miércoles, 31 de octubre de 2012
El templo de la Costa de Oro
Contemplarlo desde cualquier punto cardinal es impresionante, ingente, arrogante, majestuosamente se erige por encima de la ruta principal.
Es la presentación al Este, al mundo del derroche, del consumismo, del sueño ordinario, una perdición, de decadencia irresistible.
Divide al Romanticismo antagónicamente, presentando el egocentrismo individualista en su máxima expresión a lo europeo.
Aquí, en el mundo de la Angostura, que fue el universo de la igualdad, la diversidad y la libertad, que experimento el sentimiento de hombres y mujeres por la vida, por la naturaleza, que se consumió en emociones y dolores de ideales libertarios fundidos en el amor.
Por ser la esencia del arte moderno, el Romanticismo, tiene tendencia revolucionaria, rompe con el orden del mundo heredado y se opone a un lineamiento de valores para defender la libertad autentica.
El arte rechaza ser parte, una pieza más de este engranaje egoísta, espejo del capital comercial, financiero, globalizante, excluyente….
Paradoja, este monstruo erecto en sus pies de cemento y acero contempla pasar, rozando sus genitales, bendiciéndolos, enlatados a alta velocidad, seres humanos en busca de “felicidad”, de naturaleza pura, lejos de los cuida coches, malabaristas, a la ida y a la vuelta.
Es la máxima expresión de ostentación de la concentración comercial y bancaria, el shopping de jóvenes estilizados, uniformados, corteses, en retiros espirituales, envueltos en fragancias de aerosol, con la consigna de vender mercaderías inútiles, haciendo sentir felices e importante al consumidor.
El shopping lugar seguro, lejos de arrebatos, de infelices, y mugrientos, cerca de comida chatarra, del burócrata, del progresismo, del alienado…
El shopping donde la mayoría mira, con la ñata contra el vidrio, artículos inalcanzables, alimentando, estimulando los pensamientos e instintos más crueles del individuo.
El shopping donde las suciedades se descargan al lago, que otrora era reservorio de tarariras, fauna y flora, disfrute de los residentes.
El Shopping, un consolador para justificar el hacer, del burócrata, del oportunista, del político que se cree imprescindible, elegido e iluminado,
El shopping de los ganadores: la oligarquía comercial importadora aliada al imperio de turno, (España Inglaterra también Potugal y ahora son los Yanquis…Daniel Viglieti) y los perdedores se perdieron de construir plazas, que incluyan e integren a los barrios, recreando lugar para la cultura, el deporte, se perdieron de ganarse el reconocimiento, el afecto, el respecto y la confianza. Perdieron de iniciar un camino nuevo, dar una señal, y los vecinos perderemos pagando la mole, por que es quimera eso de “los inversionistas”.
El shopping, digo el Templo del capitalismo gobalizador.
El Peli
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El "negocio" de la Guerra, llega con su parasitismo a Ciudad de la Costa, donde residen familias de militares que van rotando entre El Congo, Haití y quién a sabe donde? Como expresión más baja de sectores medios improductivos, frontera "electoral", de ahí para abajo "el cante", la "boca", el paco, la muerte salpicada de vida, de resistencia, de lucha por la supervivencia. Uruguay con economía "flotante" en el mar de la especulación financiera, la industria destructiva (como la papelera) y el negocio armamentista (comprando aviones contra insurgentes) con sus fuerzas armadas recibiendo "instrucción" de los marines (los marines recibiendo "instrucción" de militares uruguayos, argentinos, chilenos, sobre como "torturar" por la paz). El Centro comercial, es todo lo que aquí se dice y MUCHO MÁS, es un "GOLPE" más a las necesidades elementales de una población "olvidada", exiliada en su propio país, como ocurre con los trabajadores, desocupados, los sectores más empobrecidos, en casi todos los países del mundo.
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