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ARATIRÍ: EL MAL RAYO QUE NOS
VA A PARTIR (15)
Todavía da gauchos el
tiempo*
Autor: William Yohai
20 de abril de
2013
El último lunes (1) el abogado Juan Andrés Ramírez,
connotado dirigente del Partido Nacional, publicó un muy importante artículo
referido al proyecto Valentines. En él plantea, en esencia, que aún estamos a
tiempo, de acuerdo a la legislación vigente de parar la ejecución de Aratirí sin
violentar norma legal alguna ni los derechos que asisten a la empresa
propietaria del mismo: la anacional Zamin Ferrous.
Se basa en que el código aún
vigente no autoriza automáticamente al que realizó la prospección y exploración
de un yacimiento minero a explotar más de 1000 hectáreas sin una dispensa
especial del Poder Ejecutivo que éste sólo podría otorgar por motivos fundados
de interés público. Ramírez plantea, además, alternativas a la forma en que el
tema podría ser abordado en particular generando un proceso licitatorio
internacional. Sin ser ésta la forma que preferiríamos para encarar el asunto,
cabe reconocer que es mucho menos mala que la que está en
curso.
Y, como hemos demostrado
fehacientemente en esta ya demasiado larga serie de trabajos, lejos está de
servir al interés público la depredación de un recurso natural de gran
significación si el proyecto sigue su curso tal cual está
planteado.
Ayer nomás la cámara de
diputados aprobó con votos del Frente Amplio y parte de la oposición el proyecto
de ley sobre “minería de gran porte” que liquidará esta limitación del código de
minería anterior y abrirá el camino para la instalación de
Aratirí.
Como se detalla en nuestros
trabajos así como en el que publicó el “Colectivo de Lucha Por la Tierra”
titulado “Las cuatro patas del saqueo” (disponible enwww.resonandoenfenix.blogspot.com ) Aratirí es parte de un plan mayor del
actual gobierno que implica brutales consecuencias para el futuro del país. Las
volvemos a enumerar: 1) un proyecto energético integrado por una generadora de
ciclo combinado y la instalación de una plante regasificadora de enormes
dimensiones que no está justificada por las necesidades de consumo energético
del país en el futuro corto o mediano. 2) la mina en sí misma y 3) un puerto de
aguas profundas que no justifican las producciones actuales del Este del país y
sólo tiene sentido como apéndice de Aratirí.
Entendemos que el tema
energético está indisolublemente ligado a todo esto. Si, como indica la
información disponible, Aratirí pagará la energía a precio de gran consumidor
(la tasa promedio es de 2,2 pesos el Kw. Hora), estamos ante un abierto subsidio
a la energía que consumiría la empresa. Porque, según afirman las estadísticas
de UTE, el costo de la energía de origen fósil no baja de 200 dólares el MW
hora, o sea aproximadamente el doble del precio que pagaría
Aratirí.
Pero hay más: el apuro por
proveer de energía a Aratirí ata al país a la energía fósil (gas natural) como
principal proveedor por un largo tiempo.
Del estudio de los temas
energéticos a nivel planetario surge claro el concepto de que estamos ante lo
que los analistas llaman “petróleo pico barato”. O sea, el fin de la
disponibilidad de energéticos fósiles baratos. Hemos transcripto(2) informes de gran relevancia, de fuentes
tan sospechables de izquierda extrema como el Fondo Monetario Internacional, la
Wehrmacht (fuerzas armadas de Alemania) o el Comando Operacional Conjunto de los
EEUU acerca de la gravedad y la proximidad de la crisis energética que
enfrentamos. Más allá de las variaciones de corto plazo que experimentan los
precios del petróleo y el gas natural, la tendencia a partir del año 2001 es al
aumento acelerado. Esto se debe, básicamente, a que el complejo balance entre
exploración-descubrimiento-explotación de energéticos fósiles y la
disponibilidad de estos en la corteza terrestre se desvía cada vez más en el
sentido del agotamiento. En síntesis: un recurso finito está siendo depredado
por la insaciable sociedad de consumo capitalista global a un ritmo millones de
veces mayor al que fue creado. Groseramente, en 100 años hemos agotado el 50% de
los energéticos fósiles que la naturaleza formó en cientos de millones de
años.
Aratirí no es, por lo tanto, un problema
aislado. Es parte de un gigantesco error de política económica con vastas
proyecciones negativas a futuro.
Causa cierta gracia cuando
uno observa a los políticos del partido de gobierno criticar a los de la
oposición por su presunto oportunismo político. Sí, si
algunos blancos y colorados actúan “para la tribuna” al votar contra la ley de
minería, atendiendo a clientelas en los departamentos afectados por Aratirí (y
otros eventuales desarrollos de gran porte), no es menos cierto que ellos, a su
vez, lo hacen por urgencias parecidas.
En efecto, como indican
todos los datos disponibles, el modelo económico vigente basado en la
primarización económica fomentada por la apertura indiscriminada a las
importaciones, las exportaciones de bienes primarios sin impuestos, el libre
movimiento de capitales generador de atraso cambiario y un largo etcétera, empieza a dar
señales de agotamiento. Está marcado en la historia del país: estos procesos
terminan en una fenomenal crisis económica bien
condimentada con la correspondiente crisis financiera. Así sucedió en 1971, 1982
y 2002.
Lo que está haciendo el
gobierno nacional, entonces, es huir hacia adelante. A medida que se observa
como se profundizan las características del modelo (aumenta la inflación tanto
en pesos cuanto en dólares, la proporción de exportaciones de bienes primarios
en relación a la de manufacturados, el crecimiento del PBI se explica cada vez
más por el del consumo privado, se estanca la producción agropecuaria e
industrial, etc.) lo que se busca es que nuevas mega inversiones extranjeras
mitiguen las consecuencias que están en al ADN del proceso
económico.
Se juntan eventos que
tienen gran magnitud: se termina la obra de Montes del Plata en Conchillas, se
reduce significativamente o frena completamente la construcción en la costa de
Montevideo y en Punta del Este. Y en 2014, dentro de algo más de un año habrá
elecciones.
¿Qué mejor negocio desde el
punto de vista electoral que tener funcionando 4 obras de gran magnitud que
contribuirán a mantener los niveles de empleo en la construcción, 70.000
directos y muchos más indirectos?
Oportunismo a varias
bandas. En el gobierno y también en la oposición. Porque no me van a hacer creer
(y exceptúo de estas valoraciones al Dr. Ramírez) que blancos y colorados, de
estar ellos en el poder, actuarían distinto.
Hoy (3) el Dr. Larrañaga se basa en el trabajo
de JAR para oponerse a la ley de minería de gran porte. Nada podemos hacer salvo
felicitarnos por ello.
Sólo nos queda confiar en que la lucha de
algunos sectores populares y un descenso coyuntural del precio del mineral de
hierro detengan un proceso que, a juzgar por la velocidad de la aprobación de la
ley de minería, viene a marcha redoblada.
*El colgado refiere al
Dr. Ramírez.
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