sábado, 15 de febrero de 2014
Tuya pueblo de Falta y Resto
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Una murga desorientada .
Espectáculo de Falta y Resto 2014
Volvió la murga irreverente, contestataria y ácida. Aquella que fue perdiendo lugar –cuando la izquierda llegó al gobierno– frente a los espectáculos más humorísticos, con temáticas universales que rendían en el tablado del Paso de las Duranas, en el Gran Rex de Buenos Aires o en La Habana. Desde que Falta y Resto lanzó su primera clarinada este miércoles en el Teatro de Verano dejó muy en claro que el eslogan de murga oficialista ya no le calza.
“Toda la vida pensé/ que los tupas eran ultras,/ sindicalistas y anarcos, radicales de verdad./ Toda la vida creí/ que Bordaberry era facho,/ que Artigas era uruguayo/ y hazaña Maracaná./ Hoy resulta que/ los tupas están hilando más fino,/ y por sentido común/ fomentan el capital./ Bordaberry es una malva,/ Artigas es argentino/ y hazaña ha pasado a ser/ clasificar a un Mundial.”
Una noche de febrero, después de que paró la lluvia, el “Mono” da Costa se enfrentó a su murga, la Falta y Resto, e interrumpió el comienzo del cuplé previo a la retirada. Restaban menos de 13 minutos para el final y el cupletero con más de 40 años de Carnaval se puso firme y pidió que se repensaran los conceptos que se estaban cantando. La murga terminaba de hablar de la participación ciudadana –más bien de la falta de participación–, el desdoble de la izquierda y de la coerción de la disciplina política partidaria. Le refregaban a Tabaré Vázquez el veto al aborto “por una promesa que le hizo a unos amigos” y que ahora el Poder Legislativo con los votos de su partido lo aprobó, y que además después de defender en los albores de la izquierda uruguaya la independencia respecto del imperialismo yanqui fue a pedir ayuda para defender la planta de celulosa. La murga le cae duro y le canta: “Frente a su pueblo y su partido/ antes de ser presidente/ por disciplina partidaria/ sería excelente /… que se disculpara”.
Da Costa plantea no seguir con el espectáculo, “darle para atrás a Tabaré es darle pa’ adelante a la derecha”, decía al mismo tiempo que resonaba el aplauso de la platea baja del Teatro de Verano, que hasta ese momento lo hacía tímidamente. “Yo lo que te intento decir es que la disciplina partidaria limita la libertad y pide un minuto libre en el espectáculo.” ¿Para qué? La murga se detiene y el cupletero se para frente al escenario, con las luces encendidas frente al público, y le pide a la gente que diga lo que tiene ganas de decir, que participe: “Son libres, digan lo que quieran”. Murmullo. No se escuchó más que un “¡Viva la Falta!”. Luego el Mono se paró frente al micrófono y dijo: “Creí que iba a ver una revolución, incluso advertí caras entusiasmadas, pero amén de intenciones sin imaginación, estaremos de acuerdo en que acá no ha pasado nada”.
“Tuya, pueblo” es un espectáculo irreverente y confrontativo que busca la reacción de un público atónito en sus asientos, pero también es una crítica muy fuerte hacia el gobierno del Frente Amplio y sus votantes, los uruguayos de izquierda. Muchos estaban ahí, esa noche en el Teatro de Verano, viendo como “La murga de las cuatro estaciones” sacaba los trapitos al sol. “Si le doy palo al gobierno le doy juego a la derecha/ si le doy para delante: alcahuete reprimido/ si no hablo de política estoy esquivando el bulto/ y si hablo de política, dicen que soy aburrido”, asegura en una de sus cuartetas.
El espectáculo tiene como eje el tema de la participación ciudadana, de las más variadas formas, desde la experiencia personal del director de la murga, Felipe Castro, con su experiencia formando parte de la Comisión de Fomento de la escuela de sus hijos y que transforma en cuplé, la de un gordo que quiere participar en la murga y no lo dejan (la única parte de humor del espectáculo), y la de un estudiante que quiere participar pero antes necesita saber cosas del pasado que no termina de comprender, porque según entiende, “hay cuentos que se cuentan siempre distinto”.
La murga de la cual es hincha confeso el vicepresidente Astori se fue con un aplauso cerrado, luego de una retirada potente referida a la vigencia de las Instrucciones del año 1813. La letra de esta retirada fue compuesta luego de una serie de talleres que hizo la murga el año pasado con el historiador Gerardo Caetano, quien los ayudó a delinear los aspectos fundamentales. Falta y Resto se retiró coreando que se iba con “el corazón como guía y las banderas bien altas”, mientras las banderas rojas y negras se agitaban en las tribunas del templo de Momo. Atrás quedaba el comentario que le hizo un director de un ente estatal a Raúl “Flaco” Castro: “¿Justo tuvieron que elegir un año de elecciones para salir con este tema?”.
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Respecto al "comentario del director de un ente estatal"... Si la Falta no salía con un espectáculo así en un año electoral ¿cuándo? Que el Frente Amplio se ponga los pantalones largos, y haga una crítica interna. ¿Tabaré es de izquierda? Que lo demuestre en su próxima presidencia, por favor. Por el bien de los uruguayos y de toda Latinoamérica...
ResponderEliminarGrande Raul Castro, su proceder me sigue dando ganas de ser uruguayo, su murga continua la filosofia de las murgas clasicas y antiguas, criticar lo que te jode. Salu Raul Castro.
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