Uruguay atraviesa por un tercer "éxodo"
Uruguay fue uno de los primeros países latinoamericanos cuya población se hizo mayoritariamente urbana. Hoy, el 92% de los habitantes reside en ciudades mientras que el 8% se mantiene en las zonas rurales, según los datos del censo 2004.
El "éxodo" campo-ciudad tuvo su boom a lo largo del siglo XX y ahora se mantiene como tendencia estable. Desde 1985 a 1996, el área rural perdió 60.000 personas, mientras que de 1996 a 2004, esa cifra bajó a 30.000. La disminución, sin embargo, no implica que se vaya a revertir la tendencia. De hecho, para 2025, y según las proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas, apenas el 4% de los habitantes residirán en el campo. El total de uruguayos será entonces de 3.519.821 y de ellos, 3.370.448 habitarán en las urbes del país.
A la vez, se está produciendo un nuevo "éxodo" que tiene por destino las áreas metropolitanas, en especial de Montevideo. Los únicos departamentos que vieron crecer su población en los últimos años fueron Canelones y Maldonado, el primero por su cercanía a la capital y el segundo, presumiblemente, por el desarrollo de la zona costera.
Montevideo, en su conjunto, viene perdiendo población, pero algunos barrios crecen. Por ejemplo, la zona de Manga Rural y Villa García aumentó en un 67% su cantidad de habitantes desde 1996. Y siguiendo ese eje de Camino Maldonado-Ruta 8, pero ya en Canelones, se registra un notable incremento, sobre todo de moradores de estrato medio-bajo y bajo.
Este fenómeno implica el surgimiento de varios problemas asociados a condiciones de pobreza, escasez de servicios básicos y seguridad. En la costa de Canelones, por ejemplo, viven casi 150.000 personas que no tienen acceso a una red de saneamiento y sus calles, por ejemplo, no están previstas para soportar el alto tránsito.
El tercer "éxodo", en cambio, puede traer consecuencias aún peores. La población uruguaya no ha crecido en los últimos 20 años y se calcula que tampoco lo hará en los siguientes. ¿El motivo? Miles y miles continúan tomando el camino hacia el Aeropuerto en lo que ya se considera un fenómeno estructural.
03.02.2008
Amenazas de una producción agrícola destinada a Biocombustibles
Los últimos diez años se han caracterizado por un fuerte desarrollo de los agrocombustibles, auspiciados por los poderes públicos de varias regiones del mundo incluyendo Europa. La agroenergía ha sido fomentada como diversificación de la oferta agrícola. Sin embargo, esta decisión profundiza el desafío. El impacto del desarrollo de los biocombustibles en la seguridad alimentaria radica en la explotación y reemplazo de tierras antes destinadas a satisfacer las necesidades de consumo alimentario. .
A escala mundial3, la producción de biocombustibles ronda el 1% del consumo de petróleo para transportación. En pleno auge, el 90% se produce en Estados Unidos, Brasil y Alemania. Entre 2000 y 2009, se ha más que quintuplicado.
Fuente : AIE – RoW Rest of the World
En todos los países considerados, las políticas de apoyo a la producción de biocombustibles se han implementado a través de beneficios fiscales. Su desarrollo plantea un problema esencial sobre el equilibrio alimentario ya que el espacio agrícola con fines de explotación energética destruye, con sus técnicas actuales, una superficie de alrededor de 10 a 11 millones de km², equivalente a todo el Amazonas y la cuenca del Congo. Es, a todas luces, insostenible.
Prevemos que para el 2015 Brasil, Estados Unidos y Europa, siguiendo su política actual de subsidios generosos para la producción de biocombustibles, agravarán los efectos negativos sobre los cultivos agroalimentarios provocando aumentos desorbitantes en los precios mundiales, subalimentación y hambrunas. No solo se verán afectados los países productores, sino también aquellos que reciben sus productos alimenticios, como los de África del Norte, Asía y Medio Oriente.
Estrés hidráulico: efecto industrial sobre el terreno agrícola
Examinemos el ejemplo en Estados Unidos de los 500.000 pozos de extracción de gas de esquisto abiertos desde 2006. Los riesgos son particularmente graves en Pensilvania, donde el número de pozos pasó de 36.000 en el 2000 a 71.000 en la actualidad. El nivel de radioactividad de las aguas de extracción supera en miles de veces los niveles máximos autorizados por los estándares de la federación de agua potable
Déficit alimentario en el horizonte
El presidente elige una producción impuestas por capitales extranjeros y se queda sin gente.
El Presidente Mujica abogó, personalmente, por la urbanización del ámbito rural y dijo ser consciente que es un proceso caro pero tiene como meta detener la migración del trabajador rural hacia las ciudades.
El Presidente de la República fue invitado por los 21 alumnos de la escuela N°52 para participar en los 100 aniversarios del centro rural. El establecimiento está ubicado en el km. 268 de la ruta 21.
Las presiones de la urbanización
Reconoció que el ámbito rural ha perdido progresivamente a sus niños debido a las presiones de la urbanización, que no solo ocurre acá, sino en todo el mundo: “La humanidad ha decidido vivir en megalópolis”, lamentó.
Carreteras, energía eléctrica y comunicaciones
No obstante, el mandatario destacó algunos síntomas alentadores que se han visualizado en los últimos años, especialmente en San José y Colonia, “donde el sangrado de niños parecería haberse revertido”. “Tenemos la necesidad de urbanizar el campo” destacó el mandatario y agregó: “La gente no va a aceptar hoy vivir como vivían nuestros abuelos, precisan energía eléctrica, buenos caminos, comunicaciones y poder mandar una hija o un hijo a estudiar”.
Reservorio de valores culturales
Mujica enfatizó en la necesidad que tiene el país rural de retener a la gente de campo e inclusive de incrementar esta población, “tan vital para el país”. Para el Presidente, los niños criados en el campo son distintos, porque “son un reservorio de valores culturales de este país, por eso, aunque salga cara la escuela rural tenemos que invertir en ellos”. En ese sentido, sostuvo que Uruguay es un país agroexportador por lo cual la formación del trabajador nacional no puede dejar de lado la del trabajador rural.
Al finalizar su intervención, el jefe de Estado subrayó que “ser un verdadero campesino no se aprende, se siente, es muy distinto ser un personaje de la tierra que ser un personaje con tierra”.
Una vez finalizada la ceremonia protocolar, en la cual también brindaron su testimonio ex alumnos y funcionarios de la escuela, el Presidente Mujica recorrió una exposición de elementos educativos históricos y actuales, ubicada en el local escolar.
Uypress may07 del 2012
Se estima que la suma de los factores expuestos
provocará un aumento considerable
y sostenido de los precios de los productos
alimenticios con dos consecuencias
de magnitud :
- Subalimentación profunda para varios cientos de miles de personas en distintas ciudades que provocará numerosos movimientos de rebelión
-El factor comercial de la alimentación que esta totalmente en manos y control privadas
- Subalimentación profunda para varios cientos de miles de personas en distintas ciudades que provocará numerosos movimientos de rebelión
-El factor comercial de la alimentación que esta totalmente en manos y control privadas
Qué Pasa
Los mismos de siempre
Una mirada de los extremos que arrojó el
censo: no hay inmigrantes ni se deja de migrar; Montevideo ya no seduce
como antes pero Maldonado sí; cómo se vive en un país de veteranos
amontonados sobre la costa.
MIGUEL ARREGUI
El censo 2011 exhibe resultados con sabor conocido: déjavu. Como una confirmación de que en Uruguay no pasa casi nada y que lo poco que pasa, pasa lento, el censo abunda en confirmaciones y escasea en novedades.
Hay cada vez menos inmigrantes y menos población rural; Montevideo y su área metropolitana pierden empuje; Maldonado y Canelones son grandes aspiradoras demográficas; los uruguayos no son tan educados como se solía presumir; hay cada vez más viviendas y menos personas por hogar; los viejos son más y los niños menos; y el número de habitantes está próximo al estancamiento.
Como sucede en la mayor parte del mundo, la población tiende a amontonarse sobre la costa del Río de la Plata y el océano Atlántico. Entre 1908 y 2012 la población de Uruguay se multiplicó por 3,15. El departamento de Canelones fue el que más creció: sus habitantes se multiplicaron por 5,92. Le siguen, en orden de crecimiento, Maldonado (multiplicó la suya por 5,7) y Montevideo (4,27).
En algún momento la mayor parte de los orientales descendía de los
barcos, pero ya no, y desde hace mucho tiempo. En 2011 apenas el 2,34%
de los pobladores (77.003 personas) nació en el extranjero, contra 2,93%
en 1996. No siempre fue así. En 1852, apenas terminada la Guerra
Grande, cuando Montevideo era refugio de una "chusma cosmopolita" al
decir de Giuseppe Garibaldi, de los desterrados del mundo, el 21,6% de
la población uruguaya era extranjera, y en 1879 el 32%. En 1884 el 44%
de la población de Montevideo había nacido en el extranjero y en 1889 el
47%. Pero a partir de la década de 1950, con la recuperación europea y
el estancamiento económico uruguayo, el país se convirtió en expulsor
neto de población.
En los 48 años transcurridos entre 1860 y 1908, la edad de oro de la inmigración y del desarrollo, la población uruguaya creció 354%. En los 48 años corridos entre 1963 y 2011, una era de grandes altibajos, con predominio del estancamiento o la depresión económica, el número de habitantes del país solo creció 26,6%. Hay factores culturales que contribuyen a explicar estos fenómenos, como la baja tasa de natalidad, pero también responden a flujos migratorios provocados por cuestiones económicas.
La mayor parte de los extranjeros que hoy viven en Uruguay provienen de Argentina (34,8% del total), Brasil (16,7%), España (16,5%) e Italia (7,2%). Muchos son hijos de uruguayos. La gran mayoría de los argentinos (71,3%) se radicó en el país desde 1985 en adelante, aunque el grueso de los españoles e italianos arribó antes de 1970, cuando el Río de la Plata todavía era El Dorado.
Según el demógrafo y economista Juan José Calvo, investigador del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, el "saldo migratorio fue positivo en los últimos tres años, en parte por el regreso de uruguayos de países en crisis como España". Según las cifras del censo, la mayor parte de los uruguayos que cinco años antes residía en el exterior retornaron de España, Estados Unidos, Argentina y Brasil.
Sin embargo Calvo advierte que este es un fenómeno "volátil que puede variar rápidamente, según la coyuntura económica del país y del resto del mundo".
De hecho muchos nacionales siguen emigrando, aunque a ritmo más lento debido al auge económico local, que brinda nuevas oportunidades, y a la crisis en los principales países receptores.
En las últimas décadas, incluso, se incorporaron rubros como la soja y la industria forestal que ponen en jaque el largo predominio de la ganadería.
Sin embargo todos los grandes exportadores de alimentos, desde Estados Unidos a Argentina y Australia, pasando por Uruguay, tienen una población rural relativamente baja. La modernidad, que incorpora tecnología, va de la mano con la urbanización y con la inexistencia de un campesinado masivo. Pocas personas producen más y mejor.
El historiador británico Hugh Thomas concluyó en Una historia inacabada del mundo que "el aumento en la cantidad de alimentos en los siglos XIX y XX se produjo en lugares en los que el número de agricultores se había reducido. El éxito de la agricultura moderna se debió no solo a la mecanización, sino también a un simultáneo descenso del número de agricultores". (Ver Qué Pasa del 27 de julio de 2012, páginas 8 y 9).
Además la tasa oficial de población rural uruguaya es engañosa. Cada vez más trabajadores y técnicos residen en centros poblados pequeños o medianos del interior del país, donde tienen sus familias y más servicios, y se desplazan diariamente a sus trabajos en el campo, en medios de transporte colectivos o en motocicletas y automóviles. A los efectos del censo son población urbana, pero sus fuentes directas de trabajo están en la campaña oriental.
"Vamos hacia un planeta fundamentalmente urbano, aunque Uruguay hizo ese proceso mucho antes", señala el demógrafo y economista Juan José Calvo. La influencia de la cultura rural y sus mitos ha sido importante, como el campo es decisivo en el plano económico; pero Uruguay es un país sin campesinos, a diferencia de buena parte de América Latina.
Mirado desde Montevideo, de Uruguay podría decirse lo mismo que Juan Carlos Onetti en El Pozo: "Detrás de nosotros no hay nada. Un gaucho, dos gauchos, treinta y tres gauchos".
El número de habitantes de la capital, que en 1908 representaba el 29,7% del total del país, pasó a 46,3% en 1963. En las décadas siguientes Montevideo pareció perder algo de su peso: 40,14% del total del país en 2011. Pero es un espejismo: en realidad muchas personas se derramaron por el área metropolitana, en territorios vecinos de los departamentos de Canelones y San José. Se gestó una constelación de poblaciones, "ciudades satélite" de personas que se trasladan a la capital casi cada día.
La Ciudad de la Costa, una de las piezas claves del área metropolitana, se convirtió en la segunda localidad más importante de Uruguay al reunir 112.449 habitantes. Ciudad de la Costa es una amplia urbanización -y una continuidad de Montevideo- con 43.486 viviendas que se extiende en Canelones entre los arroyos Carrasco y Pando y la ruta Interbalnearia y el Río de la Plata.
La ciudad de Salto, con 104.028 pobladores, fue desplazada al tercer lugar. En orden de importancia le siguen Paysandú (76.429), Las Piedras (71.268), Rivera (64.485) y Maldonado (62.592).
Pero desde 2000 otros polos de desarrollo incrementaron su atracción debido al turismo (Maldonado), la forestación con fines industriales y la agricultura. En consecuencia, según el censo 2011, el interior como un todo recuperó algo de peso demográfico.
Montevideo y su área metropolitana, que nucleaban el 52% de la población del país en las décadas de 1980 y 1990, cayeron a 51,5% en 2011. En 1996 el 59,57% de la población del país vivía en Montevideo, Canelones y San José. En 2011 la población de esos tres departamentos, que comprenden el área metropolitana aunque también áreas ajenas, representaba el 59,26%.
Pero que el crecimiento de Montevideo haya cesado no significa que el macrocefalismo revierta. Calvo sospecha que su población es mayor a lo que dicen las cifras oficiales. "La omisión de quienes hicieron el censo pudo haber sido más elevada en el área metropolitana, particularmente en los asentamientos" precarios, que son territorio hostil.
"Es una tendencia mundial: el planeta no solo se urbaniza sino que también concentra su población en las zonas costeras", dice Calvo.
El 23,5% de la población de Montevideo nació en otro departamento o país, pero en Maldonado y Canelones, dos polos de atracción, los foráneos trepan al 41,4% y 40,3% respectivamente. (El 23,4% de la población de Canelones nació en Montevideo). En el otro extremo está Salto: solo el 10,8% de la población proviene de otro departamento o país.
El centro de Uruguay se vacía. Los cinco departamentos mediterráneos -Florida, Flores, Durazno, Lavalleja y Tacuarembó- reunían en 2011 apenas el 9% de la población total. Las cosas eran muy diferentes un siglo atrás, cuando esos departamentos concentraban el 19,4% del total. Departamentos fronterizos como Artigas, Soriano, Cerro Largo, Rocha, Rivera, Treinta y Tres también perdieron mucha población entre 2004 y 2011.
En torno a la capital departamental se gestó la segunda mayor área metropolitana de Uruguay tras la de Montevideo, comprendida dentro del arco Punta Ballena-San Carlos-José Ignacio, poblado en forma permanente por unas 125.000 personas -y muchas más en verano. Cuatro de cada diez de sus pobladores permanentes provienen de otros departamentos, en particular de Montevideo, Lavalleja y Rocha. La explosión demográfica de Maldonado contribuye a explicar la depresión de las zonas vecinas.
Había 253.176 viviendas desocupadas, 18,2% del total. Pero 133.902 de ellas, el 9,64% del total, eran viviendas de uso temporal o "veraneo", en su mayoría ubicadas en áreas costeras. Otros 37.357 inmuebles estaban en venta o para alquilar, 21.087 en construcción o sometidas a reparación, 11.106 en estado ruinoso y 42.716 vacantes.
El 58,3% de los pobladores de Uruguay son propietarios de su vivienda, aunque solo el 40,8% terminó de pagar el terreno y la construcción. El 18,7% son inquilinos o arrendatarios, el 2,8% integra una cooperativa y el resto son tenedores de distintos modos (el 15% a título gratuito o préstamo).
El 81% reside en casas y la gran mayoría del resto en distintos tipos de apartamentos, particularmente ubicados en Montevideo (42%).
El 60,8% de los hogares posee teléfono fijo, el 87,1% utiliza celulares, el 48,2% tiene al menos una computadora (70,3% si se incluyen las pequeñas XO del Plan Ceibal), el 42,9% accede desde su hogar a Internet, el 34,4% posee en casa al menos una moto o ciclomotor, el 30,9% incluye un auto o camioneta, el 3,7% dos y el 0,4% tres o más vehículos de ese tipo. Total de hogares con automóvil o camioneta propios: 35%.
La leña es la principal fuente de calefacción (36,97% de los hogares), particularmente en el interior, seguida por el supergás (25,06%) y la electricidad (20,52%). En el 13,36% de los hogares no se utiliza calefacción alguna.
El 54,9% de la población cuenta con viviendas con acceso a una red general de saneamiento, en tanto el resto se sirve de pozos negros (40,9%) u otras formas de evacuación sanitaria. La cobertura es mayor en Montevideo que en el interior.
El 12% de los pobladores de Uruguay vive en hogares unipersonales. El 31,3% de las personas de 12 años de edad o más están casadas, en tanto el 18,5% vive en unión libre con pareja de otro o del mismo sexo.
Un total de 38,507 personas, el 1,17% de la población, vive en hogares colectivos: la mayoría relativa (13.817) en hogares de ancianos, seguida por cárceles (9.521) y otros tipos de centros (hogares estudiantiles, hospitales, centros religiosos, cuarteles, etc).
El 7,84% de la población dice tener ascendencia afro o negra, el 0,47% asiática y el 4,9% indígena. Sin embargo el mestizaje con indígenas desde la era colonial ha sido notoriamente más amplio, como se percibe claramente en la fisonomía de los pobladores del país, en particular en el norte.
El departamento con mayor proporción de ancianos (personas de 70 años o más) es Lavalleja: 12% de la población con 70 años o más. Su población rural también presenta la proporción mayor de ancianos (13%). La localidad de más de 1.000 habitantes con mayor participación de ancianos (18,8%) es Migues, en Canelones, un área de emigración constante.
El índice de vejez es de 34% para todo el país (34 ancianos cada 100 jóvenes). Extremos: Montevideo (42,8%) y Artigas (21,7%). La localidad mayor a 1.000 habitantes más envejecida es Colonia Valdense (73,2%) y la más joven es San Rafael-El Placer (5,3%), contigua a Punta del Este.
La tasa de natalidad cayó con fuerza en 2002-2003, un tiempo de crisis y pesimismo, de casi 18 por mil a 14. La economía uruguaya se recuperó, pero la tasa de natalidad permaneció sumergida. El país alcanzó niveles de fertilidad que comprometen la reposición poblacional: este límite se sitúa estadísticamente entre 1,8 y 2 hijos por mujer según la estructura demográfica del territorio. En Uruguay es inferior a 2, en especial en Montevideo (1,5).
El concepto de "urbanización" en Uruguay, que tiene una tasa muy alta (94,66%), es discutible. La mayoría de los países poseen límites cuantitativos para delimitar localidades urbanas. Por ejemplo: en Argentina todas las que poseen más de 2.000 habitantes; o funcionales: son núcleos urbanos todas las capitales de municipio o de distrito, con independencia de su población. En Uruguay las localidades son declaradas como urbanas (ciudades, villas o pueblos) a través de leyes o decretos, con umbrales de población muy variables.
En Montevideo las mujeres superan con holgura a los hombres (son 91.024 más) y no tanto en el resto del país (39.732). Solo en Río Negro el número de hombres supera al de mujeres (387). Las poblaciones "rurales" más masculinizadas son las de Montevideo (180 hombres cada 100 mujeres) y Maldonado (147 cada 100). ¿Por qué? Porque las áreas rurales de esos departamentos incluyen importantes complejos carcelarios masculinos. Flores es el departamento con población rural más masculinizada sin distorsiones "carcelarias": 139,4 hombres cada 100 mujeres. En el otro extremo, la población rural menos masculinizada es la de Canelones. La localidad urbana más feminizada es Joanicó: 82,5 hombres cada 100 mujeres (el Montevideo urbano tiene 86,4 cada 100).
El censo 2011 exhibe resultados con sabor conocido: déjavu. Como una confirmación de que en Uruguay no pasa casi nada y que lo poco que pasa, pasa lento, el censo abunda en confirmaciones y escasea en novedades.
Hay cada vez menos inmigrantes y menos población rural; Montevideo y su área metropolitana pierden empuje; Maldonado y Canelones son grandes aspiradoras demográficas; los uruguayos no son tan educados como se solía presumir; hay cada vez más viviendas y menos personas por hogar; los viejos son más y los niños menos; y el número de habitantes está próximo al estancamiento.
Como sucede en la mayor parte del mundo, la población tiende a amontonarse sobre la costa del Río de la Plata y el océano Atlántico. Entre 1908 y 2012 la población de Uruguay se multiplicó por 3,15. El departamento de Canelones fue el que más creció: sus habitantes se multiplicaron por 5,92. Le siguen, en orden de crecimiento, Maldonado (multiplicó la suya por 5,7) y Montevideo (4,27).
1.Uruguay, país de inmigrantes: un mito muerto
En los 48 años transcurridos entre 1860 y 1908, la edad de oro de la inmigración y del desarrollo, la población uruguaya creció 354%. En los 48 años corridos entre 1963 y 2011, una era de grandes altibajos, con predominio del estancamiento o la depresión económica, el número de habitantes del país solo creció 26,6%. Hay factores culturales que contribuyen a explicar estos fenómenos, como la baja tasa de natalidad, pero también responden a flujos migratorios provocados por cuestiones económicas.
La mayor parte de los extranjeros que hoy viven en Uruguay provienen de Argentina (34,8% del total), Brasil (16,7%), España (16,5%) e Italia (7,2%). Muchos son hijos de uruguayos. La gran mayoría de los argentinos (71,3%) se radicó en el país desde 1985 en adelante, aunque el grueso de los españoles e italianos arribó antes de 1970, cuando el Río de la Plata todavía era El Dorado.
Según el demógrafo y economista Juan José Calvo, investigador del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, el "saldo migratorio fue positivo en los últimos tres años, en parte por el regreso de uruguayos de países en crisis como España". Según las cifras del censo, la mayor parte de los uruguayos que cinco años antes residía en el exterior retornaron de España, Estados Unidos, Argentina y Brasil.
Sin embargo Calvo advierte que este es un fenómeno "volátil que puede variar rápidamente, según la coyuntura económica del país y del resto del mundo".
De hecho muchos nacionales siguen emigrando, aunque a ritmo más lento debido al auge económico local, que brinda nuevas oportunidades, y a la crisis en los principales países receptores.
2.Un gaucho, dos gauchos, treinta y tres gauchos
Apenas el 5,34% de la población uruguaya (175.613 personas) vive en el campo, contra 12,40% en 1985. La tasa de urbanización de Uruguay es de las más altas del mundo, solo superada por países como Bélgica, Kuwait o Qatar. Y sin embargo la producción agropecuaria local es la más abundante de la historia. Se produce el doble de lácteos que en 1990, el triple de bienes agrícolas respecto a 2002 y carnes de mejor calidad para nichos selectos del mercado internacional.En las últimas décadas, incluso, se incorporaron rubros como la soja y la industria forestal que ponen en jaque el largo predominio de la ganadería.
Sin embargo todos los grandes exportadores de alimentos, desde Estados Unidos a Argentina y Australia, pasando por Uruguay, tienen una población rural relativamente baja. La modernidad, que incorpora tecnología, va de la mano con la urbanización y con la inexistencia de un campesinado masivo. Pocas personas producen más y mejor.
El historiador británico Hugh Thomas concluyó en Una historia inacabada del mundo que "el aumento en la cantidad de alimentos en los siglos XIX y XX se produjo en lugares en los que el número de agricultores se había reducido. El éxito de la agricultura moderna se debió no solo a la mecanización, sino también a un simultáneo descenso del número de agricultores". (Ver Qué Pasa del 27 de julio de 2012, páginas 8 y 9).
Además la tasa oficial de población rural uruguaya es engañosa. Cada vez más trabajadores y técnicos residen en centros poblados pequeños o medianos del interior del país, donde tienen sus familias y más servicios, y se desplazan diariamente a sus trabajos en el campo, en medios de transporte colectivos o en motocicletas y automóviles. A los efectos del censo son población urbana, pero sus fuentes directas de trabajo están en la campaña oriental.
"Vamos hacia un planeta fundamentalmente urbano, aunque Uruguay hizo ese proceso mucho antes", señala el demógrafo y economista Juan José Calvo. La influencia de la cultura rural y sus mitos ha sido importante, como el campo es decisivo en el plano económico; pero Uruguay es un país sin campesinos, a diferencia de buena parte de América Latina.
Mirado desde Montevideo, de Uruguay podría decirse lo mismo que Juan Carlos Onetti en El Pozo: "Detrás de nosotros no hay nada. Un gaucho, dos gauchos, treinta y tres gauchos".
3.Las luces de Montevideo ya no encandilan
El peso relativo de Montevideo y su área metropolitana, que creció vigorosamente durante siete décadas a partir de 1930 hasta producir un país con una cabeza monstruosa y fuertemente centralizado, se estancó en la última década o comenzó a remitir.El número de habitantes de la capital, que en 1908 representaba el 29,7% del total del país, pasó a 46,3% en 1963. En las décadas siguientes Montevideo pareció perder algo de su peso: 40,14% del total del país en 2011. Pero es un espejismo: en realidad muchas personas se derramaron por el área metropolitana, en territorios vecinos de los departamentos de Canelones y San José. Se gestó una constelación de poblaciones, "ciudades satélite" de personas que se trasladan a la capital casi cada día.
La Ciudad de la Costa, una de las piezas claves del área metropolitana, se convirtió en la segunda localidad más importante de Uruguay al reunir 112.449 habitantes. Ciudad de la Costa es una amplia urbanización -y una continuidad de Montevideo- con 43.486 viviendas que se extiende en Canelones entre los arroyos Carrasco y Pando y la ruta Interbalnearia y el Río de la Plata.
La ciudad de Salto, con 104.028 pobladores, fue desplazada al tercer lugar. En orden de importancia le siguen Paysandú (76.429), Las Piedras (71.268), Rivera (64.485) y Maldonado (62.592).
Pero desde 2000 otros polos de desarrollo incrementaron su atracción debido al turismo (Maldonado), la forestación con fines industriales y la agricultura. En consecuencia, según el censo 2011, el interior como un todo recuperó algo de peso demográfico.
Montevideo y su área metropolitana, que nucleaban el 52% de la población del país en las décadas de 1980 y 1990, cayeron a 51,5% en 2011. En 1996 el 59,57% de la población del país vivía en Montevideo, Canelones y San José. En 2011 la población de esos tres departamentos, que comprenden el área metropolitana aunque también áreas ajenas, representaba el 59,26%.
Pero que el crecimiento de Montevideo haya cesado no significa que el macrocefalismo revierta. Calvo sospecha que su población es mayor a lo que dicen las cifras oficiales. "La omisión de quienes hicieron el censo pudo haber sido más elevada en el área metropolitana, particularmente en los asentamientos" precarios, que son territorio hostil.
4.El persistente encanto de la franja costera
La población uruguaya se concentra en la faja costera del sur: el 70% reside en los seis departamentos que tienen costas sobre el Río de la Plata y el océano Atlántico. En 1908 esa zona, de gran importancia ya en la era colonial, representaba solo el 53,8% del total."Es una tendencia mundial: el planeta no solo se urbaniza sino que también concentra su población en las zonas costeras", dice Calvo.
El 23,5% de la población de Montevideo nació en otro departamento o país, pero en Maldonado y Canelones, dos polos de atracción, los foráneos trepan al 41,4% y 40,3% respectivamente. (El 23,4% de la población de Canelones nació en Montevideo). En el otro extremo está Salto: solo el 10,8% de la población proviene de otro departamento o país.
El centro de Uruguay se vacía. Los cinco departamentos mediterráneos -Florida, Flores, Durazno, Lavalleja y Tacuarembó- reunían en 2011 apenas el 9% de la población total. Las cosas eran muy diferentes un siglo atrás, cuando esos departamentos concentraban el 19,4% del total. Departamentos fronterizos como Artigas, Soriano, Cerro Largo, Rocha, Rivera, Treinta y Tres también perdieron mucha población entre 2004 y 2011.
5.Maldonado sube y se caen sus vecinos
El departamento de Maldonado, caracterizado por el turismo de alta gama y una poderosa industria de la construcción, es el principal polo de atracción demográfica. En los últimos 36 años multiplicó su población por 2,16.En torno a la capital departamental se gestó la segunda mayor área metropolitana de Uruguay tras la de Montevideo, comprendida dentro del arco Punta Ballena-San Carlos-José Ignacio, poblado en forma permanente por unas 125.000 personas -y muchas más en verano. Cuatro de cada diez de sus pobladores permanentes provienen de otros departamentos, en particular de Montevideo, Lavalleja y Rocha. La explosión demográfica de Maldonado contribuye a explicar la depresión de las zonas vecinas.
6.Más viviendas, menos personas por hogar
En 2011 se registraron 1.166.292 hogares particulares o colectivos, mientras en 1963 había 765.325. En casi medio siglo la población aumentó 26,6% (de 2.595.510 a 3.286.314 personas) y los hogares 52,4%. El tamaño del hogar promedio cayó de 3,39 personas en 1963 a 2,82 en 2011.Había 253.176 viviendas desocupadas, 18,2% del total. Pero 133.902 de ellas, el 9,64% del total, eran viviendas de uso temporal o "veraneo", en su mayoría ubicadas en áreas costeras. Otros 37.357 inmuebles estaban en venta o para alquilar, 21.087 en construcción o sometidas a reparación, 11.106 en estado ruinoso y 42.716 vacantes.
El 58,3% de los pobladores de Uruguay son propietarios de su vivienda, aunque solo el 40,8% terminó de pagar el terreno y la construcción. El 18,7% son inquilinos o arrendatarios, el 2,8% integra una cooperativa y el resto son tenedores de distintos modos (el 15% a título gratuito o préstamo).
El 81% reside en casas y la gran mayoría del resto en distintos tipos de apartamentos, particularmente ubicados en Montevideo (42%).
El 60,8% de los hogares posee teléfono fijo, el 87,1% utiliza celulares, el 48,2% tiene al menos una computadora (70,3% si se incluyen las pequeñas XO del Plan Ceibal), el 42,9% accede desde su hogar a Internet, el 34,4% posee en casa al menos una moto o ciclomotor, el 30,9% incluye un auto o camioneta, el 3,7% dos y el 0,4% tres o más vehículos de ese tipo. Total de hogares con automóvil o camioneta propios: 35%.
La leña es la principal fuente de calefacción (36,97% de los hogares), particularmente en el interior, seguida por el supergás (25,06%) y la electricidad (20,52%). En el 13,36% de los hogares no se utiliza calefacción alguna.
El 54,9% de la población cuenta con viviendas con acceso a una red general de saneamiento, en tanto el resto se sirve de pozos negros (40,9%) u otras formas de evacuación sanitaria. La cobertura es mayor en Montevideo que en el interior.
El 12% de los pobladores de Uruguay vive en hogares unipersonales. El 31,3% de las personas de 12 años de edad o más están casadas, en tanto el 18,5% vive en unión libre con pareja de otro o del mismo sexo.
Un total de 38,507 personas, el 1,17% de la población, vive en hogares colectivos: la mayoría relativa (13.817) en hogares de ancianos, seguida por cárceles (9.521) y otros tipos de centros (hogares estudiantiles, hospitales, centros religiosos, cuarteles, etc).
El 7,84% de la población dice tener ascendencia afro o negra, el 0,47% asiática y el 4,9% indígena. Sin embargo el mestizaje con indígenas desde la era colonial ha sido notoriamente más amplio, como se percibe claramente en la fisonomía de los pobladores del país, en particular en el norte.
Rezagos en materia educativa
"El 35% de la población de 25 años o más solo cursó estudios primarios, en tanto el 12,5% realizó estudios universitarios o de posgrado. Estos últimos representan el 21% de la población de Montevideo de 25 años o más. "Uruguay empieza a mostrar ciertos rezagos en materia educativa", señala el demógrafo Juan José Calvo, "al menos para poder mantener a largo plazo las tasas de crecimiento de los últimos años".CRITERIOS DISCUTIBLES
Urbanizados por decreto
El profesor Leonardo Olivera, docente de Geografía Económica en el Centro Regional de Profesores (Cerp) de Florida realizó para Qué Pasa un análisis de algunos datos del censo. Estas son sus conclusiones.El departamento con mayor proporción de ancianos (personas de 70 años o más) es Lavalleja: 12% de la población con 70 años o más. Su población rural también presenta la proporción mayor de ancianos (13%). La localidad de más de 1.000 habitantes con mayor participación de ancianos (18,8%) es Migues, en Canelones, un área de emigración constante.
El índice de vejez es de 34% para todo el país (34 ancianos cada 100 jóvenes). Extremos: Montevideo (42,8%) y Artigas (21,7%). La localidad mayor a 1.000 habitantes más envejecida es Colonia Valdense (73,2%) y la más joven es San Rafael-El Placer (5,3%), contigua a Punta del Este.
La tasa de natalidad cayó con fuerza en 2002-2003, un tiempo de crisis y pesimismo, de casi 18 por mil a 14. La economía uruguaya se recuperó, pero la tasa de natalidad permaneció sumergida. El país alcanzó niveles de fertilidad que comprometen la reposición poblacional: este límite se sitúa estadísticamente entre 1,8 y 2 hijos por mujer según la estructura demográfica del territorio. En Uruguay es inferior a 2, en especial en Montevideo (1,5).
El concepto de "urbanización" en Uruguay, que tiene una tasa muy alta (94,66%), es discutible. La mayoría de los países poseen límites cuantitativos para delimitar localidades urbanas. Por ejemplo: en Argentina todas las que poseen más de 2.000 habitantes; o funcionales: son núcleos urbanos todas las capitales de municipio o de distrito, con independencia de su población. En Uruguay las localidades son declaradas como urbanas (ciudades, villas o pueblos) a través de leyes o decretos, con umbrales de población muy variables.
En Montevideo las mujeres superan con holgura a los hombres (son 91.024 más) y no tanto en el resto del país (39.732). Solo en Río Negro el número de hombres supera al de mujeres (387). Las poblaciones "rurales" más masculinizadas son las de Montevideo (180 hombres cada 100 mujeres) y Maldonado (147 cada 100). ¿Por qué? Porque las áreas rurales de esos departamentos incluyen importantes complejos carcelarios masculinos. Flores es el departamento con población rural más masculinizada sin distorsiones "carcelarias": 139,4 hombres cada 100 mujeres. En el otro extremo, la población rural menos masculinizada es la de Canelones. La localidad urbana más feminizada es Joanicó: 82,5 hombres cada 100 mujeres (el Montevideo urbano tiene 86,4 cada 100).
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