CARTA ABIERTA A
JOSÉ MUJICA
Montevideo,
31 de octubre de 2012.-
Sr. Presidente,
Don José Mujica,
PRESENTE:
Hemos vuelto a la capital porque no nos resignamos a vivir sin trabajar y
no deseamos que nuestros gurises interpreten que su futuro sea la mendicidad o
la delincuencia.
Mucho tiempo después de que Ud. luchara para que no hubiera más salarios
miserables y patronales que despidieran por sindicalizarse, en Paysandú hay
todavía listas negras con los nombres y los apellidos de las obreras y los
obreros de la naranja y el arándano que no hemos aceptado ni rebajas salariales
ni empeoramiento de condiciones laborales ya de por sí como de la época de la
esclavitud.
Fuimos declarados poco menos que delincuentes y forajidos
Nadie de los que fuimos dejados en la calle por la empresa Forbel SA
volverá a pisar las plantaciones del departamento por el resto de nuestras
vidas. Lo comprobamos diariamente y quedamos sorprendidos por el poder que
tiene Forbel SA como para que nadie más nos dé trabajo, ni siquiera las
tercerizadoras y al menos en época de zafra.
Podrá imaginarse cómo la estamos pasando con un seguro de paro de $ 2.500
por mes con el que apenas podemos comprarle a los hijos el pan y la leche
diarios.
No nos avergüenza decirlo: estamos desesperados, y la verdad es que hay
que tener mucho orgullo obrero y mucha paciencia para no terminar mandándonos
algún disparate.
Hemos vuelto a la capital para que Ud., esta vez sí, nos atienda,
teniendo muy presente lo que recientemente nos dijo en Paysandú, al pasar,
cuando nos acercamos a Ud. en la calle y Ud. interpretó que íbamos a pedirle un
favor especial o no sabemos qué, y nos dijo: “Pídanme trabajo, muchachos, pídanme trabajo”.
Le dijimos: “Eso es lo que
queremos: trabajar. Eso es lo que queremos las 180 familias perseguidas por
Forbel SA”. Y Ud. nos dijo que ahí no podía hacer nada, pero que sí iba
a haber mucho trabajo en las obras de ANCAP que están por hacerse en Paysandú.
Nosotros somos obreras y obreros de la naranja y lógicamente seguimos
reivindicando nuestros puestos de trabajo en Forbel SA, pero hemos trabajado en
mil oficios más obligados por las circunstancias de un departamento en el que
no hay muchas opciones laborales.
No le tenemos miedo a ningún trabajo honrado en el que se nos respete en
nuestros derechos y con el que podamos seguir manteniendo honradamente a
nuestras familias.
Hemos venido a Montevideo otra vez, sacrificando parte de ese seguro de
paro que no nos resuelve nada más que el pan y la leche de la gurisada.
Hemos vuelto con la firme determinación de regresar a Paysandú para poder
decirle a los gurises que no seguirán pasando hambre porque hemos conseguido
ese trabajo que es lo único de lo que queremos vivir, y no de la caridad
pública o la delincuencia.
Estaremos a la espera de que Ud. nos reciba para que finalmente se haga
justicia, con empleos para la obra de ANCAP o con cualquier otro trabajo digno,
con cualquier alternativa que nos reconozca como gente de bien y no como
forajidos.
No estamos
reclamando nada que sea un privilegio o un favor especial, y tenemos la
esperanza de que sus palabras dichas en Paysandú, se concreten lo más
rápidamente posible, porque, le repetimos, nuestra situación es desesperante
gracias a haber pretendido cincuenta años después detener los mismos atropellos
contra los que Ud. luchó sufriendo la cárcel, la tortura y la calificación de
delincuente y forajido.
No somos gente que espere vientos fuertes para no ir a trabajar; somos
obreras y obreros acosados y castigados por poderes más poderosos que los
temporales y los ciclones, que se apoderan de lo nuestro y que nos manosean
como si todavía viviéramos en plena esclavitud, sin que haiga autoridades que
los frenen y los hagan cumplir con la ley y el respeto por los únicos de los
que se puede esperar un “Uruguay productivo”.
Somos sencillamente gente de trabajo que no conocemos ni queremos otro
modo de vida que no sea justamente el que reclamamos y el que Ud.
permanentemente insiste en señalar como lo que necesita este país para no vivir
en la miseria y la inseguridad.
Estamos a sus órdenes,
instalados en un sindicato hermano que nos ha brindado fraternalmente su local
para que aguardemos soluciones concretas a nuestra situación antes de volver a
nuestra querida y sufrida Paysandú adueñada por los que no viven del trabajo
propio.
Por OSDOR (Organización Sindical de
Obrer@s Rurales) / Paysandú / PIT-CNT:
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