El gobierno y el Pit-Cnt chocan por política para combatir la inflación
Mujica y la economía. Pidió ayuda para reestructurar el Estado, pero a la central no le gusta la forma en que se habla sobre los públicos. Los reclamos salariales no encontraron eco en el Ejecutivo
VALERIA GIL
El manejo de la política antiinflacionaria y el estatuto de los funcionarios públicos son los temas que dividen al gobierno y al Pit-Cnt. En un desayuno con la central, Mujica no dio respuestas a los reclamos de aumentos salariales.
El desayuno de trabajo que mantuvo ayer el presidente José Mujica con el Pit-Cnt terminó con coincidencias y divergencias respecto a las políticas salariales, antiinflacionarias y de distribución de la riqueza.
En un hecho "inédito" según la visión de los trabajadores, Mujica concurrió ayer a la central y habló por espacio de casi dos horas del progresismo, los peligros del consumismo, las relaciones con los países de la región. También estuvieron sobre la mesa la inflación, educación, reforma del Estado y políticas de vivienda.
Los reclamos salariales no encontraron eco en el Ejecutivo
Los ministros Fernando Lorenzo (Economía y Finanzas), Eduardo Brenta (Trabajo y Seguridad Social), Daniel Olesker (Desarrollo Social), Roberto Kreimerman (Industria), Enrique Pintado (Transporte y Obras Públicas) y la subsecretaria Raquel Lejtreger (Vivienda y Medio Ambiente) acompañaron a Mujica en la mesa central del evento. Además, allí se ubicaron los tres coordinadores de la central: Fernando Pereira, Marcelo Abdala y Beatriz Fajián.
El encuentro tuvo lugar después de la polémica que generó la decisión del gobierno de revisar el acuerdo salarial alcanzado por el Sindicato de la Bebida, con el objetivo de contener una posible suba de la inflación. Ayer, el tema estuvo presente y otra vez quedaron claras las diferencias de enfoque acerca de la aplicación de políticas antiinflacionarias.
"No la veo tan negra como auguran algunos especialistas económicos", dijo Mujica en referencia a la inflación. En ese marco, indicó que se luchará contra el incremento de los precios aumentando, a partir del 2013, la inversión de las empresas públicas a una cifra cercana a los US$ 1500 millones.
Como ejemplo, dijo que "se sacará jugó al Ceibal" mediante la inversión en cableado para asegurar internet en todos los hogares del país. "Esto no hace ruido, pero si hubiéramos perdido aquel plebiscito, ibas a cablear sí", bromeó. También adelantó que una parte importante de la compra de equipos para la Asociación de Ferrocarriles del Estado (AFE) provendrá del presupuesto de Antel.
Por su parte, Lorenzo explicó que la decisión del Ministerio de Economía de asistir a la mesa de negociación colectiva está asociada a la necesidad de "racionalizar" para preservar "el interés general", que según dijo, "no es algo ajeno".
El ministro de Economía aseguró que "la contribución que hace el gobierno es para ayudar" y sostuvo que "no se carga las tintas sobre una visión unidimensional, como el salario". "No hay ninguna intención o razón valedera para otorgarle a la formación de salarios la única explicación de que la inflación hoy esté por encima de la meta", dijo Lorenzo. Al tiempo que rechazó cualquier ajuste fiscal, porque siempre recae sobre los más necesitados.
El planteo que hizo el gobierno sobre la inflación generó una visión encontrada con el Pit-Cnt. Abdala dijo a El País que "las divergencias pasan por cómo encarar el problema, porque el objetivo de bajar precios es el mismo", explicó.
"Aunque el ministro dijo que no había una mirada unilateral, nosotros alertamos por las dudas: ojo con caer en la trampa de mirar la inflación solamente en función de lo salarial porque se impide avanzar más en la redistribución de la riqueza", señaló el dirigente.
Pereira indicó que el hecho de que no se "carguen todas las tintas" en el salario puede ser positivo, pero adelantó que la central discutirá las medidas a adoptar para bajar la inflación y presentará una propuesta al gobierno para asegurar que se continuará con una política de redistribución del ingreso.
La reforma del Estado es otro de los temas en que el gobierno y los trabajadores no tienen acuerdo. Mujica habló ayer de la necesidad de realizar una "reestructura" que permita terminar con la "lucha por el poder dentro de los ministerios".
El presidente remarcó que el Estado está para servir a la gente y agregó que la reforma "no puede hacerse a los ponchazos", sino que debe haber un cambio de mentalidad de los funcionarios estatales. La reforma que plantea Mujica choca con la visión que tienen los trabajadores sobre el tema.
"No nos gusta cómo el Ejecutivo se refiere a los funcionarios, nos parece que por momentos se excede y genera disconformidad, y creemos que es necesario corregir eso", opinó Pereira.
De los planteos efectuados por el Pit-Cnt no obtuvieron respuesta los reclamos para incrementar el salario mínimo a $ 10.000 a partir del 1° de enero de 2013 y el incremento especial para los sueldos inferiores a $ 14.000 en la próxima ronda salarial. "Claramente no obtuvimos respuesta, pero el movimiento sindical va a pelear por eso", remarcó Pereira.
A su vez, la creación del frigorífico nacional tampoco tuvo eco dentro del Poder Ejecutivo. "La cosa más difícil es enfrentar la rosca ganadera, si no estás dentro no entendés un carajo. Si ponen una fábrica de chorizos los vamos a ayudar, pero si me vienen con el planteo del frigorífico nacional no le damos bola, porque no queremos condenarlos al fracaso", aseguró el presidente.
Aunque Mujica fue con- tundente en su posición, el Pit-Cnt señaló que "lo positivo" es que a pesar de su postura se conformará una comisión para estudiar la instalación del frigorífico nacional. "En la lista de temas pendientes con los que no se comprometió el gobierno, está el incremento de recursos para la educación", comentó Pereira.
El País Digital 5 de diciembre 2012
El Presidente con el PIT-CNT
“El progresismo es el intento de mitigar las consecuencias egoístas más profundas del capitalismo”
A continuación se publica el texto de las
reflexiones que pronunciara el Presidente Mujica en el desayuno de
trabajo a que fuera invitado por la Central de Trabajadores de Uruguay,
PIT-CNT, en la mañana del 4 de diciembre de 2012. Las consideraciones
del mandatario trascienden los alcances del acto para el que fue
invitado y proyectan, desde una perspectiva ideológica, la orientación
general de su período de Gobierno.
Mujica se mandó flor de discurso contra el egoismo del capitalismo y no hace nada por cambiarlo
(Texto base de la primera parte del discurso)
Hoy,
acá, entre trabajadores, me resulta ineludible hablar con relativa
profundidad sobre ideas, como asunto previo. Luego haremos un pequeño
descanso y daremos cuenta sobre las inquietudes que nos plantearon.
¿Por
qué hablar de ideas? Recordemos que “los hombres van tras las ideas
como la carreta va detrás de los bueyes”. Sin embargo, las ideas están
sometidas al peso de la realidad, y ésta nos va enriqueciendo y
sometiéndonos a cambios más o menos profundos. Esos cambios a su vez
están condicionados por nuestra capacidad de renovarnos o por la
obstinación de nuestro conservadurismo.
Los dos últimos gobiernos programáticamente pueden clasificarse de progresistas con nítida claridad. Ahora bien, ¿qué
es el progresismo en política? Para nosotros es el intento de mitigar
las consecuencias egoístas más profundas del capitalismo intentando con
cambios sucesivos, una mejor distribución y un acotamiento de las
diferencias de clase. Veremos que dentro de lo progresista existen
familias con sus matices, pero en común esas familias se hacen cargo de
la situación concreta de la gente, no se desentienden del hoy a cuenta
de una utopía superior, lejana. Por esto el progresismo encaja y
defiende la democracia representativa que no se considera jamás perfecta
o terminada y se somete a diversas demandas.
Claro
está, a muchos les puede parecer poco el progresismo. ¿Por qué? Porque
se trata de buena fe, que la economía funcione lo mejor posible y por lo
tanto respeta ciertos fundamentos, seguridad jurídica, previsibilidad,
equilibrio global aceptable, más un conjunto de políticas que promueven
la inversión y los circuitos empresariales en todos los terrenos.
Mujica dijo que hay capitalismo para rato
Todo
progresismo lucha por diversos mecanismos y cambios por lograr mejoras
en la distribución y en la equidad de la sociedad sin embargo, lo hace
respetando y en la frontera que activa la economía capitalista. Existe
un fuerte haber a favor. Reconocer lo logrado en estos ocho años
progresistas, desde los consejos de salarios, la reforma en curso de la
salud, los 850.000 que trascendieron la pobreza, la caída en picada de
la indigencia, la suba en el salario real, el gasto en educación, y un
largo etc., no habría de olvidarse jamás, sobre todo aquellos que alguna
vez se acostaron con hambre o estuvieron años sin trabajo estable.
Es
obvio que hay mucha injusticia y es obvio que falta mucho en equidad…
Pero ¿qué son ocho años cuando miramos nuestra historia y la de otros
países del concierto mundial? 8 años de cambios sucesivos respetando
escrupulosamente el estado de derecho y la democracia como vía,
respetando a la oposición e incluyéndola para control como nunca se hizo
en la historia política del Uruguay, y considerando en profundidad a
toda la nación.
Sin
embargo, con nostalgia sesentista, alguien me podría decir “sí, pero…
no se quiebra al capitalismo, seguimos en esencia con lo mismo, “la
explotación del hombre por el hombre”. Es por esto compañeros que quería
hablar de ideas, quien piensa así y se afecta en su compromiso con esta
lucha a brazo partido, se equivoca feo por estancamiento conservador o
tiene una visión muy superficial.
En
primer lugar, aceptamos de plano que nuestro programa común en el
gobierno, laudado por el Frente Amplio, es de buena fe progresista y no
cuestiona de fondo al capitalismo. En segundo término, habremos sí,
progresistas que ambicionamos más pero que concordamos con aquellos que
no piensan igual y definamos que esta etapa supone la lucha por
concretar una sociedad modestamente acomodada, desarrollada, instruida y
culta. Este objetivo, para nosotros, es condición para que políticamente sea viable y posible la concreción de una sociedad mejor, sobre la base de que la política sume, la voluntad organizada de los hombres.
Esta
etapa supone, dentro de y con la democracia, tensar al máximo las
fuerzas productivas porque precisamos muchos medios económicos para
educar y formar, y necesitamos suturar las mayores vergüenzas, para
asegurar oportunidades semejantes a todos.
Ahora
bien, si éstas son las metas, ¿cuál es la característica real del motor
en nuestra sociedad?, es el capitalismo dependiente y poco desarrollado
que funciona con su lógica: el afán de lucro, de ganancia. Heredamos la creatividad y el egoísmo del capitalismo que embebe todas las esquinas sociales y compone el grueso de la cultura de nuestros comportamientos.
Un
sistema no es solo un conjunto de relaciones de propiedad y de trabajo,
un sistema compone además una cultura subliminal que se adentra muy
hondamente en el ser social. Las reacciones y conductas capitalistas se
agitan dentro de cada uno, aunque racionalmente algunos estemos
declaradamente en contra. Por esto el cambio de sistema implica una
larguísima marcha de construcción de otra cultura y estos, los cambios
culturales, son los más lentos y difíciles pero si no cambia la cabeza
no cambia nada en esencia. Estos son cambios que incluyen ciertos
valores nuevos.
"Así pues vamos progresivamente juntos y con buena fe, compañeros, en la fuerza política y en el ejercicio del Gobierno"
Así
pues vamos progresivamente juntos y con buena fe, compañeros, en la
fuerza política y en el ejercicio del Gobierno, con visiones finalistas
quizás un tanto distintas, pero hoy, sumando en hacer funcionar la
economía con su marco de garantías porque es el camino más corto y
eficaz para tener las condiciones básicas en lo económico y en lo
cultural para recrear una sociedad mejor.
Mujica no ve lo que esta pasando en Europa Miles de estudiantes se manifiestan contra la
política de austeridad en Milán (Italia). Al menos 100 manifestaciones
han sido convocadas en el país.
La historia parece confirmar que no hay atajos aunque es obvio que esto será discutible.
No
hay un progresismo único ya lo hemos dicho, para nosotros no solo se
mantiene el cuestionamiento ético al capitalismo sino que se agiganta
ante los peligros que acechan a la vida.
El consumismo es el recurso agobiante para la supervivencia capitalista.
Como
resumen, digamos, aceptamos una política acumulativa de cambios que
persiguen generación, distribución y equidad. Esos cambios no intentan
hacer colapsar el capitalismo; por el contrario, buscan la máxima
expansión de las fuerzas productivas.
España se fue al carajo. El colapso progresista del capitalismo
Esos cambios tratan a la vez de sembrar instrucción, cultura y multiplicar riqueza social.
Sin embargo, existen cambios que dibujan otro rumbo y esto es lo que no quiere avizorar esa actitud sesentista que refería.
Primero,
la lucha por los cambios debe ser hacia un Estado de nuevo tipo que
llevará 10 o 15 años como mínimo o hasta que la “generación Ceibal”
contribuya a recrear historia. Ese Estado supone la afirmación central
de que lo fundamental es el servicio a la gente y al pueblo; hay un
trabajo de Estado esencialmente servidor e incluyente desde el punto de vista democrático,
pero la mayor responsabilidad es la de un Estado que prepara el
amanecer de otra sociedad y no que remacha la existente. Estado no para
perpetuar sino para liberar a la gente donde lo central es la vida y no
el asiento.
Segundo,
la lucha por el desarrollo de una economía social apelando a la
autogestión como forma de compromiso organizado y gestionar sin caer en
la explotación del hombre, camino difícil pero que forma empresas de
nuevo tipo para realizar un oficio de gestión más allá del mundo
patronal, donde la democracia directa de los trabajadores asume las
decisiones importantes, que cumple además sin conflicto con la tarea de
multiplicar los panes, es decir el trabajo en la sociedad. Algo por el
estilo del Instituto de Colonización que adjudica tierras a familias
agrupadas que con libertad se organizan socialmente.
Estos
cambios, como la descentralización, el desarrollo de regiones, poco se
ven y mucho se critican, son muy difíciles, pues cuestionan al
capitalismo en lo esencial y en su modo de gestión.
Tampoco son revoluciones en esencia, o las expropiatorias, el ruido de los tiros o las proclamas encendidas
Estos
cambios requieren cabezas abiertas y verdaderamente revolucionarias y
preparan apenas una larga marcha para otro tiempo que nosotros no
veremos.
Compañeros,
la revolución no es un desfile de pancartas y no es la fiesta alegre de
llegar al gobierno para empezar otro camino, todo eso importa y es
ineludible, pero no es el fondo. Tampoco son revoluciones en esencia, o
las expropiatorias, el ruido de los tiros o las proclamas encendidas,
las revoluciones son multitud de cambios que acumulan en sentido de
futuro sustituyendo valores y que al final construyen conductas
colectivas que se nutren con una nueva cultura. Si no hay atajos,
tampoco hay magias, las revoluciones cuando llegan no se “hacen”, se
viven con cambio solidario que multiplica a los individuos y a los
colectivos con real vocación revolucionaria.
La lucha por los cambios en la realidad nos va cambiando a nosotros que vamos formando otra cultura y otros valores.
Pero
este proceso lleva décadas, requiere auténtico compromiso y,
compañeros, necesita lo más difícil: cuidar una ética diaria en medio de
la civilización consumista.
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