Jose Morales Brum
Fue expulsado de España tras ser acusado de protagonizar hechos
violentos en una manifestación pública. Él afirma (y los medios de
Canarias también) que tales hechos violentos no existieron. Denunció a
un jerarca público por difamación y le comenzó un juicio a fines de
mayo, pero nunca se pudo presentar al juzgado porque ya estaba en
Uruguay tras ser expulsado. Su documentación enviada desde España se
perdió en el camino. Vino esposado como un delincuente de alta
peligrosidad, y denuncia que no se siguió el debido proceso para la
expulsión.
Allá dejó a una hija de cinco años, una esposa y su trabajo como
técnico metalúrgico. Acá vive como puede en la casa de familiares
mientras la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados se
prepara para estudiar el caso.
Hoy en Uruguay vive un calvario, un exilio en su propia patria, sin
trabajo, ni dinero. El técnico metalúrgico José Gervacio Morales Brum,
estuvo en el aeropuerto de Carrasco el 21 de junio tras algunos minutos
sin saber qué hacer, después de pasarla Aduana, y tras ser entregado por
dos oficiales españolas a los de Interpol Uruguay. En su pasaporte solo
veía el sello de entrada en la aduana uruguaya “Solo tengo el sello de
entrada, allá no pasé porla Aduana, me sacaron clandestinamente” indicó
aLA REPÚBLICA José Morales. Tampoco en su pasaporte se indica que haya
sido expulsado de España.
En la zona de llegada, revisó sus bolsillos y sólo tenía tres euros.
En una carpeta traía algunos documentos que le fueron entregados cuando
bajó del avión y una única muda de ropa: la puesta. De pronto, un hombre
se le acercó y le dijo que conocía su historia. Se trataba de un
español radicado en Uruguay que se enteró por la prensa lo que le estaba
ocurriendo al uruguayo. José Morales es un militante del Partido
Comunista del Uruguay, un trotamundos que estuvo en Chile y en España.
Allá, dejó una hija de cinco años de edad. Eso demuestra su arraigo con
aquel país. También quedó su pareja que durante varias horas no supo
dónde estaba cuando comenzó “de apuro, el proceso para sacarme de
España”. También “dejé mucha militancia social, por las causas que yo
entiendo que son justas defender”.
El drama del pueblo saharauí (foto de José Morales Brum)
Un militante
Morales se declara un militante de las causas justas. Acá,
establecido pero sin una respuesta final a su situación fue entrevistado
porLA REPÚBLICAtras su expulsión de España el pasado 20 de junio. “Soy
un uruguayo que cumplió diez años de residencia en Islas Canarias,
Lanzarote”. Toda su documentación estaba en regla al momento de ser
expulsado, documentación que mostró al ser entrevistado. Ni bien llegó
allí, a Lanzarote, comenzó a ser militante en el Sindicato Obrero
Canario. En Uruguay “he recibido un gran apoyo del PIT CNT que ha
tratado el tema y ha comunicado su preocupación por el caso”. El
dirigente Juan Castillo (PIT CNT) mantuvo una reunión semanas atrás con
el embajador de España en Uruguay. Según José Morales “él –el
embajador-, dijo que yo no tengo una hija en España, y eso es mentira”.
Morales mostró la documentación que demuestra que “sí tengo una niña de
cinco años de edad”.LA REPÚBLICAintentó sin éxito comunicarse con el
embajador de España en Uruguay.
El inicio del caso
En enero, a Morales le abrieron un expediente de
expulsión de España que, según lo demuestra la documentación
proporcionada a LA REPÚBLICA, la Justicia archivó. El expediente se
abrió tras una manifestación pública y pacífica en la cual Morales notó
que un funcionario policial tomaba fotografías. Morales fotografió
posteriormente al funcionario policial (que se identificó como tal una
vez que sacó un arma de su cintura y apuntó al público, según narra
Morales). El policía denunció a Morales.
Días después, una manifestación en contra del otorgamiento de
permisos a la empresa Repsol para la explotación de afluentes terminó
“pacíficamente, sin ningún incidente, tal como fue demostrado enla
Justiciapor las cámaras de televisión” pero “nos llegó a seis
manifestantes una citación que terminó en una multa”, narra el
entrevistado. A Morales lo multaron con 400 euros y a los otros cinco
con 300 euros. Después de eso, como medida cautelar Morales tenía que ir
cada quince días a la comisaría a firmar su presencia. En el medio, el
21 de mayo se le había comunicado que tendría sesenta días más antes de
la expulsión y que tenía derecho a presentarse al Tribunal de lo
Contencioso Administrativo para pedir que se revoque la decisión. No
pasaron los sesenta días. El 12 de junio fue a firmar su presencia a la
comisaría y se le comunicó de su expulsión inmediata. “Ahí pedí que se
notificara a mi abogado y que se le avisara a mi compañera”.
La historia después es conocida. “Me trasladaron a Madrid como un reo
peligroso, esposado con las manos atrás”. Luego fue subido a un avión
con destino a Montevideo. Iba acompañado por dos oficiales policiales de
España. “Todo después de haber pasado por los calabozos, y de ir con
dos arneses en las muñecas arriba del avión sin poder moverme”.
Actualmente vive en la casa de unos familiares. “Pero no tengo nada, no
sé qué pasará conmigo en el futuro, y extraño a mi hija”.
Un paquete que nunca llegó
El paquete número 129 de España salió con normalidad del correo de
aquel país. “Llegaron los paquetes enviados el 18 de junio para otros
destinos con normalidad, menos el que tiene toda mi documentación,
papeles, discos y demás”. Explicó Morales. LA REPÚBLICA no pudo
conseguir respuestas en el Correo Uruguayo sobre la desaparición del
paquete 129. Morales sospecha de esta situación ya que “por lo general
los paquetes llegan todos en tiempo y forma”.
Una denuncia que no se concretó
El 27 de mayo, Morales denunció a un funcionario público del gobierno
en Las Palmas, por difamación contra él. En una nota de prensa
facilitada a LA REPÚBLICA por Morales, se explica que “el pasado día
miércoles 23 de mayo, el sub delegado del gobierno en Las Palmas
comparecía ante los medios de comunicación para informar la confirmación
de la orden de expulsión en contra del activista uruguayo, orden
dictada por esa entidad gubernativa y comunicada a Morales el día lunes
21 de mayo, hecho inédito dado que no es habitual que la Administración
comunique este tipo de expedientes a la prensa y menos aún mediante una
comparecencia personal de un subdelegado del gobierno”. Se agrega que
“en esta comparecencia el subdelegado del gobierno ha develado de que
sobre el activista uruguayo pesa una denuncia por malos tratos y una
orden de alejamiento, hecho que Morales denuncia que son totalmente y
completamente falsos”. Tras estas declaraciones, Morales le inicia una
denuncia penal al funcionario Luis Molina González. “Lo raro de mi
expulsión es que fui citado a confirmar mi denuncia, pero resulta que ya
estaba en Uruguay, expulsado” explicó Morales.
martes, 24 de julio de 2012
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http://www.voltairenet.org/La-guerra-secreta-en-Espana
ResponderEliminarHasta donde llegan los tentáculos de la mafia ?