Y
quién dice que no fue una provocación de los servicios de inteligencia,
con 300 infiltrados que actuaron organizadamente con la colaboración de
FALSIMEDIA ?
No es la primera vez que los servicios de inteligencia provocan destrozos después de un acto de masas. Lo hicieron ya desde aquel histórico día después del entierro de Liber Arce. A pocas cuadras de donde aún se concentraba miles de personas frente al paraninfo de la Universidad, un grupo de 50 hombres (algunos de traje y corbata y con corte de pelo rapé) arremetían contra las vidrieras de 18 de julio, mientras que otros merodeantes de la noche uruguaya aprovechaban para desvalijar las vidrieras. Ya desde entonces cada vez que hay algo en la política uruguaya, como por ejemplo la concentración que se hizo en la plaza Libertad en repudio cuando la SCJ declaró la inconstitucionalidad de dos artículos que interpretaban la Ley de Caduciadad.
Entonces se corrió el riesgo de que provocadores de inteligencia sabotearan la multitudinaria y pacífica concentración que hubo en la Plaza Cagancha en repudio los dinosauros de la SCJ.
Y ahora el muro de la SCJ está cayendo acorralado no solamente por la opinión publica uruguaya sino a nivel internacional, con "recomendaciones" de la ONU, organizaciones de derechos humanos y hasta pronunciamientos en un coloquio realizado en París donde las mas prestigiosas figuras pusieron en entredicho la posición de la SCJ en cuanto a delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura por bandas criminales militares y policiales.
Las mismas bandas policiales de inteligencia formulan hoy la acusación de que "grupos radicales de izquierda" provocaron destrozos en los vidrios después de "disturbios" organizados.
Si desde aquí, esta modesta pagina con información alternativa que le da voz a sectores de DDHH uruguayos se dice "asi funciona la criminalización", es porque los causantes de los disturbios no fueron de izquierda, ni radical, ni nada tiene que ver con la protesta que se hizo en la SCJ cuando se transladó a la jueza Mota, lo cual se lo calificó como "asonada", luego citando a los participantes por el Departamento de Operaciones Espaciales de la Policía a un interrogatorio en San José y Yi.
Por último: a quien le sirve esta rotura de vidrios y destrozos?
Esta claro!
Fueron infiltrados de inteligencia, con colaboración de la policía que incitó a la violencia callejera a la masa que estaba en los festejos de Peñarol y organizadamente apedreó la SCJ. Serían los mismos que causaban destrozos y entre ellos se daban el trato de "señor, rompa ese vidrio"
Y esto quién lo va a investigar?
Ello lleva a pensar que hay "alguien" organizado que le roba de su casa la computadora de Mirtha Guianze, que descuartiza en el Tigre al testigo de enterramientos Ramirez, que deja hospitalizado a golpes al cabo Alegria en Rocha tambien testigo de enterramientos, y que provocan disturbios "falsa bandera "en acontecimientos de masa.
Mientras la impunidad sigue vigente.
blog El Muerto Información Alternativa
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Eduardo Barrenenche
Fuentes de Inteligencia Policial dijeron a El País que
grupos radicales -integrados por unas 300 personas- se prepararon para
atacar la sede de la Suprema Corte de Justicia -situada a pocos metros
de la Plaza Libertad- mientras se desarrollaban los festejos de los
parciales mirasoles. Agregaron que estos grupos están vinculados a la
ocupación de la Suprema Corte de Justicia realizada el 15 de febrero
para protestar por el traslado de la jueza Mariana Motta.
Investigadores policiales señalaron que, además de
miembros escindidos del MPP y Partido Comunista, en el intento de
invadir la sede de la Suprema Corte había integrantes de Plenaria
Memoria y Justicia y Asamblea Popular, grupos que "no dudan en utilizar
la violencia" en sus protestas. Además de estar organizados, resultó
obvio que la sede de la Corte "fue su objetivo principal", agregaron los
informantes.
El jefe de Policía de Montevideo, inspector principal
(r) Mario Layera, dijo a El País que los investigadores estudian las
filmaciones de las cámaras instaladas en 18 de Julio a cargo del Comando
Unificado del Ministerio del Interior y las dispuestas por la Jefatura.
"La medida se hace para identificar al grupo de 280
personas que para nosotros actuó organizadamente y provocó daños y
destrozos" en el centro, dijo Layera.
Consultado sobre la razón que lleva a la Policía a
deducir que el grupo de vándalos que atacó la sede a la Suprema Corte
actuó organizadamente, Layera respondió: "los festejos estaban
transcurriendo en forma normal y sin ningún tipo de provocación
comenzaron a suceder hechos de violencia".
Agregó que, luego de atacar la sede judicial, "esos individuos también se dispersaron en forma organizada".
Un comunicado de prensa emitido ayer por la Jefatura
de Montevideo y firmado por Layera señala que "supuestos hinchas"
pretendieron "atacar" las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia.
En el programa Poder Pensar del canal 20 (TCC), el
director nacional de Policía, inspector principal (r) Julio Guarteche,
dijo ayer que grupos radicales intentaron ocupar la sede de la Corte.
"Ya lo han hecho en otras oportunidades contra la propias instalaciones
del Ministerio del Interior, hay grupos radicales que tienen esa
capacidad", señaló.
Según Guarteche, los manifestantes "no tienen nada
que ver con el fútbol. Demostraron una capacidad de organización desde
el primer instante, inclusive ahora (ayer) analizando los hechos, ya
había gente reunida desde antes de terminar el partido, pero parecían
ser parciales. Después cuando se juntaron los verdaderos parciales,
aprovecharon ese conjunto de gente para accionar de esa manera, durante
un espacio corto de tiempo".
Pedrea
El Comando de la Jefatura de Policía había ordenado
un operativo disuasorio en el entorno de la sede de la Suprema Corte con
vallados y 60 policías.
Fuentes policiales dijeron a El País que el volumen
de efectivos dispuestos frente a la sede de la Corte representó un 15%
(64) de los 430 policías destinados para el operativo en el Centro de
Montevideo: 220 agentes de la Jefatura apoyados por 210 efectivos de la
Guardia Republicana. Durante cinco minutos, los 64 policías destinados a
la protección de la Corte sufrieron una constante pedrea de unos 300
manifestantes, quienes lograron ingresar al edificio de Tribunales y se
llevaron dos monitores de computadores. También destrozaron varias
ventanas. (Ver nota aparte).
Por la calle San José se acercaron grupos de choque
de la Guardia Republicana en apoyo a los policías ubicados frente a la
sede del Poder Judicial.
Tras ser repelidos por la Policía, los manifestantes
radicales se disolvieron en pequeños grupos que "continuaron los
desmanes, daños y agresiones a los largo de la Avenida Libertador",
señala el comunicado del jefe de Policía de Montevideo.
Para el Comando de la Jefatura, el número de
efectivos dispuesto para el operativo "estaba bien cubierto" porque no
contaba con información previa de que un grupo organizado de unas 300
personas generaría disturbios con extrema violencia. Los disturbios
concluyeron con un comercio robado en 18 de Julio y Vázquez, 29 locales
comerciales dañados, ocho móviles policiales con roturas, y 17 policías
de la Jefatura y cinco efectivos de la Guardia Republicana heridos.
En el operativo policial fueron detenidas 89
personas, las cuales fueron liberadas a las pocas horas por el juez
Roberto Timbal. "Fue gente que estuvo en los tumultos pero no aparecen
individualizados en hechos concretos", explicó el magistrado ayer a El
País. "No es que el caso se haya archivado, pero por el momento no hay
elementos ni una denuncia concreta contra nadie", agregó.
El juez dijo que "se va a armar un presumario
siempre y cuando la Policía aporte elementos concretos, porque si no, no
da ni para eso".
Denuncia penal
La Suprema Corte radicó ayer una denuncia ante la
Seccional 2ª de Policía por los destrozos provocados al Palacio Piria y
al Palacio de los Tribunales en el marco de los desbordes ocurridos en
la madrugada de ayer en la celebración de parciales mirasoles.
Una medida similar adoptó el Comando de la Jefatura
por los daños a sus móviles. También presentaron denuncias penales
propietarios de comercios dañados y policías heridos en los disturbios
El agente Robert Núñez fue uno de los heridos. "A un
compañero le estaban pegando con un tacho de la basura en la cabeza.
Fui a defenderlo y me pegaron con una botella. Me dieron ocho puntos.
Estaba de particular", relató.
Según Núñez, su compañero corre riesgo de perder un ojo por los golpes recibidos. (Producción: Pablo Meléndrez)
Reparar vidrios saldrá US$ 30 mil; la SCJ tendrá portón
La reparación de los vidrios del Palacio de los
Tribunales, ubicado en el edificio de la ex-Onda frente a la
sede de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), tendrá un costo aproximado a
los $ 600 mil más IVA, es decir, más de US$ 30 mil, dijo el director
de los Servicios Administrativos del Poder Judicial, Elbio Méndez Areco.
El jerarca informó a El País que el dinero saldrá de
las arcas del Poder Judicial, ya que los ventanales no estaban
asegurados. La reparación total del edificio demandará entre cuatro y
cinco días.
Por otra parte, en el acuerdo de ayer, los ministros
de la SCJ decidieron reinstalar un portón en el ingreso al Palacio
Piria, sede de la Corporación, que fue retirado hace más de 40 años,
debido a los últimos episodios de violencia registrados contra el
edificio.
"Desde febrero, cuando ocurrió la ocupación de la
Corte, estamos funcionando con la puerta de edificio cerrada en horario
de oficina, cuando lo que nosotros queremos es ser una dependencia
estatal de puertas abiertas en el horario de oficina", dijo el ministro
de la SCJ, Jorge Chediak.
El magistrado indicó a El País que ayer no se
profundizó en el análisis del tema, sino que se tomaron las decisio-
nes administrativas necesarias para la pronta reparación de los
edificios dañados.
Según Chediak, el presidente de la SCJ, Jorge Ruibal
Pino, mantuvo un contacto con el director nacional de Policía, Julio
Guarteche, quien le dio detalles sobre el operativo de seguridad y
reconoció que los efectivos dispuestos en el lugar se vieron
"desbordados" por la cantidad y el accionar violento de los
manifestantes.
Por ahora, ¡hacer molde, compatriotas!
Al igual que
el sagaz ministro del interior y la ex ministra “macanuda” del mismo ramo, soy
un desgraciado hincha de Wanderers que seguramente nunca tendrá el pretexto de
un buen triunfo futbolero para irme al Centro a intentar copar edificios de
algún sub poder del Estado o reventar un par de pobres kioscos de diarios y revistas.
No sé… No es
mala la idea de disfrazarme de manya o de bolso y salir a darle a diestra y siniestra
a lo que venga, incluido algo uniformado que camine aunque sea un acomodador de
cine, un patovica de “pare de sufrir” o un inspector de tránsito.
Además, me
está faltando un buen lavarropas aunque carezca de garantía, porque con estos
fríos de invierno anticipado da miedo meter las manos en el agua (que, por otra
parte, está podrida, y yo trabajo mucho con los dedos).
Es más: atendiendo
a la calamitosa situación de mi cuadrito, creo que lo más atinado sería, tal
vez, cambiar de camiseta de una vez por todas y ponerme, definitivamente, una
de ganador mismo… ¡Qué sé yo!... ir atalonando unas buenas dósis de alguna
sustancia bien polenta, unos trolis de buen tinto lija, de ser posible, y
quedarme “amartillado” para el próximo evento y sus correspondientes festejos
en nuestra principal avenida y adyacencias.
Todavía no
sé qué objeto contundente debería proveerme para la próxima ocasión propicia,
pero lo más probable es que consulte al respecto a la ex ministra bohemia ahora
que se ha puesto bastante radical, por más que ella está más bien especializada
en la difícil tarea compañera de romperle algo, directamente, al mismo señor
presidente de la república, que no sé de qué cuadro es aunque sí para qué arco
patea.
Lo confieso:
en realidad, tengo tremenda confusión ideológico-ontológica.
En el fondo,
no me gusta mucho la idea de atracar contra el lugar de trabajo de cinco ministros
que podrían correr el riesgo de ser despedidos por haberse olvidado de volver a
hacer poner el portón que hace 40 años, en plena algarabía democrático-civilista,
fuera quitado de la entrada del edificio del Pasaje de los Derechos Humanos
como gesto simbólico de compromiso con la paz y la armonía entre los orientales,
que nos habíamos olvidado que esa era la sede de la “suprema corte de
justicia”.
Capaz que lo
mejor sería arremeter lisa y llanamente contra esa estatua rara y larga ubicada
a pocos metros del Pasaje de los DD.HH.,
que nadie sabe qué tiene allá arriba, entre los dedos, ni qué tiene que ver con
la batalla de Cagancha. Tampoco se entiende porqué está ahí, siempre
entorpeciendo el tránsito, en el medio de la calle, como provocando a los
automovilistas y a los zorros de la IM y de Jefatura.
No sé. Me
abruma, en serio, un titubeo angustiante que acentúa mi diabetes y acalora mi
sangre de bohemio nacido para perder y para que todo el mundo te diga: “¿Wanderers?...
¿El cuadrito de Bordaberry?”…
Todo es para
mí un auténtico drama filosófico: me cambio de camiseta, sí, ta bien, pero cuál
me pongo, ¿la del baboso de mi yerno, que me manda smss provocándome cuando el
juez nos roba un penal favoreciendo claramente al bolso?. ¿Me pongo la de mi ex
consorte manya, que ni siquiera se digna en reconocer que Wanderers es la
primera escisión histórica de su cuadrito, el primer gesto de rebeldía del
fútbol amateur?...
Lo único que
tengo claro es que tanto el actual ministro encargado de la seguridad ciudadana
como un par de supuestos subordinados suyos, respaldados fervorosamente por ese
“multimedio” latifundista ubicado a la vuelta de la SCJ, son los que han hecho
el primer llamado público a la asonada colectiva, organizada, camuflada y garantizada
por el despliegue de medio millar de guardianes del orden listos para filmar
los hechos implacablemente.
Son las
autoridades represivas, como quien dice, las que han estimulado y autorizado,
de aquí en más, a romper todo uniformándonos con la camiseta del que salga campeón
de algo, para que al otro día puedan salir a los gritos diciéndonos: “¡Fueron
los radicales, fueron los radicales!!!”…
Ya digo:
toda esta situación genera en mí mucha desorientación ideológica, pues no es
poca la gente que ha visto cómo los otros días, luego de lanzar enormes
cascotes contra lo que viniera, unos cuantos radicales que estaban todavía en
horario de trabajo, se presentaban en jefatura para dar cuenta de cómo habían
cumplido con su tarea de avivar los ánimos deportivos de una ultraizquierda que
viene perdiendo por goleada desde mucho antes que a la sede de la SCJ le
quitaran su portón de entrada.
Creo que lo
más prudente, por ahora, será mantenerme fiel a mi divisa bohemia rebelde y
buscar la manera de que el compañero Bonomí o la compañera Daysi me asesoren personalmente
al respecto, ya que esto es imposible encararlo seriamente sin la orientación
doctrinaria de gente más experimentada que uno en este difícil arte de combinar
el deporte político con otros deportes menores como el fútbol, el basquetbol o
la payana.
En última
instancia, me queda el recurso de entrevistarme con el gran Tabaré, que, se sabe,
es un mago en el arte vecinal de los festejos quinquenales ciudadanos.
Porque,
amigos, tampoco se trata de lanzarse al ataque así nomás, para hacernos de un
mísero lavarropas sin garantía o para estar en la primera página de los diarios
y la tele, en lo que no dejaría de ser un servicio honorario a los manyas o los
bolsos, mis eternos rivales que, por ahora, no merecen mi participación en unos
festejos en los que también participan unos tipos que cobran su sueldo por
tirar unas piedras por las que yo no veo un mango y por filmar cuidadosamente
tumultos callejeros, asonadas, motines, insurrecciones, asaltos al poder, etc.,
para preparar algún pique televisivo de la próxima campaña electoral.
Por ahora,
entonces, procuraré hacer molde y no dejarme tentar por el llamado a la acción
hecho por nuestros queridos compañeros Bonomi, Guarteche y Layera con la ayuda
solidaria de los camaradas del diario “El País” y “Teledoce”.
Gabriel –Saracho-
Carbajales, 7 de junio de 2013.-
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