La acusación por "violación de una menor" a Daniel Viglietti lanzada por el periodista Nelson Díaz y respaldada por una sobrina del músico fallecido, Lucía Viglietti Forner, generó repercusiones de todo tipo.
Ahora apareció una voz que faltaba.
Silvia Viglietti, hermana del músico, envió una carta a la redacción de El País donde asegura: "La acusación que se ha difundido, que me tiene como protagonista y aluden a mi familia, no se corresponde con la realidad", asegura en el comunicado sin agregar mayores detalles.
Silvia
Viglietti es hermana del músico de parte de padre y tiene 60 años de
edad en el presente. La declaración no está firmada de su puño y letra,
sino digitalmente, De todos modos, El País pudo confirmar su identidad y
autoría.
Allegados a la mujer agregaron a El País que Silvia Viglietti emitió la misiva con el objetivo de "ponerle punto final al tema".
A continuación, el contenido completo de la carta:
Ante los hechos de público conocimiento, me veo en la obligación de hacer la siguiente declaración.
La acusación que se ha difundido, que me tiene como protagonista y aluden a mi familia, no se corresponde con la realidad.
Dicho esto, pido que se guarde respeto por mi persona y mi familia.
Es lo único que voy a expresar al respecto,
Silvia Viglietti.
La acusación fue lanzada el fin de semana con una publicación de Facebook de Nelson Díaz, periodista cultural de Radio Uruguay (Sodre). Lucía Viglietti, una de las sobrinas del músico, respaldó la versión y dio detalles: el presunto abuso habría ocurrido cuando el músico tenía 27 años y su víctima, 10.
Daniel Viglietti fue un referente del canto de protesta. Muy identificado con el Frente Amplio, algunas de sus canciones, como A desalambrar, se convirtieron en "himnos" de la izquierda. Falleció en octubre de 2017, a la edad de 78 años.
En los tiempos que corren, las REDES SOCIALES funcionan a veces muy bien, conectando a la familia y los amigos, informando y compartiendo vivencias. Pero otras veces se transforman en REDES SUCIALES. Es cuando el odio y la envidia, en forma de agresión, se apodera de la RED. Y la RED se vuelve sucia.
Insultar agrediendo, enchastrar, maldecir, difamar son cosas que no exigen formación, estudios, ni siquiera inteligencia. Cualquiera puede decir cualquier cosa. Alguien escuchó una historia, la da por verdadera y la suelta como un perro enfurecido por alguna RED. Y no importa cuan grave esas afirmaciones sean. El daño que pueden hacer las maldades cuando alguien las levanta y miles de personas las difunden sin tener un conocimiento verdadero de lo que se está diciendo, es incalculable. Cuando en una RED que se volvió de pronto SUCIAL se lapida o se prende fuego a un individuo, nos retrotraemos a la edad media, a la inquisición, a la caza de brujas.
Basta un minuto para que se tome posición segura sobre una denuncia espantosa y se desparrame como mancha de aceite en el agua por toda la superficie humana.
Los insultos se multiplican, toda la agresión contenida por causas ajenas se desata y la furia que no deja razonar se vuelca como un torrente. Lo terrible llega a la pareja del insultado, a los hijos, a los padres, hermanos, abuelos, amigos y quema como una bola de fuego.
Una vida de solidaridad, de entrega personal, de preocupación por los más débiles, consecuente, de reconocida trayectoria en un continente, puede ser escupida, pateada, lapidada, acuchillada en un día, después de abierta la RED SUCIAL. Mas de medio siglo de trabajo dedicado se quema en unas horas.
¿Y como se retira el daño provocado? Se saca el cuchillo, pero no se sutura la herida.
Porque a menudo las explicaciones, aclaraciones librando al atacado, no producen el mismo goce sádico que patear a un caído y entonces no se difunden de la misma manera que los insultos.
Lo que pasó con Daniel Viglietti, mi compañero y hermano, cuyo más grave delito en este planeta fue haber sido siempre un hombre de izquierda, fiel y consecuente a sus creencias,muestra nuestras propias miserias. Muestra como fácilmente sacamos al aire nuestras frustraciones, nuestros odios, envidias, broncas acumuladas por otras causas y hacemos el ridículo juzgando a otros como si fuésemos seres perfectos e infalibles, escupiendo, agrediendo y maldiciendo antes de tratar de ver que es lo que pasó.
Siento muchísima pena por causa de este circo montado por razones que no conozco. Fundamentalmente siento muchísima pena por la familia de Daniel pero también por nosotros mismos. Porque tenemos escondidas adentro, fieras difíciles de gobernar que saltan fácilmente transformando las REDES SOCIALES en SUCIALES y mostrando nuestro interior en una forma que realmente, mete miedo."
Ninguna declaración de la presunta víctima ? Solo una campaña? Seguro que la "tía" es testigo de que la violación no existió como suele suceder en estos casos. Uno es testigo y declara que algo no pasa porque no vió. Es más, mis padres nunca tuvieron relaciones sexuales. Puedo asegurarlo porque nunca los vi.
ResponderEliminarEl padre de Lucía, ya había hecho referencia de que había un volador en su familia, tres años antes de la publicación. Que cante en la cárcel no.lo hace buena o mala persona y no es argumento para que cuente en la balanza.y Es evidente, tras ver como le alimentaban su ego. Dejaron todo "quietito" por algún motivo que se puede presumir.