PUBLICADO EN CARAS&CARETAS EL VIERNES 5 DE OCTUBRE DE 2012
“Guerra fría” de OEA en Punta del Este a 50 años de expulsión de Cuba
La Doctrina de la Seguridad Continental
Conferencia de Ministros de Defensa sesiona en Uruguay entre el 7 y
el 10 de octubre. Estados Unidos quiere otorgar poder hemisférico a la
Junta Interamericana de Defensa. Procura crear bases regionales para
“situaciones de desastre”. La UNASUR, en minoría, puede bloquear
pretensión norteamericana. Discusión sobre seguridad y defensa
enfrentará concepciones estratégicas. Se reclamará zona de paz no
nuclear en Atlántico Sur y soberanía Argentina sobre Malvinas.
ROGER RODRIGUEZ / rogerrodriguez@adinet.com.uy
La próxima semana, en los mismos días en que se cumplen cuarenta y
cinco años de la ejecución de Ernesto Che Guevara y en la misma ciudad
en la que medio siglo atrás se expulsó a Cuba de la Organización de
Estados Americanos (OEA), la X Conferencia de Ministros de Defensa de
las Américas (CMDA) puede definir una nueva ecuación militar hemisférica
en la que Estados Unidos pretende imponer una remozada “Doctrina de la
Seguridad Regional” que rechazan la mayoría de los gobiernos de la Unión
de Naciones Suramericanas (UNASUR).
No hubo intencionalidad en la definición de la fecha, ni se pretendió
plasmar ninguna alegoría al elegir Punta del Este como sede de la
reunión del principal organismo continental de políticas de defensa:
sencillamente, explicaron fuentes gubernamentales, se fijaron los días
del encuentro por la agenda de disponibilidad que tenían las
instalaciones del Hotel Conrad Resort & Casino para recibir en sus
294 habitaciones un contingente de más de 500 delegados militares y
civiles de los 28 países que aseguraron su participación en la reunión.
Sin embargo, las sombras de la “Guerra Fría” que con aquella
expulsión cubana se instaló en América (luego de fracasar un intento de
invasión norteamericano a la isla y después de impulsarse la Alianza
para el Progreso en la misma Punta del Este y en presencia del propio
Che Guevara), estarán sobrevolando los debates de una reunión en la que
puede delinearse un nuevo Sistema Interamericano de Defensa y
establecerse conceptos de seguridad regional que pueden marcar el futuro
geopolítico del Atlántico Sur y de las fuerzas armadas de la región.
La presencia de más de 130 delegados estadounidenses (sin contar
“agregados” diplomáticos que llegaron al país en las últimas semanas)
parece confirmar la gran expectativa que Estados Unidos tiene en esta
décima reunión ministerial, que promete ser una de las más trascendentes
desde que el foro de “intercambio de experiencias” en Defensa fue
creado, con la presencia del entonces medioambientalista vicepresidente
Al Gore, en la turística población de Williamsburg, Estado de Virginia,
durante el verano norteño de 1995.
ESAS MALAS JUNTAS…
En aquella localidad y en un mundo en el que había hecho implosión
la Unión Soviética, los ministros de Defensa de la OEA sólo pudieron
acordar seis principios básicos durante su desconfiado debate sobre el
futuro de las fuerzas armadas: preservar las democracias, destacar el
rol militar y su subordinación a la autoridad civil, la ley y los
derechos humanos, exigirse trasparencia sobre los gastos militares,
resolver los conflictos por la negociación y propiciar la participación
voluntaria en misiones de paz y lucha contra el “narcoterrorismo”.
Los sucesivos encuentros en Bariloche (1996), Cartagena (1998),
Manaos (2000), Santiago (2002), Quito (2004), Managua (2006), Banff
(2008) y Santa Cruz de la Sierra (2010) fueron ampliando una agenda que
ya habla de democracia, paz, seguridad, solidaridad, cooperación,
modernización, prácticas interculturales, perspectivas de género,
derecho internacional humanitario, formación de civiles en defensa y
otros conceptos que fueron haciéndose moda; pero diecisiete años
después, el bloque norteamericano pretende llegar a otras definiciones…
Desde la reunión celebrada en Canadá en 2008, Estados Unidos y sus
aliados del Commonwealth (13 países que alguna vez pertenecieron al
imperio británico), se han propuesto designar a la Junta Interamericana
de Defensa (JID), con sede en Washington, como la Secretaría Permanente
de la CMDA, lo que implicaría el relanzamiento de un organismo que fue
pilar en la confrontación bipolar del siglo pasado. El tema no fue
integrado a la agenda oficial (llegó tarde) de Punta del Este, pero
sería introducido por alguno de los participantes.
La jerarquización de la JID en el Sistema Interamericano de Defensa,
ya tiene el apoyo del Consejo de Seguridad Hemisférica de OEA y hasta
del propio secretario general, el chileno José Miguel Insulza, habría
cedido a la presión de Estados Unidos que procura asegurar su dominio
continental y mira con preocupación la coordinación en el escenario de
la UNASUR, donde surgen eficientes el Consejo Sudamericano de Defensa y
el Centro de Estudios Estratégicos de la Defensa (que preside en Buenos
Aires el ex comandante Ángel Bertolotti y tuvo un rol destacado en el
rencuentro de Colombia con Ecuador y Venezuela).
UNIÓN O LA FUERZA…
La discusión de fondo implica al rol y protagonismo que pueden llegar
a tener las fuerzas armadas en todo el continente bajo la estrategia de
una incidente Junta Interamericana de Defensa. El bloque liderado por
Estados Unidos propicia que los militares puedan intervenir en temas
vinculados a la seguridad de los Estados (incluyendo drogas, terrorismo,
etc.) y los países de la UNASUR consideran que la participación militar
contra el delito internacional solo es aceptable en casos de excepción
como el sufrido por Brasil en sus fronteras.
La unidad que puede lograr la UNASUR en Punta del Este aparece como
uno de los ejes políticos de la Conferencia. Estados Unidos le habría
ofrecido la hegemonía regional a Brasil para lograr su apoyo (ello
incluye la sede de una base regional en su territorio y bajo su mando) y
propiciaría que Chile asuma la presidencia de la propia JID,
desplazando a Canadá. También Perú aparece presionado por el rol de
presidente pro témpore que asumirá una vez que finalice la reunión en
Uruguay y comience a preparar el próximo encuentro en Lima.
La batalla teórica del debate se dará con la definición de los
conceptos de Seguridad y Defensa, donde se prevé que surjan tres
bloques. Estados Unidos y sus aliados, jugados a una contradicción entre
lo que proponen y lo que hacen en sus países (donde la seguridad
interna y la defensa externa esta bien delimitada); los países
centroamericanos y del Caribe que tienen Guardias Nacionales que cumplen
la doble función; y el grupo de UNASUR que pretende crear un Consejo
Sudamericano de Seguridad y seguir cortando ataduras con el sistema de
OEA.
La pulseada también se dará en el escenario de una comisión sobre
biodiversidad y medioambiente, en la que durante el encuentro en la
boliviana Santa Cruz de la Sierra se propuso crear un sistema de
intercambio sobre las capacidades militares para atender casos de
emergencia ante desastres naturales. Estados Unidos propuso crear diez
bases regionales (un viejo sueño de dominación) y los países
sudamericanos entienden que los militares solo deben aportar su
logística y trabajo luego que los gobiernos tomen decisiones políticas.
LA “POSICIÓN PAÍS”
En el marco de la preparación de la reunión en Punta del Este,
civiles y militares uruguayos debieron acordar “posiciones país” que
requirieron agitadas reuniones en las que no siempre hubo consensos. Las
Fuerzas Armadas uruguayas, a 27 años de la salida democrática siguen
manteniendo la misma formación que en los años de la dictadura ya que no
se han cambiado ni sus planes de estudio ni sus docentes, por lo que
surge un claro alineamiento con las posiciones estratégicas
norteamericanas, explicaron fuentes del gobierno.
Fuentes militares señalaron a Caras y Caretas que
los estudios que las fuerzas armadas uruguayas realizan en sus distintos
centros de capacitación han formado en algunos temas estratégicos y de
alianzas opiniones diferentes a las del gobierno. Esto habría ocurrido
en el seno del Estado Mayor de la Defensa (ESMADE), en el Centro de
Altos Estudios Nacionales (CALEN) y el Instituto Militar de Estudios
Superiores (IMES). Sin embargo, aseguraron que conocida la posición
oficial los técnicos militares se alinearon a la decisión del poder
político.
Los voceros políticos, por su parte, subrayaron la posición oficial
del Estado uruguayo respecto a organismos de la OEA que mantienen un
enfoque geopolítico del hemisferio que quedó anclado en los años de la
guerra fría y nada tienen que ver con un mundo global y multipolar. “Es
un enfoque geopolítico superado que responde a los intereses de Estados
Unidos en una época determinada y no coincide con ideas estratégicas que
hoy se impulsan desde la UNASUR”, dijo uno de los informantes.
La fuente explicó que los países sudamericanos pertenecen hoy a dos
sistemas de Defensa, el tradicional hemisférico y el sudamericano creado
desde los acuerdos de 2011. En la discusión interamericana, Uruguay y
los otros países del Sur tendrán que defender la concepción regional.
Será clave, para eso, que no dividan posiciones ya que con diez votos de
la UNASUR se bloquearía toda resolución que los otros países pretendan
imponer cuando requieren de una mayoría de dos tercios y solo 28 países
estarían participando de la reunión.
ATLÁNTICO DE PAZ
El bloque sudamericano tendrá que exigirse consensos en otros dos
temas claves que se tratarán en esta X Conferencia de Defensa donde esta
previsto analizar el futuro de las misiones de paz para Naciones Unidas
(donde se prevé llegar a operar bajo el “Capítulo 7”, es decir
“imponiendo” militarmente la paz en zonas de conflicto) y la situación
del Atlántico Sur (que incluye el tema de la soberanía Argentina sobre
las islas Malvinas).
En el tema del Atlántico (donde también se postula declararlo zona de
paz y prohibido el uso de armamento nuclear), no se llegó a un acuerdo
durante una reunión preparatoria celebrada en abril último. Canadá y un
grupo de islas caribeñas, también impidieron un consenso favorable a los
reclamos territoriales de Argentina, que tampoco había logrado apoyo en
otra reunión de los estados ribereños al océano que integran la Zona de
Paz y Cooperación del Atlántico Sur (Zopacas) dependiente de Naciones
Unidas.
Las fuentes de Caras y Caretas consideraron que el
tema Malvinas será muy delicado y probablemente se propicie una fórmula
en la que se divida el tema en dos puntos: uno referente a la
pacificación del Atlántico Sur y otro para que las Malvinas se mantengan
como un reclamo de soberanía permanente hasta que la ONU adopte una
decisión definitiva. El punto será de gran sensibilidad para la
delegación argentina que viene mostrando una conducta agresiva en su
política exterior.
Los voceros uruguayos –militares y civiles- coincidieron en el papel
de “tejedor” que deberá cumplir la delegación local para limar asperezas
entre participantes, suavizar el discurso de algunas delegaciones
visitantes (Bolivia suele tener posiciones extremas) e incluso dentro de
las misiones extranjeras (Brasil trae divergencias entre la postura
militar y las indicaciones dadas desde Itamarati). El desempeño de los
anfitriones también marcará el protagonismo diplomático de Uruguay que
en 2012 volverá a ocupar la presidencia del Mercosur.
Política de defensa para el hemisferio occidental (ver pdf)
El Che Guevara aún en Punta del Este presente
lunes, 8 de octubre de 2012
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