viernes, 14 de diciembre de 2012

Margrit Schiller: Entre el idealismo radical y el drama del desarraigo


Este nuevo título de la autora, que recrea su vida en Cuba y en Uruguay, es la segunda parte de una autobiografía iniciada con la publicación de “Una dura batalla por los recuerdos: mi experiencia en la lucha armada y la cárcel -Alemania 1971-1979”.
En esa obra, Schiller evocaba su propia experiencia de militancia y lucha armada, en conflicto con un sistema que aspiraba a transformar radicalmente.
El relato se inicia en octubre de 1971, cuando fue detenida por primera vez por las fuerzas de seguridad alemanas, acusada injustamente de dar muerte a un efectivo policial.
Su integración a la organización guerrillera Fracción del Ejército Rojo (RAF) le costó siete años de confinamiento en condiciones infrahumanas, impropias de un país que se considera democrático.
Su “pecado” fue compartir el idealismo que movilizó a toda una generación, en un tiempo de inflexión histórica pautado por la guerra fría, las aventuras imperialistas de las potencias de la época y las grandes luchas de liberación, que tuvieron su epicentro más caliente en nuestra América Latina.
“Exilio, exilio y desexilio” es una suerte de detallado inventario existencial, marcando por las utopías y los compromisos ideológicos, pero también por el desencanto.
Narrando su vida mediante un formato novelesco, la escritora reconstruye la primera escala de su exilio en Cuba, donde solicitó asilo para evadir a su destino de presa política en su país natal.
Su residencia en la isla caribeña, que transcurrió durante ocho años, fue una experiencia contradictoria, que discurrió entre la emancipación y la falta de integración.
Del relato se infiere que Margrit Schiller jamás se adaptó plenamente a la sociedad cubana, por su cultura machista y situación de virtual enclaustramiento, a raíz del inmoral bloqueo impuesto por los Estados Unidos.
La autora confiesa haber padecido, como otros exiliados, el inevitable síndrome del desarraigo, en contacto con un colectivo social que –pese a su vocación hospitalaria- jamás llegó a comprenderla ni a continentarla adecuadamente.
Ni el descubrimiento del amor y el nacimiento de sus dos hijos lograron mitigar esa situación de desencanto. Sin embargo, compartió las mismas dificultades que el heroico pueblo cubano, que naturalmente se agudizaron luego de la disolución del socialismo real.
El libro retrata elocuentemente los diez años de residencia de la escritora en nuestro Uruguay, donde inició una nueva vida en contacto con una realidad diferente pero no menos compleja.
De ese período Schiller rescata su amistad con ex presas políticas y su activa militancia en las marchas del silencio, en reclamo por los desaparecidos durante la dictadura.
Su regreso a Alemania estuvo directamente relacionado con la devastadora crisis económica que asoló a nuestro país en 2002 y que provocó una de las más multitudinarias diásporas de todos los tiempos.
El elocuente relato está construido de fragmentos de memoria, de triunfos e inevitables derrotas. También está poblado por la soledad, una cualidad intrínseca al refugiado político.
“Exilio, exilio y desexilio” es la historia real de una idealista empedernida, que luchó por sus más arraigadas convicciones y sobrevivió a los diversos avatares políticos de un tiempo de turbulencias.
(Letra Eñe Ediciones)


.




.

2 comentarios:

  1. Aprecio lo que dice, pero hay mujeres que hicieron mas que ella y con hijos. Las pasaron desde hambre hasta la miseria.
    La diferencia es que lo han hecho en silencio.
    Ella lo publica.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Escribir lo que le sucedió no es necesariamente compararse con nadie, escribe para que se sepa, no se es mejor ni peor por el silencio o la comunicación, son dos formas diferentes. Y debe respetarse la valentía de expresarse asi como se debe respetar a quienes quieren guardar silencio.

      Eliminar

No ponga reclame, será borrado