CHARADA PARA DESMARCARSE DE LOS TUPAS ELECTORALES
“pa’ él es el duro reca’o y
el Réminton y la lanza
y la bala que lo alcanza pa’ que algunos como usté’
venga a contarnos después, historias de degolla’os..”.
y la bala que lo alcanza pa’ que algunos como usté’
venga a contarnos después, historias de degolla’os..”.
cuando decidieron participar con
candidato propio en la joda electoral
se les empezó a ver las patas a la
sota...
ya no alcanzaba con el gordo marcos ni
con el viejo sarthou
puestos a pelear en el
pan-y-circo por migajas...
se empezó a construir el caballo de
troya hecho por los propios troyanos...
la mano venía de un truco diferente/la
mano venía de meter mano directamente
y torcer el timón: un motín en la cúpula
para cambiar el rumbo...
borrar
con el codo el horizonte insurreccional/ enterrar el hacha y toda formulación
revolucionaria desmentir la historia / rebajar programa/ arriar banderas / negar la lucha
mellar los filos / mochar las
chuzas
proxenetear los viejos laureles
manchados de sangre
desarmar las cabezas/ preparar la
entrega...
pusieron a tres “viejos”/ con tres
embudos de diferentes colores/ a juntar gotitas
(los tres embudos terminaban en el mismo
barril que no era de pólvora:
era de agua para mojar la
pólvora...)
los pusieron/ a engañar incautos/ a
estafar botijas
a oportunizar el
oportunismo...
fueron ayudados por muchos peones
miopes:
los peores ciegos que no quisieron
ver...
los tupas tupas comenzaron a irse/ de a
uno / de a diez / de a cientos
de frente juvenil en pleno / de
vergüenza...
se fueron tristes/ solos/ a la
intemperie / sin saludar / los compañeros de primera hora
los viejos combatientes/ los
sacrificados de la línea posta
los que sabemos que cuando el trabuco
se engripa lo mesmo sigue cargau...
quedaron unos pocos con la nueva
camiseta y se les hizo el campo orégano:
a los ferrugiosos fusiles de la aduana
de bella unión
los trasvistieron en rastrillos de
votos...
se quedaron con el nombre con la marca/
con la grifa con los derechos de autor
inventaron una parva domus propia/ donde
todo vale / todo da lo mismo
una mamúa / una comilona / un tratado
secreto/ una transa berreta
un síseñor a las trasnacionales / a los
patrones / a los gerentes/ a los impunes al capital financiero
a la minería rapaz/ a los tutores
milicos / a los estancieros...
hicieron una fiestita/ inflaron un
castillo inflable
invitaron a los amiguitos a los
masomenitos a las culebritas
sirvieron sapos y se los tragaron/ tragos amargos y se los
tragaron
cosas jodidas y se las
tragaron...
colgaron una piñata y le dieron un palo
a cada nene
reventaron la bolsa y saltaron
chucherías:
pitos / matracas/ serpentinas/ espejitos de
colores
lugares en las listas/ bancas de
diputados
carguitos en el estado/ monedas de
cambio/ juguetitos baratos...
los invitados / los recién llegados/
aplaudían
no entendían / no entienden/ no
entenderán jamás
mientras siguen soplando sus
cornetitas
con sus caretas y sus gorritos de
papel
que la enfermedad infantil del
izquierdismo es la vía electoral...
los tigres vegetarianos ya no joden a
nadie
los gatopardos de jardín con flores son
un adorno burgués
los panegíricos/ las biografías/ las
palmaditas en la espalda
los abrazos/ los pactos/ las bienvenidas
de la derecha
los alcahuetes de turno/ los protocolos/
los arrepentimientos
y los pedidos de
perdón
los vistieron de traje/ corbata/ y
complicidad...
tanto maquillaje/ tanta voltereta en el
aire/ tanto
claudique
los volvieron inofensivos y -claro- los
llevaron al gobierno
-eso sí: muy lejos del poder / como no
podía ser menos...-
(y ahora están donde están/ y ahora pasa
lo que pasa/ y ahora a joderse...)
la mejor forma de desmarcarse de los
tupas electorales
es hacer una finta una moña un amague y dejarlos pasar
dejarlos solos/ que corran solos/ hacia el orsái ideológico...
no comprar entradas/ no aplaudir/ no
alcanzarles la pelota
no hacerse socio de ese club de
patrinqueros...
(hicieron táctica de ir perdiendo 2 a 0
y cuidar el resultado
hicieron estrategia de perder en la liga
lo ganado en la cancha...)
ellos ya se desmarcaron solos y quedaron
solos...
ni olvido ni
perdón
tampoco acá/ entre
nosotros...
no olvidar/ no callar/ no
perdonar...
(la mejor forma de desmarcarse de los
tupas electorales
es no votarlos nunca más...)
y seguir siendo verdaderos
tupas...
CODA/
la lealtad
última
es como la última
bala:
da para terminar
todo
pero
también
da para empezar todo de nuevo... ( miguel ángel olivera
“el cristo”)
Esta escrito
“(…) está escrito, aunque
“El Gallego” no pueda darse cuenta ahora, está escrito”…
La
última vez que tuvimos una comunicación “directa” con “El Mejicano” –como yo me
acostumbré a llamarle- fue por internet hace unos tres, cuatro o cinco años, ¡qué
sé yo!… El tiempo no existe; existen estas noticias de mierda que nos van
llegando como si fuésemos las piezas de un dominó interminable, angustiante y
real, por cierto, pero interminable también, como si fuésemos tantas y tantos
que nunca acabaremos de morirnos totalmente o como si siguiésemos naciendo en
cada muerte nuestra de todos los días...
La
verdad es que fui yo el que se replegó en la conversa virtual que apenas
habíamos iniciado con Ricardo luego de descubrirnos ambos escribiendo en la
pionera “PostaPorteña”, él en Canadá, exiliado; yo en Montevideo, discurriendo
al tún-tún sobre nuestras rengueras atomizantes.
Me
molestó su pregunta de “¿con quién andás?”, que interpreté como “¿atrás de
quién?”; se lo dije, y se vé que él también se embroncó por mi reacción, y, ta,
quedó por esa plata, como a la espera de “mejores circunstancias” para chamuyar
con tranquilidad y sin calenturas o subjetivismos al santo pedo.
La
última vez que lo ví fue unos meses largos después de su regreso a la comarca,
de espaldas, yéndose raudamente de la sala Zitarrosa tras la última actuación
de “El Octeto”; no lo reconocí así nomás luego de casi 28 años de un par de encuentros
furtivos post salida del “hotel 5 estrellas” de Libertad, apenas cruzándonos un
par de palabras referidas a la familia, y más nada. Él no me vió a la salida
del tardío concierto “folklórico” de los ex “barraqueros” del penal; sólo yo lo
ví irse sin detenerse casi en saludos, no enojado o cosa parecida, pero sí con
ganas de tomarse los vientos de apuro, sin pasar por esos intermitentes coloquios
de ocasión que dos por tres se dan de chiripa.
En
realidad, fue así siempre entre nosotros dos, aún mientras estábamos en cana,
donde nos conocimos. Algún trille esporádico de recreo sin deporte, alguna
broma en el reparto del morfe o de las herramientas para las manualidades, unos
comentarios sobre otro personaje canero muy compinche de ambos –otro “Mejicano”,
el Negro Medina-, pero nada más.
Nada
de conversa política propiamente dicha aunque los dos sabíamos cómo la veía el
otro en aquel aquelarre ideológico en busca de la necesaria autocrítica más
adecuada al propósito de seguir siendo útiles a la revolución aún en esas
condiciones de vida que grafican con mejor elocuencia que nada lo mierda que fueron
y siguen siendo los “pobres viejitos” fascistas de ayer y de hoy que también la
van quedando en un dominó que ojalá también les resulte bien interminable y que
sientan cada baja como si fuera el merecido y justo fusilamiento popular que no
pudo ser como ellos mismos –y ellas mismas- lo han temido y lo seguirán
temiendo aún ya muertos, por los siglos de los siglos, gracias al “dios” que
creyeron los ampararía con olvido y con perdón eternos…
Siento
que a pesar de esa escasísima “comunicación política”, ha habido entre nosotros
una buena afectividad, unos sentimientos de hermandad sincera que no pudo
desaparecer en tanto tiempo de este tiempo de lejanías indeseadas y de muertos
y muertas muy jóvenes y todavía entusiastas y sanos, que en su inmensa mayoría
no han hecho de la debida autocrítica un renunciamiento a principios y valores
que se pierden cuando la autocrítica se convierte en concesiones a la falta de
principios y valores de nuestros enemigos y a la pretensión de vivir como
ellos, currando, engañando, traicionándose y traicionando aun cuando se invoquen
todavía horizontes de una “justicia” y una “igualdad” por las que Ricardo, sin
la más mínima duda, jamás dejó de pelear sin contemplaciones siquiera a la
impotencia de no saber cómo expresar el dolor incomparable que nos dejan las
vivencias jorobadas venidas del lado menos esperado.
A
Ricardo, este domingo de marzo, 28 años y tres días después de que el pueblo
nos sacara del campo de concentración que lucía con impudicia neonazi el
cartelito puto de “aquí se viene a cumplir”, le falló “el bobo”, su órgano de
reflexión política más poderoso y certero, ése que aún equivocándote en un
diagnóstico o una valoración rápida, no te expone al riesgo de revelarte o
transformarte en renegado de pé a pá irremediablemente, como sí ocurre de vez
en cuando con algún “cerebro” infalible de la (contra) revolución.
El
Negro, El Mejicano, Ricardo Perdomo, el ex fusilero naval que se pasó fusil en
mano en el amanecer trafogüero, audaz y vigoroso de los ´60, para nunca más
soltarlo, a las filas de la rebelión del pueblo cascoteado, rebelándose contra
el falso “honor militar” y la falsa “disciplina” cuartelera que fabrica hombres
pelele y máquinas de torturar, matar y “desaparecer”…
“El
Mejicano” que unos cuantos pretendieron vendernos como estampita emblemática
del “asesino sin alma” y el “foquista sin cabeza política”..
El
Ricardo Perdomo que no tuvo pelos en la lengua para desnudar como pudo lo que
él vivió como lo más jodido de lo jodido soterrado en las cavernas de piedra de
la deshonestidad organizada…
El
Tupamaro con mayúscula que desde el raro exilio negociado por dos o tres
“históricos” con las huestes “de Aparicio”, nos iría anunciando el itinerario
inexorable y vergonzante de los “mariscales de derrotas” repletos de
triunfalismo y soberbia politiquera, necia y barata; este Compañero que vino de
abajo y que de abajo no quiso salir, murió sorprendido por algo así como un
paro cardíaco, con apenitas 64 años de los que la mitad se le fueron entre
rejas de diverso calibre e intrigas e intrigantes que dentro de unas horas no
podrán estar en su breve velatorio que será cuando Patricia, su primera hija
–vejada y baboseada, casi recién nacida, por las miserables milicas del espanto
maragato del “proceso”-, venga del norte del norte a darle ése beso que el El Negro
sabrá sentir como el beso de la vida que sigue y sigue, porfiada, tenaz, indoblegable,
a pesar de tantos pesares y, por suerte, gracias a las vidas que, como la de su
padre, enseñan a vivirla sin perder su supremo sentido: vivirla intensamente,
comprometidamente, hasta siempre, aún de la manera más sencilla y silenciosa
imaginable, para que nuestras vidas de simples explotados y oprimidos que no
transan ni con los que transan, sean la amalgama de una nueva vida sin amos,
sin jefes, sin caciques, sin parásitos, sin dobleces, sin aureolas ni celebridades
forjadas en las nefastas tinieblas de la revolución del pueblo trabajador
convertida en ridícula e inofensiva conspiración de “valerosos iluminados” que
aprenden mucho de “política” y nada de espíritu libertario e irreverente hacia
toda la mierda burguesa que se nos sirve en bandeja de oro que cagó el moro, como
deslumbrantes bocadillos de sabiduría militante e imbéciles estrategias de “inteligente”
movida popular, sin pueblo y sin sangre en las venas como para pegar un grito y
decir: “¡Basta ya, no es por esto que una pueblada entera se sacrificó y
ofrendó sus mejores vidas!!!”.
Sé
bien que estas palabras no harán ninguna magia de resurrección o algo parecido,
y hasta dudo que a “El Mejicano” le cayeran bien, pero no puedo ponerles el punto
y aparte sin dar fe de que Ricardo Perdomo –y no puedo menos que darle las gracias-
fue, es, uno de los Compañeros que más y mejor me enseñaron eso que no debemos
perder ni por descuido bajo ninguna circunstancia: el odio, el odio de clase
humillada y verdugueada desde el día que nacemos y hasta el día que morimos, el
odio que tiene su reverso en el de los que saben que más temprano que tarde,
habrá una auténtica y soberana justicia popular que no se detendrá ni
retrocederá ante ningún verso ni cuento falsamente moralizante de nadie…
Me
lo enseñó la mañana que por enésima vez estalló la locura inducida de “El
Gallego Más”, con cortes en las muñecas y unos gritos desgarradores de fiera acorralada
como nunca había oído en mi vida.
Me
había tocado servir el agua caliente para el mate, mientras un par de
oficialitos mal cagados que habían estado hostigando al gallego toda la noche, se
pavoneaban muy orondos por el celdario, susurrándose para que se oyera bien de
bien desde las celdas: “El tupa este hijo de mil putas se atoró con los huevos
de Mitrione otra vez”.
Mientras
metía el agua en el termo de “El Mejicano”, me dijo, re-tranquilo, en su habitual
tono suave, persuasivo, como de tipo bien seguro de que no estábamos lejos de
la salida:
--
A no calentarse, Saracho; algún día, los que vengan después de nosotros, más
bichos, más curtidos, menos ingenuos, verán llorar como mariquitas a estos
desgraciaditos o a los que sigan su mismo camino, cuando les lluevan las balas
de todos lados y ni siquiera los oligarcas que les dieron vuelo los dejen
entrar a sus mansiones para protegerse… Tranquilo, Saracho; está escrito, aunque
“El Gallego” no pueda darse cuenta ahora, está escrito…
Cháu,
Negro Mejicano Perdomo, tu vida ha sido y seguirá siendo un buen ejemplo, y
haberte conocido, aunque sea poco, es mucho.
¡Habrá
Patria Obrera, Socialista y Libertaria! ¡Y en la puerta de entrada de su
Ciudadela, una de las piedras de la muralla que los albañiles levantarán para
separarnos de la mentira y las traiciones, llevará tu nombre y el número 245,
bien grande y bien visible!!!.
¡Hasta
la Victoria, Siempre, sin más derrota que un corazón que pida un poco de
descanso, por un rato nomás!.
Gabriel
–Saracho- Carbajales, Sta. Catalina, 17 de marzo de 2013.
Me entero hoy de la muerte de Ricardo Perdomo, lo conoci hace un buen tiempo, su partida me llena de tristeza, gran tipo Ricardo.
ResponderEliminarSaracho me hace lagrimear cada vez que escribe mojando la pluma en el corazón. MAU - MAU .-
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