"La lucha de los mineros en defensa de sus puestos de trabajo es un ejemplo de lucha, combatividad y autoorganización que tiene que ser apoyado por el conjunto de la clase trabajadora y por la izquierda y los movimientos sociales".
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Encuentro entre los mineros asturianos y leoneses
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"Los movimientos sociales salieron a la calle sin partidos, batallaron y ganaron…"
Viernes, 08 de Junio de 2012 11:55
Pablo Varas Clarín
Dirán
algunos que la izquierda no existe, que se fue para tratar de hacer
sobrevivir a la moribunda Concertación, que la izquierda está en sus
casas o muy dispersa. La verdad es que nunca como ahora los hombres y
mujeres que han sostenido siempre que es posible dar por iniciado un
nuevo modelo de país, están en inmejorables condiciones.
No
hay que confundir la izquierda tradicional antigua con la potente
fuerza nueva que levanta las justas banderas de cambiar las viejas
estructuras. Es bueno saber que ahora se trata justamente de aquello,
sentar las bases de un proyecto de nueva sociedad a escala humana. La Nueva Izquierda
no tiene que andar dando explicaciones por alianzas, las nuevas
banderas si en algo tienen razón es justamente en que rechazan las
viejas prácticas de los acuerdos a espaldas de las grandes mayorías.
La Nueva Izquierda,
la que rescata y sostiene el pensamiento de los que forjaron el
movimiento popular chileno, esos históricos que por décadas aportaron
grandes esfuerzos para elevar la conciencia de las grandes mayorías,
esta nueva generación de justos rebeldes e indignados, se estructura y
proyecta su intervención para entrar en la mejor hora a la historia de
estos tiempos, cuando es más indispensable que nunca, cuando se hace una
tarea ineludible.
En
hora actual y las por llegar, la socialdemocracia/socialista/ comunista
(PDC/PS/PC) no será nunca capaz de interpretar a las nuevas generaciones
sencillamente porque el recorrido es un camino hacia un modelo
diferente y sin concesiones. Es inevitable.
Chile
es gobernado desde antes del 2010 por los herederos de la dictadura,
los sostenedores de un modelo oprobioso nunca antes conocido. Hasta hace
algunas décadas todos los chilenos podían votar y el voto era
representado en un parlamento más equitativo, participativo y menos
excluyente. Los tiempos actuales nos muestran a un poder de Estado,
convertido en una silla musical, donde todos juegan encantados….así no.
Es
verdad que desde los inicios de la república el peso de las
contradicciones de clase han caído siempre en los sectores más pobres,
pero el Chile actual, con el modelo en sus aspectos sociales, económicos
e institucionales no puede seguir existiendo. No pueden los chilenos
continuar siendo expulsados de manera tan violenta de participar en los
destinos de la patria.
La derecha UDI/RN,
egoísta, amante del lucro y de los beneficios, ese pequeño sector
social que se pone de rodillas ante el capital extranjero, y que obedece
a los intereses de todo lo que venga del país del norte, y que intenta
hablar como ellos y usar sus mismos perfumes, se resiste a aceptar por
la vía democrática los cambios que son indispensables para que todos los
actores de la sociedad puedan tener representación en el debate
nacional, y también para sus aportes.
La
derecha está llegando a niveles que son sencillamente inaceptables. El
modelo se descarga extremadamente duro sobre millones de chilenos. Las
grandes transnacionales tienen los mismo precios que en los países
desarrollados, lo que obliga al endeudamiento con intereses muy
elevados, y estos asuntos no pueden tener buen final. Por esos lados no
van los tiros.
El gobierno UDI/RN
en estos años recorre los anuncios que la concertación hizo públicos en
su última campaña. Se sabía que de tarde en tarde llegaría algún bono
para los más pobres, eso ayuda a los que mintieron.
Puede
que la izquierda tradicional antigua haya apostado en estos tiempos por
hacer sobrevivir su vieja estructura, lo que no es en absoluto
condenable. También es cierto que durante veinte años en cada periodo
eleccionario había un candidato, un cura, una economista, un humanista,
todo un asunto que no cumplía con el verdadero rol que debe asumir la
izquierda, que es aportar al movimiento popular y fortalecer los grandes
pilares para la bases de un modelo diferente.
Los movimientos sociales salieron a la calle sin partidos, batallaron y ganaron…
Chile
necesita que su memoria como país no sea olvidada. Cada día nace una
nueva razón para juntar más voluntades. No puede caer en el olvido el
país pobre/subdesarrollado actual, un país cojo, al que siempre le falta
algo. Lo que el Chile real aspira son las palabras que salen desde
todas las esquinas….el Chile diferente.
La Nueva Izquierda
es la que rescatará las reivindicaciones, ellos, nuevas generaciones.
Es entre ellos y desde ellos nacerá el germen de la victoria, los pasos
justos. Los sencillos están destinados a ser los protagonistas, y desde
allí la suma de todos…estamos cerca de la hora de vencer los sueños….
Nueva Izquierda….venceremos
También en Chile
La nueva oposición
Viernes, 08 de Junio de 2012 10:54
Adolfo Castillo Clarín
Tras
una prolongada agonía del modelo de democracia de elites que se había
mantenido y que persistirá por algún tiempo, la sociedad percibe que la
realidad política se ha modificado profundamente tras la llegada a La
Moneda de los responsables del orden productor de malestares e
injusticias y el alejamiento de quienes lo administraron por casi 20
años.
Esa
sociedad intuye que ya no volverá a los tiempos de los dos bloques que
cohabitaron en el modelo dictatorial sobre la base de acuerdos
mutuamente convenientes; ni aquella franja que había votado
religiosamente por la Concertación, y que estuvo dispuesta a los mayores
sacrificios, al mal menor, con tal de impedir que los hijos de Pinochet
y sus adláteres llegaran al gobierno, ni tampoco aquella otra fracción
social que, enfrentada a la dura realidad, ha visto y experimentado que
sus líderes, a quienes vio esforzarse por conquistar La Moneda tras casi
60 años, sólo trabajan para los amigos y sus empresas y que las
penurias del día a día siguen siendo las pesadillas reales que los
aliancistas no tienen mayor interés en enfrentarlas.
Más
allá de las cifras transitorias que alimentan la imaginación de
estrategas y operadores, lo cierto es que la democracia chilena sigue
padeciendo una enfermedad crónica, cuyos síntomas más visibles son el
descrédito de las instituciones políticas y la enorme distancia que
separa a las cúpulas que usufructúan de poder y sus privilegios de la
inmensa mayoría de Chile, sin haber distinción de los tan cacareados
bloques que aun conservan cargos de representación y fingen representar
al país.
En
medio de este proceso de descomposición está naciendo una nueva
oposición política, que nada tiene que ver el gatopartismo de quienes
desean conservar posiciones de privilegio, ni se prosterna ante los
poderosos del mercado en el Estado. Se trata de una oposición cultural
de enorme arraigo juvenil y popular llamada a jugar roles cruciales en
el nuevo Chile que está naciendo.
La
nueva oposición busca recuperar las riquezas naturales para Chile,
gestionar los sistemas de seguridad social, de salud, y de educación
conforme a criterios de bien común y no a las reglas del mercado y el
beneficio de los mismos de siempre, aspira a que las fuerzas armadas
cumplan un rol garante de las derechos sociales y de la voluntad popular
y no de privilegios de minorías, y anhelan que Chile sea reconocido
como un país donde impere la justicia, y la democracia sea el efectivo
gobierno del pueblo.
Del Colectivo Noticias Uruguayas
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