José Mujica, Doctor Honoris Causa de la UNLP
El presidente uruguayo recibirá el jueves 18 la máxima distinción universitaria
El presidente de la República Oriental del Uruguay, José
Alberto Mujica Cordano, recibirá el próximo jueves 18 el título de
Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de La Plata.
El primer mandatario visitará la sede la de presidencia de la UNLP donde recibirá, de manos del presidente Fernando Tauber, la máxima distinción que otorga esta casa de estudios. La ceremonia se realizará a las 14.30 horas en el Patio del Rectorado, en calle 7 n° 776.
Mujica será reconocido como Doctor Honoris Causa de la UNLP por “su trayectoria militante e indiscutible en la defensa de la Educación Pública, Libre y Gratuita, y por su respeto a los principios de la reforma Universitaria de 1918, plasmado en su ideario latinoamericanista”.
Un grupo de ciudadanos uruguayos redactó una carta
dirigida al rector de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP),
Argentina, en la que cuestionan el título Honoris Causa que se le
entregará este jueves al presidente José Mujica.
En la carta publicada en el portal Change.org y que cuenta con unas 50 firmas en la que entre otros aparecen rúbricas de docentes universitarios y de Secundaria, se critica el reconocimiento al mandatario. Los firmantes manifestaron su “perplejidad” y “disconformidad” con la distinción.
Según la UNLP, Mujica será reconocido por “su trayectoria militante e indiscutible” en defensa de la educación “pública, libre y gratuita”, según informa la diaria. También por el respeto a los “principios de la reforma universitaria de 1918, plasmado en su ideario latinoamercianista”.
En la carta se indica que “no escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no ha favorecido el ejercicio de la Justicia, en los casos relativos a la investigación y juicio de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado uruguayo durante la dictadura cívico-militar”.
“Consideramos que ni la prédica ni el accionar del señor Mujica pueden ser identificadas con valores como “el saber”, “la libertad” y “la creatividad”, agrega la misiva.
Entre los firmantes aparece una rúbrica a nombre de Jorge Zabalza: “Porque es el colmo de los absurdos en la ciudad de la noche de los lápices”, expresa en su argumentación en contra del reconocimiento a Mujica.
Por un lado, no escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no ha favorecido el ejercicio de la Justicia, en los casos relativos a la investigación y juicio de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado uruguayo durante la dictadura cívico-militar. El señor Mujica estima que este período de la historia regional ha quedado laudado por el paso del tiempo, en consecuencia, no solo no promueve la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado, sino que también usa la fuerza de su investidura para intervenir ante jueces y fiscales determinados a actuar en pro del esclarecimiento de los casos denunciados. Congruentemente, el señor Mujica ha declarado en más de una oportunidad haber perdonado a los “viejitos”, militares y civiles, autores de delitos de lesa humanidad, confundiendo así un talante personal con una (ir)responsabilidad pública, al minimizar la condena que, como sociedad, se debe seguir pronunciando sobre los crímenes de nuestro pasado reciente. Habiendo la ciudad de La Plata pagado un altísimo tributo en ciudadanos, víctimas de las atrocidades de la última dictadura cívico-militar, nos resulta incomprensible que su Universidad sea indiferente a las posturas que pretenden, bonachonamente, reescribir un pasado político en términos de una superada contienda entre hoy “viejitos”.
Por otro lado, tampoco escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no consta de una “trayectoria militante e indiscutible en la defensa de la Educación Pública, Libre y Gratuita”, como tampoco sus posiciones reflejan “el respeto a los principios de la reforma universitaria de 1918, plasmada en su ideario latinoamericanista”. Por el contrario, no solo el señor José Mujica ha intervenido, violentando la autonomía, en el gobierno de la enseñanza pública primaria y secundaria, sino que ha buscado intensificar la participación de los representantes de los partidos políticos, en la dirección de nuestra enseñanza. Por otra parte, las ideas pedagógicas del señor Mujica no van más allá de una desconsoladora creencia en las virtudes de la tecnología aplicada a la producción que nos imponen las grandes transnacionales (soja, maíz, forestación, minería a cielo abierto), al punto que el señor Mujica, con el pintoresco término “viru viru”, suele nombrar, pretendiendo desacreditarlos, los conocimientos humanísticos.
En este sentido, consideramos que ni la prédica ni el accionar del señor Mujica pueden ser identificadas con valores como “el saber”, “la libertad” y “la creatividad”.
El primer mandatario visitará la sede la de presidencia de la UNLP donde recibirá, de manos del presidente Fernando Tauber, la máxima distinción que otorga esta casa de estudios. La ceremonia se realizará a las 14.30 horas en el Patio del Rectorado, en calle 7 n° 776.
Mujica será reconocido como Doctor Honoris Causa de la UNLP por “su trayectoria militante e indiscutible en la defensa de la Educación Pública, Libre y Gratuita, y por su respeto a los principios de la reforma Universitaria de 1918, plasmado en su ideario latinoamericanista”.
Ante el título universitario a otorgarse al presidente José Mujica
por Ciudadanos uruguayos
Uruguay
En la carta publicada en el portal Change.org y que cuenta con unas 50 firmas en la que entre otros aparecen rúbricas de docentes universitarios y de Secundaria, se critica el reconocimiento al mandatario. Los firmantes manifestaron su “perplejidad” y “disconformidad” con la distinción.
Según la UNLP, Mujica será reconocido por “su trayectoria militante e indiscutible” en defensa de la educación “pública, libre y gratuita”, según informa la diaria. También por el respeto a los “principios de la reforma universitaria de 1918, plasmado en su ideario latinoamercianista”.
En la carta se indica que “no escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no ha favorecido el ejercicio de la Justicia, en los casos relativos a la investigación y juicio de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado uruguayo durante la dictadura cívico-militar”.
“Consideramos que ni la prédica ni el accionar del señor Mujica pueden ser identificadas con valores como “el saber”, “la libertad” y “la creatividad”, agrega la misiva.
Entre los firmantes aparece una rúbrica a nombre de Jorge Zabalza: “Porque es el colmo de los absurdos en la ciudad de la noche de los lápices”, expresa en su argumentación en contra del reconocimiento a Mujica.
Los abajo firmantes queremos por este medio expresar nuestra
perplejidad ante el inminente nombramiento del señor José Mujica como
doctor honoris causa de su universidad. Entre las varias razones de
nuestra disconformidad, nos detendremos en dos.
Por un lado, no escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no ha favorecido el ejercicio de la Justicia, en los casos relativos a la investigación y juicio de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado uruguayo durante la dictadura cívico-militar. El señor Mujica estima que este período de la historia regional ha quedado laudado por el paso del tiempo, en consecuencia, no solo no promueve la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado, sino que también usa la fuerza de su investidura para intervenir ante jueces y fiscales determinados a actuar en pro del esclarecimiento de los casos denunciados. Congruentemente, el señor Mujica ha declarado en más de una oportunidad haber perdonado a los “viejitos”, militares y civiles, autores de delitos de lesa humanidad, confundiendo así un talante personal con una (ir)responsabilidad pública, al minimizar la condena que, como sociedad, se debe seguir pronunciando sobre los crímenes de nuestro pasado reciente. Habiendo la ciudad de La Plata pagado un altísimo tributo en ciudadanos, víctimas de las atrocidades de la última dictadura cívico-militar, nos resulta incomprensible que su Universidad sea indiferente a las posturas que pretenden, bonachonamente, reescribir un pasado político en términos de una superada contienda entre hoy “viejitos”.
Por otro lado, tampoco escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no consta de una “trayectoria militante e indiscutible en la defensa de la Educación Pública, Libre y Gratuita”, como tampoco sus posiciones reflejan “el respeto a los principios de la reforma universitaria de 1918, plasmada en su ideario latinoamericanista”. Por el contrario, no solo el señor José Mujica ha intervenido, violentando la autonomía, en el gobierno de la enseñanza pública primaria y secundaria, sino que ha buscado intensificar la participación de los representantes de los partidos políticos, en la dirección de nuestra enseñanza. Por otra parte, las ideas pedagógicas del señor Mujica no van más allá de una desconsoladora creencia en las virtudes de la tecnología aplicada a la producción que nos imponen las grandes transnacionales (soja, maíz, forestación, minería a cielo abierto), al punto que el señor Mujica, con el pintoresco término “viru viru”, suele nombrar, pretendiendo desacreditarlos, los conocimientos humanísticos.
En este sentido, consideramos que ni la prédica ni el accionar del señor Mujica pueden ser identificadas con valores como “el saber”, “la libertad” y “la creatividad”.
Carta de la petición
Montevideo, 14 de octubre de 2012
Profesor Fernando Tauber
Rector de la Universidad Nacional de La Plata
De nuestra mayor consideración:
Los abajo firmantes queremos por este medio expresar nuestra perplejidad ante el inminente nombramiento del señor José Mujica como doctor honoris causa de su universidad. Entre las varias razones de nuestra disconformidad, nos detendremos en dos.
Por un lado, no escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no ha favorecido el ejercicio de la Justicia, en los casos relativos a la investigación y juicio de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado uruguayo durante la dictadura cívico-militar. El señor Mujica estima que este período de la historia regional ha quedado laudado por el paso del tiempo, en consecuencia, no solo no promueve la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado, sino que también usa la fuerza de su investidura para intervenir ante jueces y fiscales determinados a actuar en pro del esclarecimiento de los casos denunciados. Congruentemente, el señor Mujica ha declarado en más de una oportunidad haber perdonado a los “viejitos”, militares y civiles, autores de delitos de lesa humanidad, confundiendo así un talante personal con una (ir)responsabilidad pública, al minimizar la condena que, como sociedad, se debe seguir pronunciando sobre los crímenes de nuestro pasado reciente. Habiendo la ciudad de La Plata pagado un altísimo tributo en ciudadanos, víctimas de las atrocidades de la última dictadura cívico-militar, nos resulta incomprensible que su Universidad sea indiferente a las posturas que pretenden, bonachonamente, reescribir un pasado político en términos de una superada contienda entre hoy “viejitos”.
Por otro lado, tampoco escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no consta de una “trayectoria militante e indiscutible en la defensa de la Educación Pública, Libre y Gratuita”, como tampoco sus posiciones reflejan “el respeto a los principios de la reforma universitaria de 1918, plasmada en su ideario latinoamericanista”. Por el contrario, no solo el señor José Mujica ha intervenido, violentando la autonomía, en el gobierno de la enseñanza pública primaria y secundaria, sino que ha buscado intensificar la participación de los representantes de los partidos políticos, en la dirección de nuestra enseñanza. Por otra parte, las ideas pedagógicas del señor Mujica no van más allá de una desconsoladora creencia en las virtudes de la tecnología aplicada a la producción que nos imponen las grandes transnacionales (soja, maíz, forestación, minería a cielo abierto), al punto que el señor Mujica, con el pintoresco término “viru viru”, suele nombrar, pretendiendo desacreditarlos, los conocimientos humanísticos.
En este sentido, consideramos que ni la prédica ni el accionar del señor Mujica pueden ser identificadas con valores como “el saber”, “la libertad” y “la creatividad”.
Atentamente.
Profesor Fernando Tauber
Rector de la Universidad Nacional de La Plata
De nuestra mayor consideración:
Los abajo firmantes queremos por este medio expresar nuestra perplejidad ante el inminente nombramiento del señor José Mujica como doctor honoris causa de su universidad. Entre las varias razones de nuestra disconformidad, nos detendremos en dos.
Por un lado, no escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no ha favorecido el ejercicio de la Justicia, en los casos relativos a la investigación y juicio de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Estado uruguayo durante la dictadura cívico-militar. El señor Mujica estima que este período de la historia regional ha quedado laudado por el paso del tiempo, en consecuencia, no solo no promueve la investigación de los crímenes del terrorismo de Estado, sino que también usa la fuerza de su investidura para intervenir ante jueces y fiscales determinados a actuar en pro del esclarecimiento de los casos denunciados. Congruentemente, el señor Mujica ha declarado en más de una oportunidad haber perdonado a los “viejitos”, militares y civiles, autores de delitos de lesa humanidad, confundiendo así un talante personal con una (ir)responsabilidad pública, al minimizar la condena que, como sociedad, se debe seguir pronunciando sobre los crímenes de nuestro pasado reciente. Habiendo la ciudad de La Plata pagado un altísimo tributo en ciudadanos, víctimas de las atrocidades de la última dictadura cívico-militar, nos resulta incomprensible que su Universidad sea indiferente a las posturas que pretenden, bonachonamente, reescribir un pasado político en términos de una superada contienda entre hoy “viejitos”.
Por otro lado, tampoco escapa a nadie en Uruguay que el señor José Mujica no consta de una “trayectoria militante e indiscutible en la defensa de la Educación Pública, Libre y Gratuita”, como tampoco sus posiciones reflejan “el respeto a los principios de la reforma universitaria de 1918, plasmada en su ideario latinoamericanista”. Por el contrario, no solo el señor José Mujica ha intervenido, violentando la autonomía, en el gobierno de la enseñanza pública primaria y secundaria, sino que ha buscado intensificar la participación de los representantes de los partidos políticos, en la dirección de nuestra enseñanza. Por otra parte, las ideas pedagógicas del señor Mujica no van más allá de una desconsoladora creencia en las virtudes de la tecnología aplicada a la producción que nos imponen las grandes transnacionales (soja, maíz, forestación, minería a cielo abierto), al punto que el señor Mujica, con el pintoresco término “viru viru”, suele nombrar, pretendiendo desacreditarlos, los conocimientos humanísticos.
En este sentido, consideramos que ni la prédica ni el accionar del señor Mujica pueden ser identificadas con valores como “el saber”, “la libertad” y “la creatividad”.
Atentamente.
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