Saben que la social democracia no conduce a nada. Saben que la social democracia es la cara con que el poder de las multinacionales dominan sobre los estados, y que terminan exprimiendo al pueblo con medidas de austeridad sobre el bienestar social. Lo saben porque su origen fue de izquierda y llegaron a las esferas políticas a través de pactos post-dictadura. Para lograr lo que lograron debieron de pactar con el diablo en el Club Naval y llegar luego a ganar elecciones con un programa que al principio fue anti capitalista, pero que en la practica resultó ser la mas fiel expresión del capitalismo.
Este fin de semana se realizó el XXX Congreso del Partido Comunista Uruguayo y aquí se evidenció las contradicciones de haber apostado por una alianza con la social democracia. Aunque de la misma "pena" no solamente los comunistas están embarcados sino el conjunto de la gran izquierda uruguaya, tal vez también una izquierda global.
Terminaron apoyando la Candidatura de Tabaré Vazquez, terminaron apostando por la Liberté, égalité, fraternité
Caperucita perdida en el bosque
Reconstruir a la izquierda
Por Julio A. Louis
En “Constanza y el giro a la izquierda” se afirma que “reconstruir a la izquierda es su gran desafío”. En su fino aporte “¿Quién es quién en el Frente Amplio?” Hoenir Sarthou pregunta: “¿Es posible una nueva izquierda?”
Reconstruir a la izquierda
es un desafío posible siempre y cuando acordemos que los gobiernos del
Frente Amplio se han apartado de los principios originarios, antiimperialistas,
antioligárquicos y de combatientes contra el gran capital. Varios hechos
lo confirman. Desde el Poder Ejecutivo se ha enviado al Parlamento la
renovación del Acuerdo de Suministros de
armamentos con EE.UU. Uruguay ha ingresado en la Alianza del Pacífico como
observador, proyecto continuador del ALCA y antagónico al Mercosur, y el vicepresidente aboga por la incorporación plena. Aunque no
ha trascendido Uruguay se suma al TISA (Trade in Services Agreement), impulsado por países autodenominados “amigos de verdad” (Australia, Canadá,
Chile, Colombia, Corea del Sur, Costa Rica, Estados Unidos, Hong Kong,
Islandia, Israel, Japón, México,
Noruega, Nueva Zelanda, Panamá, Pakistán, Perú, Suiza, Taiwán, Turquía y los 28 miembros de la Unión
Europea). Buscan un acuerdo plurilateral de servicios –por fuera de la OMC- de
liberalización y desregulación extrema para asegurar mayores beneficios a las
empresas a costa de los trabajadores, agricultores, consumidores y medio
ambiente. A él va Uruguay contra la opinión y sin el “estribo” de Brasil. Quien duda de la
existencia del imperialismo y admite ser aliado de Bush es el intérprete
adecuado para tal abandono de principios.
Reconstruir a la izquierda
es un desafío posible siempre y cuando se conjugue firmeza de
principios, estrategia definida y habilidad táctica. Será posible -es tarea
delicada- si en el Espacio Alternativo hay quienes actúen con lineamientos
precisos, que sean garantías para
sus protagonistas y para las masas.
Las masas son el sector activo de la población, el que se modifica en
calidad y cantidad constantemente según
las situaciones concretas: reducidas al comienzo de una lucha o en
circunstancias adversas, vastas en los procesos
desarrollados. En ellas se distinguen tres sectores: las avanzadas, las intermedias
y las atrasadas. Los teóricos del materialismo dialéctico
fundamentan que es a partir del sector avanzado que se gana al intermedio y se
arrastra al atrasado, pues los procesos
emancipadores y revolucionarios son reales sólo cuando cuentan con la mayoría
de las clases y sectores populares. Políticamente en Uruguay las masas
atrasadas se identifican con los partidos tradicionales; las intermedias son
hoy frenteamplistas como sinónimo de “vazquistas” sin diferenciar esos conceptos; las avanzadas están
indignadas con los liderazgos de los “tres grandes” y en sí mismas son un “collage” (feministas, pro cambio generacional, pro ley de salud
sexual y reproductiva, pro diversidad sexual, antiimperialistas, socialistas).
Constanza las representa. Fortalecer a ese sector es hoy la tarea principal inmediata.
El esclarecimiento
ideológico y político no nace exclusivamente de las luchas concretas sino también
del rol desempeñado por los militantes más formados, que pueden conformar una vanguardia en
tanto constituyan una fuerza política capaz de elaborar teoría sólida y de incidir prácticamente en esas masas. Y ahí
radica el talón de Aquiles del proceso político de Uruguay y de otros países:
en la ausencia de vanguardias reconocidas por las masas. Es que las transformaciones
del capitalismo, el fin de las “certezas
científicas” tales como el inexorable triunfo del “campo socialista”, han generado desorientación y crisis de las
principales fuerzas políticas, escenario de agudas contradicciones entre
pragmáticos defensores del sistema y sus combatientes. Ante la defección e
incapacidad de oficiar como vanguardias de las fuerzas políticas principales, la gran interrogante uruguaya
que se presenta es si los partidos o movimientos de menor peso relativo hasta
el presente y los núcleos recientes de cuadros de diversa procedencia, más la
precandidata erigida en líder, podrán superar sus debilidades.
Por de pronto se imponen
garantías políticas para ganar credibilidad, para asegurar la confianza de los
militantes, víctimas del desprecio y la coacción de los aparatos dominantes del
FA y de los agravios de la ultra-izquierda enfurecida por su confirmada
impotencia. ¿Cuáles pueden ser?
Explicitar la condición anti-imperialista y socialista y en especial, la oposición al imperialismo norteamericano. Explicitar que
no se aceptará la imposición de disciplina en medidas contrarias a los principios fundacionales del FA. Explicitar que
se defenderá la unidad dentro del campo popular y alternativo y del Frente
Amplio, pero no la falsa unidad sobre la base de disposiciones que pretendan
imponer los que pactan o conciliar con el enemigo. Con esos y algunos otros presupuestos, es posible afrontar el desafío
de reconstruir a la izquierda.
Este viernes el MLN-T realizó un nuevo acto en
conmemoración de la muerte del revolucionario argentino – cubano,
Ernesto “Che” Guevara (acaecida el 8 de octubre de 1967), y de la Toma
de la Ciudad de Pando (8 de octubre de 1969).
En ese marco, Marenales dijo que “el capitalismo está poniendo en riesgo la vida inteligente en el planeta”.Por lo cual, agregó que “sin la búsqueda de alternativas para la construcción del socialismo, los procesos progresistas dejarán un capitalismo menos salvaje, pero capitalismo al fin”.
Asimismo abundó en el concepto referido a que sin construir el socialismo, “estos procesos progresistas son una transición, pero en caso contrario, nos vamos a quedar con un capitalismo menos salvaje, como el suizo o el sueco, pero capitalismo al fin”.
“Tengo el derecho a pensar que la vida inteligente, no de las cucarachas, está en riesgo por el capitalismo”, sentenció Marenales.
Cuestionó que “en Venezuela la producción sigue siendo capitalista”, y agregó que “es muy temprano para afirmar que el modelo cubano es un germen para el socialismo”. También comentó que “China está volviendo al capitalismo y están apareciendo millonarios”.
El socialismo de acá y ahora
Por su parte, el presidente de la República, José Mujica, expresó el pasado jueves que una potencial vía de hacer socialismo “hoy, acá y con los pies en la tierra son las empresas recuperadas, donde un equipo humano trabaja comprometido y se mete en el mundo, en forma colectiva, a hacer andar una empresa, no para tener peones, sino para multiplicar las oportunidades para otros trabajadores”.Mujica dedicó su audición radial del jueves en M-24, a analizar la dicotomía entre capitalismo y socialismo.
En ese marco, resaltó la importancia de la recuperación de
las empresas por los propios trabajadores, y el acceso a la tierra a
través de Colonización, como formas socialismo.
La izquierda descarriada siempre se encuentra en algún lado
Última marcha por la tierra
Última marcha del silencio
Última marcha de los docentes
Última marcha de Salud Pública
Uruguay visto desde fuera del termo
Vea el blog Noticias Uruguayas de hoy:
por José Luis Perera
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domingo, 20 de octubre de 2013
por José Luis Perera
EL PROBLEMA DE LA UNIDAD EN UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA (Análisis de la estrategia del Partido Comunista Uruguayo a la luz de los resultados)
- CUARTA PARTE -
Es claro que tanto el primer
gobierno del FA, como el que está transcurriendo, no solo no han siquiera
intentado oponerse al imperialismo, ni a la oligarquía ni a nada, sino que, muy
por el contrario, hicimos algo que hasta ahora no se había hecho por parte de
los gobiernos burgueses y ni siquiera por parte de la dictadura: protegerles
las inversiones a los yanquis mediante un Tratado.
Y no llegamos a hacer un Tratado de
Libre Comercio, gracias a la denodada lucha del PIT-CNT, de organizaciones
sociales de variada índole, del PCU y de otros sectores de izquierda, pero está
claro que nuestro gobierno (los máximos exponentes, Tabaré Vázquez, Astori,
Lepra, etc…) trabajaron intensamente para lograrlo. Creo no equivocarme si digo
que algunas señales están indicando que el gobierno del FA volverá a intentar
los caminos de un TLC.
Ayer y hoy nuestros ministros de
economía reciben los elogios y los premios de cuanto organismo capitalista hay
en el mundo. Hoy los grandes medios de prensa internacionales al servicio del
capitalismo más salvaje se fascinan con el discurso de nuestro presidente, y
nuestro gobierno recibe elogios de cuanto organismo financiero capitalista
existe, y el propio presidente de los EEUU quiere reunirse con Mujica cuanto
antes.
No es una casualidad que nuestros
gobiernos y el de la concertación chilena hayan sido promovidos en el mundo
como ejemplos de una izquierda pragmática y sensata, en contraposición a los
“populismos” de los gobiernos del ALBA.
Eso en cuanto al enfrentamiento al
imperialismo yanqui. Pero cosas parecidas podemos decir en cuanto a la “destrucción
del régimen actual de terratenientes y grandes capitalistas” (objetivo
que nos proponíamos a través de la estrategia de la unidad), ya que como es
público y notorio, en los gobiernos del FA se ha agudizado fantásticamente la
concentración de la tierra y su extranjerización, y los grandes capitalistas
(sobre todo extranjeros) han encontrado en nuestros gobiernos un caldo de
cultivo apropiado para instalarse y desarrollarse a la vez que expoliar
nuestros recursos (Botnia, Aratirí, Montes del Plata, frigoríficos, toda la
cadena de la soja, etc…).
Pero luego agregaba Arismendi en el
informe que venía citando en el artículo anterior:
“Masas cada vez más considerables,
expresan su descontento por la situación económica y social del país, por la
carestía inaguantable, por las empeoradas condiciones de existencia y aspiran
clara o confusamente a un cambio. Estos elementos del despertar acentuado de
grandes masas a la lucha, y en primer término de radicalización y de unidad
creciente del proletariado, deben ser advertidos claramente por nuestro
Partido, como el carácter más importante de la situación nacional, rasgo a
tener en cuenta por todos nuestros militantes para ponerse al frente, con
audacia y combatividad, sin sectarismos y sin disquisiciones esquemáticas, de
las luchas reivindicativas de la clase obrera, de los campesinos, de las
amplias masas populares, para elevarlas políticamente y poner en marcha así, por
todos los caminos, la formación del Frente Democrático de Liberación Nacional.
Si no comprendemos claramente que este es el carácter más notable de la
situación nacional, no comprenderemos las posibilidades que se abren para el
Partido, siempre a condición de una actuación combativa y firme al frente de la
lucha reivindicativa de las masas, ni comprenderemos hasta el fin las tareas
tácticas que nos fijamos ante el momento político del país”.
Sin duda que hay allí elementos como
el despertar de grandes masas a la lucha, una radicalización y unidad creciente
del proletariado, que debían y podían ser capitalizadas por el Partido para
ponerse al frente y dirigir esas masas combativas. No tengo que decir que hoy
en día la situación es claramente diferente. Las condiciones subjetivas están
lejos de ser las de entonces, ya no hay grandes masas radicalizadas y en lucha
para ponerse al frente y dirigir, y si las hubiera no existe un Partido
Comunista –por su tamaño, militancia, etc.- capaz de eventualmente dirigirlas
si las hubiera.
Muy por el contrario, las grandes
masas se encuentran hoy adormecidas por un discurso progresista que canta loas
al capitalismo y los logros obtenidos en el marco de ese modelo socio económico
(loas que también cantan dirigentes sindicales comunistas). El FA se ha
convertido hoy en un conglomerado de agrupaciones liberales y socialdemócratas,
las que en su gran mayoría se han deslizado por el camino de la conciliación de
clases, del oportunismo, y han tomado claras posiciones: han elegido el camino
de defender y gestionar el capitalismo independientemente de las excusas y los
pretextos que utilizan.
Y EL PARTIDO
Y tenemos un Partido Comunista que,
por estar formando parte de esa coalición gobernante, no se muestra como lo que
debería: como el Partido de la clase obrera, el que conducirá al proletariado a
su emancipación, contra el capital, para derrocar la barbarie capitalista y por
el socialismo.
Y esa es la cuestión más preocupante
y que requiere un análisis profundo. Porque la responsabilidad histórica como Partido Comunista, educado y
formado en los principios de la lucha de clases, en la necesidad histórica de
la lucha por el derrocamiento del régimen de la explotación del hombre por el
hombre, en la construcción de la nueva sociedad, el socialismo, el comunismo,
es adoptar la estrategia mas apropiada para el logro de estos objetivos que son
la esencia y la razón de ser de un partido comunista, la mayor contribución
posible a los intereses de la clase obrera y de los sectores populares.
Porque ese informe del Congreso,
hablaba de la maduración de las condiciones para la organización del Frente
Democrático de Liberación Nacional, pero ponía el centro en algunas cuestiones
centrales:
“La cuestión consiste en saber cómo
nuestro Partido une a la clase obrera y a las masas populares, encabeza su
lucha reivindicativa y facilita su pasaje a las posiciones revolucionarias, es
decir, como organiza el gran movimiento de liberación contra el imperialismo
yanqui y la oligarquía vendepatria que oprimen a nuestro pueblo. La tarea
central del Partido en estas condiciones, es hallar las vías concretas para
unir a estas grandes masas, aún dispersas, y encauzarlas por los distintos
senderos de su propia lucha, hacia el gran caudal del Frente Democrático de
Liberación Nacional”.
La pregunta es, lo que se logró
construir en los casi 60 años que van desde aquel congreso, ¿se parece en algo
a lo que requería el proceso que vislumbrábamos? El Partido ¿ha facilitado el pasaje de las masas hacia posiciones
revolucionarias? ¿Tenemos hoy un movimiento de liberación contra el
imperialismo yanqui y la oligarquía vendepatria?
Al parecer, nada de esto ocurre hoy,
y bien podría decirse todo lo contrario, son grandes masas las que hoy se
sienten indiferentes a la palabra imperialismo, y poca o ninguna reacción
generó un Tratado que le protege las inversiones a ese imperialismo, ni
siquiera desde la central de trabajadores. Recientemente se produjo un episodio
bochornoso y lamentable, en el cual un policía de civil patrullando en un coche
de la embajada yanqui detuvieron a un joven para pedirle documentos, y el hecho
no ameritó ni siquiera un comunicado del PIT-CNT, tampoco del FA, pero ni
siquiera de nuestro propio Partido.
Sin duda que hay razones que explican en parte el
enorme retroceso ideológico del pueblo uruguayo en todos los sentidos. No
pasaron en vano once años de dictadura y otros 20 de neoliberalismo. Pero esa
no puede ser la única explicación. Porque el pueblo boliviano, que hoy
mayoritariamente apoya las medidas radicales de Evo Morales, tiene en su
historia tal vez más años en dictadura que en democracia. Los argentinos
vivieron en dictadura entre el 62 y el 63, y tres años después otro golpe de
estado y dictadura hasta el 73. Y nuevamente dictadura entre 1976 y 1983. Para
luego pasar por la patria financiera del menemismo y otros atorrantes por el
estilo. Sin embargo, eso no ha sido excusa para que los gobiernos de Néstor y
Cristina hayan sido por lejos mucho más avanzados que los del FA. Por tanto, no
es válido argumentar por los años de dictadura y de neoliberalismo para
explicar los retrocesos de la izquierda uruguaya.
http://contratapapopular.blogspot.com.uy/
ResponderEliminarIndisciplina partidaria la columna de Hoenir Sarthou: EL VOTO DISCREPANTE
ResponderEliminarhttp://www.voces.com.uy/articulos-1/indisciplinapartidarialacolumnadehoenirsarthouelvotodiscrepante
Habría querido que este momento no llegara nunca, porque lo que voy a decir me resulta muy doloroso.
No voy a votar al Frente Amplio en la elección de octubre. Por primera vez, en más de cuarenta años, siento que no puedo ni debo hacerlo.
Es una decisión individual e íntima (todas las decisiones lo son, en el fondo) pero no solitaria. Muchas personas de izquierda han decidido adoptar la misma actitud o la tienen en su horizonte y la están considerando. En mi caso, los motivos no son sorprendentes. Han sido anunciados con preocupación, desde hace años, en esta misma columna.Sintéticamente, no comparto las políticas que implican someter al país y a su población al modelo económico “global” de los capitales transnacionales, en el que, a pesar de los discursos, la mitad de los trabajadores gana menos de $15.000. Discrepo con el proceso de concentración y extranjerización de la propiedad de la tierra, que se ha permitido en estos años.
No estoy de acuerdo con los privilegios abusivos (exoneraciones tributarias, puertos, zonas francas, leyes hechas a la medida) concedidos a la gran inversión extranjera y negados en cambio a la inversión y al trabajo nacionales. No creo que un gobierno de izquierda deba condicionar al país, al grado en que lo han hecho los dos últimos gobiernos, a inversiones estratégicamente discutibles y ambientalmente peligrosas, como las de UPM, Montes del Plata o Aratirí. Me indigna la ley de bancarización obligatoria (hipócritamente denominada “de inclusión financiera”), que favorece el endeudamiento de la población de menos recursos y significa la intromisión inevitable del capital financiero (los bancos) en todas las transacciones económicas, incluido el pago de los sueldos.
En materia de políticas sociales, se ha incurrido en algo que es –y será todavía más, en pocos años- una verdadera tragedia social: permitir la decadencia de la enseñanza pública. Cuando uno se entera de que más del 60% de la población juvenil no completa la enseñanza secundaria, hay poco más para decir.Significa que más de la mitad de la población no estará en condiciones de acceder a puestos de trabajos medianamente bien remunerados.
¿En qué clase de sociedad viviremos, entonces?
¿Alguien cree que se podrá seguir sobrellevando la marginalidad cultural creciente con subsidios del MIDES, internaciones en el INAU y más policía? Un gobierno que no jerarquiza a la enseñanza pública es, objetivamente,un gobierno reaccionario. Se diga lo que se diga.