. Ruta 15 al Chuy 19 set 2014
Ruta 15 antes del empalme
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INUNDACIONES
El desamparo de los evacuados
Ana Pedraja no pudo sacar nada del
interior de su vivienda. Tuvo que salir con el agua a la altura del
pecho. La crecida se llevó la pieza donde Doris Di Matei vivía con sus
tres hijas. Hace 48 horas que Carlos Rodríguez no duerme, para evitar
los robos.
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Cánepa: "el cambio climático llegó para quedarse"
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Cánepa: "el cambio climático llegó para quedarse"
estudio
Meteorólogos anticipan un futuro nefasto por el cambio climático
Aumentan las turbulencias aéreas, las
temperaturas son cada vez más extremas y olas gigantes baten los
océanos: especialistas mundiales pintaron una imagen apocalíptica del
clima en las próximas décadas, en una conferencia internacional que
concluyó este jueves en Montreal.
Para ello, los meteorólogos necesitarán usar supercomputadoras que corran algoritmos muy complejos para predecir el tiempo.
El investigador Paul Williams estudia el impacto del cambio climático en los "jetstreams" o "corrientes en chorro" usando una de estas supercomputadoras en la universidad Princeton en Nueva Jersey.
Son corrientes de aire muy rápidas situadas a una decena de kilómetros de altitud, donde vuelan los aviones de línea.
Tras semanas de cálculo, concluyó que el cambio climático amplificará la fuerza de estas estrechas bandas de corrientes de aire que giran alrededor del globo.
"De aquí a 2025, pasaremos el doble del tiempo (de vuelo) sumergidos en las turbulencias", dijo.
Actualmente, los pasajeros de los aviones comerciales sufren turbulencias una media del 1% del tiempo de vuelos, recordó Williams. Pero, advirtió, si la concentración de dióxido de carbono aumenta de forma exponencial en los próximos años, "no se sabe cómo van a reaccionar los aviones" a estas turbulentas masas de aire.
Entretanto, mar adentro, olas monstruosas pondrán en peligro los barcos de carga y de pasajeros.
"Las compañías navieras ya están enfrentándose a olas enormes", algunas incluso de 40 metros de altura, dijo Wang. Hasta hace poco, una ola de 20 metros ya era considerada excepcional.
"Esto es sólo el principio del cambio climático, porque los océanos causarán un impacto aún mayor, al liberar más calor y vapor", advirtió.
Además, el derretimiento de los hielos en Groenlandia podría resultar en un aumento de 6 metros en la altura de los océanos del mundo, aunque no es probable que esto ocurra en el siglo actual, consideró Eric Brun, investigador meteorológico del servicio meteorológico francés Meteo-France y autor de un estudio reciente sobre el tema.
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A iniciativa de la Organización Meteorológica Mundial
(OMM), una agencia de la ONU, mil científicos debatieron el futuro del
clima en la primera conferencia mundial de meteorología.
Casi 10 años después de la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto que buscó reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la pregunta ya no es si la Tierra sufrirá el fenómeno del calentamiento, sino cómo.
"Es algo irreversible y la población mundial sigue aumentando. Hay que adaptarse", dijo Jennifer Vanos, de la universidad Texas Tech.
En la primera década del siglo XXI, la temperatura media de la superficie del planeta aumentó 0,47 grados celsius. Un aumento de sólo 1 grado genera 7% más vapor de agua y, como la evaporación es el motor en la circulación de las masas de aire en la atmósfera, se puede prever la aceleración de fenómenos meteorológicos.
Los escenarios utilizados por la comunidad científica estiman un aumento de 2 grados en la temperatura media de la superficie de la Tierra para 2050.
"Las nubes se formarán más fácilmente y con mayor rapidez, y los vientos serán más fuertes", lo que causará más inundaciones repentinas, advirtió Simon Wang, de la universidad del estado de Utah.
En términos generales, según el investigador estadounidense, el alza de las temperaturas tendrá "sobre el clima un efecto amplificador como no se conoce actualmente".
Los episodios de frío intenso como el vórtice polar que se abatió el pasado invierno boreal en gran parte de América del Norte serán más marcados y extremos, así como los de calor excesivo y los períodos de sequía.
Casi 10 años después de la entrada en vigor del Protocolo de Kyoto que buscó reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la pregunta ya no es si la Tierra sufrirá el fenómeno del calentamiento, sino cómo.
"Es algo irreversible y la población mundial sigue aumentando. Hay que adaptarse", dijo Jennifer Vanos, de la universidad Texas Tech.
En la primera década del siglo XXI, la temperatura media de la superficie del planeta aumentó 0,47 grados celsius. Un aumento de sólo 1 grado genera 7% más vapor de agua y, como la evaporación es el motor en la circulación de las masas de aire en la atmósfera, se puede prever la aceleración de fenómenos meteorológicos.
Los escenarios utilizados por la comunidad científica estiman un aumento de 2 grados en la temperatura media de la superficie de la Tierra para 2050.
"Las nubes se formarán más fácilmente y con mayor rapidez, y los vientos serán más fuertes", lo que causará más inundaciones repentinas, advirtió Simon Wang, de la universidad del estado de Utah.
En términos generales, según el investigador estadounidense, el alza de las temperaturas tendrá "sobre el clima un efecto amplificador como no se conoce actualmente".
Los episodios de frío intenso como el vórtice polar que se abatió el pasado invierno boreal en gran parte de América del Norte serán más marcados y extremos, así como los de calor excesivo y los períodos de sequía.
Aviones turbulentos y olas gigantes.
Para los meteorólogos, el desafío ahora será incorporar esta "fuerza adicional" a sus cada vez más complejos modelos de predicción, dijo Wang.Para ello, los meteorólogos necesitarán usar supercomputadoras que corran algoritmos muy complejos para predecir el tiempo.
El investigador Paul Williams estudia el impacto del cambio climático en los "jetstreams" o "corrientes en chorro" usando una de estas supercomputadoras en la universidad Princeton en Nueva Jersey.
Son corrientes de aire muy rápidas situadas a una decena de kilómetros de altitud, donde vuelan los aviones de línea.
Tras semanas de cálculo, concluyó que el cambio climático amplificará la fuerza de estas estrechas bandas de corrientes de aire que giran alrededor del globo.
"De aquí a 2025, pasaremos el doble del tiempo (de vuelo) sumergidos en las turbulencias", dijo.
Actualmente, los pasajeros de los aviones comerciales sufren turbulencias una media del 1% del tiempo de vuelos, recordó Williams. Pero, advirtió, si la concentración de dióxido de carbono aumenta de forma exponencial en los próximos años, "no se sabe cómo van a reaccionar los aviones" a estas turbulentas masas de aire.
Entretanto, mar adentro, olas monstruosas pondrán en peligro los barcos de carga y de pasajeros.
"Las compañías navieras ya están enfrentándose a olas enormes", algunas incluso de 40 metros de altura, dijo Wang. Hasta hace poco, una ola de 20 metros ya era considerada excepcional.
"Esto es sólo el principio del cambio climático, porque los océanos causarán un impacto aún mayor, al liberar más calor y vapor", advirtió.
Además, el derretimiento de los hielos en Groenlandia podría resultar en un aumento de 6 metros en la altura de los océanos del mundo, aunque no es probable que esto ocurra en el siglo actual, consideró Eric Brun, investigador meteorológico del servicio meteorológico francés Meteo-France y autor de un estudio reciente sobre el tema.
Cumbre de buenos deseos
El planeta no acepta negociar: Ban Ki-moon
Sin China ni India, líderes de 120 estados se reúnen en la ONU
Unos 120 jefes de Estado, junto con ejecutivos empresariales, agrupaciones ambientalistas y otras organizaciones no gubernamentales (ONG) que se reunieron en la Cumbre sobre el Clima convocada por la Organización de Naciones Unidas, ofrecieron una larga y amplia lista de promesas. Muchos se congratularon por lo que dicen que ya lograron en sus países para bien del medio ambiente, y se sumaron al coro universal para salvar al planeta de los efectos de las políticas que muchos de los presentes promovieron durante las décadas recientes.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reiteró lo que es ahora el mantra oficial: el cambio climático es "el tema definitorio de nuestros tiempos". Más tarde, en conferencia de prensa, afirmó que ya no se trata de una "amenaza distante", sino que ya está afectando a todo el mundo, incluso a la misma sede de la ONU, pues resultó inundada por los efectos del huracán Sandy.
La cumbre de un día tuvo el propósito de dar impulso y nutrir la "voluntad política" para lograr un nuevo acuerdo global programado para 2015 que reduzca las emisiones de carbono y mantenga bajo dos grados centígrados el incremento del calentamiento, límite establecido por la comunidad científica para evitar "daños irreversibles" al planeta. Fue la primera reunión de este nivel sobre el tema en cinco años.
Ban Ki-moon afirmó que "no podemos negociar con la naturaleza", y que "corresponde a los seres humanos adaptarse". Repitió su frase de que "no hay un plan B, porque no tenemos un planeta B". Insistió en que se requieren acciones urgentes para lograr la reducción de emisiones y la "neutralidad de carbono" para frenar el cambio climático, acompañado de mayor inversión en la "economía verde", fortalecimiento de la resiliencia y la asistencia internacional para enfrentar los cambios.
Al anunciar algunos de los compromisos sobre propuestas y declaraciones emitidas aquí –desde frenar la deforestación hasta reducir las emisiones del sector de hidrocarburos y fondos prometidos que apoyen a países en desarrollo para reducir emisiones–, Ban subrayó que "estos anuncios demuestran cómo gobiernos, empresas y sociedad civil pueden trabajar juntos para reducir emisiones nocivas".
Pero esta cumbre fue rodeada por las tensiones prevalecientes entre norte y sur –expresadas explícitamente por los mandatarios de Brasil, Chile y Venezuela, entre otros–, que giran en torno a que los primeros son los más responsables del desastre anunciado, mientras los segundos son los que padecen y son más vulnerables a los efectos del cambio climático, además del debate incómodo sobre si el problema se puede abordar en un esquema en el que las principales empresas petroleras, mineras y agrarias siguen imponiendo sus intereses sobre los del planeta, y la historia ya larga de listas de buenos deseos, pero en gran medida incumplidos por las cúpulas políticas.
Aunque varios mandatarios de las principales potencias y economías estaban aquí, entre ellos el del segundo país contaminante, Estados Unidos, fue notable la ausencia (estaban representados por subordinados) de los jefes de Estado de China e India, los países número uno y tres entre los que más contribuyen al deterioro climático.
La cumbre no estaba diseñada para producir un acuerdo concreto, sino más bien para expresar intenciones, propuestas de acciones y posibles compromisos: todo para fomentar lo que se espera será un nuevo acuerdo global cuando la comunidad internacional se reúna en París el año entrante.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, declaró que “de todos los desafíos inmediatos que nos reunimos para abordar esta semana –terrorismo, inestabilidad, desigualdad y enfermedad–, sólo hay uno que definirá los perfiles de este siglo de manera más dramática que cualquier otro, y ese es la amenaza urgente y creciente de un clima cambiante”.
Prometió que su país creará nuevos y ambiciosos objetivos para reducir emisiones, continuando y acelerando los que se han puesto en marcha. Señaló que su país, en los ocho años recientes, ha reducido su contaminación de carbono más que cualquier otra nación del mundo, y que Washington otorga asistencia a más de 120 países para lograr disminuir emisiones.
Expresó, con tintes paternalistas, que Estados Unidos está dispuesto a ser líder en este esfuerzo, llamando a que "todos los países se sumen a nosotros" en esta lucha. Subrayó que "sólo podemos tener éxito en combatir el cambio climático si se suma a este esfuerzo cada nación, desarrollada y en vías de desarrollo".
China es centro de atención en este debate, como el emisor más grande de carbón en el planeta. El vicepremier Zhang Gaoli afirmó que China está logrando sus metas para reducir sus emisiones y ampliar las fuentes de energía renovable (un 24 por ciento de su capacidad instalada hoy día). Prometió que ampliará estos esfuerzos, así como que asumirá un papel responsable en el ámbito internacional, incluyendo el compromiso de duplicar sus contribuciones a un fondo "sur-sur" para el cambio climático, más 6 millones a un fondo de la ONU para asistir a países en desarrollo.
Toda esta retórica se ofreció ante el contexto de cada vez más documentación sobre la aceleración de los daños relacionados con la crisis ambiental. Un borrador del próximo informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático –entidad dedicada a informar a la ONU sobre el tema– afirma que el cambio climático ya afecta a todos los continentes y mares del mundo y que si no es frenado y mitigados sus efectos el planeta "sufrirá impactos severos, perdurables e irreversibles".
Aunque hay avances en energía renovable y otras medidas para abordar la crisis, los mandatarios, ejecutivos empresariales y hasta algunas de las organizaciones ambientalistas reunidos aquí carecen de credibilidad, ya que han logrado demasiado poco en los 25 años en que los científicos y expertos han advertido que la viabilidad ecológica del planeta estaba cada vez más en riesgo.
La evidencia demuestra que, a pesar de la retórica de hoy, los países más contaminantes no cumplen con sus compromisos anteriores –los cuales ni eran lo suficientemente ambiciosos para empezar– de reducir sus emisiones en una escala que no permita superar los dos grados centígrados en calentamiento global, según expertos.
Tal vez por eso uno de los oradores que inauguraron la cumbre no fue uno de ellos, sino el actor Leonardo DiCaprio, quien expresó: “como actor, yo simulo para ganarme la vida. Pero ustedes no. La gente hizo sentir su voz el domingo en todo el mundo y el impulso no cesará. Ahora es el turno de ustedes; el momento de responder al mayor desafío de nuestra existencia en este planeta… es ahora.”
Convenio de ayuda militar en caso de desastres naturales
Uruguay y EE.UU. actualizan acuerdo militar
Uruguay y EE.UU. actualizan acuerdo militar bilateral que está suscrito desde hace años atrás; así lo convinieron el ministro de Defensa Nacional Eleuterio Fernández Huidobro, y el secretario adjunto de Defensa para Asuntos del Hemisferio Occidental, Frank Mora, en el marco del segundo Diálogo Estratégico entre Uruguay y Estados Unidos sobre temas de Defensa, informó El País.
En la reunión, Fernández Huidobro manifestó su aprobación y subrayó la voluntad del ejecutivo uruguayo sobre extender lazos para un diálogo permanente con Estados Unidos en el área de la Defensa, identificando objetivos comunes.
Frank Mora hizo una introducción a la X Conferencia de Ministros de
Defensa de las Américas, a realizarse en octubre próximo en Punta del
Este, refiriéndose a tres puntos: Desastres Naturales, Misiones de Paz,
Seguridad y Defensa.
El Diálogo Estratégico es una modalidad instaurada en Estados Unidos
The Morning Glory cloud is a rare meteorological phenomenon consisting of a low-level atmospheric solitary wave and associated cloud, occasionally observed in different locations around the world. The wave often occurs as a amplitude-ordered series of waves forming bands of roll clouds.
ResponderEliminarhttp://en.wikipedia.org/wiki/Morning_Glory_cloud
http://www.youtube.com/watch?v=RAGS3d4i-DE