La cifra, 349 muertos, excede a los 295 caídos en combate en la guerra afgana en todo 2012
Los suicidos de militares estadounidenses se elevaron a 349 en 2012,
superando en más de 50 a las bajas mortales sucedidas en Afganistán
(295), según ha informado hoy el Pentágono. Según diversos expertos, la
tendencia puede incluso empeorar este año. “Esto es una epidemia que no
puede ser ignorada”, ha declarado la senadora Patty Murray, que el año
pasado promovió diversos proyectos de ley para mejorar las políticas de
prevención de suicidios entre las filas así como facilitar asistencia
psiquiátrica a las tropas y a los veteranos de guerra. Leon Panetta,
todavía secretario de Defensa, ha manifestado en diversas ocasiones la
misma opinión que Murray. Panetta reconoció el año pasado que los
suicidios dentro del Ejército era el asunto más frustrante que había
enfrentado desde que se hizo cargo del Pentágono en 2011.
Más de 10 años de combates en Afganistán e Irak están pasando factura a los miembros de las Fuerzas Armadas norteamericanas, que en ocasiones ven sumarse un reemplazo tras otro sin apenas descanso, lo que genera problemas de ansiedad y depresión. “Debemos asegurarnos de que hacemos todo lo posible para que las nuevas generaciones de soldados y veteranos no se pierdan en el camino enfrentando los nuevos retos a los que están llamados”, ha declarado la senadora Murray, demócrata del Estado de Washington.
El Ejército de Tierra es quien ha tenido más suicidios entre militares en activo el año pasado con 182, aunque el Cuerpo de Marines fue el que tuvo el mayor incremento porcentual, 50% más, para sumar 48 fallecimientos. La Fuerza Aérea registró 59 suicidios y la Armada 60.
En 2011, 301 militares se quitaron la vida. Según el Departamento de Defensa, aproximadamente un veterano se suicida cada 80 minutos. El primer año que el Pentágono comenzó a registrar oficialmente estas muertes fue en 2001. En 2006, los suicidios entre los soldados comenzaron a dispararse y alcanzaron lo que entonces resultó ser la cifra más alta en el año 2009, con 310 muertes. A partir de ese año fue descendiendo y ha resultado una sorpresa que en 2012 la cifra haya sido tan elevada debido a que el Ejército está ya fuera de Irak y se encamina a abandonar Afganistán.
Más de 10 años de combates en Afganistán e Irak están pasando factura a los miembros de las Fuerzas Armadas norteamericanas, que en ocasiones ven sumarse un reemplazo tras otro sin apenas descanso, lo que genera problemas de ansiedad y depresión. “Debemos asegurarnos de que hacemos todo lo posible para que las nuevas generaciones de soldados y veteranos no se pierdan en el camino enfrentando los nuevos retos a los que están llamados”, ha declarado la senadora Murray, demócrata del Estado de Washington.
El Ejército de Tierra es quien ha tenido más suicidios entre militares en activo el año pasado con 182, aunque el Cuerpo de Marines fue el que tuvo el mayor incremento porcentual, 50% más, para sumar 48 fallecimientos. La Fuerza Aérea registró 59 suicidios y la Armada 60.
En 2011, 301 militares se quitaron la vida. Según el Departamento de Defensa, aproximadamente un veterano se suicida cada 80 minutos. El primer año que el Pentágono comenzó a registrar oficialmente estas muertes fue en 2001. En 2006, los suicidios entre los soldados comenzaron a dispararse y alcanzaron lo que entonces resultó ser la cifra más alta en el año 2009, con 310 muertes. A partir de ese año fue descendiendo y ha resultado una sorpresa que en 2012 la cifra haya sido tan elevada debido a que el Ejército está ya fuera de Irak y se encamina a abandonar Afganistán.
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