05/04/2013
Ministro Daniel Olesker
"Disminución de pobreza 8 años seguidos es resultado de políticas económicas y sociales"
El titular del MIDES, Daniel Olesker, dijo
que desde 2004 el nivel de pobreza era 39,9 % y en 2012 disminuyó al
12,4 %. Aseguró que para 2015 se cumplirá la meta de llegar al 10%. Dijo
que esa baja es resultado de las políticas económicas y sociales
implementadas desde 2005 y aclaró que el 0,5% de indigencia responde al
límite inferior que se puede alcanzar pero que se trata con políticas
específicas para ese núcleo más duro.
Tras el informe publicado por el
Instituto Nacional de Estadística (INE), en relación a la disminución de la
pobreza y el índice de indigencia, Olesker aseguró que esta baja es resultado de las políticas económicas y
sociales que el país implementó con una tendencia a reducir paulatinamente la
pobreza. Las cifras indican que en todo el país la pobreza bajó del 13,7 % en 2011
a 14 % en 2012.
Olesker recordó en entrevista con la Secretaria de Comunicación, que en 2004 la pobreza
se encontraba en el 39,9 %, lo que significaba que casi uno de cada dos uruguayos se
encontraba en situación de pobreza. En 2013, uno de cada ocho uruguayos se
encuentran bajo la línea de pobreza.
El 1,3 % que bajó significa unas
40.000 personas que estaban en situación de pobreza dejaron de estarlo.
Explicó que la línea de pobreza está ligada no solo a la relación entre los
ingresos de las personas y el aumento de los precios, porque mide la canasta de
bienes y servicios a los que acceden las personas, sino que también tiene
relación con el precio de los alimentos que en 2012 tuvieron una tendencia al
alza importante. “Esta baja de 1,3 % es más importante porque se hizo a pesar de
las tensiones de aumento de precios que sufrió el país, sobre todo en el último
trimestre del año pasado”.
Según cifras de CEPAL, en 2011
Uruguay había llegado al valor más bajo de pobreza desde el año 1961, y en 2012
se logró tener un índice aún más bajo.
Olesker explicó que esta baja
consecutiva durante ocho años también responde a que los ingresos de los
hogares reflejan un crecimiento sostenido y existe una mejoría en el nivel de
los ingresos, aumento del salario mínimo, mayor formalidad en el empleo y
acceso gratuito a servicios como la educación y la salud.
Señaló
que "la meta para este
Gobierno es llegar al 10 % de índice de pobreza al final del período,
quedan dos años y estamos a 2,5 puntos porcentuales de cumplir la meta".
Agregó que en este
período la pobreza fue disminuyendo de 3 a 4 puntos anuales, inclusive 5 registrados
en 2011.
Sin logros
Indigencia estructural
En cuanto a la indigencia, que es
la situación de pobreza extrema en aquellos hogares cuyo ingreso no supera la
canasta básica de alimentos, señaló que se ubica en el 0,3 % de los hogares y
0,5 % de las personas, lo que significa que cada 1.000 personas, 5 se encuentran
en situación de indigencia.
Recordó que en 2004 la indigencia
era del 4,7 %, implicando a unos 60.000 hogares. Explicó que la cifra que va de
0,3 % a 0,5 % significa la pobreza más dura, aquellos que vienen de una tercera o
cuarta generación de pobreza estructural, los que formaban parte de los
asentamientos creados en la década del 60 y reprodujeron generacionalmente esa situación.
“Es bastante lógico pensar que
hay un límite inferior para esa baja. Hay temas estadísticos de muestra y
representatividad que muestran un nivel mínimo de 0,3 a 0,5. Por lo tanto, que
la indigencia no haya bajado este año, no significa un conflicto con la
política social, sino la continuidad de la política social que sigue bajando la
pobreza y que ha llegado, en el caso de la pobreza extrema, a un límite
inferior que por medidas de corto plazo son difíciles de bajar”.
Plan "Siete zonas"
En esa línea, agregó que el plan
“Siete zonas” por el cual se trabaja en territorios con alta pobreza en
Montevideo, Canelones y en el interior del país apuntan a ese núcleo duro que
aún quedan en pobreza extrema.
"Al mirar los dos años que quedan
por delante y la meta de llegar al 10 % de personas en situación de pobreza y
prácticamente cero de indigencia, en los dos casos se está extremadamente
cerca", señaló.
En 2012 ya se discutió sobre el
nivel de 0,5 % de indigencia y se entendió que existía una situación crítica,
por lo que se crearon tres programas nuevos: “Jóvenes en red”, “Uruguay crece
contigo” y “Cercanías”, que trabajan con el núcleo de pobreza extrema.
La pobreza entre los uruguayos cayó 1,1%
En 2012 la pobreza se ubicó en 8,4%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En tanto, la indigencia entre los uruguayos mantuvo los niveles del año pasado, que son cercanos al 0,3%.
En todo el país durante el 2012 los hogares por debajo de la línea de pobreza fueron estimados por el Instituto Nacional de Estadística en 8,4%, algo que significa una caída de 1,1 puntos porcentuales en relación al año anterior.
El organismo resalta que en Uruguay ocurrió un “descenso sistemático del indicador para todas las regiones del país excepto en Montevideo, donde se mantiene el mismo guarismo que en el 2011”.
Indicador
Unas 42.000 personas dejaron de ser pobres durante el último año
La pobreza cayó a 12,4% de la población y la indigencia se mantuvo sin cambios en 0,5%
Federico Comesaña @fcomesana - 06.04.2013
Durante el último año, 42.000 uruguayos salieron de situación de pobreza. Al mismo tiempo, quienes aún mantienen ingresos insuficientes para satisfacer sus necesidades básicas, se encuentran en una mejor situación económica respecto al año anterior. Eso llevó a que la desiguladad registrara un nuevo mínimo en lo que va del siglo.
Según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de uruguayos en situación de pobreza pasó de 13,7% a 12,4%. Una persona se considera pobre en Uruguay cuando pertenece a un hogar cuyo ingreso se considera insuficiente para satisfacer las necesidades básicas de sus integrantes. Hoy en día esa población comprende a 419.000 habitantes.
El porcentaje de hogares pobres acumula ocho años consecutivos a la baja. En 2005 esa participación alcanzaba a 36,6% de la población –ese año la encuesta no se realizó para la totalidad del país, sino para las localidades de más de 5.000 habitantes–. Eso implica que durante ese lapso, el porcentaje de hogares pobres se redujo casi a la tercera parte.
En tanto, la indigencia tuvo en los últimos años una tendencia similar a la pobreza. Incluso, en términos relativos, tuvo una caída más pronunciada, de un pico de 4,7% en 2004 a 0,5% en el último año. A diferencia de la pobreza, la indigencia no bajó en 2012 y se mantuvo en el mismo nivel que en el año anterior, cuando un total de 17.000 uruguayos se encuentran en esa condición.
La indigencia se define como las personas que pertenecen a hogares que no solo no poseen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas en su conjunto, sino incluso, para cubrir los requerimientos mínimos alimenticios de sus miembros.
En términos de ingreso, el INE calculó en diciembre que un hogar es indigente si posee un ingreso inferior a $ 1.899 por persona, que es lo que se requiere para satisfacer mínimamente las necesidades alimenticias de cada integrante. Para salir de la pobreza, en tanto, se requieren $ 5.847 adicionales para el primer integrante del hogar. El resto de los miembros del núcleo familiar requieren de un ingreso menor porque se considera que existen economías de escala dentro del hogar, por las cuales determinados gastos no deben repetirse por cada integrante adicional. Esos montos se definen como línea de indigencia y línea de pobreza, respectivamente.
Desigualdad
En 2012 no solo hubo menos pobres, sino también la pobreza adquirió un carácter menos profundo. La brecha de pobreza mide la distancia media de los ingresos de los hogares pobres respecto a la línea de pobreza. Esto es, qué tan pobres son los hogares que no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas. Durante el último año, el indicador cayó de 2,5% a 2,2%, cuando en 2004 era de 10,1%.
La reducción de la desigualdad no solo se dio a la interna de los hogares pobres, donde el indicador específico bajó levemente en el último año. En la totalidad de la población, la desigualdad de ingresos se mide a través del índice de Gini, que se redujo de 0,403 a 0,379 en el último año –la escala del indicador va de cero a uno, donde los externos corresponden, respectivamente, a un estado ideal donde todos los hogares perciben el mismo ingreso y uno donde un solo hogar concentra todos los ingresos–.
Carencias de las familias más pobres son peor de lo esperado
Entre las 30.000 familias en situación de
pobreza extrema, hay 2.000 hogares que están en el nivel más crítico.
Concentran todas las vulnerabilidades sociales y, por ejemplo, en más
del 80% de los casos hay un integrante en conflicto con la ley.
En diversas oportunidades el gobierno se ha
referido a la necesidad de actuar sobre un núcleo duro de pobreza que
comprende a 30.000 familias en Uruguay. Con ese objetivo, en agosto del
año pasado se lanzó el programa Cercanías, un plan integrado por el
Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Vivienda, el INAU, la
ANEP y ASSE, más los ministerios de Trabajo y de Salud Pública, que se
sumaron este año.
Al día de hoy, el programa se encuentra a medio camino
con el primer grupo de familias seleccionadas y está comenzando a
trabajar con otros hogares, que corresponden al núcleo más crítico
dentro de la pobreza extrema. El plan tiene un alcance de 2.000 familias
por año. Eso supone que en 2013 estará trabajando con cerca del 6,6%
del total de 30.000 hogares "pobres extremos" de todo el país.
Según explicaron a El País Valeria Gradín y Gustavo
Machado, dos de los coordinadores del programa, la idea del plan es
generar "un acompañamiento técnico" para que las familias más pobres
puedan salir de esa situación.
Gradín dijo que hay "un núcleo duro de situaciones
crónicas de pobreza a las cuales por diferentes motivos los servicios no
han logrado captarlas", por lo cual, explicó, existen situaciones que
no se conoce qué tan grave es su realidad.
"Hay dos perfiles de la población objetivo, situaciones
muy crónicas que tuvieron múltiples intervenciones pero que no lograron
el acceso al ejercicio de derechos, y un grupo que estaba muy
desvinculado de la matriz de protección social y cuando llega Cercanías
detecta una situación extrema", señaló Gradín.
Los primeros datos del trabajo con esas familias
muestran que se trata de hogares "multiproblemáticos", dado que hay una
"alta concentración" de más de cinco o seis riesgos: problemas de
vivienda, violencia intrafamiliar y problemas de vinculación educativa.
"Veíamos que estas familias no habían accedido, a pesar de tener el
derecho, a la asignación o a la tarjeta Uruguay Social. A veces ni
siquiera tenían la cédula de identidad", dijeron los técnicos.
"Vemos que las familias a partir de sentirse
reconocidas empiezan a generar cambios. A veces son para su beneficio,
pero a veces también generan conflictos más fuertes, por ejemplo cuando
se trabaja el tema de la violencia familiar puede generar choques.
También ocurre que se empieza a trabajar en un problema y se desatan
otros", dijo Machado.
Luego, el coordinador señaló: "No nos imaginábamos
que toda la población iba a tener situaciones tan críticas, la
situaciones son de un nivel crítico muy grande. Hay mucha exclusión".
En tanto, Gradín dijo que "faltaba aceitar
mecanismos" a la hora de trabajar con los hogares más pobres. Comentó
que los equipos al momento del intercambio en el territorio "encuentran
perfiles que nunca habían trabajado", por lo cual se requiere dar nuevas
herramientas de formación a los técnicos. La coordinadora también
admitió que "el punto de partida de las familias objetivo es de tanto
daño y riesgo que lo que se puede dar en este tiempo de trabajo es un
primer pequeño paso hacia la inclusión".
Debilidades.
En las familias alcanzadas hasta ahora por el
programa -unas 800- el promedio de integrantes es de seis personas. Otro
dato que destacaron los coordinadores fue que más del 80% de los
hogares en cuestión tiene al menos un integrante en conflicto con la
ley, lo que implica que pasó por un proceso judicial. También se subrayó
como preocupante que el 63% de las familias tiene al menos un
integrante con discapacidad, ya sea intelectual, motriz o sensorial.
En tanto, el programa cuenta con diversos datos que
muestran el perfil de las familias que son alcanzadas y sirven para
describir esa situación de pobreza extrema. Esas cifras, a las cuales
tuvo acceso El País, muestran que el 96% de los hogares alcanzados por
el plan tiene problemas de hacinamiento o colecho (niños que comparten
la cama con los padres), el 86% tiene de alimentación, 82% de vivienda y
el 72% son hogares con jóvenes que no estudian ni trabajan.
Luego, se observa que la mayoría de los hogares
concentra entre cinco y ocho dimensiones sociales con riesgos. Con cinco
dimensiones con riesgos hay un total de 14,2% de esos hogares pobres,
con seis hay un 17,6%, con siete un 26,7% y con ocho 15,3% de los
hogares.
Al profundizar en las dimensiones, se observa que la
educación es la que se ve como la más castigada para estos hogares. Tal
es la situación que el 89,5% presenta riesgos en esa dimensión.
Luego, el 89,3% presenta riesgos en la dimensión
correspondiente al trabajo, dado que predominan los trabajos por fuera
del mercado formal y empleos definidos como de riesgo.
Otras dimensiones problemáticas son la vivienda, en
la cual el 84,6% de los hogares tiene riesgos, y la ausencia de figuras
parentales, que es un riesgo en 84,2% de los hogares.
La dimensión de la salud es un problema para el
72,9% de esas familias y la violencia lo es para el 62,5% de los
hogares. Otro dato que parece alarmante es el correspondiente a la
desnutrición, dado que el 59,1% de los hogares más pobres tiene riesgos
en esa dimensión. Las drogas son un problema para el 45,3% de estos
hogares.
Cifras y datos del programa Cercanías
El programa comenzó a mediados de 2012 con 27
Equipos Territoriales de Atención Familiar (ETAF), 14 en Montevideo, 6
en Canelones y 1 en los siguientes departamentos: Artigas, Salto,
Soriano, Rocha, Treinta y Tres, Lavalleja y San José.
Fue presentado de manera oficial el 28 agosto de
2012 con la presencia de jerarcas de todas las instituciones que están
involucradas.
El marco de la población objetivo es de 30.000 personas, pero el programa tiene un alcance de 2.000 familias por año.
Hasta noviembre de 2012 se habían derivado 839
familias para ser atendidas por 27 equipos del programa, lo cual incluyó
a unas 4.800 personas como destinatarias del plan en nueve
departamentos del país.
En marzo 2013 se amplía la cobertura de equipos a
los departamentos restantes cubriendo con al menos un equipo en cada
departamento del país y dos equipos en los más poblados, llegando así a
45 ETAF a nivel nacional. Fue uno para Montevideo, dos en Maldonado,
Paysandú, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo. También uno para Artigas,
Salto, Durazno, Flores, Florida, Colonia y Río Negro.
Cada ETAF es gestionado por una Organización de la
Sociedad Civil y supervisado por la Unidad de Gestión. Los equipos están
integrados por cuatro o cinco técnicos con formación en Trabajo Social,
Psicología, Educación Social y otras disciplinas sociales y humanas,
que trabajan con las familias participantes.
Al día de hoy el programa cuenta con ocho
supervisoras, de las cuales cada una tiene seis equipos a cargo y
trabajan en el asesoramiento, en el vínculo con la oficina central y el
vínculo con las instituciones de la zona.
Cada equipo territorial recibe aproximadamente 270
Unidades Reajustables por mes, de las cuales cerca del 80% está
destinado a salarios y el resto es para viáticos y gastos.
El Plan de Inclusión Familiar que elabora el ETAF en
acuerdo con la familia tiene una intervención de entre un año y un año y
medio de trabajo y está orientado por metas prefijadas para restituir
en la familia derechos sociales y calidad de vida.
Los grupos familiares invitados por los ETAF a
participar son seleccionadas a partir de un índice acumulado que integra
la situación de pobreza extrema (identificada por equipos de la
Dirección Nacional de Evaluación y Monitoreo - Dinem-Mides) y la
situación de vulnerabilidad socio-familiar identificada a través del
diagnóstico que realizan servicios sociales en territorio.
Algunas de las funciones que le competen al programa
son: realizar un diagnóstico junto con la familia sobre los derechos
vulnerados y las dificultades y capacidades que presentan para su
restitución. Acordar un plan de acción con el grupo familiar
participante. Apoyar el fortalecimiento del grupo familiar para
garantizar el bienestar y desarrollo de todos los integrantes, en
particular los niños, niñas, adolescentes y otras personas dependientes.
Facilitar a la familia el acceso a servicios y prestaciones a las que
tiene derecho. Identificar y promover la activación de las redes
familiares y comunitarias de sostén del grupo familiar. Realizar el
registro y monitoreo de los avances del trabajo con las familias.
Las cifras
96
Es el porcentaje de los hogares alcanzados por el programa Cercanías que tiene problemas de hacinamiento o colecho.
59,1
Es el porcentaje de los hogares alcanzados por el plan que presentaron riesgos vinculados a la desnutrición.
Los nuevos ricos protestando
Línea de pobreza: $8.365 en Montevideo, $5.887 en el Interior y $3.928 en el interior rural
Bajó la pobreza, solo hay 419.000 pobres
Bajó la pobreza, solo hay 419.000 pobres
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