El
ministro Bayardi consideró que la instalación de la negociación
colectiva operó como un factor determinante para mejorar el salario real
de los trabajadores. “Siempre va a existir puja entre el capital y el
trabajo; la instalación de los consejos de salarios y la negociación
colectiva ha sido un factor determinante para lograr el incremento del
salario real”, aseguró el jerarca en declaraciones a la Secretaría de
Comunicación.
Bayardi
destacó asimismo que ha existido un incremento real de los ingresos
del los trabajadores en el período 2010 – 2013 del 12,6 %. El aumento de
los salario se produce atendiendo la distribución del ingreso y se
contempla en mayor medida al sector privado con salarios más bajos.
El
jerarca explicó que las políticas promovidas desde el Gobierno también
priorizaron la mejora de los ingresos de los sectores más
desfavorecidos. Es por ello —añadió— que aún es una prioridad la
formalización de los trabajadores rurales y del sector doméstico.
También se ha priorizado el salario mínimo nacional, explicó Bayardi.
Costos laborales y competitividad
Bayardi
sostuvo que el incremento del salario fue acompañado por una mejora de
la productividad del trabajo. Precisó también que es una simplificación
decir que el costo del salario determina en sí mismo la competitividad,
ya que en este aspecto inciden otros factores, tales como el tipo de
cambio.
Según el Instituto Nacional de Estadística
INDICE MEDIO DE SALARIOS (IMS) aumentó 0,68% en Diciembre de 2013, fijándose su número índice en 188,30 y el INDICE MEDIO DE SALARIOS NOMINALES (IMSN) aumentó 0,71% en el mismo período fijándose su número índice en 188,82
(Ver texto completo)
INDICE DE PRECIOS DEL CONSUMO (IPC) aumentó 2,44% en el mes de Enero 2014, fijándose su número índice en 129,76 (Ver texto completo)
.
MARCELA DOBAL / ADRIANA VIERCI06 feb 2014
Con estos datos, preocupación es la palabra que
sobresale del ministro de Economía, Mario Bergara. Siete veces la usó
ayer en un diálogo con la prensa de cuatro minutos sobre la inflación.
"Reitero: es un factor que afecta el bienestar de los ciudadanos y tiene
que estar en el primer orden de preocupación de las autoridades
económicas, del Ministerio de Economía y del Banco Central" (BCU), dijo.
Pese a eso, no esbozó nuevas medidas para mitigarla y
se limitó a decir que se mantiene el compromiso en coordinación con el
BCU de "trabajar duramente, de manera muy atenta en el tema, porque ya
sabemos lo que significa una inflación más alta de la que todos queremos
para la vida cotidiana de los uruguayos".
A juicio de Bergara, el dato de enero "puede resultar
un poco engañoso" porque revierte la deflación que generó la
bonificación de las tarifas de electricidad en diciembre ("UTE Premia").
"Lo que hay que ver de manera más atenta es la
inflación de los últimos 12 meses, que marca un dato preocupante, porque
pasamos del cierre del año pasado de 8,5% a una que ahora supera el
9%", indicó.
Por su parte, el director del Banco Central en
representación del Partido Nacional, Washington Ribeiro, dijo ayer a El
País que era esperable que enero tuviera una suba de precios elevada, ya
que se trata de un mes "atípico" por el efecto del "UTE Premia" y subas
de tarifas de ese ente, Ancap, OSE, patentes y cuota mutual. Afirmó que
la inflación se mantiene en un "rango de preocupación alto".
El 2,44% que subió el Índice de Precios al Consumo
(IPC) en enero frente a diciembre de 2013, es el mayor aumento en un
mes desde septiembre de 2002, según cifras divulgadas ayer por el
Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, es el mayor registro
para enero desde 1995.
Esta fuerte suba llevó a que la inflación en 12 meses
superara el 9% por segunda vez en un año (9,1% esta vez). Es el
guarismo más alto desde los 12 meses cerrados a octubre 2012 y más de
dos puntos porcentuales mayor a la meta de inflación del gobierno (3% a
7%).
Los analistas consultados por El País no se mostraron
sorprendidos por el dato efectivo (habían previsto un alza del IPC de
2,1% en el mes). La suba se explica en gran parte por el ajuste de
tarifas de UTE y OSE, que disparó los precios del rubro vivienda un
11,08%, lo que empujó el IPC 1,5 puntos al alza. La electricidad se
encareció 35,05% (a la suba de tarifas se suma el efecto del "UTE
Premia") y las tarifas de agua corriente subieron 7,8%.
Semestre difícil.
Los analistas esperan que la inflación se mantenga en torno a 9% durante la primera mitad de 2014.
En CPA/Ferrere ajustan sus proyecciones, si bien ya
preveían que la inflación siguiera subiendo los próximos seis meses
hasta tocar un máximo de 9,4% en julio, siempre que el gobierno no tome
alguna medida adicional (como contener el dólar o algún precio
administrado), informó a El País el gerente del Departamento de
Economía, Alfonso Capurro.
"Hay riesgo de alcanzar los dos dígitos. La
inflación tendencial converge a 9,8% en julio, entonces cualquier shock
sobre los precios deja la inflación en 10%", indicó el analista.
La inflación subyacente (o tendencial), que excluye
los productos más volátiles de la canasta, fue 0,96% en el mes y alcanzó
el 9,44% en 12 meses, según cálculos de El País.
La gerente de PwC, Mercedes Comas, señaló que el
9,1% responde al rango en el que se mueve el IPC desde inicios de 2010 y
coincidió en que en los próximos meses seguirá siendo preocupante, con
la inflación subyacente elevada. Señaló los impactos que tendrá el
factor climático en los precios de frutas y verduras por pérdidas en las
cosechas. Por su parte, el gobierno cree que habrá sobreoferta en algún
rubro y eso puede llevar incluso a bajas de precios (ver página A13).
El socio de Deloitte Pablo Rosselli indicó que
"vamos a seguir con la inflación en torno de 9%" durante el primer
semestre y si bien para el segundo la prevé más cercana a 8,5%, "no deja
de ser un pronóstico con cierta incertidumbre" por la presión alcista
del dólar en el mundo.
Dilema con dólar.
Los analistas y el gobierno coinciden en que el
dólar continuará en una senda ascendente en 2014 a nivel mundial. Eso
encarece los productos importados y así presiona la inflación,
planteando un "dilema".
Comas indicó que Uruguay "necesita un dólar más
alto" ya que se encareció mucho respecto a Brasil y ahora también frente
a Argentina, pero que la inflación deja "un margen estrecho".
Rosselli consideró que "sería un error estratégico
aceptar una inflación más alta; la inflación es un indicador de que hay
desequilibrios en la economía y aceptarla más alta significaría tener un
problema más a cambio de ningún beneficio de mediano plazo. Pienso que
el gobierno no la va a aceptar".
Por su parte, Capurro estimó que debido a la alta
inflación Uruguay "va a estar corriendo un poquito de atrás" con
respecto a la región en la suba del dólar. Aldo Lema, socio de Vixion
Consultores, indicó que hay "riesgo creciente" de un escenario de
"estanflación" (estancamiento con inflación). "Cualquier shock
inflacionario llevaría la variación interanual del IPC sobre 10%, dado
que el tipo de cambio ya no será la válvula de escape", estimó.
Vivienda, Educación y salud
Si se considera la inflación en los últimos 12
meses, el mayor aumento de precios estuvo en el rubro Vivienda
(+12,92%), seguido por Educación (+12,85%). Los precios de salud y
transporte subieron 10,37% y 10,13% respectivamente. Los menores
incrementos fueron en los rubros de comunicaciones (+0,34%) y bebidas
alcohólicas y tabaco (+2,45%).
En enero, fue mayor la suba del Índice de Precios
del Consumo (IPC) en el Interior que en Montevideo. Mientras en el
primero el IPC se incrementó 2,68%, en la capital lo hizo 2,25%.
En cambio, en los 12 meses cerrados a enero se da a
la inversa: es mayor el alza del IPC en Montevideo que en el Interior.
En la capital la suba fue de 9,37% y en el Interior de 8,73%.
Bergara y analistas discrepan sobre fundamentos de la suba
El ministro de Economía, Mario Bergara, y los
analistas privados difieren sobre los fundamentos de una inflación tan
elevada. Mientras que el jerarca lo atribuye a los precios altos de
exportación y a la fuerte demanda interna, los economistas ponen el
acento en la política salarial.
Bergara señaló ayer en declaraciones a la prensa que
la aceleración de la suba de precios no solo se limita al aumento de
tarifas de servicios públicos que se produjo en enero, sino que "es
cuestión también del funcionamiento macroeconómico de un país que está
inserto en el mundo con precios altos de los productos que uno exporta" y
que tiene "una demanda efectiva doméstica muy firme, que es lo que hace
que sea muy difícil también combatir el alza de precios".
En tanto, Mercedes Comas, de PwC, señaló que los
precios internacionales se están moderando con algunas caídas y que el
alto crecimiento del consumo se moderó, lo que puede observarse en un
estancamiento de la recaudación de IVA. En tanto, si bien dijo que los
ajustes salariales a nivel privado están moderándose, ese factor
persiste más que los demás.
Pablo Rosselli, socio de Deloitte, coincidió en que
la inflación tiempo atrás podía atribuirse al crecimiento de la demanda,
pero que ahora empieza a tener "más factores determinantes por el lado
de la oferta", ya que "los salarios crecen muy rápido en términos
nominales y reales", lo que impacta sobre los costos de las empresas y
eso es trasladado a precios.
El economista de CPA/Ferrere Alfonso Capurro, en
tanto, estimó que si bien las tasas de crecimiento de la economía que no
se veían desde la década del `40 atizó la inflación, las políticas
fiscal, salarial y monetaria no trabajaron en forma coordinada para
mitigarla.
La inflación se aceleró con fuerza en enero, al trepar
nuevamente por encima de 9% y generó una mayor tensión entre los
equilibrios macroeconómicos que busca resguardar el gobierno.
Un escenario de dólar al alza, dificultades de oferta en los alimentos de granja, y una fuerte inercia en la suba de los precios de bienes y sevicios que no compiten con el exterior, permiten prever un semestre difícil en materia de inflación, con riesgo –todavía acotado pero creciente– de alcanzar los dos dígitos, en un marco de competitividad delimitada. Los precios al consumo subieron 2,44% en enero, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor registro mensual desde septiembre de 2002.
Ese incremento hizo saltar el dato interanual, de 8,52% en los 12 meses finalizados en diciembre, a 9,1% en enero. De esa manera, la inflación se aleja aún más del rango meta establecido por las autoridades de gobierno, de entre 4% y 6% vigente hasta julio, y de entre 3% y 7% a partir de ese mes. La baja puntual en el precio de la energía en diciembre, por efecto de la promoción “UTE Premia”, se normalizó en enero y eso explicó buena parte de la suba de precios en el mes, a lo que se suma el ajuste de las tarifas de ANCAP, UTE y OSE, que aseguraron un piso de 1,8 puntos de inflación mensual.
Incluso con esos factores considerados, los precios aumentaron en enero más de lo esperado por los analistas locales. La mediana de respuestas de la encuesta de expectativas económicas del Banco Central (BCU) realizada a mediados de enero, preveía un incremento de 2,1% en el primer mes del año, tres décimas por debajo del registro efectivo. “La inflación continúa siendo central en las preocupaciones de la política económica”, había señalado el BCU en el último Comité de Política Monetaria celebrado el 10 de enero.
La medición de inflación de núcleo de la Unidad de Análisis Económico de El Observador que elimina los componentes más volátiles y aquellos que escapan a la lógica de mercado en la fijación de sus precios en canasta de consumo, acumuló cuatro meses consecutivo con subas a tasas interanuales superiores a 9%. En enero, esa medición de inflación tendencial se mantuvo en 9,4%. Según señala el instituto Cinve en su análisis del dato, un alza de precios tendencial “por encima de 9% implica una fuerte tensión en el sistema de precios y un desafío importante para los próximos meses”, lo que eleva las tensiones entre la estabilidad de precios y la competitividad en precios de la producción nacional.
El registro de inflación subyacente no se ve afectado por la suba de tarifas, debido a que no considera los servicios públicos dentro de la canasta a analizar. Los registros altos de inflación de tendencia se deben principalmente a un ritmo acelerado de aumento en el precio de los bienes y servicios no transables, aquellos que se producen en Uruguay únicamente para el mercado interno y que no compiten con productos importados. Ese componente de la canasta de consumo creció a una tasa de 10,3%, lo que marcó un cuarto registro consecutivo con un ritmo de expansión interanual de dos dígitos. Eso se dio a pesar de la desaceleración del consumo y en particular, del poder de compra de los hogares durante el último año. El salario real subió 3,3% en 2013, muy por debajo del aumento de la capacidad de consumo del año anterior, de 5,17%. La economista Mercedes Comas de la consultora PwC dijo que “el componente salarial sigue pegando” sobre los precios. “Se está viendo un fuerte traslado de costos a precios en aquellos sectores donde no hay mejora de la productividad”, afirmó.
En ese sentido, señaló que “los convenios colectivos que se han dado todos marcan menores aumentos de salarios para los próximos años”, por lo cual, “los principales componentes inflacionarios deberían moderarse”.La inflación de 9% no implica un problema en sí mismo, sino que representa un riesgo en la medida que factores imprevistos pueden hacer que el registro de inflación traspase la barrera de los dos dígitos. Según dijo a El Observador Gabriela Mordecki, coordinadora del área de coyuntura del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas (UdelaR), con un registro de inflación de 9%, “cualquier cosa extraordinaria que suceda, corre el riesgo de hacerla aumentar, como la suba del dólar y las inundaciones, que van a pautar lo que suceda en febrero”.
Si bien Aldo Lema, de Vixion Consultores, opina que la suba en el precio de los productos de granja y el aumento del tipo de cambio no implicarán “grandes presiones inflacionarias adicionales”, entiende que “una inflación subyacente tan elevada quita márgenes de maniobra ante shocks externos o internos”. Agregó que “cruzar el umbral del 10% no es el escenario central, pero tiene un mayor riesgo”.Para lo que resta del año, se esperan meses difíciles, de inflación elevada. Alfonso Capurro, analista de CPA Ferrere, prevé un “semestre complicado” en cuanto a la evolución de los precios. “Las proyecciones muestran que la inflación seguirá subiendo durante algunos meses hasta julio y luego tenderá a bajar”, explicó.
Capurro coincide con Mordecki en que el gobierno no debe descartar la utilización de medidas de corte fiscal para contrarrestar las presiones inflacionarias en los meses más desafiantes. El economista de CPA Ferrere explicó que el nivel actual de inflación, por encima de 9%, “no es estructural” y por lo tanto, “se debería buscar alguna medida razonable de corte transitorio, para evitar que la inflación suba a 9,5%”. Mordecki, en tanto, señaló que los actuales niveles altos de generación energética, debido a la crecida de los cursos de agua, da margen al gobierno para reducir tarifas.
Pablo Cabrera, presidente de COFE, dijo a El País que el ajuste salarial recibido en enero fue de 8,52% y que reclamarán que se publique “un decreto que corrija la redacción del anterior en la construcción del aumento anual y que en vez de 8,52% sea un 10%” de ajuste. Cabrera fundamentó el pedido en la “pérdida de poder adquisitivo” que “viene desde 2013” y en que la perspectiva de analistas es que la inflación no ceda.
El próximo ajuste que recibirán los públicos es, de no haber medidas intermedias, en enero 2015.
“No se contempló que ya estaban definidos los aumentos en las tarifas de combustible, UTE y OSE, entonces este 2,4% de inflación de enero nos impactó más porque se podía esperar valores cercanos a 2% pero que el primer mes supere ese número ya es complejo y llama a la reflexión”, dijo Cabrera.
El presidente de COFE planteó que “las pérdidas son ahora y no podemos esperar a visualizar qué hacen el año que viene; la gente no puede esperar”. “Hay que ver la integralidad de lo que es el manejo de las cuentas, el gobierno dirá lo que dirá y los trabajadores harán lo que tengan que hacer”, remató.
Dentro del gobierno hay preocupación por el aumento de precios. Al menos ayer el ministro de Economía, Mario Bergara dijo esa palabra siete veces en un diálogo con la prensa de cuatro minutos sobre la inflación.
El Consejo Directivo de COFE se reúne hoy y sobre la mesa estará el tema de la inflación. Mañana es que tendrán la reunión de negociación colectiva en la que participan el Ministerio de Trabajo, Economía y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
Un escenario de dólar al alza, dificultades de oferta en los alimentos de granja, y una fuerte inercia en la suba de los precios de bienes y sevicios que no compiten con el exterior, permiten prever un semestre difícil en materia de inflación, con riesgo –todavía acotado pero creciente– de alcanzar los dos dígitos, en un marco de competitividad delimitada. Los precios al consumo subieron 2,44% en enero, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el mayor registro mensual desde septiembre de 2002.
Ese incremento hizo saltar el dato interanual, de 8,52% en los 12 meses finalizados en diciembre, a 9,1% en enero. De esa manera, la inflación se aleja aún más del rango meta establecido por las autoridades de gobierno, de entre 4% y 6% vigente hasta julio, y de entre 3% y 7% a partir de ese mes. La baja puntual en el precio de la energía en diciembre, por efecto de la promoción “UTE Premia”, se normalizó en enero y eso explicó buena parte de la suba de precios en el mes, a lo que se suma el ajuste de las tarifas de ANCAP, UTE y OSE, que aseguraron un piso de 1,8 puntos de inflación mensual.
Incluso con esos factores considerados, los precios aumentaron en enero más de lo esperado por los analistas locales. La mediana de respuestas de la encuesta de expectativas económicas del Banco Central (BCU) realizada a mediados de enero, preveía un incremento de 2,1% en el primer mes del año, tres décimas por debajo del registro efectivo. “La inflación continúa siendo central en las preocupaciones de la política económica”, había señalado el BCU en el último Comité de Política Monetaria celebrado el 10 de enero.
La medición de inflación de núcleo de la Unidad de Análisis Económico de El Observador que elimina los componentes más volátiles y aquellos que escapan a la lógica de mercado en la fijación de sus precios en canasta de consumo, acumuló cuatro meses consecutivo con subas a tasas interanuales superiores a 9%. En enero, esa medición de inflación tendencial se mantuvo en 9,4%. Según señala el instituto Cinve en su análisis del dato, un alza de precios tendencial “por encima de 9% implica una fuerte tensión en el sistema de precios y un desafío importante para los próximos meses”, lo que eleva las tensiones entre la estabilidad de precios y la competitividad en precios de la producción nacional.
El registro de inflación subyacente no se ve afectado por la suba de tarifas, debido a que no considera los servicios públicos dentro de la canasta a analizar. Los registros altos de inflación de tendencia se deben principalmente a un ritmo acelerado de aumento en el precio de los bienes y servicios no transables, aquellos que se producen en Uruguay únicamente para el mercado interno y que no compiten con productos importados. Ese componente de la canasta de consumo creció a una tasa de 10,3%, lo que marcó un cuarto registro consecutivo con un ritmo de expansión interanual de dos dígitos. Eso se dio a pesar de la desaceleración del consumo y en particular, del poder de compra de los hogares durante el último año. El salario real subió 3,3% en 2013, muy por debajo del aumento de la capacidad de consumo del año anterior, de 5,17%. La economista Mercedes Comas de la consultora PwC dijo que “el componente salarial sigue pegando” sobre los precios. “Se está viendo un fuerte traslado de costos a precios en aquellos sectores donde no hay mejora de la productividad”, afirmó.
En ese sentido, señaló que “los convenios colectivos que se han dado todos marcan menores aumentos de salarios para los próximos años”, por lo cual, “los principales componentes inflacionarios deberían moderarse”.La inflación de 9% no implica un problema en sí mismo, sino que representa un riesgo en la medida que factores imprevistos pueden hacer que el registro de inflación traspase la barrera de los dos dígitos. Según dijo a El Observador Gabriela Mordecki, coordinadora del área de coyuntura del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas (UdelaR), con un registro de inflación de 9%, “cualquier cosa extraordinaria que suceda, corre el riesgo de hacerla aumentar, como la suba del dólar y las inundaciones, que van a pautar lo que suceda en febrero”.
Si bien Aldo Lema, de Vixion Consultores, opina que la suba en el precio de los productos de granja y el aumento del tipo de cambio no implicarán “grandes presiones inflacionarias adicionales”, entiende que “una inflación subyacente tan elevada quita márgenes de maniobra ante shocks externos o internos”. Agregó que “cruzar el umbral del 10% no es el escenario central, pero tiene un mayor riesgo”.Para lo que resta del año, se esperan meses difíciles, de inflación elevada. Alfonso Capurro, analista de CPA Ferrere, prevé un “semestre complicado” en cuanto a la evolución de los precios. “Las proyecciones muestran que la inflación seguirá subiendo durante algunos meses hasta julio y luego tenderá a bajar”, explicó.
Capurro coincide con Mordecki en que el gobierno no debe descartar la utilización de medidas de corte fiscal para contrarrestar las presiones inflacionarias en los meses más desafiantes. El economista de CPA Ferrere explicó que el nivel actual de inflación, por encima de 9%, “no es estructural” y por lo tanto, “se debería buscar alguna medida razonable de corte transitorio, para evitar que la inflación suba a 9,5%”. Mordecki, en tanto, señaló que los actuales niveles altos de generación energética, debido a la crecida de los cursos de agua, da margen al gobierno para reducir tarifas.
jue feb 6 2014 14:46
La Confederación de Organizaciones de
Funcionarios del Estado (COFE) reclamará mañana en el marco de la
reunión de negociación colectiva, que se apruebe un ajuste diferencial
que compense la pérdida salarial tras la fuerte inflación de enero.Pablo Cabrera, presidente de COFE, dijo a El País que el ajuste salarial recibido en enero fue de 8,52% y que reclamarán que se publique “un decreto que corrija la redacción del anterior en la construcción del aumento anual y que en vez de 8,52% sea un 10%” de ajuste. Cabrera fundamentó el pedido en la “pérdida de poder adquisitivo” que “viene desde 2013” y en que la perspectiva de analistas es que la inflación no ceda.
El próximo ajuste que recibirán los públicos es, de no haber medidas intermedias, en enero 2015.
“No se contempló que ya estaban definidos los aumentos en las tarifas de combustible, UTE y OSE, entonces este 2,4% de inflación de enero nos impactó más porque se podía esperar valores cercanos a 2% pero que el primer mes supere ese número ya es complejo y llama a la reflexión”, dijo Cabrera.
El presidente de COFE planteó que “las pérdidas son ahora y no podemos esperar a visualizar qué hacen el año que viene; la gente no puede esperar”. “Hay que ver la integralidad de lo que es el manejo de las cuentas, el gobierno dirá lo que dirá y los trabajadores harán lo que tengan que hacer”, remató.
Dentro del gobierno hay preocupación por el aumento de precios. Al menos ayer el ministro de Economía, Mario Bergara dijo esa palabra siete veces en un diálogo con la prensa de cuatro minutos sobre la inflación.
El Consejo Directivo de COFE se reúne hoy y sobre la mesa estará el tema de la inflación. Mañana es que tendrán la reunión de negociación colectiva en la que participan el Ministerio de Trabajo, Economía y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto.
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