lunes, 20 de mayo de 2013

La barra "NBA", agradecida…



"(…) el respeto, aun en la discrepancia, es la única norma aceptable en nuestra sociedad para considerar las contradicciones que existen entre partes que tienen roles diferentes en torno al objetivo común de servir a la población.
No convalidaremos ninguna práctica que nos retrotraiga a métodos intolerantes, vividos no hace mucho tiempo, que desprestigian la dignidad de los trabajadores y la relación de estos con los distintos niveles de gobierno (…)”.



Así nomás, sin vaselina, sin anestesia, en el arcaico lenguaje de los dinosaurios del poder; en el estilo decadentemente aristocrático y sentencioso de las burguesías caídas del pedestal de gloria de décadas y décadas infames de engaño y opresión; en los términos del oportunismo hipócrita que pretende dictarle normas de conducta a la clase trabajadora sindicalizada; así se expresa el gobierno departamental de Montevideo encabezado por la ex “tupamara” y ex “comunista” Ana María Olivera, respondiendo a la demanda del sindicato municipal capitalino de respuestas por escrito a los planteos de varios sectores laborales de la comuna, perjudicados por omisiones, desidias y compromisos largamente incumplidos, respecto a condiciones de trabajo y de salubridad laboral, sobre cuya “imperiosa necesidad” viven pronunciándose los publicistas del combo progresista, en vano.

Pasado el cuarto de hora de compromiso meramente declarativo con los intereses y las urgencias del asalariado oriental, las y los “ex” que pudieron ir ascendiendo en la resbalosa pirámide política de resultas de mil y una promesas cargadas de contundente consustanciación doctrinaria, pretenden cumplir hoy el rol de preceptores de la ética proletaria, al mismo tiempo que se desviven por congraciarse con la crema empresarial local y extranjera; no sea cosa que se asusten y renuncien a seguir timoneando el período de “neo-bonanza” en curso y se vayan a invertir a esos rincones del universo en los que aún la explotación y la opresión tienen carácter de esclavitud lisa y llana y a nadie se le ocurre la irrespetuosa idea de organizarse sindicalmente y reclamar la contemplación de derechos humanos otra que elementales.

Pero este lenguaje no es simplemente un recurso mediático de especímenes políticos devenidos en moralistas de la lucha de clases; es, fundamentalmente, el lenguaje taimado y tramposo de los que se empeñan en vendernos el tranvía de que “lo peor ha pasado”, de que ya estamos en el “período de los cambios profundos”, y que, por lo tanto, hay que andar con pies de seda para no pudrirla y que los que “ponen” la mosca, se alarmen y huyan despavoridos presintiendo que serán atrapados por “el fantasma –comunista- que sigue recorriendo el planeta”…



Hay algo parecido, salvando naturales distancias, a aquellos alardes “triunfalistas” de la ex URSS de los ´50 ya ganada por el burocratismo de las castas parásitas que llevarían el intento socialista soviético a la ruina total unos treinta años después: aquellos farsantes falsificadores de las más sentidas aspiraciones del proletariado ruso, vaticinaban para finales de los ´60 el advenimiento “inexorable” y “definitivo” de la etapa del “comunismo pleno”, con la extinción total de las clases, y, por lo tanto, de la lucha de clases… Así que los laburantes debían hacer molde, bancarse lo que el buró al santo pedo decidiera, fumarse lo que viniera, porque la yema de los dedos ya estaba rozando los cielos del paraíso prometido… Y, además, para defender los intereses del proletariado, ahí estaba el bendito aparato coercitivo-represivo del Estado (en realidad, del partido), listo para defender “la revolución” y “la clase” con uñas y dientes, y algún garrote y tanquetas, también, si era “necesario”.

Estos farsantes de hoy del combo progre criollo, son más rostrudos todavía; no hay a la vista una sola medida político-económica, nada de nada que se asemeje siquiera a una caricatura de amague socializante o tan siquiera de reformismo democratizador al viejo estilo paternalista de los Batlle del Uruguay “civilista” y “pacífico”; se nos quiere obsequiar el magnífico buzón de que se han dado pasos trascendentales en pro de la igualdad y la justicia social, cuando en realidad lo que se ha hecho es aplicar tardíamente las recetas asistencialistas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, metiendo mano a una parte ínfima de la plusvalía social acumulada prolongadamente por blancos y colorados, tratando de achicar la creciente presión social de los sectores más sumergidos y marginados de la sociedad.

Se nos quiere contrabandear como “progreso”, “desarrollo” y otros cuentos por el estilo, una fenomenal entrega del patrimonio material nacional, expresado en gigantescas extensiones de tierra fértil y recursos naturales perecederos, prácticamente regalados al capital multinacional (es decir, imperialista), y, encima, importantes enclaves geográficos locales concebidos por la CÍA, el Pentágono y los mercenarios de entre casa, como puntos estratégicos en la defensa continental del sistema ante eventuales conflictos de “baja densidad”.

Hoy, para estos transformer´s rosadito-verdosos, los temas fundamentales y urgentes, pasaron a ser, por ejemplo:

- La discriminación racial

- El matrimonio igualitario

- La violencia en el fútbol

- Las cuestiones de género…

- La digitalización de la enseñanza…

- Etc., etc., etc…

…y otro rosario de etcéteras más o menos parecidos, propios de los períodos históricos en los que ya han sido superadas totalmente las relaciones sociales de dominación/sujeción, y, por tanto, las contradicciones antagónicas de toda sociedad dividida en clases.

Nos sugieren que ya no tiene sentido que los laburantes recurran a las mismas medidas de fuerza que los progre trataban de enseñarle al pueblo para la defensa de sus intereses; lo importante, hoy, es la armonía, la conciliación, el “relacionamiento respetuoso y tolerante”… ¡Blá, blá, blá!...

Sin duda que alguna tribuna que les dé bola tienen todavía, aunque seguramente en bastante menor volumen de los que ellos sueñan. Por supuesto que tienen hinchas y barras bravas que se hacen eco de su hipocresía.

Pero cada vez son menos los que se tragan la pastilla de que vivimos la plenitud del igualamiento y la justicia social y que la tarea, hoy, es atender aspectos de la vida en sociedad, que, por cierto, son un poroto al lado de todo aquello que no solamente no ha mejorado, sino que, al revés, día a día empeora y perjudica siempre y crecientemente, a los mismos ya jodidos sistemáticamente: los laburantes, los que, en el área privada o la pública, viven del trabajo propio y no de la garroneada empresarial o estatal.

El parrafito de marras de la Intendencia de Montevideo respondiéndole a sus funcionarios, además de amarillo y antisindical, es la evidencia clara de cuanto de incomprensión de la realidad hay en esta gente que pone el grito en el cielo al ir sabiendo que en el 2014, no menos del 15% de la gente no irá a votar o votará en blanco y nulo, sin caer en el supuesto “voto castigo” que sería hacerlo a favor de blancos y colorados, que a estas alturas, de verdad, son más de lo mismo que dijo no ser lo mismo, hace tiempo y allá lejos, cuando la clase trabajadora parecía ser el “sujeto social” de un futuro que es hoy mismo, este presente de menosprecio y subestimación por los que se pretende actúen con “tolerancia” y “respeto”.

¿Se la creen que nos la creemos?.

No, lo que sí se creen es que la idiotización que siembran día y noche, es ilimitada; lo que sí se creen es que la ineptitud arrogante, sale gratis, y que no recibirán por sus “servicios” la misma paga que ya recibieron blancos y colorados en tiempo y forma.



Con respuestas como ésta de la IM, los mentores de “izquierda” y de derecha de las sublimes bondades de la democracia burguesa, suman a diario nuevos adeptos de esta cosa rara, espontánea y atomizada, pero masiva y segura, que crece y crece y que algunos llaman “la alternativa NBA” (nulo, en blanco, abstención); la alternativa sin partido, pero no sin pueblo.

En cuanto al prestigio o desprestigio de la dignidad de los trabajadores, que la reina Ana y su séquito, duerman tranquilos; mientras la idiotez sembrada desde arriba no prenda demasiado abajo, de la defensa de la dignidad de los laburantes seguirán haciéndose cargo los mismos laburantes, aunque alguna que otra vez la “militancia” almidonada y de buen jedor de sobacos, se sienta… ¿como te diría?, “retrotraída a métodos intolerantes vividos no hace mucho tiempo” y enseñados por ella misma, gracias a dios y la virgen santa, pero que hoy “no convalidaremos”.

Gabriel –Saracho- Carbajales, 19 de mayo de 2013.-





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