China firmaron el acuerdo para comerciar en yuanes y dólares australianos con el objetivo de fortalecer los lazos económicos. Para China es otro paso importante en la internacionalización del yuan que, según el HSBC, una de las mayores instituciones financieras del mundo, se convertirá para 2015 en una de las tres principales monedas globales (Russia Today, 23 de marzo de 2012).

Las empresas chinas ya usan el yuan en intercambios con sus socios en 181 países, sobre todo en Asia, Oriente Medio y América Latina. Aunque el dólar aún representa el 60 por ciento de las reservas internacionales, en Asia no llega al 50 por ciento pese a que los principales tenedores de esa divisa son China y Japón. En la región, la más próspera del mundo, la preferencia es por el oro.

En la misma dirección, China viene modificando radicalmente sus reservas, que superan los 3, 2 millones de millones de dólares. Hasta 2006, el 74 por ciento de sus reservas estaban en dólares, pero a partir de ese año comenzaron a descender lentamente, hasta que en 2011 cayeron aceleradamente hasta el 54 por ciento (Geab No. 63). No sólo los chinos toman recaudos ante la pérdida de valor del dólar; los bancos europeos abandonaron sus préstamos en esa moneda ante la creciente volatilidad del mercado de divisas.

En el marco de la IV Cumbre, el Banco de Desarrollo de China se dispone a firmar un acuerdo con el BRICS para ampliar a esos países los préstamos en yuanes, lo que supone un paso importante en la internacionalización de esa moneda (Russia Today, 9 de marzo de 2012). El bloque que representa el 41 por ciento de la población mundial, casi el 20 por ciento del PIB y la mitad de la reservas en divisas y oro, parece haber apostado al yuan como su paraguas monetario frente a un dólar cada vez más devaluado.

La imposible hegemonía China

La decisión supone traspasar una línea de no retorno. Que ese paso lo den China y Rusia, dos potencias nucleares que no temen el enorme poderío militar de Washington, no es algo que pueda llamar la atención. Que lo hagan India y Brasil, es diferente. Jaipal Reddy, ministro de Petróleo de India, desafió las presiones estadounidenses al afirmar que su país seguirá importando petróleo de Irán y llamó a Occidente a entender “las necesidades” de su país (Russia Today, 26 de marzo de 2012).

India acaba de anunciar la compra de 126 cazabombarderos Rafale, fabricados por la francesa Dassault, dejando de lado la oferta de la estadounidense Boeing. Brasil tiene aparcada desde 2009 la compra de 36 cazas en la que compiten el F-18 de Boeing, el Rafale y el Gripen de la sueca Saab. Hace más de dos años Luiz Inacio Lula da Silva había anunciado su preferencia por el avión francés, aún siendo más caro que el de Boeing, ya que Francia asegura un completo traspaso de tecnología que le permitiría a la brasileña Embraer iniciar su producción en serie.

Las presiones de la Casa Blanca a favor del caza de Boeing forzaron al gobierno de Lula y luego al de Dilma Rousseff a aplazar la compra. Sin embargo, la decisión de India, primer país del mundo que compra el caza francés, puede facilitar la decisión de Brasil. Algunos van más lejos y apuntan, como el director del sitio Defesanet, Nelson During, que Brasil e India pueden resucitar “un viejo proyecto debatido en 2002 de producir un avión conjuntamente”, que en esa época era el Mirage francés (AFP, 26 de marzo de 2012)

La decisión estratégica de Brasil puede estar muy cerca y todo apunta a la compra de los Rafale, sobre todo luego del desaire recibido por Washington que suspendió el contrato que había ganado la brasileña Embraer para la compra de 20 aviones se ataque Super Tucano por 355 millones de dólares para la fuerza aérea de Estados Unidos. Si la Embraer lograba “ingresar” en el selecto grupo de proveedores de la principal fuerza aérea del mundo, se hubiera consolidado como industria aeronáutica militar.

Esta vez la cancillería brasileña no pudo ocultar su desagrado “en especial por el momento y la forma” de la decisión, semanas antes de la visita oficial de Rousseff a Wahington. Pero el dato mayor es otro: la cancillería asegura que esa decisión “no contribuye a la profundización de las relaciones entre los dos países en materia de defensa” (Valor, 2 de marzo de 2012).

Por su parte, la subsecretaria de Asuntos Políticos de la cancillera brasileña, Maria Edileuza Fontenele Resis, recordó que en 2012 los BRICS “serán responsables del 56 por ciento del crecimiento global cuando el G7 (Alemania, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Japón, Italia y Canadá) será apenas responsable por el 9 por ciento del crecimiento”. Destacó que el intercambio entre los cinco emergentes creció de 27 mil millones de dólares en 2002 a 250 mil millones en 2011 e insito en que además el bloque presenta una “notable convergencia” de posiciones en aspectos destacados de la agenda internacional como la situación n Oriente Medio y el norte de África (Xinhua, 22 de marzo de 2012).

Pero el bloque BRICS presenta enormes dificultades para su consolidación. La principal, además de sistemas políticos, economías y objetivos diferentes, consiste en el rechazo a la política de exportaciones baratas de China que genera desindustralización en países como India y Brasil. China aparece empeñada en revisar el injusto sistema de Bretón Woods (que creó la actual arquitectura financiera global) pero se niega a aceptar una ampliación de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, y muy en concreto rechaza e ingreso de países asiáticos, lo que la lleva a chocar con India.

Para superar las dificultades que imponen las contradicciones anotadas, sumada a la dificultad de convertirse en un bloque dada su dispersión geográfica, es que se han concentrado en el objetivo común de buscar alternativas al dólar, un problema que aqueja a todas las economías emergentes. Puede decirse que la frustración generada por la especulación financiera ha sido uno de los principales factores de cohesión del BRICS, como apunta el profesor de estudios estratégicos Brama Chellaney, del Centro de Investigaciones Políticas de Nueva Delhi (Valor, 23 de marzo de 2012).

Sudamérica tiene la palabra

“No queremos el dinero de los países ricos”, le dijo Dilma a la canciller Angela Merkel en su reciente visita a Alemania. Criticó “el tsunami de liquidez” creado por los países ricos para levantar una barrera proteccionista que terminarìa hundiendo a la industria de los países emergentes: “La salida que ellos encontraron para enfrentar los problemas es una manera clásica, conocida, de exportar la crisis. Cuando el compañero Mario Draghi (ironía por el italiano que preside el Banco Central Europeo y proviene del sector financiero privado) dice que ‘vamos a echar a rodar la maquinita que hace dinero’, está inundando los mercados con dinero. ¿Y qué hacen los inversores? Toman préstamos a tasas bajísimas, en algunos casos hasta negativas, en los países europeos y corren a Brasil para aprovechar lo que los especialistas denominan arbitraje, que, grosso modo, es la diferencia entre las tasas de interés de allí y de aquí. Entonces, Brasil no puede permanecer paralizado ante eso. Tenemos que actuar. Tenemos que actuar defendiéndonos, cosa bastante distinta del proteccionismo” (Pagina 12, 28 de marzo de 2012).

Los pasos que vaya a dar Brasil serán decisivos para la región sudamericana. El agravamiento de la crisis financiera mundial en el tercer trimestre de 2011 ha elevado las cautelas en el gobierno de Dilma. Las previsiones globales para 2012, según el leap, advierten sobre “cinco tormentas devastadoras”: recaída de la crisis en Estados Unidos en un marco de estancamiento europeo y desaceleración de los BRICS, alza de las tasas de interés y callejón sin salida para las deudas de los bancos centrales, tempestad en los mercados de divisas, posible agravamiento de la tensión en torno a Irán y nueva quiebra de los mercados y de las instituciones financieras (Geab No. 63).

Puede parecer catastrofista, pero en Brasil no creen que sea un diagnóstico exagerado. “La crisis es seria y puede llevar a una ruptura política y social”, advirtió Dilma hace seis meses (Valor, 22 de setiembre de 2011). Para la presidenta se superonen crisis económica, de gobernanza y de coordinación política. En la misma línea se pronunció en su momento Antonio Delfim Netto, ministro de Hacienda de la dictadura militar (1964-1984) y ferviente admirador de Lula en los últimos años, quien tituló su columna “Nessun dorma” (Nadie duerma), advirtiendo que ni la FED ni el Banco Central Europeo saben qué hacer. Su consejo suena terrible: “Vamos a poner nuestras barbas en remojo y protegernos de la probable desintegración de la economía mundial” (Valor, 20 de setiembre de 2011).

¿Porqué debe concederse tanta importancia a Brasil? Simplemente, porque es el único país cuque se comporta como una verdadera locomotora: incluyó 40 millones de personas en apenas siete años en el mercado de consumo de las clases medias; hasta 2016 invierte 900 mil millones de dólares, más de un tercio del PIB, en 12 mil grandes obras, sobre todo en infraestructura y energía (Valor, 28 de marzo de 2012). Es l que menor exposición tiene a los avatares del comercio mundial, y que sus exportaciones representan apenas el 11 por ciento de su PIB, menos aún que las de Estados Unidos.

¿Está la región preparada para un escenario global complejo? Aún no. Hay tres caminos para enfrentar un probable escenario de desarticulación económica y guerra monetaria: seguir en el área del dólar, apostar a una moneda regional o trabajar para la internacionalización del real. La primera es apostar al status quo. La tercera no entra en los cálculos. A la vista de la experiencia europea, una moneda común sudamericana requiere niveles de consolidación de la integración que aún están muy lejanos, aunque puede llegar a ser apremiante avanzar en esa dirección. El problema de la región son los tiempos, como lo atestigua el cansino trote del Banco del Sur.

- Raúl Zibechi, periodista uruguayo, es docente e investigador en la Multiversidad Franciscana de América Latina, y asesor de varios colectivos sociales.
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR
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2) CONTRA EL CAPITALISMO OBSCENO
Francisco Letamendia (Deia)
Nueve de febrero de 2102, jueves. Bruselas. Reunión del Eurogrupo. Un señor calvo se acerca al comisario europeo de Economía, Olli Rehn, y le murmura agachándose sobre el respaldo de su silla: "Mañana vamos a aprobar una reforma laboral extremadamente agresiva". El comisario le responde "great", algo así como "fenomenal". El señor que augura agresiones extremas tan cordialmente agradecidas resulta ser Luis de Guindos, ministro de Economía español encargado de velar por el bien común de los ciudadanos de su Estado.
Mismo mes, aeropuerto de Loiu. Michael O'Leary, presidente de la aerolínea low cost Ryanair, cuyos proyectos ha venido a publicitar, coincide con los extrabajadores de la recién cerrada aerolínea Spanair, quienes llevan días concentrados en el aeropuerto para exigir soluciones a su angustiosa situación. Cuando estos trabajadores acusan a O'Leary de utilizar las subvenciones públicas recibidas para abocar al cierre a empresas como la suya, este se retrata sonriente delante de los desempleados haciendo la señal de la victoria.
Hay que regresar al siglo XIX para encontrar expresiones tan abiertamente obscenas de odio de clase como las descritas; y es que nos encontramos en la fase más rapaz del capitalismo, aquella en la que sus beneficiarios directos y sus servicios auxiliares políticos se expresan más desvergonzadamente. Pero, cuidado, no estamos volviendo a los albores del capitalismo industrial; estamos viviendo la dominación sin complejos de su producto más sofisticado, el capital financiero, el cual se disfraza tras la denominación ocultista de "los mercados".
Su interés exclusivo por ganancias tales como productos bancarios y cobros con recargos extravagantes de la deuda soberana de los estados, su indiferencia sobre si los bienes y servicios producidos por el capital manufacturero se realizan o no en el mercado y si existe o no entre los ciudadanos la suficiente capacidad adquisitiva para ello explica el carácter atrozmente novedoso de la crisis que comenzó hace cinco años: la avidez por unos ajustes y recortes que traen consigo retrocesos generalizados de la producción industrial, abismos de desempleo y de miseria para una inmensa mayoría y enriquecimiento extraordinario para unos pocos canallas globales.
Un mecanismo perfectamente ensayado consistente en amenazas de quiebras públicas, estados fallidos y rescates esquilmadores, respaldado por la lógica de las fichas del dominó que hace de los estados -relativamente- fuertes los policías de los débiles, ha convertido a las clases políticas estatales en una galería de pálidos fantoches que retransmiten las órdenes de los mercados interpretadas por unos pocos estadistas globales -Merkel y Sarkozy en Europa occidental- tan fantoches estos en realidad como los primeros.
La política se ha esfumado; contra los que se piensa generalmente, si es responsable de algo lo es de desaparecer. La gente vota contra el gobierno en funciones hasta que se da cuenta de que lo que viene es aún peor (véase la cara de palo que se le puso a Zapatero, y la que se le está poniendo en unos pocos meses a Rajoy). Si la nación es una cierta convergencia de intereses entre clases y grupos sociales, esta alianza ha desaparecido y con ella las naciones estatales. De ahí la necesidad de sustituirlas por naciones fantasmáticas: la nación antiislamista, o la antiterrorista (quién les diera a ciertos dirigentes que ETA volviera a actuar).
¿Dónde está resurgiendo la nación? Allá donde se construye de abajo arriba, allá donde el trabajo organizado planta cara a los trusts financieros y tiene la capacidad de arrastrar tras de sí a las capas populares. Una estrategia de contrapoder diseñada durante años contra viento y marea ha permitido a la mayoría sindical vasca convertirse el 29 de marzo, a través de una huelga general que ha paralizado al país, en la punta de lanza de la ofensiva contra ese diktat de los mercados que es la reforma laboral: facilitamiento y abaratamiento de los despidos, debilitamiento del derecho a la negociación colectiva, aumento de la flexibilidad laboral, precarización de la contratación… todo ello acompañado de políticas públicas de ajustes presupuestarios y recortes del bienestar y de los servicios sociales.
Los que nos apiñábamos el 29-M en las distintas manifestaciones (había tanta gente en la de la Gran Vía bilbaina que no podíamos dar ni un paso) éramos conscientes no solo de estar luchando contra los causantes de la miseria de todos, sino también de estar construyendo la nación social vasca.
Y una nación vasca, además, construida por los que son y por los que no son nacionalistas vascos. Pues la capacidad de iniciativa del trabajo en nuestro país ha sido tal que los sindicatos no nacionalistas vascos han asumido también ellos el 29-M como fecha de la huelga general; y no solo aquí, sino en todo el Estado. Y esto es una excelente noticia a varias bandas. Porque permite empezar a superar muchos desencuentros respecto a la unidad de acción de los trabajadores vascos; y porque refuerza y ahonda la construcción de nuestra nación social.
Si los sindicatos de España son coherentes con el 29-M (lo cual está por ver) también será ello una buena noticia para nosotros, tanto en el aspecto social como en el nacional. Pues solo una nación española social que margine a la nación antiterrorista actualmente rampante podrá darse cuenta de que no tiene nada que perder, y sí mucho que ganar, dejándonos construir a los vascos y vascas nuestras propias reconciliaciones, así como ejercitar nuestro derecho al autogobierno en cualquiera de sus opciones.
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR
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3) TUAREG E ISLAMISTAS SE IMPONEN EN MALÍ
Islamistas imponen la shariá en el norte de Malí
Soumaila T. Diarra (IPS)
Mientras los rebeldes tuareg declararon la independencia del norte de Malí este viernes 6, grupos islamistas que también tomaron control de gran parte de la zona anunciaron la imposición de la shariá o ley islámica. Los tuaregs y los grupos islámicos operan juntos, y lograron ocupar Gao, Kidal y Timbuktú, las tres ciudades más importantes en el norte, pero las diferencias dentro de esta alianza comienzan a surgir.
Hubo reportes de violaciones y saqueos en Gao, mientras que en Timbuktú la facción islamista Ansar Dine anunció la imposición estricta de las normas musulmanas. Los acontecimientos se precipitan en el norte del país mientras, en Bamako, los militares que dieron un golpe de Estado el 21 de marzo continúan considerando su respuesta al ultimátum dado por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Ecowas, por sus siglas en inglés) para que abandonen el poder.
"Los rebeldes dijeron por la radio que no dañarían a la población civil, pero pidieron a las mujeres que usaran velo cuando salieran" de sus casas, señaló Badji Maïga, residente en Timbuktú. "También exhortaron a la población a que los recibieran, y alertaron que arrestarían a aquellos que fueran vistos cometiendo saqueos", dijo a IPS. El semanario La Nouvelle République, de Bamako, informó que el fundador de Ansar Dine, Iyad Ag Ghali, utilizó las ondas de Radio Boctou, de Timbuktú, para explicar las intenciones del grupo.
"Las desgracias se deben a la falta de fe del pueblo en Dios, y a que ha abandonado las prácticas de la shariá, cambiando nuestro estilo de vida para vivir bajo la influencia de los blancos", afirmó el líder islamista. "Es por esta razón que hay miseria, libertinaje y otros males en nuestra sociedad", agregó. Ag Ghali jugó un destacado papel en una rebelión de los años 90.
Según Mamane Cissé, originario de Timbuktú pero radicado en Bamako, el grupo islamista tomó el control de la base militar de la ciudad, que era defendida por milicias locales, y colocó dos banderas: la nacional de Malí y la del grupo radical islámico, con las palabras "Allahu Akbar" ("Dios es grande", en árabe).
El Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA), del pueblo tuareg, fue el principal actor en la conquista del norte, pero la toma de Timbuktú confirmó la creciente influencia en la campaña de grupos islamistas como Ansar Dine y Al Qaeda en el Magreb islámico. "La gente vio a muchos extranjeros entre los islamistas, incluyendo a nigerianos, mauritanos y argelinos", dijo Cissé a IPS.
El objetivo del MNLA es la independencia del norte, pero Ansar Dine prefiere preservar la actual conformación territorial del país y convertirlo en una república islámica. En su edición del martes 3, el periódico Le Républicain informó que Ag Ghali, en un ardid publicitario, visitó un hospital de Timbuktú para saludar a enfermos y donar medicamentos. "Poco después de su visita envió sus tropas a la ciudad para exigirles a las mujeres que usaran velo", indicó el diario.
Esta campaña islamista preocupa especialmente a las mujeres. "No quiero vivir en un país donde estén controladas las vestimentas y la forma de peinarse", dijo Kadiatou Samaké, dueña de una peluquería en Bamako. "Es por eso que tengo miedo de que los islamistas extiendan su influencia en Malí. Las mujeres sufrirán si esto ocurre", dijo a IPS. Pero, por el momento, los radicales musulmanes todavía no han usado la fuerza para hacer cumplir sus leyes en el norte, según fuentes en Timbuktú.
Los grupos islamistas dijeron que habían llegado para predicar el Islam y no para atacar a la población ni sus propiedades. Pero, según Cissé, los radicales castigaron públicamente a cuatro jóvenes atrapados saboteando equipos de la compañía nacional de electricidad. En otras ciudades bajo control rebelde, mujeres habrían sido abusadas. "En Gao, hubo mujeres que fueron violadas en público", aseguró Al Mahdi Cissé, miembro de un colectivo que organizó una manifestación en Bamako el martes 3 en apoyo a las poblaciones del norte.
Por su parte, el presidente la Comisión Nacional por los Derechos Humanos en Malí, Kadiatou Sangaré, condenó los abusos en el norte del país. "Varias mujeres fueron violadas en Gao, y otras fueron secuestradas", dijo a IPS. Los residentes de esa ciudad también sufren una crisis alimentaria, según Alassane Touré, un residente que habló por teléfono con IPS el jueves 5. "Ya no se puede comprar comida aquí. Los rebeldes destruyeron los comercios y los almacenes. (También) saquearon las estaciones expendedoras de combustible", informó.
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR

http://youtu.be/Sp1JR4yWhG0_________________________________________________________
4) MALÍ, CRÓNICA DE UNA RECOLONIZACIÓN PROGRAMADA
Comunicado del Foro para Otro Mali (FORAM) Afrik.com (*)
1. Mali en el orden cínico del mundo
La extrema vulnerabilidad de Mali, que salió a la luz por medio de la amputación de dos terceras partes de su territorio, el golpe de Estado del 22 de marzo de 2012 y el embargo total de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), se debe en primer lugar a la traición de las elites. Estas se engañan, se niegan a cualquier debate de fondo sobre los retos de la globalización capitalista. A partir de ahora todo está claro: la recolonización del país a través de las políticas neoliberales entra en una nueva fase que obedece al esquema libio, excepto la intervención directa de la OTAN.
Como en Bengasi, el imperialismo colectivo necesitaba explotar los rencores y resentimientos de una parte de la población que se siente marginada. La rebelión tuareg venía muy bien para ello. La reivindicación de dos terceras partes del territorio por parte del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) se acaba de satisfacer con la complicidad de la «comunidad internacional ».
El hueso malí era mucho menos duro de roer que el libio, para causar el mal bastaba con sacar partido del estado de decadencia del ejército nacional y con cerrar los ojos a la progresión de los asaltantes fuertemente equipados con armas sofisticadas procedentes de los arsenales libios.
Todo ocurrió rápidamente, entre el 17 de enero de 2012 y el 4 de abril de 2012. Por consiguiente, los poderosos miembros de la «comunidad internacional» no han tenido que ensuciarse las manos. Creen haber salvado el honor por haber hecho declaraciones de principios sobre la inviolabilidad de la integridad territorial de Mali. Ahora bien, desde que los rebeldes del MNLA declararon que habían alcanzado sus objetivos Estados Unidos de América pidieron que « cesaran » las operaciones militares.
Los retos energéticos, de seguridad, migratorios e ideológicos de la guerra global encuentran sus expresiones en esta recolonización que los dirigentes políticos malíes no vieron venir y que algunos de ellos se siguen negando a admitir. Francia espera obtener de la futura república laica y democrática de Azawad lo que el presidente malí Amadu Tumani Turé no supo o no quiso concederle: la base de Tessalit, altamente estratégica en el plano económico y militar, y firmeza en la lucha contra la emigración clandestina y contra al-Qaeda del Maghreb [Islámico] (AQMI).
Más o menos indiferente ante la suerte del pueblo malí ante la doble agresión de la rebelión y de la CEDEAO, la opinión pública occidental se estremece después de saber que Ançar Dine y AQMI han participado en esta recolonización de Mali.
2. La violencia de la CEDEAO contra el pueblo mártir de Mali
Estremecidos y heridos ante la idea de ser un pueblo sin Estado y sin ejército dignos de esos nombres frente a combatientes fuertemente armados, los y las malíes padecen ahora el tratamiento de choque del embargo total dictado por la CEDEAO.
Durante la celebración de la Cumbre Extraordinaria del 27 de marzo de 2012 en Abidjan (Costa de Marfil) la organización subregional tomó la decisión de enviar a Bamako una delegación de muy alto nivel para pedir al capitán Amadu Haya Sanogo, que había tomado el poder el 22 de marzo de 2012, que restaurara lo antes posible el orden constitucional. La delegación tuvo que dar media vuelta ante la movilización de las víctimas de la democracia formal y corrompida que viven este golpe de Estado como una liberación. En el aeropuerto de Abidjanlos jefes de Estado de la CEDEAO dieron a las nuevas autoridades de Mali un ultimátum de 72 horas para obedecer a riesgo de ver a Mali padecer un embargo.
Ejecutaron la amenaza a partir del lunes 2 de abril de 2012, aunque tras un encuentro en Uagadugu (Burkina Faso) de una delegación del CNRDRE con el presidente de Burkina Faso que hace el papel de mediador, el capitán Amadu Haya Sanogo aceptó volver al orden constitucional. Este avance, saludado por la mayoría de los y las malíes, no fue suficiente para algunos jefes de Estado de la CEDEAO particularmente intransigentes.
Entre otras cosas, estas sanciones se traducen en :
- la suspensión de Mali de todas las instancias de la CEDEAO, - la llamada de los embajadores de la organización a consultas, - el cierre de las fronteras, - la congelación de los haberes de Mali en el Banco Central de los Estados de África Occidental (BCEAO) y el no abastecimiento de los bancos nacionales, - la suspensión de los programas de ayuda al desarrollo.
El arma militar se podrá traducir en «el ascenso del poder de la Fuerza en espera de la CEDEAO para prever cualquier eventualidad… ». Más importante que la ayuda exterior para las familias que se benefician de ello, a los y las malíes también les faltarán los fondos de la diáspora, una parte de los cuales pasa por Western Union y Money Gram.
Se agrava la carestía de la vida, la cual creó por sí sola un clima casi insurreccional antes de la rebelión y el golpe de Estado. Los precios se disparan en las regiones ocupadas en las que los saqueos son sobre todo de alimentos y de medicinas que empiezan a escasear.
3. El sentido del golpe de fuerza del 22 de marzo de 2012
Las mujeres, en este caso las madres y esposas de los soldados, los cuales subían, mal equipados, al norte para defender Mali, fueron las primeras en manifestar su cólera. Acudieron directamente al presidente Amadu Tumani Turé y le pidieron cuentas más de una vez. La degradación de la situación se tradujo a continuación en manifestaciones que atentaban contra los bienes de personas y personalidades pertenecientes a la etnia tuareg.
La degeneración de la situación es el origen del levantamiento de Amadu Haya Sanogo y sus camaradas que desembocó en el golpe de Estado del 22 de marzo de 2012.
La « comunidad internacional » no se inmutó demasiado ante las atrocidades cometidas en Aguelhok contra militares desarmados ni ante la ocupación de una ciudad del norte tras otra. Pero saltó inmediatamente para condenar un golpe de Estado que considera tanto más inaceptable cuanto que se producía en uno los «países estrella de la democracia » en vísperas de unas elecciones presidenciales en las que Amadu Tumani Turé no era candidato .
Simplista pero sobremediatizada, esta lectura satisface a todas aquellas personas que se dejan convencer de que hasta ahora Mali era una democracia ejemplar. El punto de vista de las personas decepcionadas con la democracia y marginadas se ignora olímpicamente e incluso se desprecia.
4. Cuando el orden constitucional «normal» sirve de pantalla
«No queremos lo antiguo, solo lo nuevo », coreaban los manifestantes malíes durante los sangrantes acontecimiento de marzo de 1991 para expresar su profunda aspiración a un auténtico cambio democrático. Estaban persuadidos de que el presidente Mussa Traoré era el solo y único culpable del naufragio de la nación y de que su derrocamiento bastaría para instaurar la democracia y la justicia. Nada de eso ocurrió.
En veinte años de « transición democrática», asistida y alabada por la «comunidad internacional», todo se ha quedado en agua de borrajas. El pueblo está desamparado pero inaudible. El golpe de Estado se ha producido a cinco semanas de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en un contexto casi insurreccional.
Completamente descarriada, la democracia servía de pantalla para los negocios. Juzguémoslo: - El multipartidismo que deseábamos de todo corazón, en vez de favorecer el debate de las ideas y la confrontación de proyectos de sociedad entre formaciones políticas se tradujo en la proliferación de partidos que actualmente superan los 140 para un país de 14 millones de habitantes. Separados de su base electoral, los dirigentes elegidos democráticamente están ocupados a tiempo completo en todo tipo de estrategias de captación de la «ayuda al desarrollo» y de las oportunidades de negocios que ofrece el sistema neoliberal. - Los ganadores de este sistema económico y político mafioso son quienes, como «demócratas millonarios», estaban a punto de disputarse el lugar de Amadu Tumani Turé comprando todo lo que se puede comprar, desde la papeleta de voto a la conciencia de los electores y las electoras. - «Enriquézcase y cállese» es la regla no escrita del juego político, mientras que las operaciones cosméticas de buena gobernanza, entre ellas la Oficina del Verificador General, mantiene las ilusiones de ejemplaridad democrática. - Sus hijos que celebran con ostentación sus millones aumentan la indignación de los jóvenes desheredados que no tienen derecho a una escuela de calidad ni al empleo e ingresos, ni a una visa para ir a otra parte en buscar suerte. - Ningún partido político puede valerse hoy de una base electoral educada e impregnada de los retos y de los desafíos del cambio con el fin de elegir a sus dirigentes con conocimiento de causa y de controlarlos en el ejercicio de sus funciones. Solo esporádicamente se contacta con los electores y electoras, aunque unos candidatos siempre dispuestos a comprar sus votos les asaltan la víspera de las elecciones. - La sociedad civil, cuyo papel es educar, controlar e interpelar a la clase política, vive de compromisos y de concesiones. Evitando a los sujetos que molestan consigue beneficiarse de las financiaciones de los socios técnicos y financieros. - La libertad de expresión adquirida a un alto precio está bajo vigilancia en los medios de comunicación públicos. Se traduce en la existencia de un denso paisaje mediático (periódicos y radios privados) que, para sobrevivir, se comporta como la sociedad civil: saber venderse. Por lo que se refiere a la única cadena de comunicación nacional, la ORTM, es «la voz de su amo». - Una administración corrupta, dispuesta a poner dificultades a las mejores iniciativas en cuanto no le compensen, desmotiva a los verdaderos emprendedores, tanto los locales como los de la diáspora que tienen deseos de invertir en su país.
5. Todavía es posible salvar verdaderamente Mali y su franja sahelo-sahariana
Mali no está en peligro debido a un «golpe de Estado militar» que pone en peligro un proceso de democratización ejemplar, sino debido a la democracia formal y a unos retos geopolíticos, económicos y estratégicos de los que los ciudadanos ordinarios no tienen la menor idea. Frente al papel de bombero pirómano desempeñado por Francia en la crisis malí, no podemos dejar de pensar en la ley N° 57-27 del 10 de enero de 1957 que crea una Organización Común de las Regiones Saharianas (OCRS). Su objetivo era «la expansión económica y la promoción social de las zonas saharianas de la República francesa en cuya gestión participan Argelia, Mauritania, Sudán (el Mali actual), Níger y Chad».
Para salvar verdaderamente a Malí es conveniente:
- sacar partido de este drama nacional para volver a entroncar con el pensamiento crítico y el valor político. Resulta ilusorio y suicida creer que somos un país libre e independiente, que solo necesita dirigentes elegidos democráticamente para avanzar. Los defensores de esta tesis son los ganadores del orden injusto y violento del mundo, más preocupados por sus intereses que por la suerte del pueblo malí;
- replantear la indispensable democratización de Mali en términos de segunda liberación. Esta exigencia que se imponía en el plano político, económico, monetario y cultura adopta en adelante una dimensión territorial. La tarea es tanto más ardua cuanto que los retos son colosales y las relaciones de fuerza completamente asimétricas;
- privilegiar la resistencia por medio del rearme moral, la creatividad política y la solidaridad con los más vulnerables, en este caso las mujeres, los jóvenes y los campesinos. La tentación de movilizar inmediatamente cincuenta millones de dólares para la compra de armamento y de apelar a la fuerza de interposición de la CEDEAO abre la vía a una guerra asimétrica y sin fin;
- ganar en lucidez y en madurez política diciéndonos que los «emergentes » que dictan su ley tanto en economía como en materia de democratización necesitan primero las inmensas riquezas de nuestro continente, ocultando la violencia del modelo económico que ellos extienden a todo el planeta: mientras Mali se hunde en la guerra del norte y los malíes se pregunta cómo sobrevivir, el saqueo del oro, en el que es rico su país, prosigue alegremente a beneficio de las multinacionales. Nos corresponde ser perspicaces en el análisis de los retos y de las relaciones de fuerza, y audaces en la defensa de los intereses de nuestro país que no se pueden confundir con la cuenta bancaria de algunos individuos legitimados por unas elecciones fraudulentas;
- convertir Mali en un ejemplo tipo para la CEDEAO, cuyos jefes de Estado en su intransigencia hacia los autores del golpe de fuerza del 22 de marzo temen sobre todo desestabilizarse tanto en su posición de renta como en sus certidumbres. La observación es válida para los partidos políticos cuyo sueño es sustituirlos en la apertura de nuestras economías al mercado mundial desleal;
- recordar a las potencias mundiales que las propias políticas de sujeción y de saqueo son el origen de la política de migración « clandestina», del integrismo religioso y de los atentados que ellos califican de terroristas.
A la luz de todo lo anterior, concluimos que no corresponde a los jefes de Estado de la CEDEAO ser juez y parte estatuyendo sobre el estado de la democracia, como en el caso malí, sino a los pueblos soberanos. La gravedad de la situación en Mali y en la franja saheliana exige la convergencia entras las luchas de los pueblos agredidos del Sur y las del Norte, cuyos dirigentes, que dan lecciones de democracia y alteran la paz, consideran que tienen que dar más cuentas a las agencias de calificación que a sus electores.
Hacer justicia al pueblo mártir de Mali en las actuales circunstancias empieza por levantar inmediatamente el embargo que se le ha infligido y reconocer su derecho a la iniciativa, a pensar y a proponer a la CEDEAO una estrategia concertada de salida de la crisis.
En Bamako, 4 de abril de 2012
Firmantes
Aminata D. Traore (animadora del FORAM, ensayista); Seydu Badian Kuyate (escritor); Assetu Fune Samake (profesora); Karamoko Bamba (Movimiento NKO); Ismael Diabate (pintor); Dumbi Fakoly (escritor); Jean Bosco Konare (historiador); Mande Alpha Diarra (escritor); Madani Kumare (economista); Boris Bubacar Diop (escritor); Abdulaye Niang (economista); Bubacar Culibaly (perito mercantil); Ndo Cisse (Universidad de letras); Nathalie Mdela Munier (escritora); Aissata Cisse (comunicadora); Mariam Kanakomo (comunicadora); Safi Sy (educadora); Sylvie Sanogo (educadora); Haua Keita; Abdulaye Sangare (abogado)
(*) Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR
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5) BIRMANIA: LA LEGISLADORA SUU KYI
Análisis de Marwaan Macan-Markar (IPS)
Con su arrolladora victoria en las elecciones del domingo 1 de abril, la dirigente política birmana Aung San Suu Kyi asume un nuevo papel como legisladora de la oposición, dejando atrás 22 años de existencia como la más famosa presa política de su país. La presencia en el parlamento de esta mujer de 66 años se verá respaldada por las de otros legisladores de su Liga Nacional para la Democracia (LND), que se habría alzado con al menos 40 de los 45 escaños en juego en un Poder Legislativo bicameral de 664 miembros, según diferentes sondeos a boca de urna. Los resultados oficiales se divulgarán el 8 de este mes.
"No es un éxito nuestro, sino del pueblo, que ha decidido participar en el proceso político del país", dijo Suu Kyi a miles de seguidores reunidos este lunes frente a la sede de la LND en Rangún, la excapital del país. "Esperamos que esto sea el inicio de una nueva era, que ponga énfasis en el papel del pueblo en la política cotidiana", agregó. Los votantes que le aseguraron el éxito en los terceros comicios que se celebran en Birmania en 50 años pertenecen sobre todo a la minoría étnica karen. Suu Kyi se postuló para ocupar uno de los 440 escaños de la "Pyithu Hluttaw" (cámara baja) como representante de Kawhmu, un empobrecido distrito de esa etnia, situado en los suburbios del sudoeste de Rangún.
Suu Kyi, ganadora del premio Nobel de la Paz en 1991, tiene entre sus prioridades la necesidad de instaurar un verdadero Estado de derecho y reformar la Constitución de 2008. El Poder Legislativo al que ingresa en virtud de estos comicios legislativos parciales está dominado por el gobernante Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo, instrumento creado por la última junta militar, y por un bloque parlamentario de oficiales no elegidos por voto popular. Birmania soporta desde 1962 una sucesión de regímenes militares.
En la cámara baja, el Partido de la Unión, la Solidaridad y el Desarrollo ostenta 219 escaños que obtuvo en las elecciones generales de 2010, acusadas de fraudulentas y boicoteadas por la LND. Y el bloque militar ocupa 110 escaños. En la cámara alta, "Amyotha Hluttaw", el oficialismo cuenta con 123 legisladores y los militares con 56. Los pocos asientos a repartirse en el frente opositor incluirán a la Fuerza Nacional Democrática (FND), una escisión de la LND, y a un puñado de partidos étnicos y de figuras independientes.
Si bien la LND tendrá entonces solamente un peso marginal, la gestión parlamentaria de Suu Kyi es la que determinará cuánto espacio existe para una "oposición leal" al presidente y general retirado Thein Sein, en el cambiante escenario político birmano. Además de ejercer una oposición constructiva al reformista Sein –cuyo gobierno cuasi civil está embarcado en desmantelar cinco décadas de opresión castrense– Suu Kyi tendrá que lidiar con el influyente jefe de la cámara baja, Shwe Man, otro general retirado que aspira a encabezar el movimiento reformista.
"Todas las partes tendrán que adaptarse a las nuevas realidades para sostener el ritmo de las reformas", dijo Aung Naing Oo, subdirector de Vahu Development Institute, un centro de estudios que pretende influenciar las políticas públicas birmanas. "El gobierno tendrá que llegar a acuerdos por primera vez con una voz poderosa como la de Suu Kyi en el parlamento". Y ella deberá negociar con el oficialismo y los militares si quiere "crecer desde parlamentaria de la minoría hasta promotora de nuevas leyes", dijo el analista a IPS. "Eso significa llegar inclusive al jefe del ejército (general Min Aung Hlaing), que dirige al bloque militar".
La "sorprendente" presencia de legisladores reformistas dentro del oficialismo puede ser campo fértil para que Suu Kyi asiente sus credenciales opositoras, agregó Win Min, especialista en seguridad nacional. "Ella ya tuvo un encuentro cordial con Shwe Man en una reciente visita a Naypidaw", la capital. Suu Kyi también podría jugar un papel equilibrante que "contribuya a aliviar la actual tensión entre el parlamento y el presidente, pues ambos la necesitan", opinó Win Min en una entrevista. El mandatario "la necesita para que ayude a levantar las sanciones económicas (impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea), y el líder de la cámara baja para ampliar su influencia".
Para birmanos como Zinn Linn, un exiliado de 62 años, residente en Bangkok, una oposición viva en el parlamento recuerda los tiempos previos al golpe de Estado de 1962. Los legisladores opositores "eran conocidos por sus apasionados debates y abiertos desafíos al entonces primer ministro U Nu. Los planes del gobierno estaban bajo estrecha vigilancia", rememoró. Los héroes opositores de aquella época, entre ellos el tío de Suu Kyi, Aung Than, formaban parte del bloque centroizquierdista que desafiaba al gobierno de U Nu, elegido jefe del primer gobierno nacional luego del fin del régimen colonial.
"La cultura política y parlamentaria de entonces fue modelada por las tradiciones británicas, en las que el rol opositor era aceptado", dijo Zin Linn a IPS. Luego de los comicios generales de 2010 había pocas expectativas de que reviviera ese espíritu. Después de todo, las tradiciones parlamentarias británicas acabaron conduciendo a la cultura militar dominante que aplastó todo disenso desde 1962.
Pero la llegada de Suu Kyi podría modificar la ecuación. "El gobierno habilitó ese espacio y fue recibido positivamente", estimó David Scott Mathieson, de la organización humanitaria Human Rights Watch, con sede en Nueva York. "La oposición no está ni cerca de ser robusta, pero lo que ha logrado aprovechando este limitado proceso legislativo ha sorprendido a muchos", dijo a IPS. "Que Suu Kyi se sume activamente a sus filas contribuirá a esa transición".
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR
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6) LOS RODEOS Y EXTRAVÍOS DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHINA
Xulio Ríos (Rebelión)
La convergencia de la destitución de Bo Xilai como jefe del PCCh en Chongqing, la presentación del documento “China 2030” a instancias del Banco Mundial y el Consejo de Estado, las declaraciones testamentarias de Wen Jiabao tras la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional y la aceleración de los preparativos del XVIII Congreso del PCCh previsto para otoño, configura un panorama que parece abocar a China a una importante toma de decisiones. No se trata solo de la elección de los líderes de la quinta generación sino del rumbo a seguir en los próximos y claves años, en los que la reforma pudiera jugarse tanto su naturaleza como la identidad final del proceso.
La defenestración de Bo Xilai, quien extrañamente sigue siendo miembro del Buró Político manteniendo su caso en stand by , ha sido leída en clave netamente política pese a los esfuerzos por asociarle a conductas fraudulentas y hasta delictivas. Oficialmente poco ha trascendido, pero el expediente sigue creciendo dejando entrever manejos oscuros, corrupciones diversas a contrapelo de su imagen de Míster Proper y prácticas represivas más allá de los cánones al uso, incluyendo posibles asesinatos a instancias de su actual esposa. No debería demorarse mucho un dictamen inicial de lo ocurrido que aclare las responsabilidades e implicaciones de Bo y su entorno familiar directo y de su segundo, Wang Lijun. Este argumentario parece ser la clave para recuperar el consenso en la dirección china en este asunto y para aclarar el propio futuro de Bo Xilai.
Más allá de estas peripecias, se ha interpretado que todo ello no es más que una oportuna excusa para justificar el fin de la experiencia que había liderado en Chongqing. En este sentido, con la purga de Bo se pondría fin a un intento de influir en la dirección del PCCh para imprimir un nuevo rumbo a la reforma, más afín a cierto ideario tradicionalmente asociado con la izquierda y el maoísmo. Pero ¿es Bo de izquierda? ¿es Bo neomaoísta? Esto es más que dudoso, habida cuenta de su trayectoria errática, convulsa y controvertida. Sí es incuestionable que una oportuna convergencia de sus ambiciones con un movimiento que llevaba tiempo latente en el país le ha granjeado una proyección que ni siquiera había logrado anteriormente con su denodada lucha contra el movimiento Falun Gong. Esa corriente, con presencia en el mundo académico, en el ejército y en instancias burocráticas, encontró en Bo la palanca de articulación y visibilización necesaria, alcanzando al propio Buró Político. De ahí, la alarma y la reacción.
Desbaratada dicha propuesta, la cúpula del PCCh se esfuerza ahora por volver al consenso inicial, es decir, aquel establecido sobre la base de la reforma iniciada en 1978 con los consabidos diferendos en torno a ritmos, procedimientos y hasta objetivos. Este parece ser el debate actual, si bien no está claro que aquella senda dibujada por Deng Xiaoping para transformar el país y el socialismo chino sin cambiar la naturaleza del poder, pueda llevarse a cabo, afrontando quizás su momento más decisivo.
Durante el mandato de Hu Jintao, iniciado en 2002, se atisbó una nueva ola del proceso reformista prestando (¡por fin!, dicho sea de paso) mayor atención a otras dimensiones del desarrollo que habían sido menospreciadas por sus antecesores, obnubilados con los destellos de un crecimiento tantas veces ciego. Las políticas sociales, tecnológicas o ambientales tomaron nuevos bríos y el debate sobre un modelo alternativo basado en un mayor valor agregado ganó las unanimidades precisas, aunque no sin resquemores por parte de quienes habían aparcado el objetivo de una elemental justicia social. Todo ello siempre adobado con la reafirmación del papel incuestionable del PCCh que en 2007 se aprestaba a experimentar una democracia corporativa convirtiéndose en un singular colegio electoral de más de 80 millones de militantes. El fomento de la armonía se complementaba así con un neomandarinato que debía hacer de la defensa de la “pureza” la norma para ganarse el respeto de la ciudadanía y para acreditar la autoridad consiguiente a fin de impedir el surgimiento de actores rivales que pudieran disputarle su hegemonía política.
Mientras creció la economía, se diversificaron las formas de propiedad, se promovió el mercado, etc., las bases del poder del PCCh también fueron reafirmadas. Ni mucho menos se debilitaron. De una parte, el ejército, rechazando cualquier hipótesis de profesionalización y afirmándolo en su inquebrantable lealtad al partido. De otra, el pleno control sobre los sectores estratégicos de la economía del país. Poco importaba que el sector privado aumentara su peso en el conjunto del PIB o que respondiera de hasta el 70 por ciento del empleo. Las pymes, aun siendo millones, eran políticamente “inofensivas”. Sus estructuras corporativas siguen bajo control del propio PCCh. Y lo que es más determinante, la energía, la comunicación, el sector financiero, etc., seguía firmemente en manos del poder público-partidario quien controlaba su actuar a través de nombramientos clave, una presencia organizativa determinante y un procedimiento político-administrativo controlado por la burocracia que disuadía a terceros extraños.
En Mercado y control político en China (La Catarata, 2007), decíamos que la clave de la capacidad del PCCh para influir y determinar el rumbo del peculiar proceso chino descansaba sobre ambos aspectos. Si el ejército es obvio por su connotación represiva de cualquier movimiento díscolo, no lo es tanto el poder económico que se conduce siguiendo cánones menos visibles. Así, la pérdida sustancial de la base empresarial reduciría las posibilidades efectivas del PCCh de incidir y condicionar el rumbo de la reforma, quedando a merced de los intereses de las grandes corporaciones empresariales privadas, con capacidad añadida para trasladar a nivel estatal fenómenos que ya se vienen manifestando a nivel local a cierta escala a través de la compra de fidelidades y servicios en las elites inferiores e intermedias. Por otra parte, conllevaría la reducción del papel de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma y sus equivalentes territoriales. En suma, quien controle el PCCh controla el proceso, pero quien controle la economía acabara controlando al PCCh.
En estos años, el PCCh fue capaz de alentar y digerir casi en silencio una intensa ola privatizadora de las empresas de propiedad social (de cantón y poblado, básicamente), las responsables reales y principales del crecimiento chino en sus primeras etapas. Los beneficiarios principales fueron sus gerentes, dando origen a una capa de empresarios “rojos” que hoy siguen naturalmente militando en el PCCh. En paralelo, la conformación de grandes grupos empresariales públicos, tanto a nivel central como territorial, le brindaba unas capacidades de influencia singulares en el tejido económico-empresarial. Tras años de saneamiento con costos económicos y sociales nada desdeñables, la alta rentabilidad de sus operaciones se acompañó de una implicación activa en las políticas centrales. De hecho, muchas de estas empresas han pasado a actuar como agentes del desarrollo en las zonas del oeste del país. El año 2011, por ejemplo, han invertido en Xinjiang, 70.150 millones de yuanes en diversos proyectos y en 2012 invertirán 724.320 millones de yuanes.
Este modelo, con una economía privada subalternizada y un sector público determinante y boyante, pareció funcionar exitosamente hasta la llegada de la crisis financiera global. La reducción de las exportaciones y las dificultades para operar a tiempo una reconducción de la demanda interna (mediante inversiones sociales, aumento de salarios, etc.) han influido sobremanera en las capacidades para generar beneficios en las empresas. El paquete inversor de 4 billones de yuanes tuvo un primer y positivo impacto, pero la dilatación de la crisis sugiere una profunda reflexión sobre el camino a seguir para poder mantener elevadas tasas de crecimiento a fin de garantizar la estabilidad social y política sin que el aumento de las capacidades del sector público vaya en detrimento del privado.
Las propuestas del informe “China 2030” –sometido ahora a la severa crítica de los economistas chinos de todas las tendencias-, sugieren que la salida de la crisis a través de una nueva espiral de crecimiento solo es posible con un mayor desarrollo de la economía privada y la limitación o supresión de los monopolios públicos. Así, de la propiedad social a la propiedad estatal, nos hallaríamos ante una segunda ola privatizadora que en una década podría poner fin, de llevarla hasta las últimas consecuencias, a esa base económica de que ha disfrutado el PCCh, circunstancia que abocaría, en opinión de algunos, a una reforma política probablemente inevitable y de signo incierto.
Los temores que suscita esta agenda en el sector más conservador del PCCh son evidentes. Hasta ahora, el reformismo económico siempre ha ido de la mano del conservadurismo político, con gestos y experimentos que en nada han afectado a la naturaleza esencial del sistema. De hecho, sus señas de identidad no se han modificado, contentándose con implementar medidas en aquellos ámbitos identificados como los más dañinos para su liderazgo (corrupción, desigualdades…), con relativo éxito y rechazando medidas lógicas como el traslado de la experiencia democrática del campo a las ciudades.
Si los “príncipes rojos” son un hecho biológico-demográfico de desigual adscripción político-ideológica –a veces antagónica-, no lo es así la confrontación entre conservadores y populistas, con sus diversas graduaciones. Hemos pasado así del debate acerca de la prosperidad común y de la reducción de las desigualdades sociales, que han liderado los segundos, al cuestionamiento de la conveniencia y posibilidad o no de la apropiación por la oligarquía partidaria de la gran tajada económica que resta por repartir en el país. Sobra decir que unos y otros se han beneficiado largamente de las prebendas que depara ese control. Basta ver la nómina de altos cargos de muchas de estas empresas para identificar a hijos, hijas y demás parientes de altos líderes chinos.
Según indican los signatarios del “China 2030”, esto permitiría una nueva etapa de crecimiento y haría a China más homologable internacionalmente reduciendo, en paralelo, la tan temida carga nacionalista de su proyecto. No obstante, este factor es el que aúna buena parte de las motivaciones de liberales y conservadores, aunque difieran en los caminos. ¿Puede China alcanzar mejor su objetivo y mantenerlo perseverando en su singularidad? ¿O una homologación conllevará una mayor cooperación con rivales estratégicos que finalmente podrían adulterar el objetivo nacional de la reforma? ¿Estamos ante una estrategia que domesticaría el dragón chino? La hipótesis de un desarme del poder del PCCh en el área económica se evoca como riesgo político demasiado elevado. Así pues, el consenso, en proceso de gestión actualmente, marcará un nuevo equilibrio, a riesgo de que sin él, el cisma, que nadie desea, pudiera llegar a producirse.
Los partidarios de este impulso económico parecen igualmente simpatizar con una liberalización política, aunque las unanimidades son muy frágiles y lo matices abundantes. Sigue habiendo más claridad en el reformismo económico que en el reformismo político. No hay unas “36 Cláusulas” para la reforma política como sí las hay, desde mayo de 2010, para apoyar al sector privado aunque hayan tenido escasa aplicación práctica. A pesar de ello, a juzgar por los datos oficiales, no le ha ido tan mal en 2011. La economía privada creció el año pasado un 46 por ciento, frente al 34 de la propiedad colectiva y el 15 del sector estatal.
Sin duda, la debilitación de la demanda por la crisis en el mundo desarrollado ha complicado las perspectivas de muchos negocios privados. El espejo de esa realidad ha sido Wenzhou, referente de la economía privada china y donde muchos empresarios se han fugado o suicidado. Hoy se lidera desde el Consejo de Estado la interpretación de que la falta de crédito público llevó a los empresarios a involucrarse en manejos ilegales. El ejemplo es la empresaria Wu Ying, prototipo de la exitosa mujer de negocios y hoy condenada a muerte a espera de la revisión del Tribunal Popular Supremo. La presencia del sector privado en el mundo financiero lo habría evitado, se dice, ya que éste ha privilegiado el sector público descuidando la economía privada. La ruptura de los monopolios, sentencia la representación del FMI en China, permitiría un aumento de 10 veces del PIB per cápita de China…. en el largo plazo. Las empresas privadas están entusiasmadas con la posibilidad de entrar en estos sectores ya que “suelen traer grandes beneficios”, asegura Yuan Gangming, investigador de la CASS.
Precisamente Wenzhou, tildada por algunos como la Grecia china, se ha convertido, en la mejor tradición de la reforma, en el laboratorio financiero del PCCh, con objeto de dar respuesta a las necesidades financieras de la pymes de esta ciudad, muchas de ellas en manos de entidades para-mafiosas en las que han podido encontrar el auxilio negado por la banca oficial.
La clave, pues, del actual momento chino consiste en definir de nuevo el espacio y funciones del sector público, según unos para suprimir los obstáculos que impiden mantener y socializar la prosperidad y según otros para impulsar una reorganización de las elites oligárquicas que tomarían el control de apetitosos bocados del sector público, acompañado de un debilitamiento del papel del PCCh
La gestión de esa tensión determinará el carácter de la nueva cúpula china. De ahí la gran movilización que protagonizan clanes y grupos de presión, líderes en activo y veteranos, para ganar influencia en un Comité Central que se renovará en otoño en más de la mitad al igual que el Buró Político y el Comité Permanente.
Los líderes chinos son plenamente conscientes del valor y transcendencia de la variable económica. La usan a menudo en sus relaciones más conflictivas, dentro y fuera del país. La apuesta que dibuja Wen Jiabao y que parece compartir su probable sucesor Li Keqiang convierte en agua de borrajas discursos recientes como el de Hu Jintao contra “las fuerzas hostiles que occidentalizan China” o sus referencias a la pureza del PCCh con las que pretende mantener una equidistancia mal disimulada y muy cuestionada por los sectores afines al anterior secretario general Jiang Zemin, que plantarán batalla hasta el final. En la misma línea podría posicionarse Xi Jinping.
En su atolladero, la reforma parece haber desatado inexorables fuerzas con capacidad para dinamitar las cautelas y previsiones de Deng Xiaoping cuando aventuraba que con ella solo pretendía construir el socialismo dando un rodeo por el capitalismo. Con tanto rodeo ¿no se habrán perdido?...
Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China y autor de China en 88 preguntas .
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR
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7) ELECCIONES EN FRANCIA
Ignacio Ramonet (Le Monde Diplomatique)
La elección presidencial es, en Francia, “la madre de todas las votaciones” y el punto incandescente del debate político. Tiene lugar cada cinco años. Es un sufragio universal directo a dos vueltas. En principio, cualquier ciudadano francés se puede presentar a la primera vuelta, que tiene lugar esta vez el 22 de abril. Aunque debe cumplir una serie de requisitos.
Entre ellos, contar con el apoyo de 500 cargos electos de al menos 30 departamentos (provincias) distintos (1). Si ningún candidato obtiene mayoría absoluta (más del 50% de los votos), se impone una segunda vuelta dos semanas después. Desde la instauración de la Quinta República en 1958, siempre ha habido una segunda vuelta. A ella acceden tan sólo los dos candidados que encabezan el primer turno. O sea, habrá que esperar hasta el próximo 6 de mayo para conocer el resultado. Entre tanto, toda la vida política gira en torno a ese acontecimiento central.
Por el momento, nadie tiene la partida ganada, aunque –según todas las encuestas– la final parece que se jugará entre dos candidatos: el presidente conservador saliente Nicolas Sarkozy, y el líder socialista, François Hollande. Pero quedan todavía varias semanas de campaña en las que muchas cosas pueden ocurrir (2). Y además, un tercio de los electores no ha decidido aún por quién votará...
Los debates se desarrollan en un contexto marcado por dos fenómenos principales: 1) la mayor crisis eco­nómica y social que Francia ha conocido en los últimos decenios (3); 2) una creciente desconfianza hacia el ­funcionamiento de la democracia ­representativa.
La Constitución sólo autoriza dos mandatos consecutivos. El presidente Sarkozy se declaró oficialmente el 15 de febrero pasado candidato a su propia sucesión. Desde entonces la poderosa maquinaria de su partido, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), se ha puesto briosamente en marcha. Y ha conseguido que ­todos los demás candidatos de la derecha (excepto el soberanista Nicolas ­Dupont-Aignan) se retiren de la ­contienda para dejarle como único representante de la corriente conservadora (4). La batalla sin embargo no será fácil. Todas las encuestas lo dan por derrotado en la segunda vuelta frente al candidato socialdemócrata François Hollande.
Sarkozy se ha vuelto muy impopular. En el extranjero, muchas personas no lo conciben porque únicamente perciben su imagen de líder internacional enérgico dirigiendo, junto con Angela Merkel, las Cumbres europeas o las del G-20. Además, en 2011, asumió también una postura de jefe militar y consiguió ganar dos guerras, en Costa de Marfil y en Libia. Por otra parte, en el aspecto del “glamour”, su matrimonio con la célebre ex modelo Carla Bruni, con quien acaba de tener una niña, contribuye a hacer de él un actor permanente de la prensa del corazón. De ahí la perplejidad de la opinión pública extranjera ante su eventual derrota electoral.
Pero hay que tener en cuenta, en primer lugar, un principio político casi universal: no se ganan unas elecciones gracias a un buen balance de política exterior, por excelente que sea. El ejemplo histórico más conocido es el de Winston Churchill, el “viejo león” británico vencedor de la Segunda Guerra Mundial y derrotado en las elecciones de 1945... O el de Richard Nixon, el presidente estadounidense que puso fin a la guerra de Vietnam y reconoció a China popular, pero se vio obligado a dimitir para no ser destituido... Hay que añadir que otra ley parece haberse establecido en Europa estos últimos años en el contexto de la crisis: ningún gobierno saliente ha sido reelegido.
En segundo lugar, está el balance de su mandato, que es execrable. Además de los numerosos escándalos en los que se ha visto envuelto, Sarkozy ha sido el “presidente de los ricos” a quienes ha hecho regalos fiscales inauditos, mientras sacrificaba a las clases medias y desmantelaba el Estado del bienestar. Esa actitud ha alimentado las críticas de los ciudadanos que, poco a poco, se han visto engullidos por las dificultades: pérdida de empleo, reducción del ­número de funcionarios, retraso de la edad de jubilación, aumento del coste de la vida... No cumplió sus promesas. Y la decepción de los franceses se amplificó.
Sarkozy cometió también garrafales errores de comunicación. La noche misma de su elección en 2007 se exhibió en un célebre restaurante parisino de los Campos Elíseos festejándolo sin complejos en compañía de un puñado de multimillonarios. Aquella interminable juerga en el Fouquet’s quedó como el símbolo de la vulgaridad y la ostentación de su mandato. Los franceses no lo han olvidado y muchos de sus propios electores modestos jamás se lo perdonaron.
Con su hiperactivismo, su voluntad de estar presente en todas partes y de decidirlo todo, Sarkozy ha olvidado una regla fundamental de la Quinta República: el Presidente –que posee más poder que cualquier otro jefe de Ejecutivo de las grandes democracias mundiales– debe saber guardar las distancias. Dosificar con prudencia sus intervenciones públicas. Ser el señor de la penumbra. No quemarse por exceso de sobreexposición. Y es lo que le ha pasado. Su hipervisibilidad desgastó pronto su autoridad, y lo ha convertido en su propia caricatura, la de un dirigente permanentemente acalorado, impetuoso, excitado...
Ni una sola encuesta, hasta ahora, lo da como vencedor de ­estas elecciones. Pero Sarkozy es un guerrero dispuesto a todo. Y también, a veces, un golfo sin escrú­pulos, capaz de actuar como un auténtico aventurero. De tal modo que, desde que se lanzó a la cam­paña el mes pasado, con un descaro monumental no ha dudado en ­presentarse –él, que ha sido el “presidente de los ricos”– como “el candidato del pueblo” esgrimiendo argumentos próximos a la xenofobia para robarle votos a la extrema derecha. No sin eficacia electoral. Y en las intenciones de voto, inmediatamente ganó varios puntos hasta conseguir situarse por encima del candidato socialista...
Éste, François Hollande, es por el momento, el claro favorito de los sondeos. Todos, sin excepción, lo dan vencedor el 6 de mayo próximo. Poco conocido en el extranjero, Hollande es considerado por sus propios electores como un burócrata por haber sido durante más de once años (1997-2008) Primer secretario del Partido socialista (5). Contrariamente a su ex compañera Ségolène Royal, nunca fue ministro. Y su nombramiento como candidato de los socialistas no resultó evidente. Sólo fue designado después de unas durísimas elecciones primarias en el seno de su partido (a las que, por razones harto conocidas (6), Dominique Strauss-Kahn, el preferido de los electores socialistas, no pudo competir).
François Hollande es un social-liberal de centro, conocido por sus habilidades de negociador y su dificultad para tomar decisiones. Se le reprocha ser demasiado blando y mantener en permanencia la confusión. Su programa económico no se distingue netamente, en el fondo, del de los conservadores. Después de haber afirmado en un discurso electoral que “el enemigo principal” eran las finanzas, se apresuró a ir a Londres a tranquilizar a los mercados recordándoles que nadie había privatizado más y liberalizado más que los socialistas franceses (7). En lo que respecta al euro, a la deuda soberana o a los déficits presupuestarios, Hollande –que afirma ahora querer renegociar el Pacto fiscal (8)– está en la misma línea que otros dirigentes socialdemócratas, ­como Yorgos Papandreu (Grecia), ­José Sócrates (Portugal) y José Luis Rodríguez Zapatero (España), quienes, después de haber abjurado de sus principios y aceptado las horcas caudinas de Bruselas, fueron electoralmente expulsados del poder.
La flacidez política de François Hollande aparece aún más flagrante cuando se le compara con el candidato del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon. Con el 14% de las intenciones de voto, éste está resultando la gran revelación de estas elecciones. Sus mítines son los que reúnen al mayor número de personas, y sus discursos, verdaderos modelos de educación popular, los que levantan el mayor entusiasmo. El domingo 18 de marzo, aniversario de la revolución de la Comuna de París, consiguió movilizar a unas 120.000 personas en la plaza de la Bastilla, cosa jamás vista en los últimos cincuenta años. Todo ello debería favorecer cierto giro a la izquierda de los socialistas y de François Hollande. Aunque las diferencias de líneas son abismales.
El programa de Jean-Luc Mélenchon, resumido en un librito titulado L’Humain d’abord! (9) (¡Primero lo humano!) del que ya se han vendido centenares de miles de ejemplares, propone, entre otras medidas: repartir la riqueza y abolir la inseguridad social; arrebatarle el poder a los bancos y a los mercados financieros; una planificación ecológica; convocar una Asamblea Constituyente para una nueva República; liberarse del Tratado de Lisboa y construir otra Europa; iniciar la desmundialización...
El entusiasmo popular que está levantando Jean-Luc Mélenchon da una nueva esperanza a las clases trabajadoras, a los militantes veteranos y a la multitud de los jóvenes indignados. Es también una respuesta a una democracia en crisis donde muchos ciudadanos ya no creen en la política ni en el ritual de las elecciones.
Mientras se desinfla la extrema derecha y fracasa la tentativa de revivirla mediante el experimento de Marine Le Pen, estas elecciones presidenciales francesas podrían demostrar que, en una Europa desorientada y en crisis, sigue viva la esperanza de construir un mundo mejor.
(1) Esta exigencia se reveló insuperable para por lo menos dos pretendientes importantes: Dominique de Villepin, gaulista, ex primer ministro, y Corinne Lepage, ecologista, ex ministra, excluidos de la competición.#
(2) Por ejemplo, el asesinato de tres militares en el sur de Francia y la odiosa matanza de niños judíos en Toulouse el 19 de marzo pasado, cometidos por un joven yihadista relacionado con Al Qaeda, impactaron con fuerza en la campaña, dándole naturalmente un protagonismo particular al presidente saliente Nicolas Sarkozy.
(3) Tasa de desempleo: 9,8%. Desempleo de los jóvenes de menos de 25 años: 24%. Número total de desempleados: 4,5 millones.
(4) En favor de Sarkozy, se retiraron de la competición: Christine Boutin (Partido cristiano-demócrata), Hervé Morin (Nuevo Centro) y Frédéric Nihous (Caza, Pesca, Naturaleza y Tradiciones). Por idéntico motivo, el centrista Jean-Louis Borloo no presentó su candidatura. Y la eliminación de Dominique de Villepin y de Corinne Lepage tendrá también como consecuencia que la mayoría de sus electores apoyarán al presidente saliente.
(5) En las encuestas, los dos tercios de los votantes de Hollande declaran que lo hacen por “rechazo a Sarkozy”; únicamente un tercio dice que se adhiere a las ideas de Hollande.
(6) Léase, Ignacio Ramonet, “Una izquierda descarriada”, Le Monde diplomatique en español, junio de 2011.
(7) The Guardian, Londres, 14 de febrero de 2012.
(8) Léase, Ignacio Ramonet, “Nuevos protectorados”, Le Monde diplomatique en español, marzo de 2012.
(9) http://www.lhumaindabord2012.fr
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR
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http://youtu.be/6cQsgAUPixw 
8) INDIGNADOS DE TODOS LOS PAÍSES…
Yann Fievet (Le Grand Soir) *
«No es que no nos atrevamos porque las cosas son difíciles. Las cosas son difíciles porque no nos atrevemos» (Séneca)
«Donde crece el peligro también crece lo que nos salva de él» (Holderlin)
La lista de países en los que florecen movimientos susceptibles de declararse más o menos abiertamente indignados se volverá interminable. Pronto será más sencillo contar los países totalmente ajenos a este fenómeno, el cual no se puede meter en el saco de los acontecimientos pasajeros o puramente circunstanciales. En una audaz reducción, esos movimientos de formas sinuosas y con discursos diversos se han relacionado con la publicación de la estimulante obra de Stéphane Hessel. ¡Indignaos!, nos ordena desde lo alto de su lucidez intacta que tantos individuos parecen haber perdido en nuestras democracias formales. Sin embargo la lucidez también exige que reconozcamos que la mayoría de esos movimientos podrían haber eclosionado sin la orden de nuestro vigilante compatriota. Le haríamos un honor que en ningún momento reivindica atribuyéndole una paternidad abusiva. Antes embajador de profesión, en su vejez Hessel se ha convertido en un embajador simbólico de numerosas luchas contra los abusos y la creciente injusticia alimentada por la globalización capitalista. Es obvio que el panorama de la indignación sobrepasa ampliamente el simpático padrinazgo de alguien que no puede resignarse al sacrificio, tan frecuente, de la dignidad humana en el altar de la ganancia voraz.
Una idea generalizada que quieren asfixiar
Los indignados no se limitan a prolongar la larga historia de la protesta contra el orden establecido por los amos de la economía dominante y sus secuaces. Al contrario, marcan una ruptura histórica en el sentido de que inscriben sus movimientos en un contexto nuevo, el del anunciado hundimiento del capitalismo y de los intentos de salvarlo, cada vez más violentos, que claramente tratan de preservar el principal resorte del capitalismo, la generación del beneficio máximo mediante la contratación del coste directo mínimo, y que la economía, ahora global, destruye el tejido social a la vez que daña gravemente los ecosistemas y agota los recursos más escasos.
Otro aspecto novedoso de la reivindicación del cambio se encuentra precisamente en el hecho de que en la actualidad el capitalismo es planetario, una configuración creada por la voluntad y la actuación de poderosos protagonistas económicos –las multinacionales- y por instancias políticas no elegidas democráticamente –FMI, OMC, BCE, Comisión Europea- en estrecha colusión unos con otros. Aunque los movimientos de los indignados no están unificados –y probablemente nunca lo estarán- en todas partes constatan la misma terrible morbosidad de la economía general depredadora y reivindican la instauración de una economía de la restitución. En este último sentido -¡el de la nobleza!- deberían poner en marcha una vanguardia ofensiva contra la resistencia defensiva de un sistema condenado por su lógica suicida. En espera de la «ampliación del ámbito de la lucha», lo esencial no reside en el número de combatientes, sino en la calidad de sus intervenciones.
La extensión de la indignación se subestima
En esta época de la información mercantilizada y la comunicación invasora, los movimientos de los indignados al menos tienen un mínimo derecho a la visibilidad. Es obvio que los medios de comunicación del «gran público», cada vez más sometidos a las lógicas mercantiles y financieras, no tienden a interesarse por movimientos ciudadanos que se movilizan por intereses generales y piden cuentas a los malos gobernantes. Así, ridiculizaron la declaración de los indignados españoles de que no querían el poder y exigían finalmente que los representantes del pueblo actúen por el interés general. Esto es cualquier cosa menos ridículo. Incluso es fundamental. Los indignados no tienen ningún interés en crear otro partido político con unos pocos representantes en un sistema sin cambios esenciales. Como dijeron: ¡Hay que pensar en el cambio y no cambiar de pensamiento! La necesidad del cambio es un asunto muy serio para dejarlo únicamente en manos de los partidos políticos. Toda la sociedad civil debe tomar parte.
Cuando los medios de comunicación dominantes sólo ven la política a través de las declaraciones tranquilizadoras de los representantes del pueblo, despreciado en sus aspiraciones profundas cuidadosamente ocultadas bajo los sondeos de opinión, llegan incluso a no comprender la realidad social ni a precisar los retos fundamentales de una construcción inteligente del mundo. Tanto es así que en el caso de la «crisis griega» muchos periodistas creen que la mayoría de los griegos confía en que sus dirigentes actuales sacarán al país del abismo en el que le hundieron sus predecesores. Sin embargo, ahí abajo, hierve la indignación desde hace meses para quien quiera observarla fuera de los canales habituales de la protesta controlada.
¿Revoluciones indignadas?
Parece que la «Primavera Árabe» de 2011 dio alas a diversos movimientos contestatarios en otras partes del mundo. Tenemos la esperanza de que hubieran surgido sin necesidad de ese oportuno catalizador. Aunque es innegable la gran valentía demostrada por las poblaciones de varios países árabes, sometidos durante mucho tiempo bajo la férula de dictadores corruptos y a veces sanguinarios, había motivos para despertar a los ciudadanos aletargados en la tibieza de nuestras viejas democracias; el ejemplo se ha frenado de momento. A este respecto no podemos hablar de Revolución, si acaso de revoluciones conservadoras. En el mundo árabe en ebullición, las franjas «progresistas» de las rebeliones son minoritarias en todas partes. Es muy pronto para decir si la legítima reivindicación de esos pueblos de un reparto diferente de las riquezas se fortalecerá con la voluntad de construir una alternativa del capitalismo cuya característica eminentemente depredadora denuncian por todas partes los movimientos de los indignados. Si las corrientes políticas conservadoras atrapan al movimiento en los procesos de transformación en curso, los «países del Norte» se felicitarán por haber encontrado una bicoca que les permitirá posponer la llegada de la fase terminal del capitalismo. ¿Se venderá Túnez al turismo internacional como Níger malvende su uranio a Areva despreciando la salud de sus habitantes?, ¿o como Senegal que ha arruinado la pesca artesanal, recurso vital de muchos senegaleses, al firmar con Europa un acuerdo de pesca intensiva que organiza el saqueo de su fondo marino antes rebosante de pesca?
Samir Amin augura que la primavera de los pueblos del Sur será el otoño del capitalismo. Y necesitará el apoyo de los movimientos de protesta del Norte. ¿Los indignados de las naciones ricas se encontrarán con sus homólogos de las sociedades recién liberadas del yugo ancestral de sus antiguos dirigentes indefectiblemente apoyados por los gobiernos occidentales? ¡Ojalá!
El variado mosaico de la indignación
Un recuento exhaustivo de los movimientos de indignados es realmente imposible. Conocemos los que salen en los medios de comunicación de masas, como para dejar en silencio a la mayoría de ellos. Además muchos de esos movimientos nos resultan desconocidos debido a que están situados en países donde la libertad de información está fuertemente restringida. Por ejemplo, el clima social en China es cualquier cosa menos tranquilo. El capitalismo salvaje suscita revueltas duramente reprimidas y apenas sabemos nada. Una pequeña enumeración de los movimientos de indignados nos revela, a pesar de su aparente disparidad, el rechazo a la dominación capitalista del mundo.
Cada movimiento elige su forma original de denunciar al mismo monstruo. En Estados Unidos, el movimiento «Occupy Wall Street» pone el acento en primer lugar en las enormes desigualdades de rentas y patrimonios que existen en la primera potencia económica del planeta. Su eslogan «99 contra 1» ilustra al mismo tiempo que la multitud no puede tener casi nada cuando el uno por ciento acapara casi todo, y que por lo tanto es esa centésima la que decide todo. En Japón son las consecuencias de la catástrofe de Fukushima las que movilizan a los ciudadanos, a los cuales nos presentan a menudo como unos fatalistas viscerales. El pasado 23 de diciembre fue el «Viernes Amarillo». Se celebraron manifestaciones en todo el país, sobre todo en el este, donde la mayoría de los productos alimenticios están contaminados por el cesio 137. En algunas ciudades la manifestación agrupó mayoritariamente al personal de los centros sanitarios, muy preocupado por la gran vulnerabilidad de los niños a la «contaminación interna». Las agrupaciones, entre ellas la asociación de jóvenes DYLJ (Liga de la Juventud Democrática de Japón) denuncian la incuria de las autoridades políticas. Esas movilizaciones seguramente no son ajenas al hecho de que un año después de la catástrofe la mayoría de las centrales nucleares japonesas siguen paradas. En Sicilia, desde principios de este año, sopla un viento de revolución. El hundimiento de Italia en la crisis, los sucesivos planes de austeridad, los llamamientos a nuevos sacrificios, han acabado exasperando a una población golpeada por un desempleo récord del 25%. Los agricultores y artesanos han creado el movimiento de los Forconi, (los de la Horca) que llaman a la revolución y al rechazo de esa situación insostenible. En la vasta Rusia los amplios movimientos que asombran al poder central se organizan para defender los bosques amenazados por proyectos industriales o de carreteras.
No podemos cerrar este breve florilegio sin hacer alusión a una lucha internacional que podría prefigurar la lucha ecológica planetaria de los próximos 25 años: la fuerte resistencia a la explotación –no puede ser más devastadora- del gas y el petróleo de esquisto. En Estados Unidos, en Suecia, en Francia o en Sudáfrica ese tipo de proyectos se tapan o se dejan de lado bajo la influencia de resueltos movimientos de oposición que han mostrado de forma pertinente hasta qué punto la fracturación hidráulica, la única técnica eficaz para esa explotación, es la marca de un sistema capaz de autodestruirse por medio de la naturaleza. Está surgiendo una «Internacional Ecológica» que será el contrapunto de todas las futuras cumbres oficiales del medio ambiente y el clima. Tenemos la primera cita el próximo mes de julio en Brasil en «Río+20».
... ¡Uníos!
La indignación dispone de mecanismos de comunicación modernos especialmente valiosos para la difusión masiva y rápida de la nuevas ideas, los informes que se deben analizar, la convocatoria de manifestaciones urgentes o de los debates que hay que plantear. Esas son las auténticas redes sociales… y medioambientales. Pueden unificar movimientos dispersos geográficamente pero filosóficamente cercanos. Pueden ganar la partida a las redes de las frías tecnocracias y las oligarquías mezquinas. Están hechas de hombres y mujeres vivos que luchan para «ser» mañana contra los que solo protegen el «tener» de hoy.
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(*) Yann Fiévet es profesor de Ciencias Económicas y Sociales en el Liceo Jean-Jacques Rousseau de Sarcelles, autor de varios libros, cronista de prensa, presidente de asociaciones y promotor de conferencias y debates. Traducido para Rebelión por Caty R.
LUNES 9 DE ABRIL DE 2012 - COMCOSUR

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