Nilton Viana
Entrevista con João Pedro Stedile, dirigente del MST
Brasil de Fato: ¿Cómo analiza
usted las recientes manifestaciones sacudieron a Brasil en las últimas
semanas? ¿Cuál es la base económica para que ellas acontezcan?
Joao Pedro Stedile (JPS): Hay
muchas evaluaciones de porque están ocurriendo estas manifestaciones. Me
sumo al análisis de la profesora Erminia Maricato, que es nuestra mayor
especialista en temas urbanos y ya actuó en el Ministerio de las
ciudades durante la gestión de Olivio Dutra. Ella defiende la tesis de
que hay una crisis urbana instalada en las ciudades brasileras provocada
por esta etapa del capitalismo financiero. Hubo una enorme especulación
inmobiliaria que elevó los precios de los alquileres y de los terrenos
150% en los últimos 3 años. El capital financió sin ningún control
gubernamental la venta de automóviles para enviar el dinero al exterior y
transformó nuestro tránsito en un caos. Y en los últimos 10 años no
hubo inversión en transporte público. El programa habitacional mi casa,
mi vida, empujó a los pobres hacia las periferias, sin condiciones de
infraestructura. Todo eso generó una crisis estructural en la que las
personas están viviendo en un infierno en las grandes ciudades,
perdiendo tres o cuatro horas por día en el tránsito, cuando podrían
estar con la familia, estudiando o teniendo actividades culturales.
Sumado a eso, la pésima calidad de los servicios públicos, en especial
en la salud e igualmente en la educación, desde la escuela primaria,
educación media, en la que los estudiantes salen sin saber hacer una
redacción. Y la educación superior se convirtió en tiendas de venta de
diplomas a crédito, donde está el 70% de los estudiantes universitarios.
Brasil de Fato: ¿Y desde el punto de vista político, por qué paso?
JPS: Los quince años de
neoliberalismo sumado a los últimos diez años de gobierno de
conciliación de clases transformó a la política en rehén de los
intereses del capital. Los partidos quedaron viejos en sus prácticas y
se transformaron en meras siglas que aglutinan, en su mayoría,
oportunistas para ascender a cargos públicos o disputar recursos
públicos para sus intereses. Toda la juventud nacida después de los
gobiernos de derecha, no tuvo oportunidad de participar en política.
Hoy, para disputar cualquier cargo, por ejemplo, de vereador (1) el
sujeto necesita tener más de un millón de reales, de diputado cuesta
alrededor de diez millones. Los capitalistas pagan y después los
políticos obedecen. La juventud está harta de esa forma de hacer
política burguesa y mercantil. Pero lo más grave fue que los partidos de
la izquierda institucional, todos ellos, se amoldaron a esos métodos. Y
por lo tanto generó en la juventud una repulsión a la forma de actuar
de los partidos. La juventud no es apolítica, al contrario, tanto lo es
que llevó la política a las calles, aun sin tener consciencia de su
significado. Pero está diciendo que no aguanta más ver por televisión
esas prácticas políticas, que secuestran el voto de las personas,
basadas en la mentira y en la manipulación.
Brasil de Fato: ¿Y por qué las manifestaciones explotaron solo ahora?
JPS: Probablemente haya sido más
producto de la suma de diversos factores de carácter de la psicología de
las masas, que de alguna decisión política planificada. Se sumó todo el
clima que comenté, además de las denuncias de sobrefacturación de las
obras de los estadios, que es una provocación al pueblo. Vean algunos
casos: la red Globo recibió del gobierno del estado de Rio y de la
Intendencia, 20 millones de reales de dinero público, para organizar el
showsito de apenas dos horas del sorteo de los partidos de la copa de
las confederaciones. El estadio de Brasilia costó 1400 millones ¡y no
hay buses en la ciudad! Es la dictadura explicita que la FIFA impuso y
todos los gobiernos se sometieron. La reinauguración del Maracaná fue
una bofetada para el pueblo brasilero. Las fotos eran claras, ¡en el
mayor templo del fútbol mundial no había ningún negro o mestizo! Y ahí,
con el aumento de las tarifas del transporte colectivo, fue la gota que
rebalsó el vaso. Fue apenas la chispa para encender el sentimiento
generalizado de revuelta, de indignación. En buena hora la juventud se
puso de pie.
Brasil de Fato: ¿Por qué la clase trabajadora aún no sale a las calles?
JPS: Es verdad, la clase
trabajadora todavía no está en las calles. Quienes están en la calle son
los hijos de la clase media, de la clase media baja y también algunos
jóvenes de lo que Andre Singer llamaría sub-proletariado, que estudian y
trabajan en los sectores de servicios, que mejoraron las condiciones de
consumo, pero quieren ser escuchados.
La reducción de la tarifa
interesaba mucho a todo el pueblo y ese fue el acierto del movimiento
“passe livre”, supo convocar movilizaciones en nombre de los intereses
del pueblo. Y el pueblo apoyó las manifestaciones y esto se expresa en
los índices de popularidad de los jóvenes, sobre todo cuando fueron
reprimidos.
La clase trabajadora tarda en
movilizarse, pero cuando se mueve, afecta directamente al capital. Cosa
que todavía no comienza a pasar. Creo que las organizaciones que hacen
de mediadoras con la clase trabajadora aún no han comprendido el momento
y están un poco tímidas. Pero la clase, como clase, creo que está
dispuesta también a luchar. Vea, que el número de huelgas por mejoras
salariales ya recuperó los índices promedio de la década del 80. Creo
que es apenas una cuestión de tiempo, y si las mediaciones aciertan en
las consignas que pueden motivar a la clase a movilizarse.
En los últimos días, ya se percibe
que en algunas ciudades menores y en las periferias de las grandes
ciudades ya comenzaron a haber manifestaciones con banderas de
reivindicaciones bien localizadas. Y eso es muy importante.
Brasil de Fato: Y ustedes, los del MST y los campesinos tampoco se movilizan todavía…
JPS: Es verdad. En las capitales
donde tenemos asentamientos y agricultores familiares más cerca ya
estamos participando. E inclusive soy testigo de que fuimos muy bien
recibidos con nuestra bandera roja y con nuestra reivindicación de
reforma agraria y alimentos saludables y baratos para todo el pueblo.
Creo que en las próximas semanas podrá haber una adhesión mayor,
inclusive realizando manifestaciones de los campesinos en las carreteras
y municipios del interior. Dentro de nuestra militancia esta todo el
mundo loco para entrar en la pelea y movilizarse. Espero que también se
muevan rápidamente…
Brasil de Fato: ¿Cuál es, en su opinión, el origen de la violencia que hubo en algunas manifestaciones?
JPS: Primero vamos a relativizar,
la burguesía, a través de sus televisoras, ha usado la táctica de
asustar al pueblo colocando solo la propaganda de los alborotadores y
rompelotodo. Son minoritarios e insignificantes frente a las miles de
personas que se movilizaron. A la derecha le interesa colocar en el
imaginario de la población que esto es solo desorden, y al final si hay
caos, culpar al gobierno y exigir la presencia de las fuerzas armadas.
Espero que el gobierno no cometa esa bestialidad de llamar a la guardia
nacional y a las fuerzas armadas para reprimir a las manifestaciones.
¡Es todo lo que la derecha sueña!
Quien está provocando las escenas
de violencia es la forma de intervención de la Policía Militar. Son
grupos derechistas organizados con orientaciones de hacer provocaciones y
saqueos. En San Pablo actuaron grupos fascistas. En Río de Janeiro
actuaron las milicias organizadas que protegen sus políticos
conservadores. Es claro, hay también un sustrato de lumpen que aparece
en cualquier movilización popular, sea en los estadios, carnaval, hasta
en las fiestas de la iglesia, intentando sacar sus provechos.
Brasil de Fato: ¿Hay entonces una lucha de clases en las calles o es solo la juventud manifestando su indignación?
JPS: Es claro que hay una lucha de
clases en la calle. Si bien todavía concentrada en la disputa
ideológica. Y lo que es más grave, la propia juventud movilizada, por su
origen de clase, no tiene consciencia de que está participando en una
lucha ideológica.
Miren, ellos están haciendo
política de la mejor forma posible, en las calles. Y ahí escriben en los
carteles: estamos contra los partidos y la política? Es por eso que han
sido tan difundidos los mensajes en los carteles. Está ocurriendo en
cada ciudad, en cada manifestación, una disputa ideológica permanente de
la lucha de los intereses de clase. Los jóvenes están siendo disputados
por las ideas de derecha y por la izquierda. Por los capitalistas y por
la clase trabajadora.
Brasil de Fato: ¿Cuáles son los objetivos de la derecha y sus propuestas?
JPS: La clase dominante, los
capitalistas y sus portavoces ideológicos que aparecen en la televisión
todos los días, tienen un gran objetivo: desgastar al máximo al gobierno
de Dilma, debilitar las formas organizativas de la clase trabajadora,
debilitar las propuestas de cambio estructural en la sociedad brasilera y
ganar las elecciones de 2014, para recomponer una hegemonía total en el
comando del Estado brasilero, que ahora está en disputa.
Para alcanzar esos objetivos ellos
todavía están tanteando, alternando sus tácticas. A veces provocan la
violencia, para desenfocar los objetivos de la juventud. A veces colocan
en las pancartas de los jóvenes sus mensajes. Por ejemplo, en la
manifestación del sábado, si bien pequeña, en San Pablo, fue totalmente
manipulada por sectores derechistas que pautaron solamente la lucha
contra el PEC 37, con pancartas iguales… y consignas iguales.
Ciertamente la mayoría de los jóvenes ni saben de lo que se trata. Y es
un tema secundario para la clase trabajadora, pero la derecha está
intentando levantar las banderas de la moralidad, como hizo con la UDN
en tiempos pasados.
He visto en las redes sociales
controladas por las derechas, que sus banderas, además de la PEC 37,
son: Salida de Renan del Senado; CPI o transparencia de los gastos de la
COPA; declarar a la corrupción crimen grave y terminar con los fueros
especiales para los políticos. Ya los grupos más fascistas dicen Fuera
Dilma y abajo firman con las acusaciones. Felizmente esas banderas no
tienen nada que ver con las condiciones de vida de las masas, aunque
ellas puedan ser manipuladas por los medios de comunicación. Y
objetivamente puede ser un tiro en el pie. Al final es la burguesía
brasilera, sus empresarios y políticos los que son los mayores corruptos
y corruptores. ¿Quién se apropió de los gastos exagerados de la Copa?
¡La red globo y las empresas contratistas!
Brasil de Fato: ¿Cuáles son
los desafíos que están colocados para la clase trabajadora y las
organizaciones populares y partidos de izquierda?
JPS: Los desafíos son muchos.
Primero debemos tener consciencia de la naturaleza de estas
manifestaciones, y salir todos a la calle, disputar corazones y mentes
para politizar esa juventud que no tiene experiencia en la lucha de
clases. Segundo, la clase trabajadora precisa movilizarse. Salir a la
calle, manifestase en las fábricas, campos y construcciones, como diría
Geraldo Vandré. Levantar sus demandas para resolver los problemas
concretos de la clase, desde el punto de vista económico y político.
Tercero, precisamos explicar al pueblo quienes son los principales
enemigos del pueblo. Y ahora son los bancos, las empresas
transnacionales que inciden en nuestra economía, los latifundios del
agronegocio y los especuladores.
Necesitamos tomar la iniciativa de
pautar el debate en la sociedad y exigir la aprobación del proyecto de
reducción de la jornada de trabajo a 40 horas; exigir que la prioridad
de las inversiones públicas sea en salud, educación, reforma agraria.
Pero para esto el gobierno necesita reducir intereses y dislocar los
recursos del superávit primario, aquellos 200 mil millones que todos los
años van apenas para 20 mil ricos, rentistas, acreedores de una deuda
interna que nunca contrajimos, dislocarlo para inversiones productivas y
sociales.
Aprobar en régimen de urgencia para
que entre en vigencia en las próximas elecciones una reforma política
de aliento, que mínimamente instituya el financiamiento público
exclusivo de la campaña, derecho a la revocación de mandatos y
plebiscitos populares auto convocados.
Necesitamos una reforma tributaria
que vuelva a cobrar ICms de las exportaciones primarias y penalice la
riqueza de los ricos, y alivie los impuestos de los pobres, que son los
que más pagan.
Necesitamos que el gobierno
suspenda las subastas del petróleo y todas las concesiones privatizantes
de mineras y otras áreas públicas. De nada sirve invertir todos los
royalties del petróleo en educación, si los royalties representaran
apenas el 8% de la renta petrolera, y los 92% restantes irán a las
empresas trasnacionales que se van a quedar con el petróleo en las
subastas!
Una reforma urbana estructural, que
vuelva a priorizar el transporte público, de calidad y con tarifa cero.
Ya está comprobado que no es caro, ni difícil instituir transporte
gratuito para las masas de las capitales. Y controlar la especulación
inmobiliaria.
Y finalmente, necesitamos
aprovechar y aprobar el proyecto de la conferencia nacional de la
comunicación, ampliamente representativa, de democratización de los
medios de comunicación. Para acabar con el monopolio de la Globo, y para
que el pueblo y sus organizaciones populares tengan amplio acceso a
comunicarse, crear sus propios medios de comunicación, con recursos
públicos. Escuché de diversos movimientos de la juventud que están
articulando las marchas, que tal vez esa sea la única bandera que los
unifica a todos: ¡abajo el monopolio de la Globo!
Pero para que esas banderas
resuenen en la sociedad y presionen al gobierno y los políticos, se
tiene que movilizar la clase trabajadora, solamente así esto sucederá.
Brasil de Fato: Ustedes desde
los movimientos sociales presentaron una carta pidiendo una reunión con
la presidenta Dilma y ella aceptó y respondió por televisión, ¿qué van a
llevarle a ella?
JPS: Tengo fe en que esa audiencia
acontezca pronto. Y allí ciertamente el conjunto de los movimientos
sociales van a enviar a sus jóvenes representantes que estuvieron en las
calles, y llevarán la plataforma que describí. Espero que ella tenga la
sensibilidad de oír a los jóvenes.
Brasil de Fato: ¿Qué es lo que el gobierno debería hacer ahora?
JPS: Espero que el gobierno tenga
la sensibilidad y la inteligencia de aprovechar este apoyo, este clamor
que viene de las calles, que es solo una síntesis de una consciencia
difundida en la sociedad, de que es hora de cambiar. Y de cambiar a
favor del pueblo. Y para eso el gobierno necesita enfrentar a la clase
dominante, en todos los aspectos. Enfrentar a la burguesía rentista,
dislocando el pago de intereses para inversiones en áreas que resuelvan
los problemas del pueblo. Promover pronto las reformas políticas,
tributarias. Encaminar la aprobación del proyecto de democratización de
los medios de comunicación. Crear mecanismos para inversiones pesadas en
transporte público, orientados a la tarifa cero. Acelerar la reforma
agraria y un plan de producción de alimentos sanos para el mercado
interno.
Garantizar pronto la aplicación del
10% del PBI en recursos públicos para la educación en todos los
niveles, desde los jardines infantiles en las grandes ciudades,
educación primaria de calidad hasta la universalización del acceso de
los jóvenes a la universidad pública.
Sin esto, habrá una decepción, y el
gobierno entregará a la derecha la iniciativa de las banderas, que
llevarán a nuevas manifestaciones, apuntando a desgastar al gobierno
hasta las elecciones del 2014. Es hora de que el gobierno se alíe al
pueblo, o pague las facturas en el futuro.
Brasil de Fato: ¿Y qué perspectivas esas movilizaciones pueden traer para el país en los próximos meses?
JPS: Todo es una incógnita todavía.
Porque los jóvenes y las masas están en disputa. Por eso es que las
fuerzas populares y los partidos de izquierda necesitan colocar todas
sus energías, para salir a las calles. Manifestarse, colocar como
banderas de lucha las demandas que interesan al pueblo. Porque la
derecha va a hacer las mismas cosas y colocar sus banderas,
conservadoras, atrasadas, de criminalización y estigmatización de las
ideas de cambio social. Estamos en medio de una batalla ideológica, de
la cual nadie sabe todavía cuál será el resultado. En cada ciudad, cada
manifestación, precisamos disputar corazones y mentes. Y quien se quede
afuera, quedará afuera de la historia.
São Paulo, 24 de junio de 2013.
Traducción: Facundo Ramos/ Argentina
(1) Vereador: miembro del gobierno local.
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