“Tuve que matar y maté, y no me arrepiento”, dijo el coronel (r) Gilberto Vázquez ante un Tribunal de Honor en 2006
27 de agosto de 2020 · Escribe Ignacio Martínez
El ex militar confesó torturas y el “segundo vuelo”, según revelan las actas que recién hoy ven la luz a raíz de un pedido de acceso a la información pública de Madres y Familiares de Desaparecidos
“Yo era un soldado e hice lo mejor que pude; tuve que matar y maté, y no me arrepiento. Tuve que torturar y torturé, con el dolor en el alma, y me cuesta muchas noches dormir acordándome de los tipos que cagué a palo, pero no me arrepiento”. Así habló el coronel retirado Gilberto Vázquez ante un Tribunal de Honor militar en 2006, según las actas a las que accedió la diaria. El documento fue entregado por el Ministerio de Defensa a la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos por un pedido de acceso a la información pública.
Vázquez integró el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA) durante la dictadura. Fue condenado a 25 años de prisión por delitos cometidos en el marco del Plan Cóndor –28 casos de homicidios especialmente agravados– y a 30 años por participar en el secuestro y desaparición de María Claudia García, madre de Macarena Gelman. Actualmente, con 75 años, Vázquez cumple prisión domiciliara en el departamento de Rivera.
En 2006 el coronel retirado fue citado ante un Tribunal de Honor luego de fugarse del Hospital Militar, y de esa comparecencia son las actas a las que accedió Familiares. Allí el militar retirado confesó que fue al Hospital Militar “no por dolencia” sino para escaparse. “Lo llamé al médico, como ya había pasado otras veces. Lo empaqueté: le dije los mismos síntomas por los que otras veces me habían internado. Cuando el tipo me ve, ya es una rutina, y se lo dije con la idea de que me internara. Fue premeditado como acto preparatorio”, sostuvo.
Ante esto, uno de los militares del Tribunal de Honor le preguntó si entendió que con la “repercusión periodística” de la fuga logró “su objetivo”, y contestó que están “mejor” porque “por lo menos hay otra campana”. “Estamos en el centro pero estamos en otra campana. Ahora no dicen ‘ejecutar’, dicen ‘asesinar’, nos dicen ladrones y nadie dice nada. Entonces, yo ahora estoy diciendo ‘no, señor, es la verdad: nosotros ejecutamos’, no asesinamos, que son cosas muy diferentes. Nosotros no torturamos; nosotros apremiamos porque no había más remedio; el mínimo imprescindible para sacar la verdad, porque no había otra forma de combatir, y estoy orgulloso de lo que hice”, sostuvo.
Luego Vázquez dijo que estaba “contento” de estar en un Tribunal de Honor, porque siempre andan con “gregre” y les dicen que son “ladrones, asesinos e hijos de puta”, pero en realidad los militares se “rompieron el culo”, dejando a “los camaradas muertos” y a “las viudas y los muertos tirados ahí”, y se “callaron la boca”. Después se refirió a la Comisión para la Paz, creada en el año 2000 por el presidente de entonces, Jorge Batlle, para buscar la verdad sobre los desaparecidos.
“Lo peor fue la Comisión para la Paz, porque no hubo ninguna versión nuestra, fueron dos o tres traidores a declarar por las de ellos, pero el Ejército no dijo nada. Entonces, vamos a quedar para la historia y le enseñan a mis nietos que yo era un asesino, y yo no soy un asesino ni un hijo de puta”, expresó. Luego dijo lo que está en el párrafo con el que empieza esta nota.
”Si algo sale mal, te vas para arriba”
Entre tantas cosas que dijo ante el Tribunal de Honor, Vázquez señaló que tuvo relación con el caso de Adalberto Soba, militante del Partido por la Victoria del Pueblo que fue secuestrado el 26 de setiembre de 1976 en Buenos Aires, y continúa desaparecido. “Yo tuve que ver con el caso Soba, estuve prácticamente dos años trabajando en la Argentina. Tengo que ver con el segundo vuelo, con el primer vuelo, con casi todas las cosas que pasaron allá, menos la Gelman. Esas porquerías no las hubiera permitido de ninguna manera. No hubiera permitido de ninguna manera esa porquería”, dijo Vázquez.
En otra parte, siguiendo con el caso Gelman, el militar retirado dijo que “no fue una operación militar”, que hicieron “mucha cosa” pero “esa porquería” no, y agregó: “El caso Gelman, no sé para qué carajo la trajeron, porque argentino que agarrábamos lo mandábamos para allá; uruguayo que agarrábamos que servía, que le podíamos salvar la vida lo traíamos para acá y sino arriba, y algún otro trajimos”.
Vázquez también dijo que “las cosas no se manejan militarmente así nomás”, y puso como ejemplo que en 1989 la “junta de generales” tuvo información de que iban a “haber atentados”. Por lo tanto, decidieron tener “una respuesta oficial”, y lo mandó a buscar un general en nombre de esa “junta”, al que Vázquez le dijo: “Bueno, vamos a ponernos de acuerdo con los nombres porque esto acá no se puede hacer, no me pueden dar la orden. Me parece muy bien, pero el tema es que si ya estamos a esa altura hablando bien claro, si algo sale mal yo voy en cana por autor material y usted por autor intelectual porque el Comandante en Jefe esto no lo puede bancar. La única forma, nos ponemos de acuerdo con los nombres y hacemos una cosa por convencimiento, porque no hay otra manera”.
Entonces, según Vázquez, “se marcaron cuatro objetivos”: Eleuterio Fernández Huidobro, León Lev, Hugo Cores y otro que en el momento de declarar ante el Tribunal de Honor no recordó quién era, y añadió: “Entonces, los empezamos a marcar a todos en la calle, al final nos saludaban, y al Ñato Fernández Huidobro, que yo tenía conocimiento profundo, le dije: 'Mirá, Ñato, si algo sale mal, te vas para arriba”.
Por último, el coronel retirado fue consultado por el Tribunal de Honor sobre lo que iba a hacer luego de fugarse: “Usted dijo que iba a comunicarse con la prensa, cosa que no podía realizar por su compromiso verbal con el Comandante de la División de Ejército 1”. A lo que Vázquez contestó: “Y además para ejecutar gente, para matar gente, entre ellos el señor Presidente de la República”, que por entonces era Tabaré Vázquez.
>>> Las actas del horror
>>> Las declaraciones de Gilberto Vázquez ante el Tribunal de Honor militar en 2006
El 26 de julio de 2006, el excoronel Gilberto Vázquez admitió ante un Tribunal de Honor que el Ejército ejecutó prisioneros, torturó y operó en Argentina para capturar uruguayos que fueron trasladados en “vuelos” a Uruguay.
“Nosotros ejecutamos, no asesinamos que son cosas muy diferentes. Nosotros no torturamos, nosotros apremiamos porque no había más remedio, el mínimo imprescindible para sacar la verdad, porque no había otra forma de combatir y estoy orgulloso, de lo que hice”, declaró Gilberto Vázquez, que hoy guarda prisión domiciliaria en la ciudad de Rivera condenado por 28 homicidios correspondientes a uruguayos capturados en Argentina.
“Tuve que matar y maté y no me arrepiento. Tuve que torturar y torturé con el dolor en el alma y me cuesta muchas noches dormir acordándome de los tipos que cagué a palo, pero no me arrepiento”, declaró en otro pasaje de sus declaraciones.
Las declaraciones se conocieron gracias a un pedido de acceso a la información pública que la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos hizo al Ministerio de Defensa Nacional, solicitando tener acceso a las actas de todos los tribunales de honor realizados a militares acusados de actos de represión en el gobierno de facto.
A continuación, el acta completa de su declaración:
Declaración de Gilberto Váz... by El Observador
Viejas confesiones de un represor vuelven a poner el foco en omisiones de tribunales de honor y gobierno del FA
Otra vez un Tribunal de Honor. Otra vez crímenes atroces de la dictadura. Otra vez un represor que confiesa lo que negó en la Justicia. Otra vez una denuncia que no se hizo. Otra vez una homologación por parte del presidente Tabaré Vázquez. Otra vez una información que quedó oculta.
A muy pocos días de que se someta a votación el pedido de desafuero contra Guido Manini Ríos por no denunciar las declaraciones de José Nino Gavazzo ante un Tribunal de Honor del Ejército, la película parece volver a repetirse con la divulgación de unos dichos del represor Gilberto Vázquez, en los que confiesa haber torturado, ejecutado y participado del segundo vuelo.
Los dichos de Vázquez, realizados el 26 de julio de 2006 días después de fugarse del hospital Militar, fueron hallados por la organización Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos a partir de un pedido de acceso a la información ante el Ministerio de Defensa. Este viernes, en conferencia de prensa, la organización divulgará las actas completas junto a informes en los que se detallan la información que allí aparece, así como las preguntas que se generan.
Ignacio Errandonea, integrante de Familiares, dijo a El Observador que les “sorprendió” encontrar confesiones tan novedosas de Vázquez y que se hayan mantenido ocultas estos años. De todas formas, adelantó que no quiere adjudicar responsabilidades “a priori”.
“Nosotros sabíamos que estaba ese tribunal de honor pero siempre supusimos que el interrogatorio se había restringido al suceso de la fuga y que por eso no había salido nada interesante”, afirmó.
Según la visión primaria de Familiares, las actas demuestran “ante todo” la “complicidad de los actuales mandos” en el “ocultamiento” de la verdad sobre los hechos acaecidos en dictadura. “Es importante hacer notar los silencios: no solo lo que dice Gilberto Vázquez sino lo que callan los generales del tribunal, o más bien lo que no quisieron escuchar”, argumentó.
Sobre las omisiones del mando civil –el gobierno de aquel entonces– Errandonea dijo que en el trámite administrativo, el resumen que eleva jurídica “no tiene nada” de las confesiones del represor. "¿Fue engaño al ministerio o informaron todo? No lo sé. Es parte de las preguntas que quedan por responder”, comentó. “Nuestro interés fundamentalmente es difundir y que esta información llegue a todo el mundo”.
Además de la declaración de Vázquez, El Observador accedió al expediente administrativo del Ministerio de Defensa. Allí consta que ni el entonces comandante en Jefe del Ejército, Carlos Díaz ni la Asesoría Letrada de la Secretaría de Estado formularon observaciones al procedimiento.
El 25 de setiembre de 2006, luego de que hubieran culminado su labor el Tribunal de Honor y el Tribunal de Alzada, Díaz elevó un escrito a la ministra Azucena Berrutti en el que decía compartir "el fallo emitido, no teniendo observaciones que formular".
Dos días después, la doctora Sylvia Usher, jefa de la Asesoría Letrada del ministerio, derivó a la ministra un informe elaborado por la funcionaria Nelly Méndez en el que se resumía toda la actuación. Allí no hay mención a las confesiones de Vázquez.
En la conclusión, Méndez señala que "no tiene observaciones que formular, por lo que estima se estaría en condiciones de proceder a su homologación administrativa.
La resolución firmada por Tabaré Vázquez y Azucena Berrutti llegó un día después, el 28 de setiembre de 2006, descalificando al represor por "falta gravísima" pero sin dar cuenta de los delitos confesados.
Elena Zaffaroni, también integrante del colectivo, se reunió este jueves con la vicepresidenta Beatriz Argimón y le entregó la documentación. La presidenta de la Asamblea General la derivó "en forma urgente" a la comisión especial de Derechos Humanos del Senado.
Por su parte, el ministro de Defensa Javier García le trasladó toda la información al fiscal de Corte Jorge Díaz. "Nos pusimos a la orden para ampliar información que se requiera y que pudiera estar en el ministerio", escribió en Twitter.
"Derivaciones"
Ante las graves confesiones de Vázquez, los integrantes del tribunal le solicitaron que se limitara a explicar los motivos de su fuga. Pese a que el represor dijo, entre otras cosas, que había realizado ejecuciones y torturas, que había participado en el caso de Adalberto Soba –hasta hoy desaparecido– y que había tenido que ver “con el segundo vuelo, con el primer vuelo y con casi todas las cosas que pasaron allá (en Argentina)”, las preguntas de los generales que lo interrogaron versaron desde por qué acudió a la prensa para hacer declaraciones hasta si su deslucido aspecto al momento de la detención no había afectado el honor del Ejército.
“El tema es el siguiente. Usted quizás haya evaluado en el momento de su detención la imagen que le transmitió a la población en general con respecto a su presentación física, ¿usted entiende que eso le hace bien a la institución?”, fue una de las preguntas de los integrantes del tribunal.
“Eso fue una gran cagada, pero no fue lo que yo quise, me salió mal”, dijo Gilberto Vázquez.
En otra instancia, uno de los generales dice: “nos estamos derivando, el problema nuestro, como se lo dijimos al principio, es ver la materialización de la fuga estando para nosotros detenido a cargo del Ejército”.
“Mi coronel, yo lo escucho, es decir todo eso que usted está diciendo, indudablemente usted tiene más conocimiento que yo de eso, el tema es que nosotros en el día de la fecha, yo fui designado hace dos días para integrar el Tribunal, es una tarea que puede ser agradable o ingrata, pero es una tarea que me encomendaron a mí. El tema es que yo tengo que juzgar un hecho específico que el señor comandante en Jefe me dispuso que yo tratara (…) Nosotros estamos acá para analizar el hecho de una huída, en determinadas condiciones que tuvo determinados efectos para la institución. Estamos hablando del año 2006”, dijo otro de los integrantes del tribunal, luego de que Vázquez hablara de planificaciones de atentados políticos en 1989. Entre las objetivos “marcados” estaban los dirigentes de izquierda Hugo Cores, León Lev y Eleuterio Fernández Huidobro, según relató.
Al principio de la declaración de Vázquez, uno de los generales del tribunal le recordó que el artículo 77° del Reglamento de los Tribunales de Honor establece que cuando se intervenga en cualquier asunto en el que exista “presunción de un delito, común o militar, el presidente comunicará de inmediato al superior que corresponda, suspendiendo las actuaciones del tribunal hasta tanto el superior se pronuncie”.
Eso ocurrió luego de que el represor dijera: “¿Por qué me fui? Es medio largo, pero si quieren se los cuento, esto no va al Poder Ejecutivo, esto queda acá”.
Vázquez, que negó en la Justicia haber participado del segundo vuelo y estar involucrado en el caso Soba, dijo en otro momento: "El hecho del Tribunal de Honor me interesa, porque aquí tengo la oportunidad de decir las cosas como son y ustedes juzgarán y el Ejército juzgará. Y si el Ejército me cuelga, perfecto".
"Mi Coronel: no estamos juzgando sus cuarenta años de servicio", contestó uno de los generales.
En otro momento, Vázquez dijo que tuvo como "cliente" al hermano del entonces presidente Tabaré Vázquez (Jorge Vázquez) y que creía que uno de los integrantes del tribunal también. "Cuando dice cliente no se refiere a que hacían negocios juntos. Habla de prisioneros torturados", acota Errandonea.
"Quiero decir las cosas como son, porque en la prensa tengo que decir las cosas por la mitad y tengo un veneno adentro. Yo combatí lo mejor que pude y nunca ni el enemigo me reclamó nada y ahora el Ejército me dice que tengo que ir por ocho años preso. ¿El Ejército me va a entregar preso a quién? Porque ni siquiera el Frente Amplio me está jodiendo, porque los tupa' no están jodiendo, los grupos moderados no están jodiendo. Es el grupo del hermano de Tabaré (Jorge Vázquez), el PVP que no sacaron ni un diputado, esos son los que están complicando la cosa y el Ejército me dice que tengo que ir el resto de mi vida preso por esos tipos? ¿Y quiénes son los que me quieren preso? El hermano de Tabaré que fue cliente mío, creo que suyo también, ahí entonces la cosa me cambia totalmente las reglas de juego. Yo vengo para que los camaradas y el Ejército se puedan manejar", afirmó el represor ante el Tribunal.
La entonces ministra Azucena Berrutti, que homologó el fallo junto a Tabaré Vázquez y hoy tiene 91 años, dijo no recordar el caso. El Observador intentó contactarse con el entonces subsecretario de Defensa José Bayardi, quien no respondió los mensajes ni los llamados.
La conferencia de prensa de Familiares es este viernes a las 12:30 horas en la sede de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU).
>>> Las actas demuestran que hay un pacto de silencio
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