1 de junio 2013
Un balance nefasto
Jornada continental por el retiro de la MINUSTAH de Haití. Entrevista con Camille Chalmers.
En el año de 2004, el Consejo de Seguridad de
las Naciones Unidas decide crear la Misión de Estabilización de las
Naciones Unidas para Haití (MINUSTAH por su acrónimo en francés), luego
de que una intervención militar de comandada por Estados Unidos y
Francia derrocara al ex president Jean-Bertrand Aristide. Pasados nueve
años de la instalación de la MINUSTAH, la evaluación que se hace desde
el país caribeño es fuertemente negativa: no sólo ha cumplido con sus
objetivos de promover y proteger los derechos humanos, asegurar
elecciones transparentes, y proteger civiles de una supuesta
incontrolable situación de violencia, sino que su función está siendo
justamente la contraria, y con agregados nefastos como la introducción
del cólera al país provocando la muerte de decenas de miles de personas,
violaciones sistemáticas a mujeres, niñas y niños en barrios populares,
represión y masacres de civiles.
Esta misión se ha convertido además en la
fuerza que está asegurando la profundización de un proceso de
neoliberalización de la economía del país, reprimiendo a los movimientos
populares que luchan por detener o revertir dicho proceso. Es lo que
manifiesta Camille Challmers en entrevista especial con Radio Mundo Real
en ocasión de la Jornada Continental por el retiro de la MINUSTAH de
Haití, que se está realizando hoy, 1º de junio de 2013 en varios países
de la región.
Durante la entrevista Chalmers, integrante de la Plataforma Haitiana para un Desarrollo Alternativo (PAPDA) y de Jubileo Sur, destaca también otros ejemplos de cooperaciones que tienen resultados positivos para el pueblo haitiano, como las llevadas a cabo por Cuba, Venezuela y el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil. Sigue abajo la entrevista íntegra.
Se están cumpliendo nueve años de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití ¿Cuál es el balance que hacen las organizaciones y movimientos sociales de los resultados que se proponía alcanzar esta misión y de los resultados que está generando?
Un balance totalmente negativo para el pueblo de Haití, desde todos los puntos de vista. Si miramos los objetivos planteados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en sus múltiples resoluciones entre 2004 y 2012, podemos decir que todos esos objetivos han fracasado rotundamente. Primero, en relación con la cuestión de la seguridad ciudadana y de la estabilidad, a pesar de que Haití no es un país inseguro (los niveles de inseguridad son mucho más bajos que los de los países vecinos) no se ha dado ningún paso hacia adelante en ese aspecto. Sabemos que la fuente principal de inseguridad radica en el tráfico de drogas (12% de la cocaína que entra a Estados Unidos pasa por nuestro territorio), y eso no ha disminuido. Por el contrario, el tráfico de drogas ha aumentado y, por supuesto continúa su trabajo de desestabilización de la sociedad y de las instituciones.
Si tomamos las elecciones democráticas podemos decir que no hemos avanzado, sino al contrario. Si miramos el ciclo electoral entre 1990 y ahora, podemos decir que las últimas elecciones del 2010-2011 fueron las peores del ciclo electoral que empezó en los noventa. No solamente hubo una cantidad enorme de fraudes, hubo una gestión técnica muy pobre, una participación bajísima, y un control evidente de todo el proceso electoral por la MINUSTAH y por agentes externos, incluidos agentes de la OEA que difundieron los resultados sin ninguna relación con la votación real que se dio en Haití. Así que desde el punto de vista de la institucionalidad democrática podemos decir que la MINUSTAH no solamente no ha mejorado la situación, pero ha trabajado en contra del espíritu democrático, y no ha reforzado las instituciones democráticas del país.
Si tomamos la cuestión de los derechos humanos, la MINUSTAH no ha hecho ninguna intervención seria en los casos de violaciones sistemáticas de derechos humanos, como por ejemplo, de los trabajadores haitianos cortadores de caña que van a República Dominicana y que son expulsados, violando las convenciones internacionales y de los derechos de los trabajadores inmigrantes. Y la MINUSTAH no solamente no ha realmente trabajado para la defensa de los derechos humanos, pero la impunidad sistemática de las fuerzas armadas que están en nuestro país, ha reforzado toda la debilidad del sistema judicial. La población realmente no cree en la eficacia del Poder Judicial.
Lo más grave por supuesto, es la cuestión de la cólera, que fue una introducción de las fuerzas de la MINUSTAH, comprobado por instituciones científicas de Estados Unidos y de Francia. A pesar de esto, las Naciones Unidas no aceptan su culpabilidad, y su negligencia criminal en la introducción de esta enfermedad y sus consecuencias dramáticas. Estamos hablando de más de 8 300 muertos, de más de 630 mil afectados y daños muy graves desde el punto de vista social y económico para todo el país. Naciones Unidas está evocando la inmunidad de sus tropas, para realmente no pagar indemnizaciones, ni emprender procesos que podrían mejorar el acceso al agua potable y servicios de saneamiento, que es la única solución frente a la epidemia de cólera.
También desde el punto de vista de los derechos humanos, tenemos múltiples denuncias comprobadas de violaciones masivas a mujeres, niñas y niños, incluyendo el episodio que se dio en el barrio popular Martissant, donde más de 120 soldados de Sri Lanka han sido acusados, con muchas pruebas, de violaciones masivas contra mujeres de ese barrio. Y hasta ahora no se ha dado ningún juicio de tribunal para reparar los daños muy graves que se han hecho en esas familias.
En ese sentido se manifiesta que la MINUSTAH no solamente no está cumpliendo con su deber de velar por los derechos humanos, sino que se ha convertido directamente en violador de derechos humanos, como nos venis contando ¿Qué magnitud han adquirido en estos 9 años, estos casos de violaciones de derechos humanos, que incluyen además masacres y asesinatos a civiles?
Sí, la MINUSTAH se ha constituido en la fuerza de represión directa en contra de los barrios populares, sobre todo en Puerto Príncipe, ejerciendo una represión salvaje con un saldo importante de muertes civiles. La MINUSTAH además es la fuerza represiva desplegada frente a los movimientos ciudadanos pacíficos, como por ejemplo el gran movimiento para exigir el aumento del salario mínimo (en violación de la ley no se había subido el salario mínimo en más de 6 años). Era un movimiento ciudadano muy amplio, con muchísimos sectores, y la MINUSTAH fue el brazo armado que hizo la represión violenta en contra de los manifestantes, con represión física, encarcelamientos, lanzamiento masivo de gases lacrimógenos, inclusive dentro de un hospital de niños, cosas muy graves con un saldo muy importante en términos de daños a los derechos básicos de las personas.
Y en todo esto, se puede notar que por ejemplo, cuando el presidente (Michel) Martelly decidió encarcelar a un parlamentario en funciones, lo cual es totalmente contrario a la Constitución, la MINUSTAH fue la fuerza desplegada en las calles para asegurar que el encarcelamiento tuviera lugar.
¿Existe una relación entre la presencia de esta fuerza de ocupación y el desarrollo de la política económica en todo este tiempo? ¿Cómo describirías la evolución económica de Haití en estos años?
Bueno, desde los años ’83, ’84 se viene fijando una política neoliberal, que ha generado una destrucción sistemática de la capacidad productiva del campesinado, con la transferencia de activos hacia el sector privado, con el desmantelamiento de todo sistema de protección social y con la privatización masiva de los activos públicos. Esta tendencia se ha reforzado, y la MINUSTAH es una presencia para favorecer y garantizar el éxito de esta política. Se vio muy claramente cuando se hizo la privatización violenta de la telefonía pública, cuando hubo un despido ilegal de más de dos mil trabajadores, y la MINUSTAH se presentó como la fuerza que garantizaba que esa operación pudiera suceder.
La visión política impuesta por el imperialismo por supuesto conlleva un componente represivo, porque las políticas tienen una inmediata polarización social, de empeoramiento de las condiciones de vida de las grandes masas, y eso significa sublevamiento, protestas, manifestaciones, etcétera, y la MINUSTAH es la fuerza represiva básica utilizada por el imperialismo para asegurar que esas políticas se mantengan.
Existen otros ejemplos sin embargo, de relacionamiento de los países de la región con Haití. Recordamos, por ejemplo que Venezuela fue uno de los primeros países de la región en colaborar cuando ustedes sufrieron el terremoto en el año de 2010.
Sabemos que Cuba cumple un rol con el envío de profesionales de la salud, así como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil lleva algunos años también haciendo brigadas de solidaridad con Haití. ¿Cómo evalúan ustedes este tipo de relacionamiento de los países de la región con el pueblo haitiano?
Sí, tenemos en Haití ejemplos muy bonitos de cooperación solidaria, de cooperación respetuosa, de cooperación que realmente tiene efectos significativos en las condiciones de vida cotidiana de la gente. Empezando por la cooperación con Cuba, que empezó en el ’98, y en el campo de la salud dio resultados extraordinarios, con una integración total de los médicos cubanos en las comunidades rurales, y que contribuyen mucho a luchar para mejorar el acceso a los servicios públicos de salud. Y debo subrayar que por ejemplo, el saldo de muertos que tenemos a causa del cólera hubiera sido por lo menos el triple sin la presencia de los médicos cubanos.
Así que es realmente un ejemplo maravilloso de la cooperación solidaria, de la cooperación que no genera endeudamiento, una cooperación que no genera dependencia, y que ayuda al pueblo a atacar problemas sociales básicos. Y esta cooperación se ha reforzado ahora con la presencia de la cooperación venezolana, con la relación triangular Cuba-Haití-Venezuela, que interviene en varios sectores, como el sector de la salud, el apoyo a la pequeña agricultura campesina y la pesca, que son sectores muy importantes para ayudar al pueblo de Haití a salir de esta crisis.
También queremos señalar una presencia muy importante de una brigada de solidaridad, que se llama Brigada Dessalines (por el nombre del libertador de Haití), que fue una decisión del Movimiento Sin Tierra con Vía Campesina, que es una brigada que trabaja en Haití desde hace cuatro años y medio, con una presencia muy importante, con mucha ternura al lado de los movimientos campesinos de todo el país.
Destacaste que son cooperaciones que no genera endeudamiento. Recordamos que a partir del terremoto en 2010 hubo aprobaciones de préstamos para la recuperación del país. ¿Cuál fue el rol que jugaron Estados Unidos y las empresas transnacionales en estos últimos años?
Es muy significativo constatar que después de tres años del terremoto, el país no ha entrado en un proceso de reconstrucción, y la mayoría de las infraestructuras destruidas durante el terremoto todavía están en el suelo. Y a pesar de eso se ha gastado dicen, más de 6 mil millones de dólares, pero más del 85% de esta suma fue absorbida por las burocracias estatales de los países dominantes o por las ONG que trabajan dentro de la política imperialista. Muy poca plata ha llegado realmente al pueblo, y se puede ver muy por los resultados insignificantes que existen en el terreno. Estados Unidos ha utilizado esta crisis humanitaria para reforzar su presencia militar en el Caribe, haciendo una invasión militar de más de 23 mil marinos un día después del terremoto, con 165 barcos, con sólo 1 barco hospital y 164 barcos de guerra. Nada que ver con la violenta crisis humanitaria que está viviendo el pueblo de Haití. Utilizaron también el terremoto como momento de desestabilización de las elecciones del país, para reforzar la dependencia y entrar en un proceso de control de todos los sectores estratégicos del país. Por ejemplo, hay una ofensiva nueva para el control de las tierras, acaparamiento masivo de tierras, construcciones de hoteles de lujo, construcción de zonas francas; y ahora hay 52 proyectos mineros controlados totalmente por las empresas norteamericanas y canadienses, y todo esto por supuesto bajo la protección de esta ocupación militar.
Así que el terremoto fue un momento trágico para la población de Haití, pero también un momento revelador del significado de la cooperación de las Instituciones Financieras Internacionales, y la cooperación controlada por el imperialismo como mecanismo para reforzar su dominación.
Señalas que hay un rechazo contundente de las organizaciones y movimientos populares hacia la MINUSTAH. ¿Cómo está la lucha de los movimientos populares en torno a este tema y a estas otras problemáticas que venís mencionando?
Dentro del movimiento popular hay una dinámica ahora muy interesante de convergencia, y estamos en las vísperas de la creación de un potente movimiento democrático patriótico para lograr la salida de las tropas de la MINUSTAH. Y se ve muy bien que en todas las organizaciones hay una clara consciencia de que la MINUSTAH es una tropa de ocupación, una clara consciencia de que hay que luchar contra eso. Y eso se manifiesta de múltiples maneras. El último ejemplo que tuvimos fue la gran movilización de 40 mil campesinos durante el mes de marzo que denunciaron muy claramente esta presencia militar y que reclamaron la recuperación de la soberanía, y que también expresaron su rechazo contra la presencia de Monsanto en el país y de las semillas transgénicas. Así que estamos en un proceso de construcción del movimiento, y el primero de junio es un momento importante. Hay múltiples iniciativas, va a haber mucha manifestación, mucha reunión, debates, conferencias para evaluar estos nueve años, pero también para buscar pistas de nuevas articulaciones dentro del movimiento popular para romper con la dispersión que existió durante los últimos años.
Se logró ahora coordinar con los movimientos sociales del continente organizar esta Jornada Continental por el retiro de las tropas de la MINUSTAH en Haití.
Este día continental contra la MINUSTAH fue decidido desde el año pasado, e involucra una participación activa de muchas organizaciones y redes del continente, sobre todo en Brasil, en Uruguay, en Argentina, en Chile y en muchos otros países, en Honduras, etc. El viernes pasado hubo una gran manifestación de calle en Uruguay, que protestaron contra la presencia de las tropas uruguayas en Haití. Y hay una consciencia creciente de que defender la autonomía y la autodeterminación del pueblo de Haití es parte de los mecanismos para realmente entrar en la integración soberana de los pueblos y de tener otra América Latina. Es muy importante denunciar esta vergüenza de la presencia masiva de tropas brasileras, argentinas, uruguayas, guatemaltecas, etc. El objetivo presentado para este día de movilización es de reclamar el retiro inmediato de las tropas de la MINUSTAH, el retiro inmediato sobre todo de las tropas de la UNASUR, y también hacer una movilización fuerte a nivel continental para exigir a las Naciones Unidas el reconocimiento de su culpa en la introducción del cólera, e indemnizaciones adecuadas para entrar en un proceso de justicia y reparación para las víctimas del cólera y para todo el país.
En el 1º de junio vamos a recibir delegados de más de 20 países del continente, muchas organizaciones sindicales, muchas organizaciones solidarias de mujeres, que van a hacer presencia para manifestar su voluntad de participar en esta lucha para el retiro de las tropas.
Debemos subrayar también que ayer el Senado de la república tomó otra resolución reclamando la salida de las tropas, como ya lo hizo hace dos años.
Como decís, el Senado ya se había pronunciado por el retiro de las tropas en 2011 sin que se haya producido ningún resultado en ese sentido. ¿Dónde están las trabas para que estas decisiones del Senado no puedan seguir adelante?
Está claro que esto es la manifestación de una situación de ocupación. Porque si tenemos al Senado de la república que manifiesta claramente con unanimidad la voluntad de reclamar el retiro de las tropas y no pasa nada, eso demuestra que estamos bajo una ocupación, donde las decisiones del país no están incluyendo al pueblo de Haití. Pero estamos en otra coyuntura, y en la coyuntura actual hay un rechazo creciente de esa presencia, y estoy seguro que esta nueva resolución del Senado va a tener un impacto político muy fuerte en el proceso de construcción de un nuevo movimiento patriótico.
Durante la entrevista Chalmers, integrante de la Plataforma Haitiana para un Desarrollo Alternativo (PAPDA) y de Jubileo Sur, destaca también otros ejemplos de cooperaciones que tienen resultados positivos para el pueblo haitiano, como las llevadas a cabo por Cuba, Venezuela y el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil. Sigue abajo la entrevista íntegra.
Se están cumpliendo nueve años de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití ¿Cuál es el balance que hacen las organizaciones y movimientos sociales de los resultados que se proponía alcanzar esta misión y de los resultados que está generando?
Un balance totalmente negativo para el pueblo de Haití, desde todos los puntos de vista. Si miramos los objetivos planteados por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en sus múltiples resoluciones entre 2004 y 2012, podemos decir que todos esos objetivos han fracasado rotundamente. Primero, en relación con la cuestión de la seguridad ciudadana y de la estabilidad, a pesar de que Haití no es un país inseguro (los niveles de inseguridad son mucho más bajos que los de los países vecinos) no se ha dado ningún paso hacia adelante en ese aspecto. Sabemos que la fuente principal de inseguridad radica en el tráfico de drogas (12% de la cocaína que entra a Estados Unidos pasa por nuestro territorio), y eso no ha disminuido. Por el contrario, el tráfico de drogas ha aumentado y, por supuesto continúa su trabajo de desestabilización de la sociedad y de las instituciones.
Si tomamos las elecciones democráticas podemos decir que no hemos avanzado, sino al contrario. Si miramos el ciclo electoral entre 1990 y ahora, podemos decir que las últimas elecciones del 2010-2011 fueron las peores del ciclo electoral que empezó en los noventa. No solamente hubo una cantidad enorme de fraudes, hubo una gestión técnica muy pobre, una participación bajísima, y un control evidente de todo el proceso electoral por la MINUSTAH y por agentes externos, incluidos agentes de la OEA que difundieron los resultados sin ninguna relación con la votación real que se dio en Haití. Así que desde el punto de vista de la institucionalidad democrática podemos decir que la MINUSTAH no solamente no ha mejorado la situación, pero ha trabajado en contra del espíritu democrático, y no ha reforzado las instituciones democráticas del país.
Si tomamos la cuestión de los derechos humanos, la MINUSTAH no ha hecho ninguna intervención seria en los casos de violaciones sistemáticas de derechos humanos, como por ejemplo, de los trabajadores haitianos cortadores de caña que van a República Dominicana y que son expulsados, violando las convenciones internacionales y de los derechos de los trabajadores inmigrantes. Y la MINUSTAH no solamente no ha realmente trabajado para la defensa de los derechos humanos, pero la impunidad sistemática de las fuerzas armadas que están en nuestro país, ha reforzado toda la debilidad del sistema judicial. La población realmente no cree en la eficacia del Poder Judicial.
Lo más grave por supuesto, es la cuestión de la cólera, que fue una introducción de las fuerzas de la MINUSTAH, comprobado por instituciones científicas de Estados Unidos y de Francia. A pesar de esto, las Naciones Unidas no aceptan su culpabilidad, y su negligencia criminal en la introducción de esta enfermedad y sus consecuencias dramáticas. Estamos hablando de más de 8 300 muertos, de más de 630 mil afectados y daños muy graves desde el punto de vista social y económico para todo el país. Naciones Unidas está evocando la inmunidad de sus tropas, para realmente no pagar indemnizaciones, ni emprender procesos que podrían mejorar el acceso al agua potable y servicios de saneamiento, que es la única solución frente a la epidemia de cólera.
También desde el punto de vista de los derechos humanos, tenemos múltiples denuncias comprobadas de violaciones masivas a mujeres, niñas y niños, incluyendo el episodio que se dio en el barrio popular Martissant, donde más de 120 soldados de Sri Lanka han sido acusados, con muchas pruebas, de violaciones masivas contra mujeres de ese barrio. Y hasta ahora no se ha dado ningún juicio de tribunal para reparar los daños muy graves que se han hecho en esas familias.
En ese sentido se manifiesta que la MINUSTAH no solamente no está cumpliendo con su deber de velar por los derechos humanos, sino que se ha convertido directamente en violador de derechos humanos, como nos venis contando ¿Qué magnitud han adquirido en estos 9 años, estos casos de violaciones de derechos humanos, que incluyen además masacres y asesinatos a civiles?
Sí, la MINUSTAH se ha constituido en la fuerza de represión directa en contra de los barrios populares, sobre todo en Puerto Príncipe, ejerciendo una represión salvaje con un saldo importante de muertes civiles. La MINUSTAH además es la fuerza represiva desplegada frente a los movimientos ciudadanos pacíficos, como por ejemplo el gran movimiento para exigir el aumento del salario mínimo (en violación de la ley no se había subido el salario mínimo en más de 6 años). Era un movimiento ciudadano muy amplio, con muchísimos sectores, y la MINUSTAH fue el brazo armado que hizo la represión violenta en contra de los manifestantes, con represión física, encarcelamientos, lanzamiento masivo de gases lacrimógenos, inclusive dentro de un hospital de niños, cosas muy graves con un saldo muy importante en términos de daños a los derechos básicos de las personas.
Y en todo esto, se puede notar que por ejemplo, cuando el presidente (Michel) Martelly decidió encarcelar a un parlamentario en funciones, lo cual es totalmente contrario a la Constitución, la MINUSTAH fue la fuerza desplegada en las calles para asegurar que el encarcelamiento tuviera lugar.
¿Existe una relación entre la presencia de esta fuerza de ocupación y el desarrollo de la política económica en todo este tiempo? ¿Cómo describirías la evolución económica de Haití en estos años?
Bueno, desde los años ’83, ’84 se viene fijando una política neoliberal, que ha generado una destrucción sistemática de la capacidad productiva del campesinado, con la transferencia de activos hacia el sector privado, con el desmantelamiento de todo sistema de protección social y con la privatización masiva de los activos públicos. Esta tendencia se ha reforzado, y la MINUSTAH es una presencia para favorecer y garantizar el éxito de esta política. Se vio muy claramente cuando se hizo la privatización violenta de la telefonía pública, cuando hubo un despido ilegal de más de dos mil trabajadores, y la MINUSTAH se presentó como la fuerza que garantizaba que esa operación pudiera suceder.
La visión política impuesta por el imperialismo por supuesto conlleva un componente represivo, porque las políticas tienen una inmediata polarización social, de empeoramiento de las condiciones de vida de las grandes masas, y eso significa sublevamiento, protestas, manifestaciones, etcétera, y la MINUSTAH es la fuerza represiva básica utilizada por el imperialismo para asegurar que esas políticas se mantengan.
Existen otros ejemplos sin embargo, de relacionamiento de los países de la región con Haití. Recordamos, por ejemplo que Venezuela fue uno de los primeros países de la región en colaborar cuando ustedes sufrieron el terremoto en el año de 2010.
Sabemos que Cuba cumple un rol con el envío de profesionales de la salud, así como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) de Brasil lleva algunos años también haciendo brigadas de solidaridad con Haití. ¿Cómo evalúan ustedes este tipo de relacionamiento de los países de la región con el pueblo haitiano?
Sí, tenemos en Haití ejemplos muy bonitos de cooperación solidaria, de cooperación respetuosa, de cooperación que realmente tiene efectos significativos en las condiciones de vida cotidiana de la gente. Empezando por la cooperación con Cuba, que empezó en el ’98, y en el campo de la salud dio resultados extraordinarios, con una integración total de los médicos cubanos en las comunidades rurales, y que contribuyen mucho a luchar para mejorar el acceso a los servicios públicos de salud. Y debo subrayar que por ejemplo, el saldo de muertos que tenemos a causa del cólera hubiera sido por lo menos el triple sin la presencia de los médicos cubanos.
Así que es realmente un ejemplo maravilloso de la cooperación solidaria, de la cooperación que no genera endeudamiento, una cooperación que no genera dependencia, y que ayuda al pueblo a atacar problemas sociales básicos. Y esta cooperación se ha reforzado ahora con la presencia de la cooperación venezolana, con la relación triangular Cuba-Haití-Venezuela, que interviene en varios sectores, como el sector de la salud, el apoyo a la pequeña agricultura campesina y la pesca, que son sectores muy importantes para ayudar al pueblo de Haití a salir de esta crisis.
También queremos señalar una presencia muy importante de una brigada de solidaridad, que se llama Brigada Dessalines (por el nombre del libertador de Haití), que fue una decisión del Movimiento Sin Tierra con Vía Campesina, que es una brigada que trabaja en Haití desde hace cuatro años y medio, con una presencia muy importante, con mucha ternura al lado de los movimientos campesinos de todo el país.
Destacaste que son cooperaciones que no genera endeudamiento. Recordamos que a partir del terremoto en 2010 hubo aprobaciones de préstamos para la recuperación del país. ¿Cuál fue el rol que jugaron Estados Unidos y las empresas transnacionales en estos últimos años?
Es muy significativo constatar que después de tres años del terremoto, el país no ha entrado en un proceso de reconstrucción, y la mayoría de las infraestructuras destruidas durante el terremoto todavía están en el suelo. Y a pesar de eso se ha gastado dicen, más de 6 mil millones de dólares, pero más del 85% de esta suma fue absorbida por las burocracias estatales de los países dominantes o por las ONG que trabajan dentro de la política imperialista. Muy poca plata ha llegado realmente al pueblo, y se puede ver muy por los resultados insignificantes que existen en el terreno. Estados Unidos ha utilizado esta crisis humanitaria para reforzar su presencia militar en el Caribe, haciendo una invasión militar de más de 23 mil marinos un día después del terremoto, con 165 barcos, con sólo 1 barco hospital y 164 barcos de guerra. Nada que ver con la violenta crisis humanitaria que está viviendo el pueblo de Haití. Utilizaron también el terremoto como momento de desestabilización de las elecciones del país, para reforzar la dependencia y entrar en un proceso de control de todos los sectores estratégicos del país. Por ejemplo, hay una ofensiva nueva para el control de las tierras, acaparamiento masivo de tierras, construcciones de hoteles de lujo, construcción de zonas francas; y ahora hay 52 proyectos mineros controlados totalmente por las empresas norteamericanas y canadienses, y todo esto por supuesto bajo la protección de esta ocupación militar.
Así que el terremoto fue un momento trágico para la población de Haití, pero también un momento revelador del significado de la cooperación de las Instituciones Financieras Internacionales, y la cooperación controlada por el imperialismo como mecanismo para reforzar su dominación.
Señalas que hay un rechazo contundente de las organizaciones y movimientos populares hacia la MINUSTAH. ¿Cómo está la lucha de los movimientos populares en torno a este tema y a estas otras problemáticas que venís mencionando?
Dentro del movimiento popular hay una dinámica ahora muy interesante de convergencia, y estamos en las vísperas de la creación de un potente movimiento democrático patriótico para lograr la salida de las tropas de la MINUSTAH. Y se ve muy bien que en todas las organizaciones hay una clara consciencia de que la MINUSTAH es una tropa de ocupación, una clara consciencia de que hay que luchar contra eso. Y eso se manifiesta de múltiples maneras. El último ejemplo que tuvimos fue la gran movilización de 40 mil campesinos durante el mes de marzo que denunciaron muy claramente esta presencia militar y que reclamaron la recuperación de la soberanía, y que también expresaron su rechazo contra la presencia de Monsanto en el país y de las semillas transgénicas. Así que estamos en un proceso de construcción del movimiento, y el primero de junio es un momento importante. Hay múltiples iniciativas, va a haber mucha manifestación, mucha reunión, debates, conferencias para evaluar estos nueve años, pero también para buscar pistas de nuevas articulaciones dentro del movimiento popular para romper con la dispersión que existió durante los últimos años.
Se logró ahora coordinar con los movimientos sociales del continente organizar esta Jornada Continental por el retiro de las tropas de la MINUSTAH en Haití.
Este día continental contra la MINUSTAH fue decidido desde el año pasado, e involucra una participación activa de muchas organizaciones y redes del continente, sobre todo en Brasil, en Uruguay, en Argentina, en Chile y en muchos otros países, en Honduras, etc. El viernes pasado hubo una gran manifestación de calle en Uruguay, que protestaron contra la presencia de las tropas uruguayas en Haití. Y hay una consciencia creciente de que defender la autonomía y la autodeterminación del pueblo de Haití es parte de los mecanismos para realmente entrar en la integración soberana de los pueblos y de tener otra América Latina. Es muy importante denunciar esta vergüenza de la presencia masiva de tropas brasileras, argentinas, uruguayas, guatemaltecas, etc. El objetivo presentado para este día de movilización es de reclamar el retiro inmediato de las tropas de la MINUSTAH, el retiro inmediato sobre todo de las tropas de la UNASUR, y también hacer una movilización fuerte a nivel continental para exigir a las Naciones Unidas el reconocimiento de su culpa en la introducción del cólera, e indemnizaciones adecuadas para entrar en un proceso de justicia y reparación para las víctimas del cólera y para todo el país.
En el 1º de junio vamos a recibir delegados de más de 20 países del continente, muchas organizaciones sindicales, muchas organizaciones solidarias de mujeres, que van a hacer presencia para manifestar su voluntad de participar en esta lucha para el retiro de las tropas.
Debemos subrayar también que ayer el Senado de la república tomó otra resolución reclamando la salida de las tropas, como ya lo hizo hace dos años.
Como decís, el Senado ya se había pronunciado por el retiro de las tropas en 2011 sin que se haya producido ningún resultado en ese sentido. ¿Dónde están las trabas para que estas decisiones del Senado no puedan seguir adelante?
Está claro que esto es la manifestación de una situación de ocupación. Porque si tenemos al Senado de la república que manifiesta claramente con unanimidad la voluntad de reclamar el retiro de las tropas y no pasa nada, eso demuestra que estamos bajo una ocupación, donde las decisiones del país no están incluyendo al pueblo de Haití. Pero estamos en otra coyuntura, y en la coyuntura actual hay un rechazo creciente de esa presencia, y estoy seguro que esta nueva resolución del Senado va a tener un impacto político muy fuerte en el proceso de construcción de un nuevo movimiento patriótico.
(CC) 2009 - 2013 Radio Mundo Real 10 años
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