Algunos ajustes (en negrita subrayados)
Autor: William Yohai
23 de octubre de 2011.
Datos del informe del BCU sobre el endeudamiento público:
5.125 es la cantidad de millones de dólares que el gobierno debería oblar en el año que empieza mañana y termina el 30 de Septiembre de 2011 por concepto de intereses y amortizaciones. Por supuesto, la mayoría de ellos serán refinanciados recurriendo a diferentes prestamistas, empezando por el amado FMI, el Banco Mundial, el BID, y otras generosas entidades “públicas”, y siguiendo por otros no menos “generosos” financistas privados, principalmente bancos trasnacionales.
18,8% es el crecimiento de la deuda bruta total del sector público entre el segundo trimestre del 2010 y segundo trimestre de 2011.
Ajustado por la variación del tipo de cambio dicho crecimiento en forma porcentual es de 12,65%. El dólar terminó junio de 2010 a 21,13 pesos; y terminó el mismo mes pero de 2011 a 18,41 unidades (3). Se hizo también el correspondiente ajuste debido a la variación de la composición de la deuda por monedas: el componente pesos era de 37% a 2010 (junio) y de 47% un año después. Es imprescindible resaltar que la “pesificación” de la deuda de la que tanto se habla es mucho menos significativa de lo que se afirma.
Se trata, en su inmensa mayoría, de cambiar deuda nominada en dólares corrientes por deuda nominada en pesos, pero que en realidad ajusta por el Índice de Precios al Consumidor, o sea, se expresa en Unidades Indexadas. Esto no es un tema menor: ante una situación de fuga de capitales y crisis de la deuda, los pagos deberán realizarse en pesos que reajustan por inflación. Dada las características de nuestra economía (gran apertura al exterior), las variaciones en el tipo de cambio se reflejan rápidamente en el índice de precios al consumo (inflación). Por tanto los pagos de la parte de la deuda nominada en UI tenderán a crecer rápidamente ante una situación de devaluación frente al dólar.
La deuda bruta total al período mencionado (2 trim. 11) 26.000 millones de dólares.
Las reservas sin contrapartida del Banco Central del Uruguay sumaban, el 30 de junio 4767 millones de dólares.
Por lo tanto, de acuerdo a nuestro criterio que descuenta de las reserva del BCU las obligaciones de éste con bancos públicos y privados (encajes bancarios) y con las empresas públicas, la deuda neta (deuda global SP-reservas sin contrapartida del BCU) llegaba, al 30 de junio a 21.220 millones (redondeado). Hace exactamente un año, o sea, al 30 de junio de 2010, de acuerdo al mismo criterio de evaluar deuda neta, la misma ascendía a 17.471 millones de dólares. O sea, la deuda neta ha crecido la asombrosa cifra de 3.740 millones de dólares, un 21%.
Competiremos, por lo tanto, en los “mercados de capitales” con Grecia, Portugal, España, Italia, Irlanda, y etc y otra vez, etc.
Mientras los Estados Unidos de América sigan apostando a relanzar los precios de los activos (acciones de empresas, títulos de deuda, etc) mediante nuevas emisiones monetarias a cargo de la Reserva Federal para comprar aquellos, las cosas serán más o menos sostenibles para nuestro país. Ya hoy, ante las pésimas noticias sobre la economía que se acumulan día a día y refieren tanto al empleo cuanto al funcionamiento de la economía real tanto de los EEUU cuanto de la Eurozona y la Unión Europea, uno de los directivos de aquella (el presidente del banco de la reserva federal de Saint Louis), James Bullard comenzó a hablar de una nueva ronda de “aflojamiento cuantitativo” (quantitive easing) que pasaría a llamarse Q3. Él no usó ese término. Esto significa que la FED compra títulos de deuda pública de EEUU, así como hipotecas, haciendo de esta forma subir el precio de estos valores. Una forma de inundar otra vez (como lo ha hecho en dos oportunidades desde 2008) el mundo de dólares.
Los aumentos del precio del dólar tanto en Brasil como acá (aunque allá tuvo como desencadenante una medida muy tímida del Comité Monetario de bajar levemente los tipos de interés), así como la acelerada fuga de capitales desde Argentina, cuyo banco central está vendiendo dólares todos los días parecen indicar que estamos ante un cambio de tendencia en el flujo de capital que ha sostenido en particular economías con amplia libertad a aquel. Uruguay y Brasil son, en la región, ejemplos típicos.
Si se produce otro episodio de QE por parte de la reserva federal es posible que la fiesta continúe algún tiempo más ¿un año?
¿hasta cuando? Hasta que los EEUU, eventualmente, sufran una crisis de deuda soberana, similar a la que sacudió Argentina y Uruguay en 2001-2
Deberán en ese momento intentar la salvación del papel del dólar como moneda internacional de reserva e intercambio.
No tendrán, entonces, más remedio que enfrentar la realidad, probablemente, con medidas como el regreso a alguna forma de respaldo en oro al dólar. O sea, retornar al patrón oro que abandonaron definitivamente en 1971. Tienen, para ello, las más grandes depósitos de aquel metal en el mundo: 8 mil toneladas.
Insuficientes para respaldar los dólares emitidos al precio actual, pero suficientes para, si toman medidas de austeridad duras, provocar una apreciación del dólar.
Que para ese entonces estará mucho más depreciado que ahora.
Las consecuencias para el resto del mundo, en particular para esta región y nuestro país, cuya economía está basada en la exportación de commodities agropecuarios y la importación de capital podrían ser devastadoras.
La otra cara de la deuda pública: El déficit fiscal mientras tanto, (1) evoluciona a la baja en el año móvil cerrado en agosto.
“De esta forma, la baja del déficit se explica fundamentalmente por una disminución de las inversiones en 0,4 p.p., ubicándose en 2,7% del PIB. Dicha caída fue causada tanto por una reducción en la variación de existencias de petróleo y derivados de Ancap y una menor inversión en capital fijo de empresas y gobierno”. Así reza la cita que explica aquella. De su lectura se desprende que, en realidad no hay tal caída ya que no puede llamarse a la disminución de las existencias de petróleo y derivados como “ganancia” de activos. Y tampoco a la menor inversión de empresas públicas y gobierno.
O sea, el déficit fiscal se mantiene en alrededor de 1,5% del PBI, unos 650 millones de dólares.
¿Porqué, entonces, la deuda crece tanto? el déficit fiscal que explicita el gobierno no guarda relación alguna con el crecimiento, tanto de la deuda pública bruta como de la neta.
La explicación que nos parece más probable está en el área del llamado “déficit parafiscal”. Que no es otra cosa que el gasto que se genera para pagar los intereses de la deuda de corto plazo que el Banco Central emite diariamente como contrapartida a sus compras de dólares para evitar la caída del tipo de cambio. Aclaremos: esto sucede mientras la apertura irrestricta al flujo de capitales no devalúa “naturalmente” al dólar en relación al peso. Cosa que, precisamente, está ocurriendo estos días.
Efectivamente, cuando calculamos el componente dólares de la deuda pública, éste permanece constante. El que se modifica es el componente pesos.
O sea, al 30 junio de 2010 aquel era de 13.789 millones de unidades, frente a 13.644 un año después. Si comparamos los pesos expresados en dólares y ajustados por tipo de cambio; en 2010 alcanzaba 9.276 y creció hasta 12.338 en 2011.
Este barril sin fondo se está transformando en una amenaza cada vez más seria a la estabilidad financiera del país.
Transcribimos más abajo, debidamente traducido, una parte de un artículo del analista Ambrose Evans Pritchard (2) que grafica la situación de riesgo en que están entrando el país…y el mundo: “…la emisión de deuda corporativa ha caído tres cuartas partes durante los tres últimos meses en estas regiones (se refiere a Europa del Este, Asia y América Latina) alcanzando el nivel más bajo desde las profundidades de la Gran Recesión en los primeros meses de 2009, de acuerdo a información proporcionada por Bloomberg.
El contagio se ha difundido hasta el “Dim Sum”, bonos emitidos en yuanes en el mercado off shore de Hong Kong, donde las compañías ligadas al mercado de propiedad inmueble y el sector de la construcción Chino han sido golpeados. Los rendimientos de los “Dim Sum” saltaron 105 puntos básicos hasta el 5,85% en agosto, el peor mes desde que tal instrumento fue creado.
Mientras China baila siguiendo su propia música, los temores crecen acerca de que un retraimiento global pudiera golpear, al volver sus excesos en la emisión de deuda para hacer daño. La bolsa de Shanghai cayó el miércoles a su nivel más bajo en 14 meses, y está ahora un 60% debajo de su pico en 2008.
Los grupos inmobiliarios China Vanke y Poly Real Estate han liderado las caídas. Algunos desarrolladores han rebajado los precios de las viviendas un 20% para eliminar el stock. Standard & Poor´s espera que las condiciones de crédito para las constructoras chinas se vuelvan “cada vez más duras”. El Banco Industrial y Comercial de China dijo el miércoles que planea conseguir hasta 11 millardos de dólares de capital fresco para mejorar sus defensas.
Morgan Stanley dijo que las economías emergentes tienen 1,5 billones de deuda externa que deberá ser renovada los próximos 12 meses. La mayoría de ésta es debida por empresas y emitida en dólares.
La mayoría de los países en desarrollo carecen de un mercado de capitales efectivo, por lo tanto las empresas se basan en el mercado financiero global para conseguir capital. Casi el 80% del dinero viene de bancos Europeos, que les han prestado a los emergentes 3,4 billones de dólares. Parte de éste financiamiento proviene de mercados de dinero de EEUU que le han retirado el crédito a Europa. Esto le agrega una fea vuelta de tuerca a lo ya es una muy retorcida serie de interconexiones.
Información del Banco de Pagos Internacionales muestran que los bancos europeos le han prestado 1,3 billones de dólares a Europa del Este, 900 al Asia emergente y casi 500 a América Latina. El riesgo que en algún momento se produzca una parada brusca de los préstamos.
Este peligro es agudo en Rusia, donde las compañías tienen que refinanciar 30.000 millones en diciembre, una tarea compleja mientras los inversores huyen después del entreverado despido del ministro de economía Alexei Kudrin, al cual los occidentales veían como la roca de la credibilidad en Moscú.
El Fondo Monetario Internacional advierte que los mercados emergentes enfrentan el riesgo de una “aguda reversión” del flujo de capitales si Europa no logra contener su crisis de deuda. El proceso ya ha comenzado. Las monedas de Brasil, India, Indonesia, Korea, Sud África, Turquía, Polonia y Hungría han caído el mes pasado, algunas un 10% o más, destruyendo los sueños de un “desacople” de los problemas del Viejo Mundo.
Las llamadas “guerras de monedas” de los meses recientes han tomado un aspecto diferente cuando los bancos centrales de Brasil y Korea intervinieron para impedir que sus monedas se cayeran demasiado rápido y aceleraran la inflación. Sólo unas semanas atrás, Brasil se quejaba de que el real era demasiado fuerte.
El FMI dijo que el mayor peligro es una detención demasiado rápida del actual boom en el crédito empresarial, especialmente en América Latina y Europa del Este. “la naturaleza volátil de los flujos de inversión significa que podrían revertirse rápido si los inversores comienzan a preveer que las valoraciones están demasiado altas”.
“el último año, los flujos hacia la deuda corporativa de los países emergentes han sobrepasado a aquellos en la deuda norteamericana de alto rendimiento. La emisión bruta sumó más de la mitad del crédito preexistente en algunas regiones;” afirmó…”
En suma: hay signos claros de que emitir duda (pública o privada, tanto da) en los próximos tiempos dejará de ser tan fácil como hasta ahora.
Se entiende perfectamente la angustia del gobierno, expresada por la búsqueda de líneas de crédito de las multilaterales (FMI, BID, BM) para enfrentar eventuales corridas de capital. El país ya no tiene, como hasta hace apenas un par de semanas un problema derivado del influjo desmesurado de capital. Ahora amenaza uno mucho peor: la rápida salida de aquel.
Las líneas de crédito que el gobierno ha asegurado con los multilaterales son ínfimas si se comparan con los más de 5.000 millones a renovar en un año, pero muy especialmente con los más de 20.000 depositados (casi todos a la vista) en el sistema financiero nacional.
Comienza, junto con los signos tempranos, pero claros, de una caída del crecimiento económico una nueva etapa de turbulencia. Situación para nada nueva ni imprevisible.
Como Einstein: “es estúpido pretender obtener resultados distintos haciendo las mismas cosas”.
Información disponible también en este link: resonandoenfenix.blogspot.com
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