jueves, 3 de julio de 2014

Dimitris Koufodinas, nacido el 17 de noviembre


"DIMITRIS KOUFODINAS, NACIDO EL 17 DE NOVIEMBRE"
Por Jorge Zabalza
3 de julio 2014

Quisiera informarles algo sobre el estado de deterioro de la justicia en Uruguay, un país cuyas élites están implementando políticas que tienden a perpetuar la impunidad de los militares que cometieron crímenes de lesa humanidad. Amparado en la tolerancia política, el poder judicial erigió una muralla de protección a los criminales, oponiéndose a las reclamos por Verdad y Justicia. En 2014 ya fueron absueltos por la Suprema Corte de Justicia varios de los militares probadamente involucrados en los crímenes del terrorismo de estado. El clima de impunidad está actuando como estímulo al descontrol represivo: ya sea porque en los barrios empobrecidos, la policía abusa de sus funciones y ejerce una violencia desmedida, como porque se tortura a los adolescentes recluidos para su rehabilitación en instituciones carcelarias. En Uruguay se reprime y se tortura hoy, ahora, bajo un gobierno que se dice ”progresista”, liderado por un ex-torturado y ex-compañero de desaparecidos, asesinados, torturados y decenas de compañeras. Hay otros elementos que revelan la duplicidad del actual gobierno uruguayo, pero he optado por destacar su política en materia de derechos humanos, porque revela la forma en que se abandonaron valores universales y, por consiguiente, deja muy en claro su incorporación a las filas del capitalismo. Por supuesto, estas informaciones contradicen la imagen virtual y fantasiosa que han creado en Europa los medios masivos de comunicación sobre el ”progresismo”, que es el premio recibido por la obediencia a las reglas de los dueños del mundo.



Ahora les pido otro poco de paciencia para hacerles un relato histórico en el cual, según creo, descubrirán vinculaciones con problemas que Dimitris analiza en su ensayo. Desde el Cordobazo (1969), las luchas del pueblo argentino fueron tomando un carácter cada vez más insurreccional y crearon condiciones propicias para el crecimiento de las organizaciones guerrilleras en lo militar y en su incidencia política. Cercada, la dictadura del general Lanusse comenzó a buscar una salida política más o menos elegante que, a su vez, lograra encauzar el proceso insurreccional hacia la vía electoral y parlamentaria. Pese a mantener proscripto a Juan Domingo Perón, la dictadura permitió que el peronismo participara en las elecciones nacionales en marzo de 1973. Casi la mitad del electorado apoyó al peronista Héctor José Cámpora, cuya victoria abrió camino al regreso y desproscripción de Perón. Mientras alentaba las esperanzas populares en la liberación nacional, Perón negociaba y conspiraba con los sectores más reaccionarios para poner fin al ”desórden” que amenazaba a la clase dominante y el capital trasnacional. Decir una cosa y hacer lo contrario no es ninguna novedad en el Río de la Plata, creo que tampoco lo es en Europa.

Así las cosas, el 25 de mayo de 1973, rodeado por cientos de miles de peronistas que creían que sus sueños se estaban haciendo realidad, Cámpora asumió la presidencia de la república. En dicho acto, la gente saludó con entusiasmo la presencia de Salvador Allende y de Osvaldo Dorticós, presidente de la Cuba Revolucionaria, al tiempo que abucheó la de William Rogers, secretario de estado de los EEUU. Finalizado el acto, una columna de manifestantes marchó hacia el presidio de Villa Devoto para exigir que se cumpliera con la prometida amnistía para los presos políticos. Junto a familiares de los detenidos, marchaban militantes de la Juventud Peronista, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) que, poco más tarde, convergieron para formar ”Montoneros”. Se sumaron a la marcha miles de militantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) quienes, desconfiando del compromiso real de Perón con la liberación nacional, se habían abstenido de concurrir al acto de cambio de mando. A las nueve de la noche, casi cincuenta mil personas rodeaban el edificio donde estaban recluídos los compañeros, pero el prometido decreto de indulto no llegaba nunca. Unidos para la lucha por la libertad, los presos de las diferentes corrientes se adueñaron de la cárcel y saludaron desde la azotea y las ventanas a la multitud enfervorizada. Luego de horas de conversaciones, los guerrilleros presos decidieron no esperar más y salieron de la cárcel abrazarse con los suyos en la calle. Siete diputados peronistas se hicieron responsables del embrollo ante la autoridad carcelaria. En varias cárceles de otras provincias argentinas se produjeron hechos similares. Cuando la libertad de los presos ya era un hecho, el 27 de mayo el parlamento aprobó la ley N° 20.508 que legalizaba lo obtenido por la acción directa de las masas.

La justicia burguesa los había condenado y la justicia popular los liberaba. Es que los jueces de la burguesía poseen un solo ojo, como aquellas viejas brujas de la mitología griega, y siempre lo apuntan abajo y a la izquierda, para condenar a quienes se rebelan contra el sistema. Parecen ignorar que la emancipación de los esclavos es la más justa de las causas, que es moralmente intachable y que, en razón de ello, la historia siempre absuelve a quienes el sistema criminaliza por luchar. En los ´70, para los revolucionarios que superpoblaban las cárceles se volvió urgente recuperar la libertad. Cabe recordar que, como ocurrió en Trelew, agosto de 1973, muchas veces se frustraron las tentativas de fuga y fueron demasiadas las compañeras y compañeros asesinados por la represión, Quisiera remarcar las claras diferencias que exiten entre las operaciones de fuga y el episodio del rescate de los presos en Villa Devoto. Mientras que las primeras sn una función de la inteligencia, capacidad y audacia de las organizaciones guerrilleras, la segunda dependió exclusivamente del movimiento popular, de su desarrollo subjetivo, del grado en que el movimiento de masas había hecho suyas las banderas de la revolución. Dado que es mucho más que una fuga de presos políticos, Villa Devoto inspira a reflexionar sobre la concepción de la lucha revolucionaria. En primer lugar porque fue el pueblo organizado que, en abierto desacato al poder burgués, en uso de su independencia y voluntad, gestó esa acción de nítido carácter insurreccional. En segundo lugar, porque es un ejemplo paradigmático de un principio fundamental de la teoría: el movimiento revolucionario debe acompasar su andar a la profundidad conque se desarrolla la subjetividad popular, la capacidad de los trabajadores para responder a los ataques del capitalismo y tomar consciencia de la necesidad de emanciparse. Bajo pena de aislamiento, los revolucionarios no pueden excederse en la velocidad conque desarrollan la violencia revolucionaria. Allí donde la lucha del guerrillero se hizo lucha insurreccional de todo el pueblo, se logró derrocar dictaduras como la de Batista en Cuba o, como ocurrió en Vietnam, aniquilar los más poderosos ejércitos imperiales. En cambio, otras luchas fracasaron al quedar encerradas en el marco estrecho del enfrentamiento del aparato guerrillero contra el aparato policíaco militar del Estado. Creer que los cambios en el balance de fuerzas dependían de los cambios en su poder de fuego, fue un error conceptual muy común en las organizaciones guerrilleras del sur del continente americano.

La Huelga General del 27 de junio de 1973, deja en evidencia que los tupamaros también caímos en ese grueso error. Cuando los mandos militares, que ya eran dueños del poder ejecutivo, disolvieron el parlamento, la respuesta del pueblo trabajador fue inmediata y a iniciativa de las organizaciones de base. No en vano durante casi una década se venían debatiendo las medidas de lucha en caso de golpe de estado. Los obreros ocuparon las fábricas, los estudiantes hicieron lo mismo con los centros de estudio y, en los barrios, los vecinos desarrollaron una intensa actividad de solidaridad y resistencia. Quince días duró la protesta generalizada que dejó a la dictadura sin espacios para conquistar apoyos populares. Fue un momento estelar de la lucha popular. Las masas despertaron de su siesta, se levantaron contra la clase dominante y marcaron para siempre la historia del Urguay. En buena parte el fenómeno fue influído por el mensaje ideológico que transmitió la acción guerrillera en la década previa. Quienes sustentamos una intención revolucionaria, deberíamos vivir al acecho de esos instantes en que los pueblos deciden escribir sus propias páginas.

El problema de hacer la revolución se resuelve en la medida que cada gesto, cada actitud o cada acción de los revolucionarios logra influir la sensibilidad y la inteligencia de las mujeres y los hombres que harán la revolución. La cuestión es cómo transformar la teoría revolucionaria en saber popular y acción de masas. Aunque sabíamos de estos principios, los tupamaros ponderamos la coyuntura en función de la cantidad de militantes, locales, clandestinos y armas que teníamos organizados a principios de los ´70. Corrimos a una velocidad mayor que la del desarrollo en consciencia, estado de ánimo y voluntad de los asalariados. Cuando el pueblo salió a dar batalla en las calles, el movimiento guerrillero no pudo acompañarlo con todas sus fuerzas, porque el esplendor del aparato militar tupamaro ya había pasado.

Tampoco las fuerzas reaccionarias creyeron en la capacidad del pueblo para la auto-liberación. Confiaban en terminar para siempre con las ideas revolucionarias mediante la tortura, la violación, el asesinato y la desaparición forzosa. No se percataron de que la organización revolucionaria es apenas una expresión y un momento de la lucha por la emancipación de la clase. En su soberbia, luego de derrotar a las guerrillas se ensañaron con los más humildes, los forzaron a sufrir las consecuencias más violentas del capitalismo y, de esa manera, por ignorantes, recrearon las condiciones en que se replantea la violencia revolucionaria. El desprecio por la capacidad de rebelión delas masas, colocó a los militares uruguayos en idéntica situación a la del general Lanusse y, luego de doce años de dictadura, debieron negociar una salida elegante hacia formas tuteladas de democracia, condicionadas por supuesto al mantenimiento de la impunidad para sus crímenes.

Es un hecho indiscutible que la semilla sembrada por el guerrillero asesinado en Yuro se reprodujo en el corazón de centenares de miles de mujeres y hombres. Junto a la justicia de la causa, el arma fundamental de Ernesto Guevara fue el mensaje ético y moral que logró transmitir y que no ha podido ni podrá ser borrado de la memoria colectiva. El fenómeno Ché Guevara enseña que la conducta individual también es una forma muy importante de influir en la subjetividad de los pueblos. Anticipar en ella el altruismo, la solidaridad, la igualdad entre las personas, la entrega generosa al colectivo social, la firmeza en sus convicciones y los demás valores que caracterizarán las relaciones humanas del futuro. De nada vale la construcción de la organización más efectiva, disciplinada y profesional, mientras sus integrantes continúen transmitiendo los valores y la filosofía de vida del capitalismo. Como a Judas, la historia sólo recuerda a los arrepentidos para aborrecerlos. En cambio, las vidas ejemplares de los revolucionarios iluminan este siglo del agotamiento de la democracia burguesa y están llamadas a ocupar los agujeros negros vacíos de valores y filosofía de vida. En este contexto también la cárcel ”puede ser vivida como un espacio de combate” al decir de Vicente Zito Lema. Encerrado en un aparato carcelario cuyo objetivo es la desintegración de la condición humana, la lucha es por mantener la integridad intelectual y espiritual. A pesar de vivir en la muerte, el desafío es mantenerse vivo combatiendo al poder allí donde se ejerce con mayor virulencia y crueldad. Está muerto el que acepta las reglas de juego que pretenden imponerle. El ejemplo de lucha de quienes no cedieron en sus convicciones, irradia e influye el entorno social y político. Ya se escribiendo un libro, ya sea en huelga de hambre contra la ley carcelaria de corte fascista. Erguido en los principios éticos y morales de la revolución, el preso sigue siendo un ser libre e independiente, invencible. Demuestra que por mucho que castigue a su víctima indefensa, el sistema no logra destruir su horizonte revolucionario. La victoria del preso sobre sus verdugos se transforma en símbolo de la buena nueva.

No a la ley cuyos objetivos son, en primer lugar, asegurar la destrucción física y espiritual de los presos y, en segundo lugar, infundir miedo a quienes tienen la voluntad de luchar contra el capitalismo.

Un abrazo fraterno, Dimitris, por hacernos un lugarcito en tu trinchera y por todo lo que estás haciendo por nosotros.



Jorge Zabalza

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. *Dimitris Koufodinas nació en 1958 en un pueblito tabacalero del norte de Grecia. En 1972 la migración interna transformó la familia campesina en trabajadores industriales en Atenas. Terminó la secundaria en Exarheia y comenzó estudios universitarios en la carrera de Economía en la Escuela del Derecho de la Universidad de Atenas. Las necesidades de la lucha y la clandestinidad no le permitieron graduarse. Se concretiza políticamente el gran momento de la insurrección popular del 17 de Noviembre del 1973. Su trayectoria política empieza en el movimiento clasista de la transición, en 1977 se pone en contacto con el trabajo clandestino, en 1981 llega a la estación grande de la Organización Revolucionaria 17 Noviembre y en 1985 pasa a la clandestinidad. En 2002, después del golpe que sufrió la organización, decide salir de la clandestinidad para defender el honor de la organización y sus valores revolucionarios que se envilecían por las delaciones y el vacío del silencio. Hoy en día lleva 12 años encerrado en aislamiento en la Unidad Especial del complejo carcelario Koridalos, condenado 11 veces en cadena perpetua y, además, unos cuantos millares de años de encarcelamiento. Se mantiene siempre activo políticamente a través de sus escritos e intervenciones. Ha traducido varios libros. Escribió su autografía “Nacido el 17 de Noviembre” , cuya presentación se realizó el 27 de junio en un aula de la Facultad de Derecho. Las más de 700 personas que llenaron el salón aplaudieron una intervención vía telefónica del autor que estaba haciendo la huelga de hambre. De inmediato hablaron Nikos Giannopoulos, el compañero que escribió el prólogo del libro y Aggeliki Sotiropoulou, esposa de Dimitris. En tercer término participó Maurizio Ferrari, compañero que fue fundador de las Brigadas Rojas y estuvo treinta años preso; luego de su testimonio sobre la lucha guerrillera en Italia, me tocó el turno para exponer las ideas que reproduzco en el presente artículo.

EN GRECIA, LA LUCHA CONTINÚA



Cuando  llegamos a Atenas sentimos que no habíamos salido del Tercer Mundo. Se respiran miseria y desesperanza. Un 20% de los griegos está por debajo de la artificial y manida “línea de pobreza” y otro 20% de ellos todos los días resbala un poco más abajo por el tobogán.  Un tercer 20% hace ingentes esfuerzos para mantenerse fuera del pozo y es pan comido para la derecha que gobierna y los fascistas del “Amanecer Dorado”. Las ruinas del Partenón auguran las ruinas que vendrán: el afán de lucro no tiene piedad y destruye los productos más maravillosos de la industria humana.
El actual destrozo es el resultado de la ofensiva burguesa desatada para expropiar la masa salarial que el “Estado de Bienestar” había repartido entre los trabajadores. Los indignados intentaron resistir el feroz ataque a su poder adquisitivo y, desde el 2009, se adueñaron de las calles y las plazas. Allí, en los espacios libres de opresores, además de enfrentar a las fuerzas del poder,  recrearon nuevas y experimentales formas de la vieja democracia de los esclavos, la democracia de los sometidos, del abajo que se mueve con esperanza. Cuando el Estado Griego amenazaba con quebrar y entrar en “default”, el Fondo Monetario y el Estado Alemán acudieron en su auxilio e hicieron entender al pueblo griego que las políticas de recorte y austeridad eran asunto de la Unión Europea en su conjunto. Sumada al cansancio de meses de lucha, el despliegue de fuerzas por un enemigo tan poderoso provocó el repliegue de las movilizaciones y las luchas que habían despertado expectativas en el mundo revolucionario de América Latina.
Se abrió entonces la posibilidad de rechazar la intervención europea mediante una salida electoral y ello hizo crecer la Coalición de la Izquierda Radical, cuya sigla en griego es SYRIZA, que logró salir victoriosa en las elecciones del parlamento europeo con un 26,5% de los votos emitidos. Cabe señalar que el programa de SYRIZA postula cambios muy profundos, que van desde suspender el pago de la deuda externa y aumentar al 75% el impuesto a la renta de los que perciben más de medio millón de euros anuales, hasta la nacionalización de la banca y los servicios públicos, el retiro de las bases militares yanquis de territorio griego y salir de la OTAN. Frente a la tibieza espantosa del “progresismo” latinoamericanas, los propósitos del SYRIZA adquieren ribetes revolucionarios, en verdad ni siquiera en Venezuela se están tomando medidas tan anticapitalistas como las que propone la coalición griega. Sin embargo, en la medida que la fractura social es tan profunda como la violencia del ataque a los derechos y libertades, también está en debate la cuestión de la violencia revolucionaria, que para muchos militantes aparece como una forma de lucha justa, cuya práctica puede ser comprendida por sectores bastante amplios del pueblo organizado. 
  
Como no confía que la pausa en las movilizaciones vaya a durar mucho, el sistema de poder buscó nuevos instrumento para combatir al “enemigo interno”. En los ´60 latinoamericanos se había recurrido a los golpes militares pero, al parecer, en la lucha de clases del primer cuarto de siglo XXI todavía hay espacio para emplear las armas jurídicas. Tanto en Grecia y España, como en América Latina. Apoyado por el PASOK, que dijo ser “progresista” durante medio siglo,  el gobierno de derecha presentó al parlamento un proyecto de ley brutalmente represivo. La nueva ley carcelaria que el parlamento griego tal vez apruebe en esta semana, contiene normas que preparan el terreno para el terrorismo de Estado…a los uruguayos nos recuerda aquella ley de “seguridad del Estado” de los ´70, la medida que legalizaba el empleo ilegítimo de la fuerza pública, es decir, las violaciones de los derechos humanos. En el parlamento y en la opinión pública es importante el que SYRIZA, como postula  “garantizar los derechos humanos en los centros de detención de inmigrantes”, se oponga frontalmente a la ley.
Cuatro mil quinientos reclusos de los doce mil encerrados en  las cárceles griegas salieron al cruce de la ley fascista con una huelga de hambre. Sienten que a pesar de estar privados de su libertad y de haber delinquido, no han perdido sus derechos. Entre ellos están los veinticinco compañeros a quienes niegan su condición de presos políticos para desconocer la finalidad con que transgredieron las leyes burguesas. La huelga de estos últimos es a fondo: no sólo se están privando de comer sino también de ingerir otros líquidos que no sea agua. Llevan diez días de huelga. Están al límite. Pudimos comunicarnos con Dimitris Koufondinas, uno de los más conocidos huelguistas, y quedamos muy preocupados por el estado de su salud; también lo está la comisión de médicos que visitaron las cárceles para interesarse por los presos en huelga. La situación ha despertado múltiples solidaridades: 700 personas abarrotaron el aula de la Facultad de Derecho donde se presentó la autobiografía escrita por Dimitris (“Nacido el 17 de Noviembre”). La Red para la Acción Política y Social es una de las varias redes y agrupaciones que apoyan con su militancia la lucha de los presos políticos. El sábado 28 participamos en la marcha solidaria que recorrió el centro de Atenas y manifestó su protesta frente al edificio del Parlamento. Tanto los uniformes, cascos y escudos policiales, como la actitud de sus portadores no se diferencian en nada de lo que vemos habitualmente en los represores de la policía “progresista” de Uruguay, Brasil, Chile y  Argentina.
El propósito de estas breves líneas es informar y denunciar sobre la situación de los compañeros presos en Grecia, enmarcándola en un somero resumen del contexto social y político. Nos prometemos abundar sobre los mismos temas con futuros envíos.  

Veronika Engler y Jorge Zabalza  




1 comentario:

  1. Arriba compas Zabalza y Erica.!!!! Gracias por todos los articulos siempre son al dia, y con visiones de futuro.
    Ya comente una vez, Zabalza vi tu retrato con el retrato del Che en una zapateria arabe en el Cercano Oriente. En Jerusalen, el arabe decia en ingles, "Si hubieran judios justos como Zabalza hoy seriamos 2 estados judio y palestinos unidos sin diferencia. Opa!!!!
    Despues con su mano acaricio tu retrato y el del Che y de Arafat. Dijo, larga vida a Zabalza.!!!! Opa!

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