Enviado por Nestor Peralta
Ante los acontecimientos en Chile, que comenzaron con la denuncia de una puntita de corrupción, se fué desatando una trama de cientos de políticos de la UDI financiados por la empresa PENTA, Luego sigue con SQM (Sociedad Química y Minera S.A.), donde también saltan miembros del partido gobernante, y además como una frutilla para esta torta de mierda, saltó que el propio hijo de la presidenta Bachelet y su deshonesta esposa, haciendo uso de su parentezco con el poder, consiguieron en 48 hs, sin tener garantías ni méritos, un préstamo bancario por 6500 millones de pesos chilenos, más de 10 millones de dólares usa, para comprar unos terrenos que les proporcionaron una ganancia de 4 millones de dólares de ganancia en pocas horas. Pero esto no ha hecho más que comenzar, vaya a saber adónde si irá a parar. Segun la gente de PENTA esta forma de "negociar" era legal en época de Pinochet, y están calientes porque ahora les abren causas que antes eran "legales", y están siendo procesados (incluso el hijo pródigo...).
Y esto ha inducido a Jorge Coulon, miembro fundador de INTI ILLIMANI, a proponer una Marcha de los huevones. Es una forma de manifestar sin partidos, de gritar la indignación que se siente.He aquí su argumentación.
“La marcha de los huevones”: la propuesta de Jorge Coulon de Inti Illimani
Miércoles 8 abril 2015
Las actuales circunstancias me hacen parecer pertinente recordar nuestra propuesta de 2008, La marcha de los huevones. No todos callamos…
Somos los huevones de Chile. Huevones que viven de su trabajo. Huevones que respetan las leyes, que pagan impuestos. Huevones que creen en los demás, que no quieren cagarse a nadie, somos huevones cariñosos. Huevones que queremos un país en el que se viva dignamente y honestamente …Somos los huevones de Chile, la mayoría de los chilenos.
Somos los huevones que pagan la crisis, que pagan el agua de Chile al precio que se les canta a las empresas sanitarias.
Somos los huevones que pagamos la electricidad, el teléfono y el Internet más caro del mundo.
Somos los huevones metidos en tarjetas de crédito, en tarjetas de tiendas, en préstamos hipotecarios, en líneas de crédito, en créditos de consumo…
Somos los huevones que tenemos la vida hipotecada por lo menos en tres años a intereses usureros.
Más encima somos tan huevones que aceptamos hacer largas colas en los bancos, en los lugares de pago, en las plazas de peaje, en los paraderos, en los consultorios… los huevones de Chile pasan parte importante de su vida en colas para darle su dinero, su tiempo y su trabajo a quienes los explotan, a quienes los irrespetan, a quienes los ningunean, a quienes los desprecian, a quienes les pagan salarios miserables.
Somos los huevones de Chile, los empleados públicos, cuyo trabajo es denostado y mal pagado y cuya función fundamental para la vida del país rebajada en su dignidad, su autoridad y su eficiencia.
Somos los huevones de Chile, los profesores, los trabajadores de la salud, los obreros.
Somos los huevones que hacemos funcionar este país.
Somos los viejos huevones, con pensiones vergonzosas y una vejez en la más absoluta precariedad, y las viejas huevonas con montepíos indignos.
Somos los huevones que enriquecemos a los supermercados, pagando precios absurdos por la fruta, por la verdura. Somos los huevones que trabajamos en los supermercados, super huevones, súper explotados.
Somos los artesanos que de puro huevones aceptamos que nos llamen micro empresarios y nos hagan sentir socios de los tiburones.
Somos pequeños mineros pero grandes huevones, sin crédito, sin poder comprador justo
Somos los huevones que salen cada día a pescar lo que los tiburones nos dejan como migajas.
Pero somos los huevones que ya están hasta las huevas de que nos vean las ídem.
Estamos hasta las huevas de vivir sin esperanzas de mejoría de las sobras de los tiburones.
Estamos hasta las huevas de corrupción, de prepotencia, de indiferencia.
Estamos hasta las huevas de ver como se reparten el país, nuestro país, el país de los huevones, entre unos pocos.
Los Huevones de Chile se colmaron.
Organicemos a los huevones y digamos BASTA. BASTA de negociar con las necesidades básicas. BASTA de que nos vean las huevas.
Súmate a la gran recuperación de la dignidad de los huevones y huevonas de Chile, sin nosotros el negocito no funciona… desde ahora nos van a escuchar.
¡Se siente, se siente, Asamblea Constituyente!
Queremos un nuevo Chile que se libre de la injusticia, Sí o No. Queremos un territorio, un país donde seamos los propios ciudadanos quienes decidamos las reglas del futuro, Sí o No. Hay leyes que no nos gustan y queremos cambiar en beneficio de los pueblos. SI o NO.Son ellas tres preguntas básicas, a las que quienes responden Sí, pueden considerarse ya llamados a formar Asamblea Constituyente, la madre de las batallas políticas del Chile actual, donde quienes muestran interés por las República se sienten convocados ciudadanamente.
El tema es su activación y orgánica, frente a una Institucionalidad que a ratos parece incapaz de convocarla y abrir la discusión pública, amplia y fraterna, por temor a un grupo de privados que concentran dinero y “pagan” sus sueldos.
El Estado de Chile coaptado desde su nivel central, se hace a incapaz de garantizar soberanía a los territorios y regiones. Demandas básicas como lo son la educación, la salud y hasta la vivienda, han ido a parar casi de lleno al mercado y se ha bancarizado el futuro de las personas.
Los derechos de ser ciudadano de Chile se han ido perdiendo y a la visa de turista se le han otorgado más facilidades crediticias y de todo tipo, que a la madre soltera chilena de dos niños, con deseos de emprender una actividad productiva, a modo de ejemplo.
Este país tan rico, en economía real, en materias primas, metálicas, marinas y derivados de la celulosa, entro otros, alcanza para todos y esa es la premisa. Pero el nivel de concentración de la propiedad en sectores claves de la economía, el control de los medios de comunicación por estos mismos grupúsculos, hacen la tarea constituyente aún más cuesta arriba, pero no imposible para un pueblo organizado y cada vez más consciente del uso de las redes sociales y nuevas tecnologías para la comunicación humana.
Este y anteriores gobiernos, en su eterna transición a la democracia, palabra con que se enjuagan la boca, pero que solo existe como cliché, han desoído a la clase trabajadora, a los pueblos y a las regiones.
Este país convirtió la democracia en una electocracia de quien ponía más carteles o tenía más dinero para enfrentar una campaña, sin ofrecer un programa. Un pueblo votante que puede colocar, pero que no tiene derecho a sacar (derecho revocatorio) .
Por todo ello y lo anterior, sin quererme extender más en esta oportunidad, con más educación cívica y organización, nosotros seguimos en nuestra ruta Constituyente.
Bruno Sommer El Ciudadano
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